Capítulo 5

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El corazón de Taehyung se aceleró por un segundo, antes de escuchar la voz del contrario, lo primero que hizo fue atinar a defenderse, pero incluso la forma en que sostenía el arma contra su frente era única. Solo Jungkook sostenía el arma como si fuera una extensión de su brazo con tanta naturalidad y firmeza, algo que ambos compartían. Dando varios pasos hacia atrás, los dos se encerraron en aquel diminuto y precario baño.

— Kook...

— ¿Es en serio, Kim? Drogarme y marcharte por tu cuenta parece una bonita tradición para ti, porque al menos para mí no lo es. — Comentaba molesto, prácticamente gruñía como si fuera un animal, sus dientes apretados dejando que su voz saliera un poco distorsionada debido a esto. — ¿Qué parte de estaremos juntos no entendiste?

— ¿Eres idiota? ¿No ves lo que está pasando? Juntos somos demasiado visibles, todos saben a estas alturas que las leyendas vivientes del Liquidador y Desquiciado no se separan en ningún momento. Lo que todos esperan es justamente esto, que estemos juntos, nos podrían ubicar mucho más fácil de este modo.

— ¿Y? Eso me importa una mierda, así que el imbécil aquí es otro si piensas que simplemente te voy a dejar ir por tu cuenta sin cuidar tu jodida espalda. El único modo de que eso ocurra es de que justo en este instante cumplas con lo que por tanto tiempo has predicado.

Con destreza y facilidad giró su pistola por el guarda monte hasta dejarle la parte de la empuñadura a su alcance. Sin dudarlo, Taehyung la agarró para ser él quien ahora, guiado por la mano contraria que no soltaba el cañón, presionaba la frente de un pelinegro de mirada aterradora como la que hacía mucho tiempo no veía.

— Perfórame la jodida cabeza ahora, vuélame todos los sesos y déjame aquí, porque ese será el único modo en que te deje ir. Al no ser que decidas algún día terminar conmigo, yo jamás te dejaré ir, Kim Taehyung. Siempre te buscaré e iré a tu encuentro aunque mi puta alma perezca en el camino. Nunca me rendiré, así que si quieres ir a morir, pretendiendo que yo no interfiera o esté a tu lado para morir juntos, mátame ahora. Sabes que no lucharé, solo tus manos podrían apretar el disparador sin que yo haga algo. La decisión es tuya. — La mandíbula de Taehyung se mantenía tensada, intentó retirar su mano, pero Jungkook lo impidió, dejando el frío metal pegado a su cabeza. — ¡Dispárame! Porque si no lo haces, no hay forma en este mundo que te deje luchar solo.

— Jungkook, suéltame. — Pidió controlando el nudo formado en su garganta. — L-Lo siento. Tú buscas cuidarme, yo protegerte, es difícil cuando ninguno quiere que al otro le ocurra algo. Siempre seremos la mancuerna perfecta imposible de separar, esto fue solo una estrategia, lo sabes.

— Claro que lo sé, una que bajo cualquier otra circunstancia, si fueran otras las personas involucradas, sería la más correcta, pero se trata de nosotros, Tae. No me importa si es más peligroso, prefiero morir a tu lado que sobrevivir solo. Realmente prefiero morir protegiéndote. — Un golpe resonó en su rostro, con lágrimas en los ojos, manos temblorosas, Taehyung lo miraba molesto.

