Dan

Sentado en un banco del aula, leo un libro de psicología, que aunque es aburrido, lo analizo ya que no tengo nada que hacer. Aunque un poco me burlo de las estupideces que ponen aquí.

—El psicoanálisis es tan absurdo ¿Mi madre no tenía otra cosa que regalarme para mi cumpleaños? —bufo —hubiera preferido dinero.

Levanto la vista cuando Bruno entra al aula irradiando ira, así que sonrío.

—¿Problemas en el paraíso?

—Púdrete —se detiene a mirarme enfadado y luego camina más molesto hasta su pupitre.

Estúpido.

Vuelvo mi visión a la puerta cuando visualizo a Tyrone entrar también.

—Ahora entendí, el dueño de todo volvió —exclamo sin expresión en el rostro.

—Cabeza de tornillo, ¿Me extrañaste? —expresa el morocho grandote estando sonriente.

—Me da igual.

—Lo suponía —se ríe.

—¿Me presentar a tu amigo? —aparece una rubia que se agarra de su brazo.

Él me señala

—Es Dan, la cabeza de tornillo.

—¿Cabeza de tornillo? —se ríe ella —¿Por qué? —me observa a mí curiosa, pero no le contesto y vuelvo a mi libro.

—Ustedes me aburren más que el psicoanálisis ¿Debería quemarlos a los tres? Quizás las hojas me sirvan —muevo el papel verificando mi teoría.

—¿Qué hay reunión aquí? Oh Tyrone volviste —exclama Gregor alegre al llegar y cuando ve a la rubia frunce el ceño —¿Y tú qué haces aquí?

—Hola Gregy, tanto tiempo —sonríe ella y agita la mano.

—Ah yo soy el desactualizado —expreso sin mirarlos —pero como no me interesa, pueden dejar de rodear mi banco, gracias.

—Nos conocemos de pequeños —dice la rubia y se presenta —soy Adelaine. Tú te hiciste amigo de Tyrone después ¿cierto?

Sonrío levantando la vista.

—Yo finjo ser amigo de Tyrone, me trae beneficios.