ʚ🧇ꜝֶָ֢ 𝙀𝙥𝙞𝙨𝙤𝙙𝙞𝙤 𝟭𝟰.

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ㅡBorreguito.

TaeHyung se removió entre las suaves sábanas que abrazaban su cuerpo, su nariz hundida en la almohada de su alfa con las notas de su esencia predominar y mantener contento a su omega interior que ronronea feliz por sentirse seguro.

ㅡCerecita, despierta.

TaeHyung abrió uno de sus ojos, con el sueño disparar su cuerpo, su cansancio consumir como fuego, rápido y agotador. Giró suavemente, bostezando. Los rayos dorados alumbran la habitación con una bonita sensación cálida en su paso. Sus cabellos miel y castaños revueltos en nudos y sus pequeños ojos hinchados por el buen descanso que había tenido en varias semanas.

ㅡMgfㅡbalbuceó TaeHyung, en un intento de respuesta poco aceptable, solo escuchó el melodioso sonido de la risa suave y ronca de JungKook cerca.

Aun tallando de sus ahora dos ojos con ambas manos, una intromisión lo ataca sin previo aviso. Siente la presencia del cuerpo de su alfa sobre él, cubriéndolo por completo, pero sin lastimar su bonita barriga y casi al mismo tiempo, el par de besos cae en el arco de su mandíbula, suaves como pétalos de rosas acariciar su piel. TaeHyung se siente ronronear, echando la cabeza hacía un lado para dar más espacio y su sonrisa perezosa delinear sus suaves labios.

TaeHyung últimamente había ronroneado demasiado, es normal, le había dicho su doctora. Al encontrarse tan cerca de su labor de parto, su pequeño niño lo hace sentirse más que exhausto de lo normal y tener a su alfa tan protector y amoroso con ellos, le hacía sentirse lo suficiente seguro para dejarse caer con su omega y ronronear por la comodidad.

No hablar del repentino deseo y ansiedad de crear nidos por todos lados. De alguna manera, había estado anidando durante un mes completo, el principal siempre sería aquel bonito fuerte hecho por su alfa, pero aun así, TaeHyung parecía encontrar cualquier buen rincón con material para nido. JungKook de verdad le parece lo más adorable que había visto en su vida.

El proceso de un omega anidando debía ser considerado un arte, simplemente era lo más hermoso que pudiera existir, pero eso no disminuía los buenos sustos que caían con ello.

ㅡOmegaㅡJungKook abrió la puerta de su habitación. Había llegado a casa y no tuvo a un precioso chico de ojos cielo y cabellos revueltos correr a sus brazos con una enorme barriga de sandia. Llamó a TaeHyung por un par de minutos, pero no había respuesta, solo un silencio que comía sus nervios.

Pero TaeHyung no apareció, ni siquiera en su habitación y eso lo tenía demasiado ansioso. Era un alfa puro, así que su sentido olfativo era increíble, es así como antes de dejarse caer en su poco autocontrol que su alfa luchaba, comenzó a olfatear, encontrando ese delicioso y dulce aroma embriagante de su esposo.

Lo encontró cuando su corazón latía desesperado y el nudo de su garganta subía y bajaba. TaeHyung dormía en el pequeño armario de la habitación de invitados, su cuerpo estaba cubierto con montones de edredones que había traído arrastrando y el par de peluches a su alrededor, con sonidos adormilados y con una gran aura de descanso.

Por fin, JungKook sintió que podía volver a respirar. Hincándose frente al pequeño ovillo que era su omega, se acercó con una absoluta cautela para acariciar el cabello castaño de su esposo, respirando la deliciosa fragancia.

Esa tarde durmieron ambos una calientita y cómoda siesta dentro del armario de la habitación de invitados de su pintoresco hogar, a la orden de su omega mandón que solo deseaba dormir todo el día y todo el tiempo posible.

ㅡAlfaㅡjadeó TaeHyung, cuando los besos húmedos de su alfa fueran en un tentativo camino de su mandíbula hasta su marca plateada, con los dientes cepillando su piel.