— No se te ocurra volver a decir que prefieres morir y dejarme vivo, porque me ocurre exactamente lo mismo que a ti. No sabes cuántas veces pensé en quitarme mi puta vida porque respiraba, pero no vivía, mis días pasaban sin sentido cuando te creí muerto. Maté, grité, me molesté, te maldije e intenté continuar, pero cada jodido día mi alma se me desgarraba. Creí que ya no me quedaba ninguna, pero el dolor fue tan profundo que me recordaba que si tenía una que por ti mantenía su energía. Todos los putos días lloraba, pensando en mil maneras de vengarte a pesar de que me pediste que viviera tranquilo alejado de todo. Cuando te vi caer de aquel helicóptero, quise lanzarme detrás de ti, buceé por meses, me desquicié más de lo que estaba a un punto en el que creí que en verdad perdería toda la razón. El miedo de que algo así vuelva a ocurrir me carcome, es lo único que me debilita, no puedes culparme por querer evitar eso a toda costa. Juntos, sí, pero estuve solo y fue la peor época de mi vida, mucho peor que toda la mierda que ya había experimentado. Así que me importa una mierda lo que quieras convicto, si debo dar mi vida por ti, lo haré, si tengo que alejarte, lo haré también porque nunca podríamos estar separados de verdad. Vuelves a repetir que prefieres morir y te concederé ese deseo con mis propias manos.

Sosteniendo con fuerza el arma, sus lágrimas caían. No tenían tiempo para estar ahí, sin embargo, estaban abrumados por sus emociones. Después de tanto tiempo, volvían a sentir sus vidas amenazadas, pero a ninguno le importaba morir si de ese modo podían defender al otro. No obstante, ninguno quería quedarse atrás y vivo sabiendo que el contrario dio la vida.

Tomándolo de su cuello, Jungkook atrajo al mayor con cierta presión para limpiar sus lágrimas con la mano libre y luego, con extrema suavidad, unió sus labios. Ambos exhalaron sobre los labios contrarios después de la primera separación, volviendo a unirse al segundo siguiente. Serios y en silencio, unieron sus frentes, llevaron sus manos al trasero contrario para palmearlo simultáneamente.

— Debemos irnos. — Musitó el de negros cabellos tocando suavemente la peluca que Taehyung llevaba. — No puedo creer que incluso con esto te veas genial.

— Me duele que aún dudes del hombre que lograste conquistar. — Sonrió volviendo a acomodar todas sus pertenencias. — Podemos tomar si nos apuramos un autobús que sale en veinte minutos, solo que los asientos serán escasos, posiblemente debamos ir de pie durante un buen tramo, hasta su primera parada.

— Es mejor hacernos con algún vehículo, preferiblemente de algún mercenario o militar de la zona. Si lo robamos podría volverse un revuelo, pero podemos pagarles.

— Serán los primeros en hablar en cuando les pregunten, si los presionan un poco, dirán hasta el día en que nacimos a pesar de que no conocen la fecha. El bus es mejor, son mucho los que suben y bajan, no hay control.

— ¿Cuántos asiáticos suben diariamente los ómnibus públicos de Ruanda? Los testigos serían mayores. Se roba o se paga un vehículo, diferente al que veníamos, incluso podríamos intercambiarlo. — El castaño rodó sus ojos, mas asintió.

— Como digas, vamos.

Siguiendo el plan de Jungkook, se apropiaron de un vehículo policial, contando con la suerte de que al parecer, quien lo conducía se había encontrado ya con algunos enemigos porque yacía muerto en el asiento del conductor. Simplemente hicieron el cuerpo a un lado, dejándolo tirado sobre el pavimento porquero había tiempo o deseo de demorarse más con el difunto. Solo se detuvieron en medio de un camino nada pavimentado en el que limpiaron un poco la sangre para no llamar demasiado la atención.

Atravesar el continente africano por tierra mientras cambiaban de vehículos a cada instante, fue agotador. Desde lo sucedido en Ruanda, no volvieron a tener altercado alguno y pudieron viajar lo más cómodamente posible dadas las circunstancias en las que se encontraban.

— Liquidador y desquiciado conduciendo por autopistas desconocidas. — Mencionaba Taehyung con su cabeza recostada al respaldo y sutilmente volteada mientras contemplaba a su pareja. — Después de todo, creo que estamos haciendo algo que nos gusta, a nuestro modo aunque no de la manera en que nos hubiese gustado.

