Capítulo 44: "Él no."

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Lucía

—Adrián, solo son algunas preguntas. Luego nos iremos, será solo un momento ¿podemos hacerlas?

—Estoy...almorzando.

—Y si en lugar de hablar ¿escribimos?

Pero nuevamente nos volvió a ignorar por la comida.

—¿Sí terminamos de almorzar podemos hacer las preguntas? Es muy importante, Priscila ya no está más aquí, necesita ayuda.

Él nos miró, y luego de varios segundos de silencio susurró temeroso.

—Ok.

Santiago, Isabella y yo ya habíamos terminado, almorzamos a una velocidad muy rápida para iniciar con las preguntas. Pero Adrián seguía y seguía deleitando la comida muy lento, mientras miraba la miraba como el amor de su vida.

—¿Ya estás? Enseguida debemos irnos a nuestros dormitorios.

—Adrián ¡contesta por favor! No podemos perder todo el día en esto.

—¡Santiago tranquilo! Así solo harás que se asuste más.

—Adrián por favor, necesitamos tu ayuda. Si quieres te devolvemos un favor, hacemos lo que nos pidas. Solo queremos que contestes nuestras preguntas.

—Lo haré...pe-pero solo una pregunta. Debo ir a ver a mi tortuguita Lulu.

—Lo haremos rápido, deben ser más que una, es para ayudar a Priscila y pueda descansar junto con su familia.

—¿Están e-nfermos y no pueden acostarse en una cama?

—Fue una forma de decir nada más, no es literal.

Comenzó a mirarnos de una manera extraña, se lo notaba incómodo y asustado, ya lo poco que hablaba lo suprimía.

—¿Mantuviste una buena relación con Priscila Méndez?—pregunto esperando oír una respuesta.

—No entiendo.

—¡¿Ella era de tu agrado?!

—Tranquila Isabella, por favor.

Él comenzó a estar un poco más nervioso, moviendo su manos cada vez más rápido y sin tratar de concentrarse en lo que preguntaba.

—Chicos por favor, déjenos solos. Se le dificulta esperar lo que quiere decir y no está ayudando que seamos tantos— comento para que nos dejen solos y mantener una comunicación más estable y tranquila.

—Está bien, pero graba por favor, así guardamos con las demás grabaciones de las otras confesiones—expresa Santiago y se van.

—Ahora estamos solos Adrián, por favor te pido que me ayudes—expreso tocando su mano apoyada en la mesa,  pero al mínimo contacto la extrae velozmente.

—No me toques, no me toques, no quiero que me toques. ¡No, no, no me toques!

—Tranquilo, por favor. Tranquilo—comento mientras lo veo bastante alterado.

Pero él toma su mochila y se retira del lugar corriendo.

—¿Qué ocurrió? Pregunta Santiago junto con Isabella al regresar donde estoy.

—Lo toqué sin querer y tuvo pánico.

—Al final no se pudo investigar nada.

—En eso te equivocas Isabella, tal vez no habló, pero sus acciones demostraron que él no pudo haber sido.
Estando en contacto con él con tan pocos segundos, me di cuenta de su inocencia, él no pudo hacerle daño a Priscila. Además si hubiese sido, tuvo que haberla tocado, y eso más la ejecución del asesinato tendría un impacto emocional muy fuerte para él, tanto que no hubiese podido seguir tan normal como antes en aspectos cotidianos tan normales como apreciar la comida o disfrutar y estar al cuidado con su mascota.

—Buen punto Lucía.

—Como supusimos, la persona de los anónimos solo quiere desviarnos, por lo tanto, estamos cerca de hallar al culpable.

En ese instante, la profesora Giménez vino al comedor, y al acercarse a nosotros, comenta seria.

—Ya está todo preparado para su trabajo. Limpiarán hasta las 14:15, tendrán quince minutos para bañarse y así 14:30 ingresan a su clase.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro