Capítulo 42

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Capítulo 42



"Siempre estaré para ti"



Me quede sorprendido por el lugar que me había traído Cheryl...

Nunca pensé que hallaría lo que siempre quise encontrar yo mismo.

¿A quién no le gustaba tener un lugar abandonado para ti solo? siempre cuando era pequeño, soñaba por encontrar uno de esos, para investigarlo y todas esas cosas que los niños quieren, ahora de adolescente lo usaría para mirar la enorme ventana y pensar como lo hace Cheryl...

Pensar como está hecho este mundo...porque en sí, yo siempre soy negativo pero la vida está llena de cosas hermosas por las que quieres, salir y descubrir.

Caminé y había mesas rotas, vidrios y tierra en el suelo, pero cerca de la ventana estaba despejado... no había basura.

—He limpiado todo donde me siento... —Me aclaró Cheryl.

Dirigí mi vista hacia su rostro, sonreí y luego apoyé mis manos en la enorme ventana y ahí vi lo que tenía que ver... el hermoso paisaje.

Se veían muchas casas, barrios iluminados, el cielo mostrando las estrellas de esta noche y esa imagen me hacía cristalizar los ojos.

Podría quedarme mirando tantos segundos la ventana de mi casa que a comparación de esta, no mostraba nada, y esta me hacía sentir algo en el pecho... me hacía sentir bien...me hacía sentir tranquilidad.

— ¿Sientes lo mismo que yo?

Me preguntó ella mirando la ventana como yo.

—Siento emoción...

—Sí, no soy la única loca...

La miré con sorpresa y luego seguí mirando la hermosa vista que se veía en este edificio... todo lugar tiene su importancia, este era un lugar abandonado pero esta ventana mostraba una hermosa vista con la que podrías quedarte toda una noche viéndola sin cansarte.

—Una vez le conté a un amigo que cada vez que veía un paisaje de algún lado me emocionaba y se rio en mi cara...

Negué con la cabeza, porque a mí me pasaba lo mismo cuando veía un paisaje y no me gustaría que se rían cuando se lo digo a alguien.

Nunca me paso porque no hablaba antes con casi nadie y ahora hablo con Jayden que nunca haría una cosa así... porque es buena persona, pero no todos son como él.

—Pues a mí me pasa lo mismo y no me da ganas de reírme...

—Me he dado cuenta de que la mayoría de mis amigos son unos idiotas...

Se descolgó la mochila y empezó a sacar alguna de sus cosas. Había preparado dos botellas de agua, una manta roja donde nos sentaríamos, las linternas, su celular, y otras cosas que no llegue a ver porque solo sacó la manta y apoyo en el suelo.

—Para sentarnos...

—Genial...

Nos sentamos y me entregó una botella de agua y le agradecí. La verdad que lo necesitaba con lo que había caminado me había agitado y la garganta se me había secado, entonces comencé a sentir la necesidad de refrescar mi garganta.

Tomé un sorbo y ella se quedó en silencio mirando la ventana, mientras sostenía la botella.

—Quería que sepas que me encanta tu lugar secreto...

Se lo dije para que no se sintiera mal, para que sepa que me gusta su lugar y que quiero venir más seguido aquí... con ella.

—Gracias, Yannick.

Pero debería contarle lo que había pasado con Larry... sé que ella sabía poco de la historia, porque justo cuando paso lo más importante estuvimos peleados, pero luego nos arreglamos, todo volvió a la normalidad y no se lo dije tampoco.

—Tengo que contarte algo...

— ¿Bueno o malo?

—Bueno.

Ella me miro con extrañeza y luego sonrió.

— ¡Genial!

Asentí y no supe que decirle.

No sabía cómo empezar con todo este asunto, que ni siquiera lo superé yo mismo. No sé cómo reaccionaría... sé que ella tenía la confianza siempre conmigo, ella desde antes siempre decía que iba a lograrlo y yo nunca le hice caso.

Pero ahora sé que es una mujer muy inteligente y gran parte de lo que logré fue porque ella fue mi primera fan, la que me dijo que no me detenga nunca con el canal de youtube.

—He conseguido algo... para que graben unas canciones mías...

Hubo un momento de silencio.

Me daba la sensación de que se iba a enojar...

— ¿Qué?

Me preguntó y yo me quede tenso.

—No sé cómo explicarlo...

Finalmente dije porque era la verdad, no tenía idea de cómo explicarlo.

— ¿Has conseguido algo?

—He conseguido un sello discográfico...

Ella se quedó callada un momento otra vez y ahora si la miré a los ojos... parecía dolida por algo, pero no podía descubrir que era realmente.