— Es de cierta forma perfecto, tengo al hombre más valiente y testarudo conmigo. — Ambos se rieron, cada vez estaban más cerca de su destino. — ¿Sabes algo que me encanta? — Taehyung negó, disfrutando escuchar esa voz calmada y divertida que en esos momentos el pelinegro emitía. — Que puedes agarrar el timón de cualquier situación, es alucinante lo duro y parejo que siempre conduces por la vida conmigo, no podría haber tenido un compañero mejor.

— ¿Sabes algo que me gusta?

— Vaya, parecemos dos niños.

— ¿Ves que eres un odioso, idiota? Yo te sigo la corriente, me pongo romántico a mi estilo contigo, pero cada vez que lo hago, lo estropeas. — Se quejó elevando su labio superior en una mueca de desagrado, haciendo reír al menor.

— Lo siento, lo siento, a ver, dime.

— Ya no te voy a decir nada, imbécil. — Protestó apoyando su cabeza al cristal de la ventana, saltando cuando una mano apretó su cintura con fuerza, haciéndolo reír. — ¡Ya, maneja! — Se reía acomodándose en su asiento. — A ver, señor convicto. ¿Sabes algo que me gusta? — Volvió a repetir la frase.

— ¿Qué?

— Que a pesar de que podemos reducirnos a cenizas en un segundo, de nuestras personalidades y ese carácter tan cabrón que tenemos y puede jugarnos en nuestra contra, tú y yo siempre conversamos. Nuestros problemas, las desavenencias que podamos tener se arreglan en horas porque siempre las afrontamos, dialogamos e intentamos arreglarlas. Creo que el único momento donde no hablamos es durante el sexo o en los entrenamientos.

— A veces. — Agregó haciendo sonreír al castaño que asintió acomodándose con Piera dificultad sobre su hombro a pesar del cinturón de seguridad.

— Me gusta que a pesar de los dolores, cuando caemos, volvemos a ponernos de pie como los mejores soldados aun sin serlo. Que seamos el timón y las ruedas, jinete y caballo el uno del otro. Como dijiste, solo hay que ponernos juntos y esperar a ver quién podría detenernos.

— Tienes razón y eso es increíble. ¿Sabes la suerte que tenemos de habernos encontrado y juntarnos cuando éramos dos monstruos a los que poco les importaba su vida? — Acarició fugazmente la cabeza que descansaba sobre su hombro. — Lo que a uno le falta, el otro lo complementa. Cuando uno se descarrila, el otro nos mantiene enfocados. Somos todo lo que estaba supuesto a ser.

— Oh no, Jungkook, somos más que eso. — El nombrado asintió complacido, nadie más podía pronunciar su nombre, en ninguna boca sonaba tan bien porque no existía alguien verdaderamente digno a excepción del castaño y sus padres. — Como tu padre dijo una vez, somos una moderna y mejorada versión de Bonnie and Clyde. Todo lo que necesito en este mundo es a mi novio y a mí mismo.

— Tu novio... — Repitió saboreando las palabras en su boca. — Es extraño que alguien como tú o yo digamos algo así a esta edad, después de tanto.

— Se siente cursi e infantil, ¿cierto? — Jungkook asintió con sus comisuras elevadas. — Pero se siente bien decirlo. Es un tono pastel entre tantos colores oscuros. Tú y yo, novios, esposos sin papeles.

— Juntos todo el camino hasta el final.

Repentinamente, ambos quedaron en un silencio cómodo. Un viaje que podían hacer más corto, de unas pocas horas entre Madagascar y Dubai, les tomó día solamente para poder despistar a quienes los seguían. Comodidad y rapidez por seguridad. Israel fue un poco complicado, pero ahora que casi terminaban de cruzar Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, estaban prácticamente al cruzar el camino.