También TaeHyung era aún más sensible de lo normal. Es por eso que esa atención en su marca lo tenía temblando bajo el cuerpo de JungKook, intensificando su aroma y sintiendo que el lubricante dulce entre sus muslos.

JungKook no respondió, ignorando por completo la súplica suave con sabor a falsedad. Sus besos eran suaves pero decididos, chupaba con lentitud la piel de la herida y sus dientes acariciaban tentativamente el área, con ambas manos a un lado del cuerpo del menor y un par de gruñidos que soplaban calientes.

ㅡNo, no, noㅡTaeHyung sacudió su cuerpo cuando una ola de lubricante mojó su pantalón satén de pijama, golpeando el hombro de su alfa. JungKook se alejó con su entrecejo fruncido, sus rizos detrás y acomodados en una banda color turquesa y sus labios en un puchero que por poco convence a TaeHyungㅡ. Alfa malo...ㅡsu nariz registra un olor, fuerteㅡ. y apestoso.

TaeHyung hace una mueca de disgusto con sus dedos presionar el puente de su nariz. JungKook solo soltó las risas, cálidas y armoniosas, vacilantes.

Él se había despertado temprano, con demasiada energía. Ese día no iría a trabajar exactamente, había decidido tomarse unos días previos al parto de su omega en una semana para complacer y mimar hasta hartar a TaeHyung. En ese momento, TaeHyung no era el único que necesitaba a su alfa, JungKook no podía sentirse tranquilo de estar lejos de TaeHyung ni un segundo.

Así que decidió tomar sus viejas zapatillas para correr e ir a expulsar toda la energía acumulada de ese día, pero al volver y ver a su hermoso omega con ese dulce olor que lo hacía sentirse liviano, solo su alfa parecía despertar por él.

ㅡ¿Por qué estás tan apestoso, alfa?ㅡTaeHyung le preguntó con el entrecejo fruncido y sus dedos aún sobre el tabique de su nariz. JungKook se olfateó un poco a él mismo, quizás tenía un olor un poco a vinagre y sal, pero no era para tanto.

ㅡSalí a trotar un poco, cariñoㅡsonrió vacilón, esa sonrisa dibujada de encantadores hoyuelos. TaeHyung no tendría que pensar lo que su pequeña cabeza piensa, pero simplemente es imposible que JungKook se vea tan atractivo, la piel expuesta de sus hombros y rostro aperlada por el sudor y los bucles de chocolate húmedos, y la estúpida banda que los guardaba. Los labios rojizos y vivos por haber besado su piel con euforia, ese perfecto arco de cupido que deslumbraba, ni hablar de la manera celestial que sus pómulos eran cincelados y el ángulo perfecto de su mandíbula.

Si TaeHyung se dejaba llevar por sus instintos, solo comenzaría a ronronear y lubricar demasiado, tenía que detenerse.

Tragó denso, respirando hondo, cayendo un poco por el intenso olor a dominaba de su alfa. JungKook sabía lo que hacía, por eso tenía esa estúpida sonrisa lobuna en sus labios.

ㅡVe a ducharte. Eres un alfa apestosoㅡTaeHyung reprendió, lo más serio posible, aún cuando sentía su cuerpo flaquear.

JungKook rodó los ojos, divertido.

ㅡDe acuerdo, pero después de ello podría comerte.

Las mejillas de TaeHyung se volvieron rojas y cálidas con toda la sangre en ellas.

ㅡ¿Q-Qué?ㅡtartamudeó, sintiendo que la habitación se volvía más pequeña.

ㅡQue podríamos comer, ángelㅡrespondió burlón JungKook, con su sonrisa ancha y su pecho hinchado.

TaeHyung sabía que no escuchó mal y solo su alfa había amanecido demasiado burlón para su propio gusto. Su corazón latía fuerte y frenético.

JungKook solo ensanchó su divertida sonrisa, antes de inclinarse y dejar un pequeño beso frío contra la punta de la nariz de un TaeHyung tímido, antes de levantarse y caminar hacia el cuarto de baño.

