Capítulo 9

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— ¡Ahora! — Gritó Jungkook perdiendo un poco la paciencia, sentía que cada segundo que pasaba era precioso. Aunque él solía andar con pies de plomo cuando tenía que hacer alguna misión, ahora lo que dependía de él era la mitad de su vida y su alma, sus emociones no estaban completamente alineadas.

Era solo un por ciento diferente, pero ese le afectaba sobremanera. Esa única unidad era el eje de su vida no por dependencia, si no por escoja personal. No era dependiente de Taehyung, pero se rehusaba a una vida sin él. Esa noche lo volvería a ver y no aceptaría una extensión del plazo.

— Papá, sabes que serás mi francotirador, llévate a Hoseok contigo. — Decir esto fue algo calculado fríamente, pero por una diminuta rendija se colaron memorias que le hacían recordar cuánto debía concentrarse y controlarse.

Siempre luchó solo, pero en sus últimos años toda pelea en la que se envolvía, tenía a un Desquiciado cuidando su espalda. Taehyung era como su francotirador y guardia designado. A su lado se sentía completamente seguro, no le importaba si una bala o alcanzaba o él debía volverse el chaleco que protegería al mayor, se tenían mutuamente y volvería a ser así aunque su vida dependiese de ello.

Terminando de revisar sus armas después de la ligera mejora de XV hecha por su padre, miraba de soslayo los movimientos de sus hombres, esos que todavía seguían un poco sorprendidos por el regreso del Liquidador. Si bien se mantuvieron cobrando un excelente sueldo mientras continuaban con tareas bastantes sencillas, cuidando los territorios que le pertenecían y otras cosas básicas, muchos comenzaban a dudar de su regreso en algún momento.

Para ser sinceros, estaban divididos en el bando que jamás creyó la noticia de su muerte y los que sí lo hicieron. No obstante, verlo regresar fue algo que los tomó a todos por sorpresa. Desde aquel accidente en el helicóptero años atrás, el Liquidador desapareció junto al Desquiciado.

Cuando pudo asomar su cabeza tras recuperarse fue directamente a Madagascar para jamás regresar. En sus planes estaba un retiro eterno, dejando a Namjoon y a Min encargado de todo, aunque nunca permitió el control de todo lo que le pertenecía porque nunca se estaba seguro de lo que el mañana deparaba y podría volverlos a utilizar, justo como en ese momento.

Su nombre iba acompañado de poder, precisión, sangre, información y otras tantas cosas que no podía perder jamás solo por seguridad propia y de aquellos que significaban algo en su vida. Justo como esas siete personas a las que veía organizarse, quienes lo acompañaban a recuperar a su hombre, llevando todos consigo XV impregnado en al menos algunas de sus municiones.

— ¿Me puedes dar un minuto? — Preguntó Namjoon llegando a su lado con una pequeña carrera mientras se dirigían a las camionetas.

— ¿Qué sucede?

— Ni Jimin ni Hoseok pudieron acceder al número exacto de activos que tienen en ese lugar. No tenemos seguridad alguna de lo que nos encontraremos allí, por lo tanto, es un riesgo demasiado grande. Se notará el movimiento de hombres desde diferentes puntos de la ciudad.

— La única certeza que tenemos es que moriremos algún día. El porcentaje de riesgos en este momento los he reducido al máximo dada la situación, pero no hay mucho más que vaya a hacer. Si te soy sincero, no me importa nada más y lo sabes. Puedes echarte hacia atrás en cualquier momento, Kim... — Kim, ese apellido en su boca solo aumentaba su seguridad. — Vamos.

Namjoon asintió mirando a Jimin subirse a la camioneta de Hoseok y Yoongi mientras él iba con Jungkook y Seokjin. Los señores Jeon iban en otra que se desapareció en cuando comenzaron a conducir siguiendo el plan trazado por su hijo. Fue pasado tres minutos que el teléfono del Pirómano comenzó a sonar llamando la atención de todos.

— ¿Qué dije de los sonidos? — Cuestionó Jungkook apretando sus manos al timón.

— Esta es una alerta que puse para cuando el satélite que intervine detecto un gran cambio de movimientos en la zona y alrededores de donde tienen detenido a Taehyung. — Anunció abriendo la laptop situada en la puerta del automóvil, notando el interés y ansiedad del pelinegro. — Están despegando un helicóptero y poniendo en marcha a varios vehículos, es como si se mudaran de lugar o simplemente desplegaran un batallón. — Comunicó ampliando las imágenes satelitales, accediendo a las cámaras que podía. — Parece ser una persecución.

