Good man

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Bin se acercó a la barman y le pidió dos bebidas con poco alcohol. Quería que Gyu probara algo nuevo pero que ninguna de las dos perdiera su mente en el proceso.

Cada cuanto volteaba a ver a su amiga, que seguía sentada mirando a la gente bailar.

—¿Es tu novia? —preguntó la barman.
Soobin negó con gracia.

—No, es mi pequeña y adorable mejor amiga.

—Me recuerda a mi hermana menor, mi hermano y yo siempre la protegemos de todo.

Bin leyó el nombre de la barman en la etiqueta de su chaleco.

"Lea Huening"

—Oh —abrió los ojos al darse cuenta—. ¡Tu eres hija de los dueños!

—Sí, soy la mayor de los tres, es un placer conocerte.

—El placer es mío, siempre he tenido curiosidad por conocerlos.

—Te los presentaría, pero mi hermana menor no tiene permitido entrar al bar después de las nueve, y mi hermano en este momento tiene turno en la cocina.

—No te preocupes, por lo menos ya sé a quien recurrir en el caso de que algo pase.

En realidad nunca había ocurrido un incidente en ese bar, pero Bin siempre era precavida.

Eso, hasta que sintió una mano meterse debajo de su falda y tocar uno de sus glúteos.

Se volteó inmediatamente y encaró al compañero de su clase con el que había hablado hace a penas unos minutos.

—¿Qué demonios acabas de hacer? —inquirió rechinando sus dientes.

El chico se rió, ya estaba algo encendido por el alcohol.

—Ya te dije que te ves muuuy bien con esa falda Bin, ¿por qué no siempre te vistes así.

Bin se levantó de su asiento indignada.

—Me tocaste el culo con tu asquerosa mano.

—No te enojes nena, solo quería una probadita.

—Una probada de mi puño es lo...

En ese momento Bin sintió una presencia detrás suyo y una voz grave habló.

—Tu, sal de aquí antes de que te eche a patadas.

—¿Qué? ¡Pero si no le hice nada! —respondio el abusador.

Bin estaba congelada en medio del enfrentamiento. Una mezcla de emociones se revolvió en su estómago.

—¿Estás seguro? Porque yo vi que la tocaste, depravado. Y si no sales de aquí en este instante dejaré de ser una persona amable.

Algo debió pasar con la expresión del chico detrás suyo porque su compañero de clase se puso pálido y sus ojos demostraron terror.

Lo siguiente que supo Bin es que estaba yéndose a la velocidad de la luz.

Su corazón latía duro contra su pecho.

Lea habló.

—Kai, no tenías que interferir, yo iba a encargarme.

—No me hubiera gustado que se metiera contigo tampoco Lea —argumentó.

—Yah, yo me quedo con ella, vuelve al trabajo.

El chico llamado Kai pareció ignorarla.

Bin sintió un leve toque en su hombro que la hizo voltear. Encaró a un adolescente un par de centímetros más alto que ella, rubio, y de facciones hermosas, que la miraba tan amablemente que se le aceleró el corazón aún más.

—¿Te sientes bien? ¿necesitas algo? —preguntó, ofreciendo una disculpa con su mirada— Lamento que te ocurriera algo así, sí hubiera llegado un segundo antes le cortaba la mano antes de que te tocara.

Eso solo consiguió que Bin se sonrojara vergonzosamente.

—N-no te preocupes, estoy bien, solo fue un mal momento —afirmó—. Lo peor es que él y yo nos conocemos, nunca más le hablaré en mi vida, eso es seguro.

—Los chicos pueden ser unos idiotas a veces —dijo Lea detrás de la barra.

Kai hizo una mueca, como si por un momento lamentara ser parte de la población masculina.

La realidad es que a Bin, para haberlo conocido hace a penas unos minutos, lo consideraba un buen espécimen.

—Gracias por enfrentarte a él —hizo una reverencia— nunca sé como debo actuar en el momento en que estas cosas ocurren.

—No debería de pasarte tan seguido como para que lo aprendas, tu... —carraspeó— ustedes las chicas no deberían pasar por eso.

—Hay hombres a los que le pasa también, Kai —Lea comentó.

—Es cierto, pero no es tan recurrente —suspiró— en fin, vuelvo al trabajo.

Bin asintió y lo vio volver detrás de la barra, Lea le dió un codazo y él le sonrió. Su sonrisa era demasiado hermosa. Todo en él era jodidamente atractivo.

Pero a la vez su aura era tan agradable y cálida.

Le transmitía seguridad.

—¡Me llamo Bin, Choi Bin! —gritó en un arranque de valentía antes de que pasara el umbral de la cocina.

Kai volteó y mostró una sonrisa tímida.

—Fue un placer conocerte, Binnie.

Todos debemos estar de acuerdo en que Kai es un hombre hermoso, por dentro y por fuera, punto ^^

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