—Yoonie ¿Estás bien?— preguntó un preocupado Jimin dejando la cocina para dirigirse a su Hyung que venía con muy mala cara.

—No— fue todo lo que dijo y abrazó al híbrido de cabellos naranja para llorar escondido en su pecho mientras recibía tiernas caricias en su espalda y cabello.

—Cuénteme, siempre estaré para escucharlo Hyung— dijo Jimin relajado, transmitiéndole paz al mayor. El pelinaranja entrelazó sus dedos con los del otro y se dirigió hacia el sofá, donde se sentó y ubicó a Yoongi acostado a su lado con la cabeza en su regazo. Continuó dejando caricias en los blancos cabellos de Min, listo para escucharlo.

—Tengo miedo— habló bajito mientras sollozaba—, miedo a que me despidan. Siempre que entrego una nueva canción tengo miedo a que me despidan, temo que mis canciones no sean suficiente para mantenerme en un puesto de trabajo. También temo que debido al poco tiempo que tengo libre te aburras de mí— comenzó a desahogarse, soltando lo último con un poco más de vergüenza, pues Jimin siempre le decía que le amaba y Yoongi confiaba en Jimin, en quién Yoongi no confía es en sí mismo.

—Hyung, piensas tanto las cosas, que te olvidas de que en tu barco solo tú eres el capitán— recalcando los "tu" y parando por unos segundos las caricias en el cabellos del mayor, el híbrido de perrito le recuerda la última conversación que habían tenido sobre el mismo tema, donde Yoongi mencionó una frase que usaba para animarse a sí mismo antes de conocer a Jimin —, y respecto a lo último, ya lo hemos hablado— se levantó -Jimin- de su lugar y dejó un beso en los labios de Yoongi para dirigirse a la cocina, pues casi se le quema el pescado.

—Eres un ángel Jiminnie— dijo aún sabiendo que el mencionado no lo escucharía —, mi ángel pelinaranja y con orejitas peludas.

Como un reflejo por su mente pasó el día en que conoció a Jimin, el mismo día donde Taehyung le había mencionado el Horóscopo.