Capítulo 22Chantaje

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Flashback

Abby había entrado a trabajar en una casa para trabajar de interna, era joven, dieciocho años recién cumplidos. Era una familia acomodada para la que trabajaba, los dueños el señor de la casa era un cincuentón que se conservaba muy bien, la mujer a punto de entrar a los cuarenta, una estirada de mucho cuidado y tenían tres hijos, el primero, entro en las fuerzas armadas pues nunca estaba en casa, el segundo, un chico de diecisiete años, estaba en un internado, solo quedaba el pequeño, un niño de trece años, bueno ya no era tan niño, pero apenas molestaba. Así pues, estaba contenta, por ese trabajo digno. Su economía no le daba para estudiar y a pesar de que era una familia pija y remilgados todos la trataban muy bien.

Su vida se complicó cuando en el verano, el hijo mayor obtuvo un permiso de un mes en las fuerzas armadas. El primer día que le conoció, no pasó desapercibido lo apuesto que era, alto, delgado, perfectamente peinado y unos ojos azules preciosos, su traje de uniforme que le hacía si cabe mucho más atractivo, claro que, para él, Abby era invisible, una sirvienta más de la casa. El primer día que, si se atrevió hablarla, le resultó prepotente y altivo, el segundo día, ya lo tenía claro, le odiaba y esperaba con ansias que ese mes pasara rápido.

Cuando Abby libraba, la chica prefería pasar el día paseando, visitaba galerías, museos o iba a una biblioteca a lucrarse de conocimiento. Que no fuera a la universidad como otros chicos de su edad, no quería decir que no fuera inteligente. El asunto es que esa mañana, alguien, inesperadamente:

_ Señorito Griffin ¿Qué hace usted por aquí?

Dijo llena de sorpresa la jovencita Abby, mientras el rubor pintaba de rojo sus mejillas. El chico le sacaba dos años, este se apoyó en el marco de la puerta:

_ Vi que no habías ido a trabajar, estaba preocupado por ti

_ Le agradezco, pero es mi día libre

Jake amplió una dulce sonrisa:

_ En ese caso ¿tiene algún plan para hoy? ¿le gustaría desayunar conmigo?

_ No creo que esté bien visto, usted es mi jefe y yo una empleada

_No_ negó con chulería_ mi padre es tú jefe, yo solo soy un visitante, vamos solo será un café

¿Es que era tan arrogante que no abandonaría?

_ No me gusta el café

_ Pues un zumo

_ Creo que no capta el mensaje señorito Griffin

Este carcajeó y asintió con la cabeza:

_ Sí, lo capto, pero no lo acepto por eso insisto

Abby resopló con fuerza, no quería meterse en problemas y menos tener que aguantar las habladurías de las malas lenguas, pero era humana y le pareció demasiado mono por su parte, sabía que no debía caer a los pies de ese hombre, ya que en cuestión de semanas se iría. Este al ver la duda en el rostro de la chica insistió. Era consciente de que gestos poner para que las mujeres cayeran a sus pies. Abby no iba a ser de menos.

El asunto es que Abby no acabó siendo una más para Jake Griffin, fue educado, fue caballeroso y siempre que la chica libraba salían juntos de paseo, se convirtieron en los días perfectos para las citas más románticas. Cuanto más se acercaba el día de su partida, más se daban cuenta de que aquel idilio tenía fecha de caducidad. Se encontraban en una de las tierras de los Griffin, habían ido a montar a caballo y estaba alejado del barullo de la ciudad. Por suerte apenas solo estaba mantenido por un capataz y otra empleada, que no conocían a la chica. Después Jake le había llevado a ver el atardecer, cerca de las caballerizas:

_ Cuando vuelva_ comenzó a decir el chico, mientras le sostenía las manos y le miraba fijamente, Abby se derretía con su mirada, era como perderse en el cosmos_ ¿te casarías conmigo?