— Cheryl...

Sabía que se enojaría, por un momento pensé en no decírselo, porque arruinaría todo lo que tenía planeado para esta noche... pero no podía seguir ocultándolo más, ni a ella, ni a mi familia. Tenía que empezar a decir lo que me esperaba el futuro, tenía razón mi abuela, ya tenía que parar con las mentiras...

Sus ojos se llenaron de lágrimas, entonces fue ahí cuando me desesperé y me acerqué a ella para tranquilizarla.

Creí que me empujaría pero cuando me acerqué y tomé su mano, ella me sonrió mostrando sus blancos dientes.

— ¿En serio, Yannick?

—Si... si...

— ¿Viste que tenía razón?

_Exacto...

No perdió más tiempo y me dio un abrazo bastante fuerte que hizo que largara una risa y sacara una sonrisa.

— ¡Qué hermoso, amor! ¡Qué hermoso!

Empezó a decir y no podía creer que en mi mente creí que podría haberse enojado, si ella fue mi primer fan... pero quizás se enojaba porque no fue la primera en enterarse.

— ¡Te felicito!

—Gracias...

Dije sin aliento, porque estas situaciones eran unas de las que me ponían un poco sentimental. Todavía no podía asimilarlo y cada vez que recordaba el día que fuimos a firmar los contratos, el día que Larry me dijo lo que quería de mi... me daban ganas de llorar de la emoción.

Se separó del abrazo y tenía una mirada perdida... ni ella podía creerlo.

— ¡Te dije que lo lograrías!

—Nunca lo creí, la verdad...

Ella me tocó la mejilla con delicadeza y aunque actuaba como si estuviera feliz, tenía el rostro dolido, lleno de confusión y algo que no comprendía.

—Pues eso es un gran logro y tienes que disfrutarlo...

—Si...

— ¿Y cómo fue todo?

Empecé a contarle toda la historia del tipo raro que me iba a ver a los bares, de lo extraño que actuó cuando habló por primera vez conmigo, lo del edificio de The Sun, lo de los contratos, lo de los premios, las guitarras, el estudio de grabación, mientras estábamos sentados frente a esa hermosa ventana.

Cuando se me secaba la garganta de tanto hablar, tomaba un sorbo del agua que me trajo Cheryl... Ella me escuchaba con atención, asentía, y estaba con una leve sonrisa.

Empecé a notar que estaba un poco deprimida... pero no tanto.

No sé qué diría cuando termine de contarle toda esta historia que es realmente inesperada para alguien como nosotros.

Para personas que vivían en un mundo alejado de todas esas cosas raras y famosas.

— ¿Larry Lee Lewis es el que te vio y quiso que grabes un disco para su sello?

—Así es...

—Sabía que lo conseguirías... Eres una persona especial.

—No entiendo como tú y Larry pueden decir eso, yo no soy especial solo soy una persona...

Dije levantando un poco la voz y miré por la ventana porque mis ojos me lo pedían. Ese paisaje, esa hermosa vista que podía reflejarse en la ventana... las luces, las casas a lo lejos, el cielo, lo hacían parecer perfecto, realmente increíble.

—Cantas hermoso y tus letras son distintas a las demás...

—Si bueno, es porque les prestó atención a otras cosas no solo al amor de parejas...

—Eso es lo bueno, prestas atención a otras cosas, no muchas personas pueden hacerlo... —Dijo ella mientras asentía.

—Sigo pensando que tú serias una excelente actriz...

Ella se sorprendió cuando oyó eso, pero luego volvió a su rostro normal.

—Yo nunca podré ser actriz...

— ¿Cómo puedes decir algo así?

Se quedó en silencio, mirando la ventana. Estaba bastante oscura la habitación, la luna hermosa y brillante no podía iluminar toda la grande habitación donde estábamos. El edificio seguía tan silencioso que nuestras voces hacían eco cada vez que hablábamos.

—Solo lo digo...

—Cualquiera de nosotros puede llegar a lo que desea si se lo propone y lo intenta...

Supe que ella se tensó ante mi comentario... y se puso un poco incomoda.

—Y no lo digo solo porque a mi haya pasado esto con el sello...

Cheryl levantó la ceja y luego me miró con una sonrisa...

—Eres la persona más negativa que conozco, Yannick...

—Puede que sea así...

Pensé lo mismo de mí, porque la vida me ha demostrado que no solo existe en lado bueno de las cosas, sino también un lado malo y me lo ha mostrado en profundidad por muchos años. No estoy diciendo que mi vida haya cambiado para nada, porque sigo siendo la misma persona con la misma familia que no me presta atención, con pocos amigos, con ganas de suicidarme, pero seguí mi sueño y llegué a algo.