— ¿Sabes otra cosa que amo de ti? — Rompió Taehyung repentinamente el silencio después de haber cambiado posiciones con el pelinegro para que este descansara un poco. — Tu personalidad tan trasparente, son pocos los que podrían llegar a descifrarte, notar esos pequeños cambios en ti. Podrías follar con cualquiera, pero nunca exudas respeto o compenetración del modo en que lo haces con tus seres queridos. Eres tan perfecto...

— Con mis seres queridos no, contigo, el hombre que amo. Y no, no soy perfecto, ningún ser que camine sobre la superficie de este planeta lo es. Principalmente tú y yo. — Se rio acompañado del mayor. — Pero amo nuestra imperfección.

— ¿Sabes que siempre estaré ahí para ti? — Jungkook asintió inclinándose para besarlo.

— Sé que ambos haríamos más que lo necesario por el otro, no debemos preocuparnos por eso. Si alguien te lastima, incluso si ese alguien soy yo, rompe a esa persona a la mitad. Por mi parte, nunca permitiré que algo o alguien se interponga entre nosotros. Una vez más te prometo que daré mi vida, mi amor y toda mi confianza para tu persona. Mientras que compartamos y respiremos el mismo aire, seré la balanza perfecta para mantener nuestra mancuerna.

— Estaciónate, necesito besarte hasta que nuestros labios se hinchen, mientras no haya cámaras que puedan captar el pecado de dos hombres amándose en estas tierras donde es considerado incluso un delito. — Sonrió complacido cuando notó que Jungkook efectivamente le hacía caso, aparcando en una zona muy remota y discreta.

+++

— ¡Llegaron mis hijos! — Exclamó con una gigantesca sonrisa la señora Jeon en cuanto estos entraron a su vivienda. — Esos hijos de puta se atrevieron a molestarlos. — Espetó ahora un poco furiosa, mirando sus caras, asegurándose que estuvieran sanos. — Díganme que le dieron de baja a unos cuantos.

— Lo hicimos, mamá. — Jungkook la abrazó una vez más antes de acercarse a su padre. — Papá...

— Me alegra que hayan podido llegar a aquí. — Musitó repitiendo el saludo con Taehyung. — Sin embargo, creo que debemos movernos, ya tengo otra casa de seguridad preparada. Nada de automóviles, tomaremos dos motos. — Anunció entregándole las llaves. — Con el tráfico y la zona, esta es la mejor opción.

— Conduzco yo. — Anunciaba el castaño tomando las llaves que le fueron entregadas a su pareja, dándole un beso en los labios para que no fuera a protestar. — ¿Nos vamos?

— La ubicación cuidadosamente escrita en los velocímetros. — Esta vez era la mamá del Liquidador quien hablaba, mostrándoles el camino hacia el garaje, con las llaves de la moto que ella conduciría con su esposo. — Notarán las coordenadas exactas.

En otro momento, el recibimiento podría haber sido más prolongado y caluroso, no obstante, con todo lo que estaba sucediendo, no podían darse ese lujo aún. Una vez que estuvieran asegurados, entonces celebrarían esa reunión familiar.

Cada pareja iba en su motocicleta por la ciudad cuando de la nada, automóviles que iban tras ellos como en dirección contraria comenzaron a dispararles. Intentaban esquivarlos, por eso se separaron, mas quienes los habían ubicado eran bien persistentes. Es vehículo en el que se transportaban en ese momento contaba con algunas ventajas, podían meterse por zonas que en auto sería imposible, pero también eran ellos la carrocería, sin mucho que los protegiera.

Maniobrando sobre la moto, Jungkook se giró sobre el asiento, pegando su espalda a la de Taehyung. Mientras el mayor conducía, él sacó sus armas para abrir fuego contras los autos que aún los perseguían y las otras motocicletas. Mantener el equilibrio en esa posición costaba, mas no era imposible, además, el castaño a pesar de la velocidad con la que conducía, estaba al pendiente del menor.