_ No lo permitirían Jake_ por mucho que soñaran con un amor eterno, donde todo eran comer perdices y vivir felices_ Abigail no era nadie en el mundo de Jake Griffin, el hombre cuyos padres pretendían casar con otra chica de su clase social.

_ me importa una mierda mis padres, mi apellido y mi dinero, te quiero a ti_ le atrajo, hasta quedar a escasos centímetros_ Seré teniente y ganaré lo suficiente, para mantenernos a los dos.

La chica se abrazó a su soldado:

_ No pensemos en el mañana y seamos felices hoy.

Un adiós, un hasta luego, lo que fuera esa noche, se entregaron el uno al otro, un momento de pasión, lleno de amor y sin saberlo, un momento de concepción.

Fin del Flashback

Lo último que recuerda Lexa es tener en sus manos una carta, una maldita carta de Clarke, diciéndole cuanto la amaba, milongas y su terrible temor de que el tal Pike de los cojones le hiciera daño a ella o a sus hijos. Le dolía la cabeza, era como si le martillearan en jodido cráneo y la luz solar su peor enemigo. Por esas cosas no bebía, sentía la boca pastosa, no fue hasta pasado un rato cuando se percató que estaba en una habitación que no conocía, aunque el olor a suavizante de las almohadas y sabanas si, cerró con fuerza los ojos y maldiciendo se giró:

_ Por favor, no

Musitó, cuando los abrió, esa negativa sirvió de poco, ahí estaba la otra chica, bueno no veía su rostro por el matojo de pelo moreno que lo cubría, también la tez morena de su cuerpo la conocía a la perfección, estaba dándola la espalda, al menos llevaba puesto un camisón de seda color salmón. Con cierto temor miró debajo de las sabanas, tenía puesta una camiseta blanca y la ropa interior, también algo momento anti morbo y poco sexy, los calcetines color marrón oscuro, hizo un sonido quejumbroso al notar una pequeña quemazón en el brazo, se miró y volvió a cerrar los ojos arrepentida. Otro jodido tatuaje:

_ Por eso no bebo_ volvió a repetir en voz alta, dio unos golpecitos a Ontari, esta se giró para mirarla con los ojos entre cerrados_ ¿Me puedes explicar cómo he llegado hasta aquí?_ puso gesto de preocupación_ dime que tú y yo no...

_ No me acuesto con borrachas que sudan alcohol por todos los poros de su cuerpo_ paró enseguida_ apareciste en mi puerta semi desmayada, queriendo hacer lo de siempre

_ ¿Y es?

_ Intentar utilizarme, pero mira te salió el tiro por la culata_ se incorporó un poco y se pasó la mano por el pelo para retirárselo de la cara_ ¿Ya se te pasó la borrachera?

_ Tengo una resaca de los mil demonios

_ Genial_ dijo algo más animada Ontari y sin previo aviso le empujó haciéndole caer de la cama_ no hagas ruido cuando te vayas, a mi perro le molesta, hubieras dormido en el sillón pero esa es su cama_ alzó las cejas_ por cierto, ya que me diste la noche con tus llantos me tomo el día libre

Lexa puso un mohín y se levantó del suelo mientras se frotaba el culo:

_ Me asombra tu sensibilidad

_ Yo no soy ninguna de tus dos mujeres latín lover_ puso los ojos en blanco_ y que te quede clarito esta guarra ya no se abrirá de piernas solo porque me lo pidas guapita, a la próxima a lo mejor te dejo en la puerta.

_ Ya lo he pillado_ dijo con gesto doloroso la ojiverde, que dolor de cabeza, fue recogiendo las prendas de ropa que estaban sobre una silla_ gracias

Ontari intentó volver a dormirse, cuando gruñó con irritabilidad y volvió a incorporarse para mirar a Lexa:

_ No debería hacer esto porque fuiste una puñetera desconsiderada, pero conocí a Alicia y hasta yo me di cuenta de lo perra que era, mucho más que tú, así que un consejo extra, deja de tratar de ser alguien que no eres, no tomes ejemplo de tu hermana, se tú el puto ejemplo.