— Mi hombre escapó. — Ensanchó una sonrisa nerviosa en su boca, incrédulo y orgulloso de Taehyung, porque ese era su Desquiciado, alguien que luchaba hasta el final sin darse por vencido.

— ¿Estás seguro de que es mi hermano? — Preguntó Seokjin inclinándose para ver las imágenes.

— Busca alguno de sus vehículos hasta veinte kilómetros a la redonda, triangula a los que anden conduciendo como si estuviera Dominic Toretto al volante, es nuestro objetivo y vamos por él. — Namjoon tecleó algunas cosas y segundos más tarde, una camioneta apareció en la pantalla haciéndolos sonreír a los tres. — Jodido desquiciado, ahí estás. — Musitó en voz baja Jungkook dejando escapar un suspiro de alivio.— Manda un aviso, a mis hombres, los primeros en llegar a él y protegerlo tendrá el puto bono de su vida, estoy dispuesto a pagar ocho cifras e incluso más.

Maldición, era capaz de dar todo lo que tenía por tener a ese hombre a salvo. La única razón por la que no decía esto era porque nunca dejaría que jugaran con su único punto débil. No obstante, daba ese y todos los mundos posibles solamente para tener sano y saludable a ese loco que estaba sacando la cabeza por la ventana sin necesidad alguna haciéndolo reír.

No obstante, el motivo por el cual el castaño sacó la cabeza fue por el sonido de un helicóptero sobrevolando el lugar. Odiaba que siempre recurrieran a ese maldito pájaro de hierro para las persecuciones porque eran demasiado difíciles de perder, mucho más cuando no tenía potentes armas de largo alcance con él. Maldijo una y otra vez, pisando más fuerte el acelerador.

Buscaba con su vista algún atajo, por un pequeño letrero que vio en coreano podía asegurar que estaba en Corea del Sur, aunque esto fue algo que pudo decir por las placas del vehículo del cual se apropió, pero estas bien podrían ser falsas o estar en territorio norcoreano, no era la primera vez que se ponían de acuerdo en tratos políticos para reunirse en las fronteras o zonas cercas de estas.

Todo lo que podía ver eran árboles y ningún camino por el cual perderse. Yendo en línea recta, era un objetivo demasiado fácil de alcanzar para un helicóptero. Estaba tan concentrado en esa aeronave persiguiéndolo, que no pudo esquivar la barrera cadena de pinchos más peligrosos que aquellos usados para los controles policiales. Los neumáticos explotaron, las gomas dejaron expuestas las llantas que por la velocidad no tardaron en chispear, antes de percatarse, estaba maniobrando el vehículo que se volteó por completo.

Una vez más, vio toda su vida pasar por delante de sus ojos cuando el automóvil dio la primera vuelta. Buscó protegerse la cabeza, no obstante, todo sucedió tan rápido, había sido tan inesperado que no logró cubrirla correctamente. El impacto fue intenso, perdió completamente el conocimiento en cuestión de segundos.

Tanto Jungkook como Namjoon pudieron ver lo ocurrido, habían estado siguiéndole la pista gracias al satélite hackeado por el Pirómano, no obstante, no pudieron hacer absolutamente nada. Ellos estaban casi entrando en un colapso mental, los mayores miraron al Liquidador, pero todo lo que este hizo fue acelerar aún más a pesar de no ser posible, ignorando la opresión en su pecho. Debía llegar a Taehyung, tenía que hacerlo.

+++

— Es cuestión de segundos antes de que el Liquidador aparezca, es obvio que viene con un ejército, así que no se confíen a pesar de estar preparados. Solo cinco de ellos podrían causar un desastre total. — Hablaba Park Bogum asegurando su arma, viendo como trasladaban el cuerpo ensangrentado de Taehyung hacia aquel pequeño muelle en el río. — Procuren no hacer nudos de niños exploradores esta vez, por favor. Nada de sogas, encadénenlo, parece mentira que sabiendo a quién teníamos custodiado hayan bajado la guardia de esa manera. Creo que si Kim no los hubiese asesinado, yo mismo lo hubiese hecho.

Dicho esto, recibiendo el asentimiento, pasó a hacer silencio, arrugando su frente al ver que nada sucedía. Hubo movimiento en todo el jodido país, Los Cocodrilos pertenecientes a Suga y todos los hombres del Liquidador. Se movilizaron y siguió el rastro de estos por lo que para ese momento, ya deberían estar atacando, pero no sucedía nada.