ㅡTe amoㅡcanturreó, enviando un beso sonoro al aire en su dirección y perderse en el interior del cuarto de baño.

TaeHyung resopló caliente, sintiendo todo su cuerpo responder a los pequeños roces e insinuaciones atrevidas de su esposo.

ㅡBobo alfaㅡsoltó al aire, escondiendo su cabeza en la almohada de un lado. Aún sintiendo ese cosquilleo en su estómago regarse a su cuerpo, con ondas eléctricas como corriente para despertar su instinto.

El vapor de su baño caliente empañaba el espejo. Había tenido el tiempo suficiente para dejar su cuerpo un rato debajo de la lluvia artificial para destensar los músculos de sus hombros. Toda la noche anterior, estuvo más de dos horas inclinando en una posición algo incómoda armando la nueva cuna de su cachorro que TaeHyung había pedido en internet.

La habitación de su cachorro comenzó a tener un poco de forma un par de meses atrás. TaeHyung de repente, comenzó a comprar ciento de cosas en internet para decorar el espacio de su bebé. Para JungKook eso no tenía tanto sentido, su cachorro debía estar mínimo los primeros tres meses en su nido, junto a su omega, después, podría salir a explorar un poco, el tiempo aún sobraba, pero TaeHyung pensaba lo contrario, arrastrándolo a una ferretería y comprar dos grandes botes de pintura lavanda para la habitación.

Cuando poco a poco todo iba teniendo forma. Las paredes pintadas en lavada, con algunos dibujos de borregos por elección de JungKook, con el cómodo sofá individual en color crema que TaeHyung había pedido para amamantar. El pequeño armario lleno de delicadas y suaves prendas diminutas para el cuerpo del bebé y un librero lleno de juguetes y libros de cuentos que TaeHyung y JungKook escogieron meticulosamente. La cuna de madera blanca, con tiernas cobijas blancas y una almohada en lavanda, con el móvil musical sobre ella, con estrellas y peces de color azul que TaeHyung había escogido especialmente para el nuevo integrante de la familia.

La aguda espinita que picaba sus costillas se sentía más. En poco, su cachorro llegaría a casa, después de una larga y deseada espera. Un par de piernitas cortas correrían detrás de su madre o habría un peso suave en la rodilla de su padre mientras trabajaba en su oficina. Un nuevo plato en su mesa todos los días, un pedazo de cielo que bajaría a enamorar y encantar a JungKook, aun más.

JungKook secó su cabello con una toalla limpia, su pecho desnudo, con los tatuajes a la vista y solo un short de baloncesto blanco limpio del contenedor de ropa limpia que aún no colocaban en su lugar. Últimamente su cabello era un desastre más difícil de domar, es por eso que JungKook tardaba en decidir cómo ordenarlo más tiempo de lo normal.

Perdido en su burbuja, frente al espejo ligeramente empañado y sus dedos cepillar los rizos, un llamado lo detuvo todo.

ㅡ¡JungKook!

JungKook salió apenas escuchó la voz de TaeHyung alarmada, conteniendo la respiración y cuando sus ojos cayeron sobre el pequeño cuerpo de ese omega, todo se detuvo un par de segundos.

TaeHyung de pie a unos pasos de la cama. Sus manos sobre su preciada barriga y su rostro pálido por completo, así como la mancha húmeda sobre la alfombra. Su rostro se contrajo, cuando un dolor lo contrajo en eso, solo dolor. JungKook estaba paralizado, de pie bajo el umbral del cuarto de baño con la toalla aún en sus manos y la sangre de su cuerpo desaparecer, así como sus latidos y un alfa interior vuelto loco.

ㅡ¿Alfa?ㅡsusurró suave TaeHyung, cuando sus ojos conectaron. Los acuosos ojos azules atrapaban a ese par de impresionados ojos verdes, con un corazón latiendo en su garganta.

TaeHyung entraría en labor de parto en una semana.

