Capitulo 13 (God of War)

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Después de días de escalada, Kratos y Goku finalmente llegaron a las puertas exteriores del Templo de Pandora. Sin embargo, la puerta de entrada estaba cerrada y no había forma de abrirla. Los hermanos vieron en un rellano encima de la puerta a un hombre quemando cadáveres y se dirigieron hacia él. Cuando llegaron junto al hombre, encontraron que su cuerpo estaba gravemente mutilado. Su carne estaba descompuesta y podrida, le faltaba la mano derecha, al igual que el ojo derecho y la mitad derecha del torso. Era la definición de un cadáver andante.

Cadaver Andante: De modo que piensan que pueden conquistar el templo de los Dioses, ¿No? Nunca nadie lo ha hecho, ya saben. Antes o después, las Arpías me traerán lo que queda de ustedes para que lo queme. Los Dioses escondieron la Caja de Pandora aquí para que ningún mortal reclamase su poder. Y aún así, año tras año abro la puerta a más y más soldados y coloco más y más cuerpos en esta vias. Yo en su lugar, me iría ahora. Pero veo que están decididos.

El Cadaver Andante recoge una calavera del suelo y la arroja a dos Arpías cercanas. Las Arpías vuelan desde su posición y abren la puerta del templo.

Cadaver Andante: Que los dioses les den fuerza para superar los peligros que los esperan. Buena suerte, espartanos.

Kratos y Goku dejaron al Cadaver Andante con sus asuntos y se dirigieron al templo. Cuando entraron al templo fueron atacados por los guardianes no-muertos del templo y la caja. Murales, tallas y estatuas de los dioses adornaban las paredes del templo. A medida que se adentraban en el templo, se toparon con todo tipo de trampas y maquinaciones mortales. Al adentrarse más en el templo, se encontraron con una puerta que mostraba el rostro de otro Dios.

Kratos: Artemisa.

Artemisa: Kratos... Goku... los dioses les piden más. Han aprendido a manejar bien sus espadas, pero solo con ellas no lograrán terminar su tarea. Les ofrezco la espada que utilizé para matar a un Titán. Tomen este poder y úsenlo para completar su misión. Que los dioses esten con ustedes, espartanos. Vayan en nombre de Olimpo... Y Goku, me gustaría verte de nuevo.

Con eso el rostro de Artemisa desapareció. Kratos le entrega a su hermano la espada que les dio Artemisa.

Kratos: Esto probablemente funcionará mejor en tus manos, hermano. Y parece que has obtenido algo más que el favor de Artemisa.

Kratos caminó hacia adelante mientras Goku se quedó quieto por un momento, mirando la Espada de Artemisa y el amuleto que ella le había dado. Goku no estuvo en sus pensamientos por mucho tiempo y se movió para alcanzar a su hermano.

Al pasar la puerta, entraron en una sección del templo conocida como El Desafío de Atlas. El desafío estuvo plagado de peligros y todo tipo de criaturas. Los hermanos incluso se encontraron pasando una batalla entre un batallón de soldados contra los guardianes no-muertos. Mientras se aventuraban en el desafío, finalmente se encontraron con el premio del desafío, el ataúd de uno de los hijos del Arquitecto. Kratos y Goku abrieron el ataúd, arrancaron la cabeza del hijo de su cuerpo y continuaron su camino. En su camino de regreso a través del templo, los hermanos se encontraron con una visión espantosa de al menos una docena de soldados masacrados y mutilados.

Los cuerpos deshechos que buscaron la Caja de Pandora ya hacían ante ellos. Al instante, los hermanos reconocieron quién había sido el responsable. Pues no era la primera vez que veían la perdición que Ares y sus secuaces dejaban a su paso. Kratos y Goku lo habían en sus propias carnes, años atras...