Lexa la miró con desconcierto, ¿qué le había dado ahora con las frases de las galletitas de la suerte? Ontari puso los ojos en blanco, ¿por qué hacía eso? Lexa le había gritado, insultado y humillado, en incontables ocasiones, también se había reprochado a sí misma por eso:

_ Lexa, me contaste entre sofocos tu vida, que si Costia esto, que si Clarke lo otro, lo que digo es que no seas el obstáculo que impida a una madre estar lejos de sus hijos, de eso ya se encargó muy bien Alicia_ se sentó mejor y se apoyó en el cabecero de la cama_ si tanto repetías que estabas dispuesta a cambiar, deberías tomar esa decisión antes por ti, que hacerlo por otra persona_ achicó los ojos_ déjanos a la gente como yo el ser unas lagartas, ahora regalado el consejo, largo y que no te engañe el perro, tiene malas pulgas

_ Sabías lo de Clarke

Dijo afirmativamente, mientras terminaba de ponerse los pantalones:

_ Lo sabía

Lexa la miró con enfado:

_ ¿Fuiste tú quien filtró la información a la prensa?

_ Dos dedos de frente Lexa, había otro que sabía la verdadera identidad de Clarke_ bostezó y se tumbó en la cama_ fue Collins

_ Le pienso matar

Dijo con rabia la ojiverde mientras se calzaba ya alterada:

_ Muy bien, pero antes firma los papeles que te dejé en tu despacho

Lexa no dijo nada más e iba a salir con decisión de la habitación, hasta que recordó lo del dichoso perro. Lentamente abrió la puerta de la habitación y se asomó, por el pasillo oscuro no se veía a ningún perro, ya se estaba imaginando un bulldog, un bóxer, un Rottweiler o un American bully eso sí que daban miedo, cuando llegó al salón, lo encontró acurrucado en el salón, era un chihuahua blanco de pelo largo. La ojiverde suspiró con alivio y comenzó a reír por haber pasado ese miedo innecesario ¿innecesario?

Cuan velociraptor, el perro alzó la cabeza poniendo tiesas sus orejas, la ojiverde puso los ojos como orbitas, sobre todo cuando el chucho le miró con esos ojos oscuros, redondos y endemoniados, enseguida comenzó a enseñar sus dientes y sin darse cuenta, ya estaba corriendo hacia la puerta huyendo del perro.

Ontari tenía los ojos cerrados e intentaba conciliar el sueño, cuando escuchó a lo lejos:

_ PUTA RATA LOCA

Entonces dibujó una sonrisa de plena satisfacción:

_ Bien, Mushu_ suspiró_ ¿Por qué me hiciste prometerte que le protegería Alicia? Es un puto desastre

Musitó antes de volverse a dormir.

Que tuviera treinta tacos no le libraba de que su madre le diera una buena colleja y le cantara los cuarenta. Octavia le había dejado los niños, mientras que esta no sabía dónde su hija se había metido. Lexa puso gesto doloroso, los gritos de Indra eran como jodidos taladros.

Puto Collins, lo que era de esperar, Charles Pike fue en busca de su conejito predilecta a Carolina del sur, ¿para recuperarla con flores y poemas? No, quería despellejarla viva, quería su dinero y de paso también despellejar a Raven, por abandonarle sin avisar.

¿Pensaban las chicas que Pike desaparecería si no las encontraban? Quería su dinero, si no lo obtenía directamente de la fuente, alias ladronzuelas desagradecidas. La mujer ricachona, quizás si era capaz de llegar a un acuerdo.

Así pues, aprovechando que en su empresa, dos hombres, vestidos como dos payasos horteras, abordaron a Lexa:

_ ¿Lexa Woods?