— Maldito, inteligente. — Sonrió agitando de un lado a otro su lengua por su labio superior. — Tu cerebro siempre ha sido sorprendente, me gustaría saber qué te traes entre manos, porque es obvio que sabes que te estamos esperando, de lo contrario, ya hubieses atacado. — Musitaba para él mismo, mirando hacia el río porque no dudaba que el pelinegro incluso entrara por agua, aunque ese hubiese sido un movimiento estúpido dado que ese río es territorio de la NIS. — ¿Dónde estás, Liquidador? Muestra ya tu cabeza para cortarla como a la cobra más venenosa. — Agregó mirando al castaño de labios sellados que parecía querer asesinarlo con la mirada ahora que recobraba la consciencia.

Como si estuviese escuchando su llamado, el depredador observaba a su presa a través de unos binoculares militares desde el tejado de uno de esos almacenes que le brindaba una mejor vista. Había dejado atrás de manera silenciosa un gran número de cadáveres acompañado por Namjoon y un Seokjin que no recordaba la última vez que sus manos quitaron alguna vida. Sin embargo, por alguna extraña razón, el shock solo duró segundos, bastaba recordar a su hermano y todo lo que esos tipos hacían para dejar de lado algunas de sus convicciones.

Teniendo un amplio rango de visión y control de sus objetivos con gran nitidez y enfoque que los prismáticos le brindaban, el pelinegro mantenía su mandíbula fuertemente apretada. Quería ir y despedazarlo como el animal más salvaje, lo único que le impedía lanzarse por completo, era ese castaño que tenían inmovilizado y al que le comenzaban a cubrir la cabeza en su totalidad.

— ¿Están todos en sus sitios?

— Así es... — Afirmó Namjoon mostrándole los puntitos naranjas que aparecían en la pantalla del ordenador. — Tal cual dijiste se dispersaron por toda la zona para que no puedan escapar, nuestros hombres, Seokjin y yo te estaremos cubriendo del mismo modo que tu padre a pesar de que él está mucho más distante como francotirador.

— Que Hoseok y Suga estén preparados, ya comienza la cuenta regresiva de diez. — Fue todo lo que dijo disminuyendo esos diez segundos en su cabeza.

Su plan inicial era hacerlos ir hacia Taehyung, reagruparlos, pero esto era innecesario ahora, muchas cosas cambiaron desde el momento en que su pareja había logrado escapar.

Una primera explosión se escuchó cuando la cuenta regresiva llegó a cero. Los ojos de Taehyung se ensancharon debajo de la tela y los labios de Bogum elevaron sus comisuras mientras caminaba hacia el castaño, ubicándose a su espalda, con solo sus hombres y el río detrás de ellos.

— ¿Escuchas eso? Ha venido por ti tu caballero de blanca armadura tal cual esperábamos. Tendremos algunas bajas, pero si con esto libramos al mundo del Liquidador, todo valdrá la pena. No te preocupes, no lo extrañarás porque seguirás su camino pocos segundos después — Mencionaba con una sonrisa, procurando apretar un botón en su reloj.

— ¡Resguárdense! — Exclamó Jungkook corriendo junto a los otros dos al ver que no uno, sino dos helicópteros se acercaban a la escena. — Rojo... — Habló por el walkie talkie que tenía en su mano. — Avancen.

— Entendido... — Se escuchó la voz de Hoseok del otro lado. — Resguárdate en un lado prudente, necesito tus ojos en el ordenador.

Namjoon prefería disparar, entrar en la acción como el resto, pero una vez más quedaba relegado junto a su ordenador. No obstante, sabía que era algo importante, de él dependía la vida de todos, por lo que se limitó a asentir.

— En marcha. — Fue todo lo que respondió adentrándose al almacén que ahora estaba vacío y despejado. — Eh... Liquidador... — Llamaba por el comunicador en su oído. A diferencia de Hoseok que necesitaba algo que no hiciera interferencia, ellos se mantenían comunicados por algo más sofisticado. — Creo que tenemos un problema...

— ¿Qué sucede? — Preguntó apoyado a una pared después de controlar su perímetro cubierto por Jin.

