Capítulo 22

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  Encontraron el coche, a las horas de dar la orden de búsqueda del vehículo, una vez más sin el secuestrador y sí con la víctima. Esta vez lo hizo en una calle poco transitada a altas horas de la noche y madrugada. En esta ocasión la mujer apareció con vida, pero dependía de un hilo, lo más seguro es que el asesino la diese por muerta.

Tanto Fuller, González y Clifford acudieron al lugar. Tras la charla que tuvo Samantha con Ontari resultó ser acalorada y no del tipo sexual que tanto les gustaba. No es que Sam sintiera celos, es que tal y como dijo la pitonisa Lolis, no confiaba en ningún NorthCorp, no hizo falta que la dijese que la tal Kisa la pidió algo a cambio y sin "conocer personalmente" a esa tal Kisa, solo el nombre le daba desconfianza:

- Encontraron el vehículo con la puerta trasera izquierda abierta- informaba la forense, pues ya se habían llevado al hospital- la víctima estaba tumbada boca abajo en el asiento trasero y le quitó los pantalones con la ropa interior.

- ¿abusó de ella aquí?

Preguntó Fuller:

- No, hay dos teorías, intenta confundirnos o la teoría más loable, expuso los genitales de la víctima a la vista de todos como una humillación más.

- Hay que actuar- dijo Kisa al escuchar eso último- empieza a degenerar y buscará otra víctima- sacó el teléfono- pediré que pasen el caso a NorthCorp al completo.

Al escuchar aquello tanto Clifford, como Fuller casi se la echaron encima:

- Ni hablar es nuestro caso.

- A demostrado ser descarado y a su vez lo suficientemente listo para seguir evadiendo las autoridades mientras secuestra, viola, tortura- decía cortante la morena hispana- y mata, solo con los recursos de la comisaría no daremos con él.

Clifford se adelantó a Fuller:

- Este es mi distrito, los centros comerciales ya están siendo vigilados- obviamente, después de la discusión con Ontari no pudo evitar pagarlo con Kisa- no habrá más sucios corpos de los necesarios.

Kate puso una mano en el hombro de Kisa, como intentando "controlarla" y hacerle entender con ese gesto que debía calmarse:

- ¿Acaso te hice algo? ¿Rubia? Porque empiezo a cansarme de tus ataques.

- Kisa.

Intervino Kate, en ese instante la ojiazul la miró con sorpresa ¿Kisa? ¿Había dicho Kisa? ¿La misma Kisa de Ontari?:

- ¿Kisa?

- Sí, Kisa- respondió González algo irritada- ¿pasa algo con mi nombre?

Clifford asintió con la cabeza y caminó un poco más hasta encarar a la morena, que era más alta que la ojiazul:

- Sí ¿conoces a Ontari Fisher?

Kisa puso los ojos en blanco:

- Sí ¿qué pasa con ella ahora?

Samantha cansada de su arrogancia se dejó llevar y la dio un fuerte puñetazo, haciéndola caer al suelo, aún arriesgo de echarse encima a todo NorthCorp con ese gesto, otros habían caído por mucho menos, como haber mirado mal a un corpo que tenía mal día:

- Ontari es mi novia y espero que te alejes de ella.

Le respondió antes de alejarse del lugar dando grandes zancadas. Kisa estuvo a punto de echar mano a su teléfono y contactar con NorthCorp para destruir y llevar a la ruina a esa rubia, hasta que sintió una mano en su hombro, Kate se había puesto de cuclillas y pensó "Ah, sí, hago eso y ésta hará nuestras investigaciones un calvario con sus lloriqueos":

- Eso te pasa por enrollarte con tías que tienen pareja.

La dijo ofreciendo su mano para ayudarla a levantarse. Kisa puso una mueca:

- ¿Enrollarme? – agarró su mano y se levantó- no he tocado ni un pelo a esa tal Fisher, solo le hice un favor con un caso- se pasó la mano por el mentón justo donde había recibido el impacto de los nudillos de Clifford- al parecer soy mala hasta para eso.

- Algo me dice que no fue un favor desinteresado.

Dijo Fuller con ironía:

- Eso da igual ahora, tenemos que detener a un asesino, está sin coche y sin nueva víctima, en el momento en que lo consiga irá a otro sector y nuevamente involucrarán a más agentes- le dio un golpecito en el hombro con el dedo índice- no estoy dispuesta a encontrar más mujeres muertas o debatiéndose entre la vida y la muerte, quieres tratar este caso como siempre, muy bien, pero yo usaré todos los medios que tengo más a mano, ese cerdo no se me escapa más.