La morena los miró de pies a cabeza:

_ Los conciertos de Tom Jones en las vegas

Los chicos parecieron no captar la ironía:

_ Charles Pike quiere hablar con usted

Lexa alzó una ceja:

_ Diría que concertase una cita con mi secretaria, pero se dio a la fuga con mi otra mujer

_ Por su mujer quiere hablar con usted

La morena prestó más atención:

_ ¿qué mujer? ¿La que se hizo pasar por muerta para huir de mí? O ¿la actriz porno que se ha pirado creyendo que está casada conmigo?_ frunció el ceño y musito_ mi vida es para mear y no echar gota

Los hombres intercambiaron miradas, antes de poner expresión de mafiosos duros, a ver si así la mujer dejaba de vacilarles:

_ Por Miss Cocos.

Lexa asintió:

_ Le decís a Vito Corleone que no tengo ni puta idea donde está Miss Cocos_ dijo con sequedad_ ahora fuera de mi vista.

Uno de los hombres, gruñó ya irritado y se retiró un poco la americana mostrando su revolver a lo Harry el sucio. Esperando que reaccionara como la mayoría de las mujeres, con miedo e incluso que gritase, ni lo uno ni lo otro:

_ Hace tiempo leí una tesis que decía, que lo grande que sea el arma es proporcional a lo pequeña que la tiene, por eso compensa su virilidad con una pistola tan grande_ sonrió con mofa_ no, lo cierto es que me lo he inventado, lo triste colega, es que yo tengo unos cojones tan grandes como para seguir rechazando la invitación de tu jefe sin necesidad de amenazarte con armas de fuego.

El tío ya cansado, hizo el amago de sacar el arma, cuando el otro le detuvo, estaban en plena calle y no era cuestión de cagarlas. No, el otro, mucho más joven, alto, moreno y de complexión normal, sonrió con malicia:

_ Tengo entendido que tiene dos hijos encantadores señora Woods, sería una pena que sufriera de un accidente infortuito

_ ¿me está amenazando?

Preguntó ya más desafiante:

_ Le estoy diciendo, que no le cuesta nada hablar con mi jefe

Lexa apretó la mandíbula y maldijo, Clarke no solo se marcharía de rositas, le había dejado el marrón igualmente. Achicó los ojos y acabó aceptando. Acabaría con ese hijo de puta que tanto le había hecho pasar a Clarke:

_ En el Restaurante Arkadia_ si quedaban que fuera en un sitio público_ a las ocho.

Los hombres asintieron y se marcharon. Lexa chasqueó con la lengua y observó como los horteras se marcharon, sacando su teléfono móvil:

_ Escúchame, mugroso inmundo_ dijo entre dientes_ no te arruinaré la vida por lo de mi mujer, a cambio de que hagas otro trabajo por mí_ apretó el puño_ quiero que averigües donde se aloja Charles Pike.

Clarke fue a la dirección que su madre le facilitó en una de sus llamadas a cobro revertido. No es que hablara mucho con ella, una o dos veces por mes, a pesar de que la ojiazul no se encontraba muy a gusto con esa señora de la cual apenas se acordaba. En un principio se negó, pero la rubia era demasiado insistente y le amenazó con ir a prisión. Abby siempre se había negado a que fuera a visitarla e incluso una vez, cuando había cumplido los dieciocho lo hizo, pero se negó a verla, le parecía vergonzoso que su hija la viera así.

Cuando la chica llegó a la casa Griffin, bueno al caserón Griffin, no es que tuviera las dimensiones que la mansión Woods. Se encontraban en Charleston, en la calle Battery, lejos de Pawleys Island, Myrtle Beach y North Myrtle Beach. Nerviosa se acercó, por fin de tantos años descubriría la verdad, descubriría si su padre biológico le querría si supiera de su existencia. Le atendió una chica con uniforme de criada:

_ ¿puedo ayudarla en algo?