— Las personas que teníamos cubriendo el río han sido derribadas y hay cinco transportes marítimos en mirador que vienen acercándose a gran velocidad. — Sobre ellos volaba el helicóptero en el que iba Hoseok disparando. — Un único helicóptero de nuestro lado desde el cielo no creo que pueda acabar con todos, además, vienen armados también. Es un jodido despliegue militar como si vinieran a la jodida guerra solo por nosotros.

— Taehyung... — Fue todo lo que dijo Jungkook, si se lo llevaban en uno de esos barcos y lanchas que se aproximaban no tenía seguridad de que no lo fueran a eliminar o continuar usándolo como carnada desde sabría Dios qué lugar.

— ¡Liquidador! — Gritó Seokjin al verlo echar a correr. — Mi puta resistencia no está apta para correr a tu velocidad.

Maldijo intentando alcanzarlo mientras lo cubría, ambos disparando a todo lo que aparecía en sus caminos una sola vez porque gracias a las balas bañadas en XV aunque estas no golpearan una zona vital, morirías de igual modo en cuestión de segundo cuando la sangre se comenzara a envenenar.

Un gran número de sus hombres eran masacrados a tiros desde el cielo. Dos helicópteros más llegaron y junto a los otros, encerraron al único helicóptero que ellos tenían, ese que intentaba elevarse con un pelirrojo que se apresuraba a buscar una buena salida porque caerían en cuestión de minutos. Por mucho que maniobraran girándose y disparando, esa era una encerrona imposible de sobrevivir si no huía.

Jungkook miró al cielo, maldiciendo al notarlo, pero todo lo que pudo hacer fue resguardarse por pocos segundos contra un almacén cuando los tiros comenzaron a ir en su dirección, segundos antes de que su helicóptero cayera. No sabía si Hoseok había logrado salvarse o no, esperaba que así fuera porque de lo contrario...

— ¡Hobi! — Gritó Seokjin saliendo del escondite, pero tirado rápidamente por el chaleco. — Suéltame, Liquidador.

— ¡Tu hermano es lo más importante!

— Todos somos lo más importante, la vida de todos nosotros vale lo mismo, Liquidador, aunque supongo que no estás capacitado para comprender algo así. ¿Piensas que no me importa mi hermano?

— Hoseok posiblemente esté muerto, ¿qué lograrás yendo hacia allá y poniéndote en riesgo? He velado por todos, pero ahora no es momento de fracturarnos internamente.

— Hobi te importa tres hectáreas de mierda. Puede estar necesitando ayuda si no ha muerto aún.

— Tienes razón a mí me importa poco, pero es importante para ustedes, es como buen agente entrenado en el que he confiado hasta cierto punto como para poner la vida de todos en sus manos más de una vez, pero ahora, Taehyung es lo más importante. No obstante, si deseas ir hacia él, no te detendré. — Musitó antes de salir corriendo en cuanto los disparos en su dirección cesaron.

Seokjin cerró los ojos, comunicándose con Yoongi por el comunicador para que este enviara a varios de sus hombres en su dirección. No obstante, el contrario ya se encontraba yendo en su dirección y por eso no pudo responder la llamada del mayor, haciendo que este maldijera.

— Lo tengo, céntrate en tu hermano, lo tengo... — Respondió Min varios segundos más tarde. — Por favor, mantente a salvo.

— Lo haré, protéjanse.

Esto fue lo último que dijo antes de salir corriendo en dirección de Jungkook, maldiciendo por quinta vez en cinco minutos al notar como este era cercado no solo por agentes de pie a los alrededores, sino por varias camionetas que continuaban acercándose también. Los helicópteros le disparaban a la distancia a todos los vehículos pertenecientes a los hombres del Liquidador y Suga que se mostraban en su campo de visión.

El señor Jeon le disparó a varios hombres desde su distancia hasta que tuvo que salir corriendo por los disparos de uno de los cuatro helicópteros. Jimin había sido herido y resguardado por la señora Jeon. Por mucho que Jungkook y Seokjin dispararon, los contrarios solo parecían multiplicarse. Solo cuando sus municiones se acabaron, ambos fueron inmovilizados en el suelo tras pelear ferozmente con sus manos.

A Jin lo dejaron tirado inconsciente y ensangrentado en la arcillada azul terreno mientras Jungkook fue arrastrado por varios hasta quedar frente a Park Bogum en aquel diminuto muelle que las lanchas y barcos engalanaban con su imponente presencia. Él no sintió el momento en que su hombre fue herido, solo cuando se removió para golpear a uno de los agentes que lo sostenía el dolor lo azotó con fuerza.