Se iba a alejar mientras marcaba el número de uno de sus contactos de NorthCorp, ordenaría desplegar varias unidades en todos los centros comerciales:

- Por esa razón no confío en ti a la hora de que me cubras las espaldas- Gonzalez la miró con el ceño fruncido- no actúas como un equipo, cuando te conviene actuas de forma individual y eso no es de fiar.

Kisa hizo el amago de hablar, pero al final agachó la cabeza y siguió con sus llamadas y movilizando a las patrullas que pudiese ¿Era mala por querer detener a un sádico violador? Pues lo asumía. En cuanto a esa tal Clifford, ya encontraría la forma de devolvérsela.

Tras una discusión con su supervisor de NorthCorp, al final acabó cediendo ante las peticiones de Kisa, pero en el tiempo en que tardaron en desplegarse, el sospechoso actuó y en esta ocasión de forma diferente, saliendo de una pequeña tienda, secuestró a una mujer que estaba metiendo la compra en su vehículo, usó la estratagema de llevársela detenida, pues la enseñó una placa de policía falsa, la esposó y para sorpresa de la mujer, usó su propio coche, pues la empujó hasta el asiento copiloto y sacando una pistola la apuntó mientras que se alejaban de aquel lugar y como predijo Gonzalez, de sector también, solo que en esta ocasión la desesperación del sospechoso hizo que cometiese el error de que una cámara de vigilancia grabasen su cara.

Por otro lado, Ontari estaba en su despacho, organizando sus informes de casos ya cerrados. Cuando un hombre moreno, pelo negro y ojos castaños, casi se podía decir que eran rasgos hindúes, aunque al ver como iba vestido, no resultó ser una persona non grata:

- ¿qué hace un NorthCorp en mi despacho?

Preguntó con seriedad, incluso sospechaba que lo estuviera mandando Kisa y hasta pensaba que pudiese ser Lexa:

- Soy el licenciado Prassad, represento a Jane Henderson- sacó un documento de su maletín con el logotipo de NorthCorp- este es el permiso firmado para que puedan ir a registrar sus terrenos.

Ontari agarró el documento y lo ojeó:

- ¿Por qué no se lo ha dado directamente a la detective Clifford?

- Porque la persona que me mandó a representar a Jane hizo el trato contigo.

- Pues le dices a esa persona que el trato se cerrará en cuanto Henderson esté entre rejas- se levantó y agarró su chaqueta- voy a la comisaría- y bajó la voz para hablar consigo misma- para hablar con mi novia si es que la sigo teniendo.

  Con el inquietante caso que estaba llevando la rubia, esperaba encontrarsela fuera de la comisaría, sin embargo, estaba en su sitio, de morros y aplicándose hielo en la mano. Temerosa de que hubiera agredido a algún sospechoso se acercó:

- ¿Qué a ocurrido?

Clifford se quitó la bolsa de hielo de la mano y la enseñó los nudillos hinchados:

- Digamos que mis nudillos chocaron con la preciosa cara de esa tal Kisa.

Ontari la miró de forma acusativa:

- ¿la has buscado para pegarla? ¿Te has vuelto una matona posesiva ahora?

La rubia irritada se levantó y se acercó a la morena para evitar alzar la voz más de la cuenta:

- No he buscado a nadie ¿quién dice qué  solo fue por ti? Tu colega es la compañera de la agente Fuller y se pasó de lista- Fisher puso los ojos en blanco- tú podrás simpatizar con los corpos, yo no.

- conseguirás que te maten o mínimo que te encierren.

- Mi dignidad no será oprimida ¿a qué has venido?

  Lo preguntó con tal brusquedad que la morena se sintió dolida. Contuvo las ganas de llorar, eso no era bueno, eso significaba que le iba a bajar la regla:

- Jane Henderson nos ha dado permiso por escrito para registrar la vivienda.

Dijo entregando el documento a Clifford, que tras leerlo sus rasgos faciales pareció suavizarse y aún sin poder creérselo miró a la morena se nuevo:

- voy a hablar con la comisaria, pediré que nos acompañe otro coche patrulla, solo por si acaso.

Lo cierto es que la costó convencerla, pero al final accedió a que dos agentes las acompañasen, iba a ser una inspección rutinaria, por lo que no haría falta poner las sirenas.

Jane Henderson, tras ver los pocos vídeos en los que consiguieron captar a su marido con distintos chicos y saliendo de clubs de ambiente, se marchó a casa de su madre con los niños, diciendo que se iría el fin de semana. William dio por hecho que había pasado suficiente tiempo y la misma noche salió de caza.