_ Hola_ dijo con un hilo de voz, carraspeó para recuperar la compostura_ busco al señor Jake Griffin

La chica puso cara apenada:

_ Lo siento señorita pero el señor Griffin...

_ ¿Quién es Adriana?

Preguntó la voz de una mujer mayor, haciendo acto de presencia seguidamente. Iba vestida elegantemente, con joyas lujosas, tenía el pelo canoso y se notaba las operaciones de cirugía estética para rejuvenecerse:

_ ¿Qué desea?

Volvió a preguntar la mujer directamente cuando vio a Clarke, esta vez algo más turbada, debido a que se le parecía mucho a Jake:

_ Busco al señor Griffin, Jake Griffin

_ ¿De parte de quién?

Preguntó nerviosa:

_ Clarke Griffin, su hija

En cuestión de segundos, tanto la rubia como la criada se encontraban mirando al suelo, después de que la señora se desplomara medio desmayada. Adriana se agachó y comenzó a abanicar a la mujer:

_ Señora Griffin

Clarke puso ojo como orbitas y se llevó las manos a las mejillas:

_ Ahí va la hostia, que he matado a la mujer de mi padre

_ No_ negaba la mujer aturdida en el suelo, mientras movía la cabeza de un lado para el otro_ a tú abuela

_ Señora Griffin

Se escuchó una portentosa voz masculina a las espaldas de la rubia, un hombre trajeado, con melena pero perfectamente peinado, con barba y ojos azules:

_ Roan_ decía casi sin aire la mujer_ Roan, necesito_ señaló a la rubia con su dedo índice huesudo_ necesito una prueba de ADN

Roan frunció el ceño y miró a Clarke, que ya no sabía que hacer agacharse y socorrer a su "abuela" o echar a correr, menudo berenjenal se había montado, tendría que haber previsto eso antes de decir "¡Hola! Soy la hija perdida de Jake Griffin":

_ ¿Quién es usted?

Preguntó el hombre, mientras ayudaba a incorporarse a la señora Griffin:

_ Clarke

Dijo ya con miedo, ahora que estaba de pie, era súper alto y al hacer fuerza para sostener a la señora Griffin, se marcaba la tonificación de sus músculos grandes, era todo un jodido modelo de Calvin Klein:

_ Ayúdame Clarke

Le ordenó, para que le ayudara a cargar con la señora Griffin y llevarla hasta el salón, mientras la mujer entre sus delirios no dejaba de parlotear:

_ Ya decía yo que tiene su rubio y el mismo color de ojos.

_ No entiendo lo que dice, señora Griffin

Dijo Roan, mientras le sentaba en su sillón color blanco y distinguido:

_ A Jake, se parece tanto a mi niño

En ese instante Roan miró con seriedad a Clarke, la rubia se removió nerviosa, esa mirada ya la había visto con anterioridad. El chico se le acercó y le susurró:

_ Sígame, tenemos que hablar

¿Dónde se había metido? ¿Dónde estaba su padre? ¿Una prueba de ADN? Y ¿Quién narices era ese tal Roan? Ya en el pasillo, lejos del espacioso salón, esté le encaró, poniendo sus brazos en jarra y marcando pectorales:

_ Ahora me vas a decir ¿Cómo estás tan segura que eres hija de Jake Griffin?

_ Está conversación me gustaría tenerla con mi padre

_ Está muerto, murió en una de sus misiones al que le destinaron

Eso le sentó como un auténtico jarrón de agua fría. Por eso nunca buscó a su madre o al menos le gustaría creer eso, le gustaría creer que si estuviera vivo y supiera de su existencia si la hubieran querido. Roan le miró amenazante:

_ Escúcheme, la señora Griffin está muy delicada de salud, desde que falleció su hijo y después su marido. Sí tanto dice que es hija de Jake se hará la prueba de ADN_ bajó la voz_ quédese con la copla, aborrezco a los farsantes busca fortunas y como usted no resulte ser quien dice ser, acabará en la cárcel