TaeHyung estaba entrando en labor de parto justo ahora.

¡Su omega está en labor de parto!

Sentía su corazón en su garganta y sus instintos alertas. JungKook caminaba de un lado a otro, en círculos, a punto de abrir un hoyo en el suelo de ese hospital.

ㅡDeberías calmarte, JungKookㅡYoonGi aconseja, poniéndose de pie para acercarse a él.

JungKook se detiene, dedicándole una mirada oscura y furiosa, tal como dagas directas a su pecho, con el gruñido vibrar su pecho y desviar su mirada de nuevo para continuar su caminata. YoonGi solo tragó, asintiendo y volviendo a su asiento, como un cachorro regañado.

Habían llegado al hospital hace cuatro horas. Agradecía a su precavido esposo por haber alistado todo lo necesario semanas antes. Así que JungKook solo tuvo que meter las valijas de su cachorro y TaeHyung en la cajuela de su auto y acompañar en un respirar a su omega, que gimoteaba de vez en cuando por el dolor.

Cuando un enfermero beta subió a TaeHyung a una silla de ruedas y llevárselo con él. JungKook quería seguirlo, pero él chico le dijo que debía esperar y llenar un par de papeles, él volvería por JungKook al terminar eso. A regañadientes. acepto, solo sintiéndose un terrible alfa por no acompañar a su omega. Después de más de veinte eternos minutos, alguien fue por él, pero no el mismo beta. SaNa apareció con una mirada preocupada y eso simplemente lo alertó.

Intento registrar lo dicho por la doctora, aun cuando todo se sentía demasiado abrumador. Algo había salido mal, TaeHyung estaba bien, su cachorro estaba bien, pero tenían que atenderlo de urgencia.

ㅡ¡Necesito verlo!

SaNa tragó, negando suave.

ㅡTienes que quedarte aquí y estar calmado. TaeHyung se sentirá más abrumado, él está bien, está en buenas manos. Debes esperar.

ㅡNo. Quiero verlo, ¿dónde esta? Llévame con élㅡalzó un poco su voz, aunque se rompía a poco. Su corazón se sentía presionado, entre dos paredes. Él debía estar a un lado de su omega.
ㅡDéjame ver que puedo hacer, pero prométeme que estarás aquí y no harás nada que perjudique nuestro trabajo.

JungKook asintió de mala gana, era lo único que le quedaba y SaNa desapareció, dedicándole una sonrisa triste.

Ella nunca volvió y por más que JungKook intento entrar, la seguridad lo prohibido. Quizás se había salido un poco de control, pero era él, su alfa necesitaba ver a su esposo, a TaeHyung. Lo necesitaba como respirar.

Poco después, JiMin apareció. JungKook había olvidado por completo que lo había llamado antes de llegar al hospital. No solo era él, también YoonGi y el pequeño HaeYoon, que sostenía un peluche de borrego blanco con moño azul.

Ni JiMin ni YoonGi lograron tranquilizarlo. Nadie podía hacerlo. Nadie le decía que pasaba, como estaba su cachorro, ni como estaba su esposo, no sabía nada y habían pasado largas horas. En su transcurso, un agotamiento lo sacudió, haciéndolo sentirse débil, cansado y necesitado. Era su lazo. TaeHyung estaba tomando todo de él, consumiendo hasta exprimirlo y eso solo hacía sentir más aterrado a JungKook.

JungKook se desplomó sobre el sillón acolchonado de la sala de espera, desinflándose por completo. Sus manos acunando su rostro sobre sus rodillas. Unas inmensas ganas de soltarse a llorar eran solo un nudo de ansiedad y terror.

ㅡTío JungKookㅡla aguda voz inocente y la presencia de HaeYoon llegaron a su lado. Ni siquiera se dio cuenta en el momento que había vuelto con su madre, luego de ir a buscar un poco de comida para merendarlas.

JungKook alzó su mentón, suavizando su rostro. HaeYoon tenía los labios con migajas de galleta y sus ojos azules abiertos, en comprensión con él. Aunque realmente no entendía la tormenta de su tío.