— ¡Necesito que te agarres! — Gritó Kim con fuerza porque entre el aire que batía contra ellos, los cascos y el ruido de la calle, no era tan fácil escucharlo.

No obstante, Jungkook pudo oírlo, volviéndose a girar sin dejar de disparar. Era incómodo, pero pasó sus piernas por las caderas del castaño, pegándose a él para que todo su cuerpo se afianzara debido a que sus manos tenían que continuar disparando.

— ¡Ah! — El corazón del menor latió con fuerza cuando escuchó a su novio gritar, cuando la moto por un segundo se tambaleó. — ¡Estoy bien, solo me hirieron un poco la pierna, estoy bien!

Si hubiese sido durante sus entrenamientos, ahora mismo estuviera socorriéndolo, curándolo, mas no podía detenerse a eso. Taehyung lo sabía, conocía sus pensamientos y por eso reiteró que se encontraba bien, justo antes de descender por una mediana escalinata.

Ni siquiera así pudieron perder a quienes los perseguían, al parecer, eran agentes muy bien entrenados y no era tan fácil deshacerse de ellos. Les llevaban un buen tramo, uno que se redujo en el momento que todos los disparos se concentraron en las ruedas. Taehyung perdió el control, no pudo estabilizar la moto y debido a esto ambos rodaron por el suelo en direcciones opuestas, cuidando que el vehículo no les cayera encima lastimándolos más.

— Tae...

— Kook...

Pensando en el contrario, estiraron sus manos para alcanzarse, incorporándose rápidamente en cuanto sintieron el agarre. No obstante, intentando esquivar a uno de los hombres que venía manejando otra motocicleta, terminaron rodando por otras escaleras. Para amortiguar los golpes, se abrazaron mutuamente todo lo que los cascos les permitió.

— ¡No puedo respirar con esta mierda! — Se quejó Taehyung eliminando su casco, corriendo de la mano junto al pelinegro a pesar de su herida pierna.

A toda velocidad, se metieron por un estrecho callejón que parecía sin salida. Para ayudarlo, Jungkook se quedó atrás apuntando sus armas por si los seguían. Fue el resorte que impulsó al mayor para que pudiese saltar el muro, luego brincó hasta el borde y, ayudándose de sus brazos, se elevó, raspando un poco sus pantalones en el proceso. Esto los condujo a una gran avenida que cruzaron aun cuando todos los carros se mantenían en movimientos.

Taehyung le disparaba a las llantas, Jungkook los esquivaba o brincaba por encima de ellos, por el capó, obligándolos a detenerse. No les importaba que todos los conductores parecieran asustados, sus caras los delataban cuando por momento se veían por el parabrisas. Ya del otro lado, el pelinegro notó lo mucho que sangraba la pierna del mayor, había sido más que un rozó o una simple herida, aquello no pudo haber sucedido por el impacto de una única bala. Su muslo y pierna, ambos lucían agujeros sangrientos.

— ¡No, corre! — Gritaba Kim cuando notó que su pareja se detenía para regresar por él.

No importó lo mucho que le pidió que se alejara y fuera, este lo cargó, echando a correr en dirección a un puente que veía a lo lejos. Si lo cruzaban, podrían descender y huir en las lanchas que solían ubicar a lo largo de los ríos en ese país. Varios hombres los interceptaron, pero de manera sincronizada, ambos dispararon con lo último de sus municiones.

— Bájame, debemos defendernos con los cuchillos, ya no nos quedan balas. — Jungkook negó, simplemente siguió corriendo porque si le hacía caso al mayor, terminarían abaleados en ese lugar.