Los más jóvenes y audaces capitanes del ejército espartano, inspiraron una enorme lealtad en sus hombres. Siempre habían bastado para llevarlos a cualquier batalla, hasta aquel día. Los bárbaros del este se contaban en miles y cayeron sobre los espartanos sin piedad. La batalla duró apenas unas horas. La disciplina y el entrenamiento de los espartanos apenas pudo detener la envestida de los despiadados bárbaros. Los soldados se enfrentaron a una masacre, mientras sus jóvenes capitanes afrontaban el final de sus brillantes carreras y de sus vidas. Pero para los hermanos, la victoria debía obtenerse cualquier precio, aunque ese precio fueran sus almas.

Goku (Pasado): ¡¡Ares!!

Kratos (Pasado): Destruye a nuestros enemigos y nuestras vidas serán tuyas.

Esa desesperada petición de ayuda atormentaría a Kratos y a Goku durante el resto de sus vidas...

Kratos: Por los dioses, ¿En que nos hemos convertido...?

Goku puso su mano sobre el hombro de su hermano y bajó la cabeza. Los hermanos permanecieron allí, entre los muertos, en silencio. Condenándose al Hades por su tonto error. Después de unos minutos más de silencio, los hermanos continuaron su camino.

Habiendo completado el Desafío de Atlas, los hermanos utilizaron el cráneo que adquirieron para profundizar en el templo. En los caminos exteriores del templo se encontraron con su siguiente desafío, el Desafío de Poseidón. Atravesar los acantilados del templo resultó tan peligroso como los pasillos del templo mismo. Trampas peligrosas, acertijos y muertos vivientes bloquearon su camino y, además, los hermanos debían tener cuidado de no perder el equilibrio o se encontrarían cayendo en picado hacia la muerte.

Los hermanos pronto llegaron a la parte más difícil del desafío. Una sección entera del templo estaba bajo el agua y tuvieron que atravesarla sin ahogarse. A pesar de la dificultad de la prueba, pudieron superarla, con ligeras pérdidas de aliento. Pero el agua fue un cambio refrescante respecto al calor abrasador del desierto exterior.

Tras completar el Desafío de Poseidón, los hermanos regresaron a los Anillos de Pandora para continuar por el templo. Siguieron el camino hasta otra sección del templo que estaba llena de roca y metal fundido. Este fue el comienzo del Desafío del Hades. Al igual que los desafíos anteriores, estaba lleno de trampas y enemigos. Sin embargo, este desafío se centraba más en el combate, y esto les sentaba muy bien a los espartanos.

Cuando los espartanos se acercaban al final del desafío, se encontraron con el minotauro del templo. Una bestia colosal cubierta con una gruesa armadura. Los hermanos tuvieron que usar un dispositivo que lanzaba puntas de madera afiladas para atravesar la armadura de la bestia y revelar el cadáver podrido de su cuerpo. Cuando dispararon el último clavo, la bestia fue empalada contra el costado de la pared y, sin darse cuenta, pateó la gran puerta que los hermanos necesitaban para atravesar.

Con la muerte del minotauro, los hermanos atravesaron la puerta que éste custodiaba y subieron una escalera hasta el ataúd de otro de los hijos del Arquitecto. Tomando su cabeza, bajaron las escaleras y se encontraron con el rostro de Hades en otra puerta.

Kratos: Gran Hades.

Hades: Lo hacen impresionante, espartanos, pero sus habilidades no los harán llegar a su meta final. Les ofrezco las mismisimas almas del Hades, las almas de los muertos, estan listas para pelear a su lado. Que los dioses esten con ustedes, espartanos. Vayan en el nombre del Olimpo.

El rostro de Hades desaparece de la puerta y los hermanos pueden continuar su viaje. Una vez completado el Desafío de Hades, los hermanos regresan a los Anillos de Pandora y usan el cráneo recién adquirido para seguir adelante. Usando la luz de un gran cristal, los hermanos levantan una estatua gigante hasta lo más alto del templo.

Cuando los hermanos asendían por el gigantesco templo, construido para aguardar la Caja de Pandora, se dieron cuenta de que era un monumento dedicado, no sólo a los Dioses del Olimpo, sino a la locura del mortal que lo diseñó. Habían superado los niveles inferiores del Templo de Pandora, pero lo que esperaba ahí arriba pondría aprueba al más grande de los guerreros.