Clarke puso los ojos en blanco, ya recordaba donde había visto esa mirada y ese comportamiento bravucón. Otra vez la estaban acusando de ser una caza fortunas, esa vez no se iba a callar:

_ Oiga yo solo vine para conocer a mi padre, ni si quiera sabía que era adinerado, ni sabía que estaba muerto, estoy cansada de los ricos arrogantes que solo piensan que se les acercan por el cochino dinero_ le dio un empujón, solo se movió unos centímetros, estaba duro el cabroncete_ ¿quiere la prueba del ADN? Yo me ofrezco hacérmela, pero que conste que no quiero nada que proceda de esta familia_ Se acercó hasta la señora que ya parecía recuperarse_ Señora Griffin, disculpe me inesperada intromisión y que se mejore pronto. Adiós.

La señora reaccionó rápido levantándose:

_ No, no te vayas, ¿por qué no te quedas y hablamos?

_ Verá señora, ya me han insultado lo suficiente como para captar el mensaje de que debo largarme

La mujer miró airada al chico:

_ ROAN_ miró a Clarke suplicante_ No hagas caso de mi abogado, a veces se pasa de sobre protector, por cierto es tú primo

_ No es cierto_ dijo con sequedad_ tengo el mismo parentesco con esta familia, lo mismo que ese cactus que hay en el jardín

La señora puso los ojos en blanco y agarró el brazo de Clarke para entrelazárselo, se acercó y le susurró:

_ no le hagas caso, está rebelde desde que descubrió que era adoptado_ comenzó a caminar, guiando a Clarke para dar pequeños paseos por el espacioso salón_ a su padre Damon, tu tío le bajó las paperas cuando era joven pues ya no podía tener hijos biológicos y tu tío pequeño Stefan, resultó ser gay, así que no tengo nietos biológicos, Roan es un amor cuando se le conoce y obviamente le quiero, es mi nieto igualmente_ alzó la voz para que le escuchara_ MADRE NO ES LA QUE PARE SI NO LA QUE CRIA

Cuando Lexa apareció en el restaurante Arkadia ya había llegado el famoso y temido Charles Pike. Sin embargo, la ojiverde le miró con un gesto de asco. Era el doble de hortera que sus hombres, ¿Le llamó Vito Corleone? Menudo insulto para Marlon Brandon. Más que mafiosos de los LA, parecían mafiosos cutres de las vegas. Se encontraba sentado en una de las mesas más apartadas a la gente. Lexa, tenaz fue hasta esa mesa y se sentó enfrente de ese "ser":

_ ¿De qué quería hablar conmigo?

_ Es obvio_ dijo mientras dibujaba una sonrisa con malicia_ de mi conejito Miss Cocos

Lexa sintió impulsos de levantarse y reventarle ese jeto de culo a puñetazos:

_ Se llama Clarke y mientras te dirijas a ella, será mejor que lo hagas por su nombre

_ Verás tu querida mujer "Clarke"_ dijo haciendo énfasis en la última palabra_ se fue llevándose consigo una suma de dinero considerablemente alta, que se encontraba en mi propiedad_ se puso más serio_ una de dos, me dice dónde puedo encontrarla o usted acopla con la deuda.

Lexa apartó la mirada unos segundos y sonrió con ironía:

_ Como no, otra cosita que se le olvido contarme_ poniendo gesto impasible_ ¿Si me opongo?