ㅡDime, cachorroㅡsu voz sonaba ronca, algo adolorida. Había estado gruñendo por largas horas, era agotador.

ㅡTío TaeHyung es fuerte. No estés triste, él y mi primo están bien. ¡Salió del horno como tú dices!ㅡalentó HaeYoon con las regordetas mejillas alzadas por su sonrisa pequeña. El olor de HaeYoon era dulce, suave, bastante cómodo y sus ojos transmitían cierta paz. Sabía que él solo quería ayuda, HaeYoon nunca disfruto ver a las personas decaídas o preocupadas, le ponían los nervios de punta.

JungKook dibujo un sonrisa torcida, antes de asentir con un resoplido.

ㅡGracias cachorro.

ㅡCuando estoy triste, mamá me abraza fuerte. ¿Quieres un abrazo tío JungKook? ㅡsonrió, sus pequeños dientes blancos a la vista.

JungKook rio bajito. Un abrazo no cae mal a nadie.

ㅡDe acuerdo.

Apenas terminó su afirmación, el cachorro se lanzó a brazos de su tío, envolviendo su cuello con sus pequeños brazos. Aunque JungKook le diera un poco de miedo, él olía rico, muy rico. JungKook devolvió el abrazo, acariciando con una de sus manos los cabellos del menor, suspirando un poco más tranquilo.

Su madre decía que los abrazos eran una medicina para las más profundas heridas, nunca mentía.

Cuando HaeYoon se separó de él con una sonrisa en su aniñado rostro. JungKook sintió un pinchazo en su corazón.

ㅡJungKook.

El nombrado giró al llamado. SaNa, de pie con la bata blanca un poco sucia y su cabello en un moño desarreglado.

JungKook no tuvo que hacer preguntas, ella solo asintió, con una sonrisa sincera y JungKook pudo volver a sentirse vivo en ese momento, bajando al pequeño HaeYoon de su regazo y poniéndose de pie para camina hacia ella.

ㅡNo deja de preguntar por tiㅡLa sonrisa es más que sincera y su corazón late.

Su TaeHyung estaba bien.

JungKook se despidió de su madre, prometiendo llamarla apenas vuelvan a casa para que pueda visitar a su nieto. Cuando la puerta de esa habitación blanca es finalmente cerrada, suelta un largo suspiro, lleno de agotamiento hasta los huesos, pero al girar en sus talones, todo lo agotador de su tarde, se convierte en nada.

A pasos cautelosos, se acercó hacia la camilla. TaeHyung le dedicó una sonrisa brillante de polvos de estrellas, antes de volver sus ojos a la diminuta criatura que duerme plácidamente sobre su pecho. Su cachorro tiene su piel blanca, tal como crema. Los diminutos labios rosados en forma de patito, soltando uno que otro sonido adormilado, sus cabellitos son tan pocos, pero parecen tener un color castaño. El mameluco blanco con estrellas lo arropa, calientito, cerca del mismo calor de su madre.

JungKook se acercó a dejar un beso sobre la frente de su cachorro, acompañado de un cálido beso en los labios de su esposo, antes de hacerse un espacio a un lado de la camilla de TaeHyung, mirando a su pequeño bebé.

ㅡTiene tu narizㅡmurmuró JungKook, sonriendo. La pequeña nariz respingona en forma de bolita. Idéntica a la de TaeHyung.

TaeHyung tarareó una risa, logrando que su cachorro se mueva un poco y él comenzara arrullarlo con un siseo.

ㅡImagínate la tortura si hubiera heredado la tuyaㅡse burló, alzando su mentón para ver a su alfa. La divertida sonrisa arrastrarse en sus labios ligeramente resecos.

ㅡOyeㅡJungKook negó con una sonrisa imposible de contenerㅡ. Mi nariz es bonita.

ㅡSi tú lo dices, alfaㅡchistó TaeHyung.

