Es otro día, Lizäri se despierta un poco tarde. se levanta de inmediato de su hamaca y sin desayunar, sale corriendo hacia la academia, es extraño que ella llegue tan tarde... "No puede ser, voy tardísimo" susurra para sí mientras corre en dirección a la Academia de Soldados Arcanas.

Llegando al lugar de entrenamiento, los aspirantes están en sus respectivos lugares, por lo que se apresura a formarse igualmente.

—Lizäri. ¿Qué te dije ayer, ah? —pregunta Jena.

La joven de ojos verdes le da una media sonrisa, mientras rasca su cabeza en forma de vergüenza por llegar tarde.

—Qué raro que llegues tarde, Liza —reprocha la joven elfa mientras niega con su cabeza.

—Lo...lo siento —dice mientras se disculpa por lo tarde—. No volverá a ocurrir.

—No pasa nada, pero trata de llegar más temprano la próxima vez. Aún no hemos empezado así que llegaste a tiempo, fórmate con tus compañeros —pide la General Sonia.

—Gracias General, gracias... —objeta mientras se precipita a formarse.

—Bien, como verán hoy estaré solo yo, pues la comandante Albany tiene una reunión importante; el día de hoy entrenarán su esencia arcana, deberán concentrar su cuerpo como anteriormente les explicó la comandante, deben dejar su mente en blanco e imaginando como expulsar y como impregnar su arma con su esencia.

Un cazador levanta la mano.

—¿Sí? preséntate y haz tu pregunta...

—Permiso General, mi nombre es Helena, ¿Cómo podemos saber que esencia arcana logramos dominar?

—La esencia predominante es la arcana azul. Eso solo lo sabrán si entrenan y se concentran en ello. Deben concentrar su cuerpo, su mente y su espíritu, relajándose por completo, colocando sus manos de esta manera —coloca sus manos en forma de plegaria—. Y cierran sus ojos, dejen su mente en blanco, luego piensen en la naturaleza, en el origen de su esencia, en lo que quieren proyectar.

Hace una explicación concentrando su esencia arcana de lo que dice, en cuestión de segundos es rodeada por un aura azul, luego la concentra en su mano, haciendo que el arma de asta que usa se impregne de la esencia arcana azul

Cada uno procede a hacer lo mismo, comienzan juntando sus manos tal cual como lo explico la general Sonia, luego cierran sus ojos para relajarse. Algunos empiezan a emanar la esencia arcana azul muy sutilmente, Jena por lo contrario tiene más dominada la esencia por lo que no le cuesta cubrirse de ella. En cambio, Lizäri no puede lograrlo, incluso cuando lo había conseguido anteriormente.

Lizäri lo intenta con todas sus fuerzas, pero no logra conseguirlo, «si ayer lo logre, porque ahora no puedo» piensa dentro de sí, constantemente cierra los ojos para concentrarse y luego los abre y nada. Parece una ilusión, esa esencia no quiere mostrarse, es frustrante para Lizäri, aun viniendo de una familia con esencias arcanas potentes, aunque ella no conoce su origen verdadero.

En una de estas, Jena se acerca y suavemente coloca su mano en su hombro, a lo que ella inmediatamente abre los ojos...

—No te tenses, amiga, relájate sé que puedes lograrlo —Esto dice mientras toma sus manos juntándola con las de ella.

—Me esfuerzo de verdad, pero no mas no lo logro, creo que no podre ser cazadora arcana, solo una tont....

—Ninguna tonta, claro que podrás, solo que, te cuesta más, pero... pronto lo lograras ya verás, se constante y lo vas a conseguir.

Lizäri se siente terrible, para ella era abrumador no poder usar la esencia arcana, pues entonces solo sería una simple cazadora, «una tonta e inservible cazadora...» repite dentro de sí.

—Además, eres la mejor en tiro al blanco...

—Sí, pero...

—No te rindas, se constante, yo sé que puedes lograrlo, tu amiga confía en ti y yo también, quizás te cuesta, a muchos les ha pasado, hubo alguien que también le costaba, pero al final logró ser el mejor guerrero de esos tiempos —menciona Sonia.

—Siempre lo he intentado, antes de ingresar a la academia practicaba cada día, pero... no sé si lo logre... ¿Lo de ayer solo fue una ilusión?

—¡Lizäri! —exclama Jena con un tono de voz más alto, esto hace cada vez que su amiga se siente decaída y rendida—. ¿Te vas a rendir así de fácil? no eres la única que se le dificulta. Lo de ayer no pudo ser ilusión, también pudimos presenciarlo.

—Exacto, solo quizás estas alterada y tensa, por eso no puedes proyectar la esencia arcana. —agrega la General

—He practicado, pero simplemente no puedo usar esencia arcana... de que me sirve ser buena en puntería, si no puedo usar esencia. Por lo menos ellos si la emiten, yo no más no.

