Noah

Lía se ha ido a territorio enemigo... Debo reaccionar he ir a detenerla. Corro y me detengo en la puerta.

Cierto, Lía se disfrazó de mí... Si ven a dos Noah, será muy extraño. Voy a la habitación de ella y me cambio.

Me pongo una falda y la peluca. La acomodo lo mejor que puedo y miro a mi enemiga mortal.

La pincita de depilar.

No queda otra, Lía no está, no puede ayudarme como la última vez. Maldito vello de mis piernas, ya ha vuelto a crecer.

¡Esto me va a dolor!

Hago un grito monumental y huyo de casa, para detener a mi hermana.

Llego al lugar, oigo la música fuerte incluso afuera, hay luces por todos lados y ya me asuste. Hasta borracho encuentras en la entrada.

Respira hondo Noah, sólo debes convencer a tu hermana y te vas rápido.

Simple y veloz.

—Lía... —me sobresalto y me giro sorprendido.

—Heinz tú... ¿Qué haces por aquí? —me encuentro muy confundido.

Sonríe.

—Mi casa está al lado de la Tyrone, nuestras familias son amigas.

—Dijiste qué era una larga historia —le recrimino una conversación que tuvimos.

—Lo es —se ríe —esa es la parte corta... —luego se pone serio —no me digas qué irás a esa fiesta —me mira desconcertado.

—Tengo qué buscar a mi... Hermano —me giro y me agarra del brazo.

—Es peligroso, no vayas.

Levanto la vista a mirarlo y me encuentro con su rostro.

¡Ah qué vergüenza, tengo un chico cerca de mi cara!

—¡Demasiada confianza! —opino y me suelto —¡Me voy! —salgo corriendo, hace calor.

—¡Lía!

Giro a ver un poco y veo que me está siguiendo. Entro sin problemas a la gran casa de Tyrone y lo pierdo de vista.

¡Voy a morir de los nervios...! Y no sólo porque estoy dentro de la mansión de un verdadero demonio...