Kratos y Goku salieron de la estatua y continuaron caminando por el camino delante de ellos. Sin embargo, en su camino se encontraron con una Arpía solitaria devorando los restos de un soldado muerto.

Los hermanos habían servido a los dioses el tiempo suficiente para saber que la Arpía había sido enviada como advertencia. Un recordatorio de su antiguo maestro para que no olvidara la decisión que les había costado todo lo que tenían.

¿Había pasado tanto tiempo desde que casi conocieron su final a manos de los bárbaros, tanto tiempo desde que lo cambiaron todo por salvar sus pellejos?

Goku (Pasado): ¡¡Ares!!

El cielo se dividió en dos y surgió el Dios de la Guerra. Descendiente del Olimpo, vio los rasgos de un dios, en unos simples mortales. Ares salvaría a Kratos y a Goku. Los convertiría en los guerreros perfectos, sus ciervos en la tierra. Aunque se le exigió una pequeña prueba de lealtad.

Kratos (Pasaso)/Goku (Pasado): Nuestras vidas son tuyas, Ares. A partir de hoy, cumpliremos tu voluntad.

Y su destino quedó sellado. Como prometió, Ares rescató a sus discípulos, otorgandoles el poder de un Dios, para destruir a aquellos que iban a masacrar a los hermanos y a sus hombres. En cuanto a Kratos y Goku, unas espadas y escudos normales no eran apropiados para los nuevos siervos del Dios de la Guerra. Las Espadas del Caos y las Espadas de los Condenados, forjadas en las naosiabundas profundidades de Hades. Para Kratos, una vez sujetas, las cadenas permanecieron ahí, unidas y fundidas con la carne, como un miembro más de los portadores, un recuerdo permanente de la promesa de Kratos. Para Goku, un destino aún más cruel. Las Espadas de los Condenados no estaban encadenadas a su cuerpo, sino a su vida. El alma de Goku se mantiene atrapada dentro de las Espadas de los Condenados, lo que hace que su cuerpo sea inmortal. Pero las espadas no son indestructibles; si se destruyen, su alma será arrastrada al Hades, por toda la eternidad.

A cambio, el poder definitivo. La ira de Ares explotó en su interior, pero pronto descubrirían el verdadero precio de tal poder. Un precio demasiado alto, hasta para ellos...

La Arpía les gritó a los hermanos.

Goku: ¡Bestia miserable, sabemos a quién sirves! ¡Vuelve con tu amo! ¡Dile al Dios de la Guerra que ya no le pertenecemos! Dile que no estará a salvo mientras nosotros caminamos por la tierra.

Kratos: ¡Encontraremos la Caja de Pandora! Y la usaremos, para verlo temblar de miedo y caer ante nosotros...

Los hermanos continuaron su camino, atravesando los Riscos de la Locura. Los acantilados resultaron incluso más peligrosos que los niveles inferiores del templo; les esperaban más monstruos, más trampas y más acertijos.

El sendero ante ellos estaba despejado, aún así, los recuerdos volvian rápidamente, tan familiares y permanentes como las espadas encadenadas a sus manos. Recuerdos de lo que habían hecho en nombre de Ares. Recuerdos de cómo se habían convirtieron en unos siervos del Dios de la Guerra. En unas bestias, su humanidad arrebatada y sustituida con la voluntad de asesinar...

Nadie estaba a salvo, ejércitos enteros cayeron ante los hermanos y los soldados que los siguieron en su interminable camino de conquista, todos en el nombre de su Maestro. Aquellos que ofrecian algún tipo de resistencia eran asesinados rápidez.

Kratos (Pasado): ¡Han Construido un templo para ofrecer sus oraciones a Atenea! ¡Todo este pueblo supone una afrenta al Gran Ares! ¡Quemen el pueblo, arracenlo entero!

Enbravecidos por el Dios de la Guerra, el ejército era despiadado y temido en todo el mundo por su crueldad. Solo les importaba la conquista en nombre de Kratos y Goku, sus grandes líderes, que se habían vuelto casi invencibles. Ellos no temían nada, pero había algo distinto en este templo, algo prohibido. Todos sus instintos les decían que nunca deberían haber cruzado su umbral, nunca deberían haber entrado.