No sé cómo iban a suceder las cosas de ahora en adelante, si grabar unas canciones se me hará fácil, difícil, largo, corto, solo espero que esas canciones algún día pueda escucharlas en una radio al menos o en la televisión.

—Seguí mi sueño, Cheryl...

—Sí y te felicito por ello, Yannick, tienes mucho potencial y estoy muy orgullosa de la noticia que he recibido...

— ¿Por qué no me imitas y sigues tu sueño?

—No, no...—Negó con la cabeza.

— ¿Por qué?

—No va a ser lo mismo...

—Va a resultar, tienes talento...

—Nunca me has visto actuar...

—Pero estoy seguro de que lo haces muy bien...

Ella se acercó a mí y me tomó la mano que por cierto la de ella estaba muy fría... y creo creer que la mía estaba a una temperatura normal.

—Te quiero mucho, Yannick...

Me hacía bien oírlo de su boca. Me hacía bien saber que alguien me quería mucho como lo decía Cheryl... pero me asustaba que cambiara tan rápido de tema.

—Yo también.

—Quiero que lo sepas...

Me sonrojé y asentí.

—Te quiero infinitamente como las estrellas...

— Cheryl.

— ¿Qué?

—No seas aburrida...

Ella empezó a reírse y yo también. Me ponía muy nervioso que fuera tan romántica como lo era, así que me hice el aburrido para que vuelva a la normalidad y no diga más cosas, que me dejan sin palabras y sin saber quién soy. Son cosas de las que no tengo experiencia por eso no sé cómo actuar.

— Yannick...

— ¿Que?

— ¿Escogemos una estrella?

La observé y ella seguía mirando la ventana con los ojos cristalizados. Su idea era muy dulce... recuerdo que cuando era niño también escogía una estrella de la suerte... según mis creencias si elegías una estrella y pedias el mismo deseo todas las noches, llegaba un día que mágicamente se cumplía tu deseo.

Pero a medida que fui creciendo toda esa creencia se fue deshaciendo... y cada vez que miraba la ventana de mi habitación y veía las estrellas decía esto:

—Son muy bonitas, pero no sirven para cumplirte ningún deseo.

Mejor no contarle esto a Cheryl, ya no quiero ser tan negativo, quiero ser más positivo como lo son otras personas...

—Claro me encantaría...

— ¿Cuál te gusta?

—La más brillante...

—Las veo todas iguales...

Empezamos a buscar con la mirada una que nos parezca brillante, y la verdad que todas la eran, pero siempre terminas encontrando algo que te sorprende más que lo otro.

Encontré una estrella que estaba al lado de la luna que me hacía parecer que era la más brillante de todas...

— ¡Esa! —Señalé.

—Está bien.

Cheryl respondió con suavidad.

— ¿Qué es lo que quieres pedirle?

—Nada.

— ¿Entonces? —La miré confundido sin saber que decirle.

—Solo es nuestra estrella...

Me explicó y me di cuenta que seguíamos tomados de las manos.

—Solo quiero que siempre cuando mires la ventana por la noche y mires la luna te acuerdes que nuestra estrella es la que está al lado de la luna...

Sonreí al escuchar lo que quería que haga Cheryl... era como que siempre quería que la recuerde. Siempre será importante para mí, donde quiera que este... si estamos lejos o si estamos cerca siempre estará en mi corazón, por ser mi primera amiga mujer, mi primera fan, mi primera novia...

—Siempre te recordaré...

— ¿De en serio?

—Sí, no necesitamos ninguna estrella.

Mi corazón latía fuertemente y nos quedamos un rato en silencio mientras mirábamos nuestra linda estrella.

—Pero hemos elegido la mejor de todas las estrellas.

Ella interrumpió toda mi tranquilidad al pronunciar sus palabras.

— ¿Tú crees que es la mejor?

—Si...

Ella tenía una mente inmensa llena de creatividad... llena de deseos, llena de juventud.

—Este día hay que recordarlo...

Asentí para darle la razón.

—Porque estoy tan feliz, por la noticia que me has dado.

Me dio un golpe el corazón y sentí un poco de calor en mi rostro. También estaba feliz por lo que se aproximaba en mi futuro... pude descubrirlo mientras mi abuela y David estaban firmando los papeles.

Pero todavía había algo que no me dejaba completar mi felicidad...

¿Mis demonios mentales, no me dejaban salir de esto?