Estaba en la parte trasera echando tierra a un hoyo, más bien a una tumba. Cuando vio que varios vehículos se acercaban a su casa principal cuando, uno de ellos era un policía. Henderson dejó la pala y nervioso fue hasta la casa, agarró un arma y se escondió en el ático.

Clifford y Ontari se acercaron a la puerta principal, bajo la mirada escéptica de los policías, les habían asignado a los policías más vagos, el típico prototipo de policías al estilo Clancy Wiggum o Eddie de los Simpson:

- Parece ser que no hay nadie.

Dijo Madson, el más "joven" de los dos, lo cierto es que a ambos les quedaban menos de 5 años para la jubilación:

- Quizás será mejor regresar luego.

Dijo el otro que estaba comiendo un donuts. Clifford se fijó alrededor, el vehículo de Henderson estaba estacionado fuera del garaje:

- Henderson está aquí, a demás, tenemos permiso para registrar la propiedad, no accederemos a dentro de la casa, pero podemos ir mirando los terrenos de fuera- miró a Ontari- veamos si tus amigos del más allá te dieron una ubicación exacta.

Ontari frunció el ceño:

- Ten un poco más respeto hacia los difuntos- miró a los agentes- vamos a la parte trasera, registremos la parte del invernadero.

Los agentes siguieron a las chicas mientras reían entre dientes, se imaginaban que no encontrarían nada y las chicas quedarían en evidencia, un buen hombre que se dedicaba a trabajar dejaría de sufrir el acoso de esas loca e irían en busca del sospechoso real.

Fueron a la parte trasera. La morena trató de recordar el sueño que tuvo, en el sueño era de noche y estaba oscuro, pasó el invernadero y extrañada o mejor dicho, asustada se dio cuenta de que era todo igual, supuestamente era la primera vez que estaba ahí. Se miró a los pies:

- están enterrados por aquí.

- ¿qué pasa?- preguntó el policía más viejo- ¿eres una loca tomadora que dice ver muertos?

Ontari no miró a algunas partes, habían crecido una especie de hongos y los señaló:

- Ammonia Fungi- al ver la cara de desconcierto que puso hasta la rubia- hongos del amoniaco, ya lo vi en otro caso, suelen crecer durante la descomposición de un cadáver, por el desarrollo del hongo lleva pocos meses.

Aquí. Escuchó el susurró de un chico, miró hacía la zona dónde creyó haberlo oído. Cerca del invernadero, había tierra removida y a un lado había un monton con una pala clavada. Con decisión se dirigió hasta ese punto:

- ¿los hongos esos pueden salir a causa de otras cosas?

Preguntó Clifford sin mirar la tierra removida:

- No sé, puede- Ontari miró sería a Clifford- pero en este caso es por la descomposición- señaló a una parte del hoyo- mira.

Parte de una mano pálida seguía sin tapar. No había que ser muy listos para llegar a la conclusión de que no había pasado 24 horas desde el fallecimiento o en el caso de la víctima, desde su asesinato:

- ¡Eh!- Clifford atrajo la atención de los policías que estaban unos metros cotilleando parte del terreno- venid aquí- ordenó- Madson, quiero que me digas sí eso de ahí no es razón suficiente para registrar todo el terreno con los forenses.

Ambos policías se asomaron y casi adquirieron la misma palidez:

- joder.

Dijo Gibson, el otro policía. Samantha desenfundó su arma y miró dirección a la casa:

- Henderson todavía sigue dentro- bajó la voz, como si desde ahí pudiera escucharla- Madson ve a la parte de delante y cubre la entrada principal, pide refuerzos- miró al otro- Gibson mira si puede intentar escapar por otra salida- miró a Ontari- tu vigila la parte trasera.

Ontari sacó su revolver, aunque obviamente empezaba a mostrarse nerviosa:

- ¿qué piensas hacer tú?

- ¿yo? Voy a entrar.

- con el debido respeto- dijo Madson- pero lo mejor es que espere refuerzos.

Sam se mostró irritada:

- con el debido respeto- repitió con molestia- estás tardando en catar mis órdenes.

Los policías a regañadientes se movilizaron, quedando Clifford y Ontari que se acercaron a la puerta trasera y se apoyaron en la pared:

- El pendejo de tu compañero- dijo la morena algo preocupada - tiene razón, mejor esperar a los refuerzos ¿y si está armado? Ya sabe que estamos aquí.

- tú solo estate pendiente de que ese desgraciado no escape por aquí, dispara si es necesario.

Clifford se iba a preparar para entrar de una patada a la puerta, cuando Ontari dijo algo aterrada:

- Espera- agarró de su mano y la atrajo hasta chocar sus labios, la miró a los ojos con determinación- te quiero.

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