No se necesitó mucho para que Kim notara el plan del menor, solo a la entrada del puente este lo bajó porque necesitaban brincar sobre el muro para poder ir saltando hasta llegar a la parte inferior. Un nuevo tiroteo fue lo que interfirió en sus planes, un disparo impactó el hombro de Taehyung, haciéndolo resbalar, sin embargo, Jungkook fue lo suficientemente rápido como para agarrar su mano antes de que el cuerpo cayera a ese río del cual desconocía su profundidad. A esa altura, el impacto con el agua podría ser un arma de doble filo, los salvaba o los mataba. Por lo que veía a simple vista, no creía prudente caer.

— Te tengo, mi amor, te tengo, mírame. — Los ojos del castaño le hicieron caso, haciendo contacto visual.

Aquella situación recordaba aquel altercado en el helicóptero años atrás y que pudo haber sido mortal. La situación era inversa, fue Jungkook quien guindaba sobre el vacío con él haciendo todo para sostenerlo. Era el menor quien le estaba pidiendo que lo dejara caer mientras él se rehusaba. Ahora, era justamente al revés.

— Tienes que dejarme ir. — Habló Taehyung viendo como el pelinegro se sostenía solo de una mano, tratando de levantarlo sin lograrlo debido al débil agarre. Aquel muro no le permitía cerrar por completo su mano y los dedos lentamente comenzaban a resbalarse. — Convicto...

— Somos los dos o ninguno. — Fue todo lo que contestó mientras fruncía su ceño por todo el esfuerzo que hacía.

No lo iba a soltar, no lo haría jamás. Aun así, si se movía un poco más, Kim caería a ese río desconocido. El impacto con el agua, tal cual lo había estado analizando podía ser mortal. Ya fuera si caía de cabeza perdiendo la conciencia casi al instante, fracturas que no le dejaran moverse y le impidieran nadar ahogándolo o el mismo peso lo llevara tan profundo que lo ahogaría antes de llegar a la superficie. Él fue rápido años atrás porque conocía el lago donde cayó, pero esta vez era diferente.

— ¡Jungkook! — Gritó con su corazón pendiendo de un hilo el castaño cuando notó los hombres que le apuntaban para matarlo. No estaban buscando asesinarlo a él, sino a Jeon, al menos eso era lo que parecía aunque, si le disparaban al menor, él de igual forma moriría. — ¡Suéltame, defiéndete!

Gritaba desesperado, meciéndose para liberarse de ese agarre que se cobraba toda la fuerza que el aludido tenía. Estaba rojo, cada una de sus venas resaltaba, salivaba apretando sus dientes.

— N-No te m-muevas más, por f-favor. — Él no veía hacia arriba, no le importaba lo que estaba ocurriendo, todo lo que tenía en su mente era que tenía que salvar a Taehyung. Por eso, aunque el contrario ensanchaba sus ojos y él sentía la frialdad de un cañón metálico con contra sus dedos, no se inmutó. — ¡No te sueltes! Resistamos s-solo un poco más.

— Así que ustedes son las leyendas, supongo que incluso al Liquidador y al Desquiciado se le acaba su momento de brillar. Adi- — Dos disparos resonaron, el sujeto que hablaba calló cuando uno de estos impactó contra su cabeza.

La señora Jeon le había disparado mientras su esposo, a distancia como un buen francotirador, derribó a su acompañante. Sin perder tiempo, ella se apresuró para ayudarlos a subir. Nuevos tiros se escucharon en el momento que la madre de Jungkook comentaba a tirar de ellos, uno de esos tiros, colisionó contra su hombro y debido a esto, su fuerza se vio comprometida. Lo avanzado retrocedió, simplemente no pudieron evitar que la mancuerna perfecta quedara fracturada cuando las manos de estos se resbalaron y Taehyung cayó.

¿Cómo están? ¿Qué les pareció el cap? 🙈 Espero que lo hayan disfrutado, nos vemos en el próximo.

Por cierto, hice un nuevo trailer y me gustaría compartirlo con ustedes, ojalá les guste.

https://youtu.be/R0WnurPUyCE

LORED

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro