Capítulo 1.

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 Tenemos algunos cambios. Nueva portada (¿¿os gusta??), nuevos Julen y Melissa (aunque vosotros imaginaos a quien queráis jajaja, claro).

Y aquí vuelvo con esta historia. Esta vez subiré también la segunda parte, pero primero que nada, os dejo con la versión más actualizada <3 Le dedico este capítulo a Rose_YTPMQTM y a AguePinkFloyd.

Os he dejado una foto de Melissa en multimedia :)


Capítulo 1

Mel Ortiz nunca había creído en el Karma. De hecho, ni siquiera se había planteado la existencia de un poder sobrenatural que fuera capaz de hacer pagar las malas acciones de alguien con pésimas consecuencias. Esas cosas nunca habían existido en su mundo... al menos hasta ese momento.

La joven enarcó una ceja rubia, perfectamente delineada, y deslizó sus gafas de sol por el puente de su nariz suavemente, observando, sorprendida, al hombre que se encontraba delante de ella. Su «chófer».

Su conciencia no pudo evitar reírse burlonamente de ella misma: había llegado hacía más de dos horas a ese aeropuerto alejado de la mano de Dios y llevaba desde entonces esperando a que una de las limusinas de su padre llegara a buscarla. O al menos uno de sus todoterrenos... o al menos un coche que tuviera menos de cuarenta años.

Pero no. Tras llamar a su padre unas mil veces para saber por qué demonios nadie acudía a su encuentro en ese inhóspito lugar, por fin él le había dicho que uno de sus trabajadores ya estaba de camino para salvarla. Y allí estaba el hombre, con un pequeño coche supuestamente blanco y completamente oxidado que a duras penas podría superar los cincuenta kilómetros por hora.

Era un hombrecillo menudo, vestido con una camisa de cuadros y unos desgastados pantalones de pana azules.

Mel se preguntó si la pana seguiría vendiéndose como tejido, y, a juzgar por la antigüedad de esos pantalones... llegó a la conclusión de que no.

—¿Eres Melissa?

Estuvo tentada de contestarle que no y huir de nuevo hacia Londres, pero pensó que, teniendo en cuenta el tamaño de ese lugar, quizás el próximo avión saldría el año siguiente y no podía permitirse perder tanto tiempo de su vida.

—Sólo Mel —murmuró, de forma cortante.

El hombre mayor entornó los ojos un momento al escuchar su tono agresivo, pero finalmente, una sonrisa desdentada se abrió paso en su bronceado rostro.

—¡Cuánto has crecido! ¡Estás igualita a tu madre!

Mel puso los ojos en blanco en un gesto hastiado. No soportaba ese tipo de comentarios, ella se parecía a Gigi Hadid o a Sydney Sweeney, no a su madre.

Sin mediar palabra, cogió su maleta y se dirigió a ese coche que parecía más una trampa mortal que un automóvil.

Se preguntó si su padre lo había hecho a propósito... ¿Sería posible? Después de obligarla a dejar su país, mandarla a un campo perdido en mitad de un lugar extranjero y cargarla de responsabilidades... ¿Ahora debería subirse a ese trasto? ¿Qué ocurría si moría?

—Soy Bernardo —anunció el hombre—. Te conocí cuando aún eras pequeña y viniste a España junto a tus padres por última vez, ¿te acuerdas?

No. Ni se acordaba, ni quería acordarse.

Ignoró su pregunta.

—¿Esto es seguro, Bernardo? —preguntó, señalando el intento de coche.

La sonrisa del hombre se hizo aún más amplia.

—¡Duro como una piedra! —le dio una palmada al capó del techo que resonó profundamente—. Tiene tu edad, ¡veinticuatro años!

Sí, ya. Seguro. Quizás hacía veinticuatro años que Bernardo lo tenía en su poder, pero ella estaba segura de que el trasto habría pasado por las manos de diez dueños más antes que él.

Bernardo volvió a sonreír profundamente, tanto que Mel se preguntó por qué demonios estaba ese hombre tan contento, y, al no hallar una respuesta medianamente satisfactoria, finalmente terminó por resoplar y abrir la puerta trasera del coche.

—¡Yo te ayudaré!

—No, no —Mel se negó—. Vámonos de una vez.

Ante la enérgica negativa de Mel, Bernardo sólo pudo encogerse de hombros y avanzar rápidamente hasta el asiento del conductor. Cuando el hombre entró dentro del coche, ella ya había lanzado su equipaje al interior del vehículo y se estaba abrochando el cinturón del asiento de copiloto.

—La gente de ciudad lo hace todo demasiado rápido —opinó Bernardo.

Y Mel decidió morderse la lengua en vez de explicarle que, cuanto antes arrancaran ese puñetero coche arcaico, antes llegarían a la ciudad, donde ella por fin podría instalarse, llamar a Jessica, su mejor amiga, y comenzar su «nueva» vida en ese país extraño.

Mientras ese montón de hojalata se deslizaba por el asfalto de la carretera, Mel volvió a rememorar una ocasión en la que una limusina privada la había esperado durante horas en la puerta de su lujoso apartamento del centro de Londres. Su padre la había enviado para que la llevara a una gala benéfica destinada a construir un nuevo hospital en Tanzania... Pero Mel nunca llegó, puesto que Jessica y ella no se encontraban en Londres, sino que estaban en una grandiosa fiesta en la casa de la playa de Leslie, en la hermosa ciudad de Brighton. ¡Pero había sido la fiesta del mes! ¿Cómo iba a perdérsela?

Al parecer, a alguien no le había hecho ningún tipo de gracia que desperdiciara de esa forma la limusina y a su conductor. El Karma existía, sí señor. Por eso ahora ella estaba subida en ese atentado para las compañías automovilísticas y, por eso, su nuevo chófer era el campechano Bernardo. Dudaba que ninguna empresa siquiera se atreviera a asegurar ese automóvil, así que imaginaba que, si algo se rompía en ese coche, sería Bernardo quien tendría que arreglarlo con pegamento industrial y una lima de uñas. En el peor de los casos, si algo sucediera, Bernardo tendría que arrastrar el coche hasta el contenedor más cercano y rezar para que alguien quisiera quedarse con las piezas más importantes del automóvil.

De todas formas, lo interesante aún estaba por venir... porque esa solo era una de las cosas malas que Mel Ortiz había hecho, una de muchas.


¡Y aquí comenzamos...! Gracias por leer y por haber esperado todo este tiempo <3

Por favooooor, si os gusta la novela, votad y comentad para que llegue a más gente. Os recuerdo que acabo de empezar a usar Tiktok también y seguro que vosotras lo usáis muchísimo mejor que yo, así que os espero por allí para que me podáis enseñar. Me encontráis con el nombre vmcameron213 :D

¡Mil besos!


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