Oráculo del Pueblo [Tisifone]: Tengan cuidado, espartanos, los peligros del templo son mayores de lo que creen.

Pero los hermanos no hicieron caso a la advertencía del Oraculo del pueblo. No refrenarían su ambición, aquellos que se les opusieran morirían.

En ese instante, la gloria de la que se habían disfrutado se convirtió en horror. La imagen de sus dos últimas víctimas le acompañarían el resto de sus días. Con ese acto, Kratos y Goku supieron que no podían seguir sirviendo a su Maestro. Ahora tenían otra misión, la muerte de Ares, matarían al Dios de la Guerra...

Kratos: Ares, morirás por lo que hiciste esa noche.

Mientras continuaban por los acantilados, los hermanos se sintieron impulsados ​​por el conocimiento de que estaban cerca de su objetivo. Estuvieron cerca de la Caja de Pandora y de la muerte de Ares. Y su arduo trabajo fue recompensado. Después de varios largos días y luchas interminables, habían encontrado la Caja de Pandora. Al acercarse a la caja, se les apareció una imagen de Atenea.

Atenea: Espartanos, su busqueda está apunto de terminar. Son los primeros mortales que llegan a la Caja de Pandora, pero su viaje continua. Todavía hay tiempo de salvar Atenas, deben llevar la caja de vuelta a mi ciudad y utilizarla para matar a Ares. Vuelvan a Atenas. ¡Espartanos, vuelvan y salven mi ciudad!

La plataforma en la que se encuentran de repente comienza a descender y se detiene en la planta baja del templo, en la puerta principal del templo. Los hermanos comienzan a empujar la caja fuera del templo.

Tras mil años, al fin la Caja de Pandora queda libre de su encierro. Los hermanos habían encontrado el instrumento para destruir al Dios de la Guerra. Muy lejos, en Atenas, Ares sabía que los espartanos habían tenido éxito en su búsqueda.

Ares: Bien, pequeños espartanos, han recuperado la preciada caja de Zeus, pero no vivirán bastante para verla abierta. Yo me encargaré de eso.

Ares recogió dos pilares destruidos y los arrojó a través del desierto hacia el Templo de Pandora. El primer pilar atravesó a Kratos en el pecho y lo inmovilizó contra la pared detrás de él. El segundo llegó un momento después, en un vano intento de bloquear el pilar, Goku había levantado sus espadas en forma de X frente a él. El pilar atravesó las Espadas de los Condenados, destrozándolas y empalando a Goku como a su hermano.

Conforme en la vida empezaba abandonar a los hermanos, sus pensamientos volvian aquella fatídica noche. Incluso al morir, los recuerdos y las visiones no se desaparecerían. ¿Por qué como era posible olvidar, el haber derramando la sangre de su propia familia? Un truco cruel orquestado por el Dios de la Guerra. Pero al tiempo que las llamas consumían el templo, Kratos y Goku se dieron cuenta de que su verdadero enemigo era el Dios que una vez les salvó la vida. El mismo Dios que les había arrebatado todo lo que tenían.

Oráculo [Tisífone]: ¡A partir de esta noche, la marca de tan terrible acto será visible para todos! ¡Las cenizas de tu mujer e hija permanecerán pegadas a tu piel y nunca te las podras! Y a ti, hermano de los malditos, ¡El humo que transportaba las cenizas quedará adherido a tu carne y nunca escaparás de la sombra de tu hermano!

Y con esa maldición, todos los conocerían por las bestias en las que se habían convertido, la piel de Kratos blanca por las cenizas de su familia muerta, y la piel de Goku oscura por el humo que la transportaba. Acababan de nacer El Fantasma y la Sombra de Esparta...

Al final, al morir, habían fracasado. Cuando los secuaces de Ares reclamaron la Caja de Pandora, la vida de los hermanos empezaron a apagarse. Y sus almas malditas fueron lanzadas a los fuegos de Hades...

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