Ya eran parte de mi cabeza e interferían mucho en mis sentidos, tengo miedo que se apoderen de mi cabeza por completo y sea un caos, del que no se pueda arreglar nunca más. Cada vez me cuesta adquirir más el control... estar tranquilo.

—Mi novio va a ser una gran estrella...

— ¿Estrella?

—Si vas a brillar como esas del cielo...

—No creo.

—El problema tuyo es que nunca crees...

Su mano se dirigió a un bolsillo de la mochila para sacar su cigarrillo. Podía estar sobria y no con sustancias toxicas en el cuerpo que la haga delirar pero el cigarrillo siempre estaba, nunca le faltaba, más bien era su compañero

Lo encendió con su encendedor color rojo, y luego me miró con la ceja levantada.

— ¿Quieres uno?

Hace mucho que había pensado en dejarlo... pero esta era una noche... una noche de las que no se olvidan como dice mi novia.

Una noche especial por nuestra relación.

—Está bien...

Cheryl puso música de su celular, una de nuestras bandas favoritas, y sacó unos aerosoles para pared, de color negro y rojo con tranquilidad a pesar de que siempre la miraba con curiosidad.

— ¿Qué haremos con eso?

Le pregunté mientras me lanzaba el de color negro.

—Tallaremos nuestros nombres.

— Whow...

—Te dije que esta noche era especial...

— ¿Pero, porque?

Me observó con una ceja levantada y luego me dio la espalda, para poder caminar hacia una pared con la linterna.

A lo lejos podía ver su mochila y la manta donde habíamos estado sentados, escogiendo nuestra estrella.

—Porque creo que hemos llegado a una etapa especial de nuestra relación...

Tardó en responderme, pero era porque estaba concentrándose en buscar un sitio para poder tallar nuestros nombres, deduje.

—Bueno... y eso como es...

—Luego te lo explico.

Me señaló la pared y empezó a tallar su nombre mientras yo trataba de asimilar lo que me había dicho hace unos segundos.

¿Etapa importante en nuestra relación? Ni siquiera me había dado cuenta. Me había dado cuenta de que habíamos pasado por un momento difícil y que supimos cómo superarlo, pero nada más. Pero ella era tan especial, era tan distinta a mí y mucho más creativa.

Vi su nombre en rojo y con una letra bastante linda para que este en una mugrosa pared como esta.

—Mi letra es un asco —Dije mientras miraba la pared, para escoger el lugar adecuado.

—Como te salga...

Lanzó el aerosol por alguna parte de la habitación y yo empecé a tallar mi nombre con dificultad. A veces tenía que parar porque sentía que me estaba doliendo la mano de retenerla en una misma postura.

Aunque no haya terminado me estaba dando cuenta que la letra me estaba saliendo horrible, pero bueno solo era una pared.

—Eres malo escribiendo en paredes... —Dijo Cheryl.

—Sí, eso es verdad...

Luego cuando terminé, caminamos unos pasos hacia atrás y alumbramos la pared con las linternas.

Nuestros nombres se veían reflejados muy bien y muy notables para que cualquiera los observara.

— ¡Genial!

—Una idea estupenda—Agregué.

—Lo sé...

Mi novia fue hacia donde estábamos antes y dejó su linterna en la manta... Como la música seguía, ella me tomó de la mano y me acercó hacia ella.

— ¿Bailamos?

Hoy estaba más enérgica de lo que nunca creí que estaría... tenía ganas de hacer muchas cosas, y yo no sabía si iba a poder acceder a todas. Sus ideas eran buenas, pero había cosas que no se me ocurrían en la cabeza y que no imaginaba que lo haría.

—No se bailar...

— Oh, vamos...

—Pero soy muy malo...

— ¿Una lenta?

—Bueno...

Ella se alejó de mí y cambio en su celular a una lenta... la canción que estaba sonando era una de la banda de los '80 llamada Roxette. Podía reconocer la voz hermosa de la cantante.

—Esta es romántica.

—Bueno...

Me abrazó y enseguida sentí su aliento en mi cuello lo cual me causo un escalofrió muy grande pero le devolví su abrazo.

Rodábamos al ritmo de la canción... Cheryl me estaba sorprendiendo pero era porque ella decía que era una noche especial... y pensé en la hora que de seguro, era muy tarde, pero no tenía sueño. Me estaba acostumbrado a acostarme a dormir en un horario tarde, porque como siempre lo digo he cambiado en bastantes aspectos.

Ella se separó de mí para darme un pequeño beso en los labios.

—Mira cuando te hagas una estrella del rock...

—No voy a ser eso...

