—Yoongi-Hyung ¿Que signo es usted?

—Taehyung te tengo dicho que no entres a mi estudio sin tocar.

Ese estudio era aburrido, para Tae; mas para Yoongi era el mayor tesoro. Entre aquellas cuatro paredes pintadas de gris ,con algunos detalles en una de las paredes, estaba su fuente de ingresos e ilusión de toda la vida. En su Genius Lab no solo hacía música para poder comer, sino que también se escondía de la cruel realidad de su situación económica, pues en Corea la vida es bastante cara.

Estaba dando la última revisión a una de las letras que llevaría, ese mismo día, a Namjoon, su jefe. Hasta que Taehyung irrumpió en su espacio sin previo aviso.

—¿Pero que signo es?— insistía el castaño en la pregunta antes realizada, a la cual no acababa de obtener una respuesta válida.

—Piscis— respondió el de hebras negras, intentando que Taehyung lo dejara terminar de una vez por todas, mientras rodaba los ojos en una expresión desinteresada.

—Hyung, el Horóscopo dice que hoy conocerá el amor— mencionó el menor luego de leer algo en su teléfono, el Horóscopo al parecer.

—Taehyung, déjate de tonterías. Nada de lo que dice eso es real.

Y valla que sí lo fue

Yoongi abandonó el edificio donde vivía con Taehyung -su roomie- para dirigirse a la tienda de música donde tenía a Namjoon por jefe y así entregar la nueva canción, a la cual le había dedicado esfuerzo y varios días sin comer algo decente.

—Min Yoongi— llamó Namjoon a su nombre y todos sus vellos se colocaron de puntas ante la intimidante voz de su jefe al pronunciar el bonito nombre que su mamita le había dado.

“—Que alguien me ayude—”

—¿Ocurre algo señor Kim?— preguntó temiendo la respuesta, pues si esta canción no le gustaba al jefe iría de patitas a la calle.

—Felicidades, muy buena su canción— y de sus hombros se fue un enorme peso, no tendría que volver a Daegu para trabajar con sus primos en la tienda de la tía Jihyo.

Con la cabeza baja, Yoongi salió del lugar despidiéndose de Hoseok, el dependiente que atendía el mostrador. Prendió rumbo al mercadillo, tendría que comprar Soju barato para celebrar junto con Taehyung que no fue despedido.

Iba caminando mirando en todos los puestos y dándole vueltas a lo que le había dicho el castaño sobre el Horóscopo.

—Ojalá fuera verdad— soltó bajito en un suspiro, pues su vida sentimental iba de mal en peor, en resumen, estaba más solo que la una.

Alzó la cabeza para seguir buscando y entre dos puestos divisó a un chico de llamativos cabellos naranjas, bajito y con unas mejillas que le hacían ver sumamente tierno, sin mencionar su naricita de botón y las dos orejitas de perrito que salían por sobre su cabello ¡Era un híbrido! Yoongi se sintió desfallecer por tanta belleza acumulada en un solo cuerpo.

Fue en ese mismo instante que entendió que probablemente el Horóscopo tendría razón. Quizás todo es una casualidad, pero que labios tan besables se cargaba esa casualidad.