Todos presencian lo que dice la joven, mientras un «no te rindas», oye dentro de sí que la confunde por un momento.

—No, no, no me rendiré, jamás lo hare... quiero y voy a lograrlo.

—Así se habla amiga, esa es la Lizäri que conozco —dice la joven elfa.

—Dejaremos las prácticas por hoy, mañana se presentarán delante de la plaza central, formaremos los grupos con los cuales podrán poner en práctica sus habilidades. ¡CAZADORES APUNTEN!

—¡SI SEÑOR!

—Lo lograrás, podrás lograrlo... —animan algunos jóvenes soldados que pasan a su lado.

Tián quien era más serio y molesto susurra burlándose:

—Increíble, una cazadora que no usa esencia arcana es una gran perded...

Jena escucha el susurro, por lo que enfadada interrumpe diciendo

—Cuidado con lo que dices —amenaza con rudeza, mientras lo mira con odio.

—¿Estás demente? —cuestiona Tián

—Sí, y soy capaz de voltearte la cara si vuelves a decir algo, ¡idiota!

—Cálmate, no dije nada.

—Jena, vamos no le prestes atención. Ren nos espera —interrumpe Lizäri.

Jena accede, pero le lanza una mirada amenazante al chico, ella no soporta que insulten a su amiga, es su debilidad y su fortaleza a la vez.

Renfaz esta vez está esperando que ellas terminen, mientras que se encuentra hablando con un joven guerrero mientras estas salen de su entrenamiento.

—¿Chicas, nos vamos ya? —pregunta el joven guerrero.

—Si por favor, necesito ir a mi lugar favorito —afirma la joven de ojos verdes

—Hasta luego, Daener —dice Ren, despidiéndose con un apretón de mano.

La joven chica se siente abrumada aun por no poder dominar la esencia arcana, necesita un respiro y que mejor lugar que, su lugar.

—¿Y Edmund no irá? —cuestiona la joven Elfa con curiosidad.

—¡Ah! Dijo que dentro de un rato nos alcanzaba, así que vámonos, lo esperamos allá —dice el joven enano.

—Pero antes, llevemos pan. Vamos a comprar a donde Helda —dice Jena mientras caminan hacia el barrio comercial, para comprar y posterior a eso embarcarse hacia el Bosque Claro.

En todo el trayecto, no habían hablado nada, su amiga Jena sabe el porqué, por lo que trata de romper el hielo.

—¿Quién ira esta vez a buscar miel? —pregunta

—Yo fui la vez pasada, creo que le toca a Lizäri —dice el enano—. Liza, te toca buscar la miel para el pan.

—Está bien —dice la joven de cabello caoba, sin dejar terminar a Jena de hablar.

El trayecto de la aldea al Bosque Claro es de unos seiscientos metros, por lo que queda retirado. Algo que le ama Lizäri, estar rodeada de la naturaleza junto a sus amigos para ella es lo mejor, por lo que al llegar cambia su semblante. El lugar es un prado que colinda con el bosque, hay ciervos blancos, otros son negros como el azabache, conejitos rosas, mariposas rubiáceas y miles de pajarillos cantando su dulce melodía; un lugar parecido a un paraíso, también árboles de distintos tipos, cerca del Río Ester bastante extenso de agua totalmente cristalina.

Jena se encargó de extender una cobija que cargaba en un bolso, y la asegura colocando piedras en las esquinas de estas, cerca de unas rocas.

—Ya vuelvo, voy por rica miel —menciona Lizäri mientras se alistaba a entrar al bosque claro sur

—Gritas si necesitas ayuda —dice el enano.

—Vale. No te preocupes, regreso rápido —responde Lizäri.

Se encamina hasta el bosque, que, a pesar de ser un bosque no es para nada tenebroso. Hay cada variedad de flores, arbustos con moras y mariposas, algunos conejos, entre otros animales silvestres.

Se aleja unos ciento cincuenta metros hacia otros árboles, buscando un nido de abejas entre las ramas altas de los árboles del bosque, encuentra uno grande, toma una flecha de su aljaba y saca una cuerda de nilón de uno de los bolsillos de la aljaba, amarrando el extremo de la flecha con él. Se dispone a disparar su arco, dando directo en la colmena, rápidamente toma la cuerda que sostiene de un dedo y hala con todas sus fuerzas. Logra derribarla, pero de inmediato las abejas comienzan a perseguirla, son abejas pecho blanco, una de las más venenosas, por lo que se apresura a llegar al río, deja la colmena en la orilla y decide meterse al agua para resguardarse y evitar el veneno.

A UNOS POCOS METROS

—No hagas locuras, nos descubrirán.

—Tranquilo confía en mí, debemos hacer algo para poder hablar con el Rey —dice mientras sale del escondite.

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