— ¿Cómo qué no? Ya vas a grabar un disco...

—Sí, pero no creo que llegue a algo...

—Ya empiezas con tu negatividad.

Estábamos cerca y yo me reí un poco por lo que decía, sentía su respiración en mi rostro, por lo cual estaba un poco nervioso. Ella me miraba con sus ojos negros, y sus labios formando una sonrisa.

—Vas a llegar muy lejos y muchas chicas van a conocerte...

— ¿Ya empiezas con tus celos?

Levanté una ceja para hacerme el gracioso y ella se mordió su labio inferior por lo que le había dicho. Había sido muy inteligente ante mi respuesta.

—Soy muy celosa, Yannick.

—Yo tengo a la mejor chica de todos los tiempos...

—Eso es lo que dices ahora.

—No es verdad.

—Los hombres son unos mentirosos...

— ¿Y las mujeres?

Ella se rio y luego puso su mano en mi mejilla.

—Somos más mentirosas que los hombres.

—Lo sabía.

Tragué saliva y miré hacia al suelo para no hacer tanto tiempo contacto visual con ella... era mi novia hace tiempo ya, y seguía teniendo vergüenza cuando nos acercábamos de esta forma y nos mirábamos a los ojos.

—No seas tímido.

—No lo supero.

—Conmigo no tienes que ser tímido, soy tu novia...

—Eso estoy tratando de hacer...

Me volvió a abrazar y sentí el perfume que llevaba hoy... era muy rico incluso más que los anteriores. Yo también trataba de llenarme de perfume pero no eran muy ricos los míos, y no sé si a Cheryl le gustaba mi aroma... nunca me decía nada.

Tampoco yo no le decía que olía bien así que no se para que quería que lo diga. Mientras bailábamos abrazados pude visualizar un poco los nombres nuestros.

Cheryl en rojo.

Yannick en negro.

Siempre quedarían ahí, hasta que alguien decida comprar este edificio y hacer algo, entonces pintaría toda esta pared arruinada y nuestros nombres quedarían debajo de la pintura.

Lo importante es que ahora están nuestros nombres y lo importante es tener a una novia con ese tipo de creatividad e ideas... porque a mí nunca se me hubiera ocurrido tallar mi nombre en un edificio abandonado.

—Tienes buenas ideas...

— ¿Por qué lo dices?

Seguíamos abrazados al ritmo de una nueva canción que estaba sonando ahora.

—Nunca se me hubiera ocurrido, llevar a mi novia a un edificio abandonado y tallar nuestros nombres en una pared...

Dejó de abrazarme para mirarme a la cara. Tenía sus ojos negros, brillosos y una pequeña sonrisa formada en su rostro.

—Pues ya ves que hay gente que tiene muchas ideas...

—Eres solo tú...

—Debe haber gente con más ideas...

—Tú eres única.

Era la chica más genial que había conocido en toda mi vida.

Más fuerte y soñadora que cualquier otra chica... más atrevida, diferente a las demás, y una chica con mucha personalidad e ideas en su cabeza.

—Te quiero, Yannick.

—Yo también.

—Nunca me abandones...

—Siempre estaré para ti...

Las palabras salieron de mi boca y estaba siendo muy romántico. Esto era una nueva experiencia para mí, ya que nunca se me había presentado una situación como esta, porque Cheryl era la única chica que quiso salir conmigo, que me dio una oportunidad.

Su rostro estaba un poco extraño, parecía que ella quería decirme algo en este momento, pero no iba a decirlo.

—Yo también, siempre lo estaré...

Nos dimos un beso húmedo en la boca. Cheryl sabía a frutilla mezclado con el tabaco del cigarrillo que habíamos fumado mientras terminábamos de ver y señalar lo que nos mostraba la hermosa ventana.

Cuando nos separamos, ella puso una canción movida y se puso a bailarla a todo ritmo mientras que yo empecé a reírme...

Siempre me hacía reir...

Siempre me hacía olvidarme de los problemas que tenía con mi familia, de las preocupaciones de cómo reaccionaría ante todo lo que le estaba ocultando, como cuando le hice firmar a mi abuela los papeles a escondidas de ellos...

Me cansaba de ser tan mentiroso.

Pero mentir para mí se había vuelto una adicción.

Ahora no la veía tan perdida como esa noche en su casa, cuando había bebido y le había dado a su cuerpo, droga.

Veía a una chica triste, tratando de ser feliz, con el cabello despeinado de color verde, con el color de piel bronceado, con sus labios y ojos pintados a la perfección y terriblemente desastrosa y hermosa.

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