La noche afuera de esa habitación había llegado. Habían pasado largas horas, desde el estado de labor de su omega y las visitas de todos queriendo conocer al nuevo integrante de la familia. Teniendo que soportar a un JungKook gruñón que apenas gruñía cuando cualquier persona diera más pasos de más a la pequeña cuna de su bebé o se acercará para abrazar a TaeHyung.

ㅡ¿Jeon JungKook, le estás gruñendo a tu madre?ㅡLe preguntó con un reprendo en su mirada su madre cuando ella se acercó a abrazar y dar un par de besos en la mejilla de TaeHyung.

JungKook negado con la cabeza, agachando su mirada con un sonido lastimoso.

ㅡEso creíㅡHyeJin soltó molesta, antes de volver arropar a TaeHyung con sus brazos.

TaeHyung solo pudo reír suave y consolar poco después a su alfa con suaves besos en su mejilla.

Pero si JungKook se sentía totalmente agotado, por su lazo sabía que TaeHyung el triple. Un parto un poco complicado no era cosa fácil y aun así se mantuvo fuerte y amoroso para soportar largas horas, aun cuando el cansancio lo comía vivió. Sus ojos azules de estrellas están hundidos en un manto agotado, sus labios resecos y su cuerpo solo pedía un poco de descanso, pero él no lo diría en voz alta, aunque no tenía que hacerlo, su alfa lo sabía.

JungKook extendió su mano, acariciando la mejilla caliente de TaeHyung. Él suspiró, acercándose al tacto de su alfa y cerrando sus ojos.

ㅡDeberías descansar, ángelㅡmurmuró JungKook, pero aun así TaeHyung negóㅡ. Puedo cuidar al cachorro mientras tú descansas, estaremos aquí esperándote.

La idea suena tentadora, haciendo que TaeHyung abriera sus ojos con un pestañeó perezoso.

ㅡ¿Lo prometes?ㅡLa voz de TaeHyung es baja, como un secreto íntimo.

JungKook se inclina para atrapar los labios de su esposo con los suyos, un beso suave, sin prisas, una promesa que nunca se rompería en esta vida, ni en ninguna.

ㅡLo prometoㅡJungKook respiró sobre los labios de TaeHyung.

TaeHyung asintió, en verdad, estaba exhausto.

Ayudó a JungKook a tomar en brazos a su bebé, con cuidado de no despertarlo. Sintiendo un vacío cuando su cachorro estuvo fuera de su pecho. JungKook se sentó en el sillón a un lado de la camilla con sus ojos como estrellas brillantes admirando al pequeño cachorro en sus brazos. Delicado y suave.

ㅡDormiré solo un poco. Un par de minutos, si despierta y quiere comer, no dudes en levantarmeㅡTaeHyung dijo serio, acomodándose sobre la camilla con sábanas limpias que habían traído hace un par de horas.

JungKook asintió, llevando su mano hacia la nariz pequeña del bebé, rozándola con la yema de su dedo. Deleitándose con el sonido del ronquido pequeño del cachorro.

No fueron más de cinco minutos que JungKook alzó su mirada para comprobar a su omega que encontró a TaeHyung con el rostro hundido en la almohada de la camilla, agotado, durmiendo como nunca en su vida. Tal como un ángel. JungKook sonrió, enternecido.

ㅡMamá está cansadoㅡle susurra a su bebé, observando las largas pestañas y pequeños polvos de sol en sus gorditas mejillas. El cachorro parece arrullarse con su aroma.

Cada vez que JungKook lo ve más, algo nuevo encuentra y es hipnotizado. Cree que será imposible no dedicarse a admirar a su cachorro. Es una imagen perfecta entre el amor de su vida y él, eso simplemente lo tiene lleno de dicha. Se dedicó a detallar cada pedacito de nube de su bebé.

Su pecho se hincha y su alfa aúlla. Es su familia. JungKook tiene una familia, es suya y de nadie más. La vida parece sonreírle.

JungKook finalmente tiene dos pedacitos de cielo en su vida y no piensa dejarlos ir. Nunca.


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