_ No seré tan amable de molestarme en hablar y si en actuar

_ Creo que no sabe con quién está tratando_ decía entre dientes_ Pike

_ No, señora Woods, creo que la que no sabe con quién está tratando es usted_ se apoyó en el respaldo y se cruzó de piernas_ si me enfado, iría primero a por tus seres queridos más cercanos, te los enviaría pedazo a pedazo, mientras que les mantengo convida, para que sufran, luego encontraré a la puta de Clarke_ Lexa hizo el amago de levantarse, pero sintió la presión de una mano, uno de los hombres que no se había movido de su lado_ Quieta_ dijo con tono divertido Pike, aspiró profundamente y siguió_ Clarke fue mi conejito favorita, por eso le había respetado, pero me muero por follarmela, a ella y a la zorra de su amiguita, créeme que lo haré, una y otra vez hasta cansarme_ Lexa apretó los puños_ luego les pondré los zapatitos de hormigón y haré que se la coman los peces_ curvó los labios_ no seré para nada indulgente, las tiraría al agua con vida y me masturbaría imaginándomelas como luchan por querer salir pero no pueden

Lexa tenía las tripas revueltas, escuchando a ese puto enfermo:

_ ¿Cuanto?

Llegó a musitar, tenía la vena hinchada por la rabia:

_ 14.000, pero ya que he tenido que venir hasta aquí, otros 2.000 y para que la deuda quede saldada del todo otros 4.000, eso por Clarke_ negó con la cabeza_ Raven no entra en el trato

_ ¿Cuánto por Raven?

A cada vez se sentía más enferma, hablaba de las chicas como si fuera mercancía:

_ Otro 10.000, en total sería unos 30.000. Raven y Clarke siguen con su vida, yo con la mía, todos felices y contentos_ Amplió una sonrisa y llamó al camarero, que no se había atrevido a intervenir_ póngame un buen solomillo, me invita mi amiga_ El camarero asintió y se marchó_ vamos, para ti sería una migaja de nada, posees una de las mayores fortunas de Carolina del sur.

_ Se equivoca_ respondía mientras iba a introducir su mano en el bolsillo interno de su americana el hombre que estaba a su lado se tensó_ voy a sacar mi talonario. Quien tiene la mayor fortuna de Carolina del sur es mi padre, la mía no alcanza y cuarta parte de la suya_ sacó el talonario y lo rellenó_ esperó no volver a verle nunca más

_ Si cobró este cheque_ agarró el talón que le estaba dando ya firmado_ le aseguro que no molestaré más, cada uno felices ¿recuerdas?

Lexa sacó la billetera y dejó lo que costaría el menú de ese hombre tan desagradable. Se levantó y se alejó, quería estar lejos de ahí antes de perder la poca paciencia que le quedaba. Ya en el coche, apoyó la frente sobre el volante y musitó:

_ Todo porque le había robado_ gruñó y en un ataque de ira se lio a puñetazos con el volante_ ¿por qué soy tan gilipollas? ¿Por qué Clarke?_ dijo conteniendo las lágrimas_ ¿Por qué me has tenido que hacer esto?

Sin importar las horas que eran, llamó al capitán de su avión privado:

_ Quiero que esté listo dentro de un par de horas como muy tarde.

Y el capitán, complaciente tuvo preparado el avión a la hora solicitada. Si, otra vez un viaje al sur, de regreso a Buenos Aires, una parte de ella, la que estaba llena de demonios e ira, le dictaminaba que estaba haciendo mal. En realidad, sus demonios se manifestaban solo de una forma, solo con una voz, Alicia.

Costia se sorprendió cuando Lexa se plantó en la puerta de su casa:

_ Recoge tus cosas, si quieres custodia compartida no estaré dispuesta a que mis hijos salgan de Carolina del sur, no sin mi supervisión, tendrás que regresar y lo harás hoy mismo.

La morena no podía creer lo que estaba escuchando ¿Podía volver? ¿Podía volver al que fue su hogar? ¿A ver a sus hijos? Y sin Alicia. Una vez más, Lexa demostraba que era mucho mejor que su hermana difunta. Sin poder contenerse de la emoción abrazó a la ojiverde:

_ Gracias, gracias, gracias_ agradecía entre lágrimas_ no te imaginas cuantas veces soñé con este momento

Lexa no dijo nada, respondió a su abrazo durante unos segundos y luego le apartó:

_ Anda, ve hacer tus maletas

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