— Parece mentira que todavía estés respirando... — Mencionaba Park Bogum con una sonrisa, quitándole a Taehyung el saco que cubría su cabeza. — Para que no digan que soy malo, los he reunido para que puedan despedirse apropiadamente. — Volvió a sonreír encaminándose hacia una lancha.

Jungkook se incorporó rápidamente, golpeando a los hombres a su lado para quitarles sus armas, pero antes de poder disparar con su brazo sano, una bala colisionó en este y seguido, otra en su muslo haciéndolo caer de rodillas. Los sujetos volvieron a golpearlo con fuerza bruta hasta que comenzaba a escupir grandes cantidades de sangre.

— ¡Liquidador! — Gritó Taehyung agitado y sin poderse mover en cuanto el nuevo director de la NIS le quitó aquello que le impedía hablar. — ¡Oye, mírame, Liquidador!

— ¡Deténganse! — Gritó Bogum desde su posición. — Nuestro invitado de honor ha hecho un pedido y debemos mostrar modales. — Agregaba divertido, viendo como una vez más Jungkook se incorporaba. — Tu espíritu de lucha es realmente sorprendente, supongo que mientras se tiene algo por lo que creemos que vale la pena luchar, no nos detenemos. Así que te haré un último favor.

Jungkook negó con su cabeza, viendo las lágrimas caer por el rostro del castaño mientras un arma permanecía pegada a la parte trasera de su cabeza.

— ¡No te atrevas! — Gritó con la fuerza que le quedaba. — Juro que te cazaré si lo matas, así que... — Empuñó sus manos sobre la madera del cuello. — Por favor, t-te lo ruego, no lo mates.

—Dígame que alguien grabó al Liquidador rogando, por favor. — Aplaudía Bogum con una amplia sonrisa, fingiendo sorpresa. — ¿Lo han visto, lo han escuchado? — Negó carcajeándose. — Yo sabía que no podía ser tan difícil derribar a un parásito como él. Liquidador y Desquiciado, dos leyendas que finalmente tendrán su final merecido. Tardó y costó un poco, pero bueno, finalmente se ha logrado, no hubo imposibles. — Musitó volviendo a pegar la pistola a la cabeza de un castaño que solo miraba a Jungkook, llorando.

— Liquidador... — Lo llamó muy bajo, encontrándose con la mirada del nombrado. — Te amo...

El disparo hizo que Jungkook aún herido casi brincara en su lugar, perdiendo toda capacidad de movimiento y habla al ver como a quemarropa, Park Bogum presionó el gatillo de su arma. Dos metros de distancia y, aun así, la sangre y parte de los sesos de Taehyung llegaron a él. Gritó con toda su fuerza, volvió a levantarse, pero en su pecho una bala impactó cuando intentó ir hacia el cuerpo del castaño que estaban lanzando al agua.

El liquidador quedar reducido a nada en aquel suelo. Bogum sonrió complacido, acercándose a él para controlar su pulso, viendo toda la sangre que no llegaba hasta sus zapatos debido a las hendiduras de la madera. Las gotas caían al río como si corrieran al rescate de Taehyung.

— Adiós. — Musitó Park poniéndose de pie, pasando a empujar su cuerpo al agua junto al del Desquiciado. — Nos vamos. — esas fueron las palabras del director de la agencia antes de dirigirse hacia una lancha rápida en la que saldría de aquel río, dejando atrás la visión de su vida y por la que de ahora en mas solamente recibiría beneficios. Había eliminado a dos leyendas que se convirtieron en los enemigos más importantes del país y sus dirigentes. Con éxito, quienes lo seguían y eran de peso fueron asesinados de igual modo, principalmente su padre, el señor Jeon que era el más peligroso. Cuando hicieran el recuento de los derribados ese día, iba a tener la seguridad, pero su mayor preocupación y piedra en el zapato, ya no existía.

Hola por aquí. Ha pasado tanto tiempo, ya esta semana serán mis exámenes finales y, si todo sale bien, lo más probable es que para el próximo fin de semana regrese a actualizar regularmente. Hoy terminé demasiado saturada de estudiar, así que para relajarme, decidí terminar este capítulo. ¡Nos vemos en el próximo!

Por cierto, ¿qué les ha parecido? ¿Qué creen que venga a continuación?

Pd: publicado dos veces porque el capítulo no salió completo la 1ra vez.

LORED

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