160. La fiesta de disfraces

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Heinz

Llego a casa, visualizo a Emma y a Bruno revisando un baúl enorme en el medio del living. Dejo mi mochila a un costado y levanto una ceja confundido.

—¿Qué están haciendo y de dónde salió eso? —señalo los objetos que tienen en las manos.

El pelirrojo se ríe y me mira mientras Bruno se pone una vincha con forma de orejitas de conejo en la cabeza.

—Soy un conejito —canta mi hermano —soy un conejito —luego levanta un cuchillo de juguete y sonríe con malicia —¡Un conejito asesino! —Emma termina por quitarle el objeto y Bruno hace puchero —¡Hey! Yo quería el cuchillo...

—Esto es de otro disfraz —se ríe y vuelve a observarme —¿Te sumas? Haremos una fiesta de disfraces.

—¿Fiesta de disfraces? —me sorprendo.

—Quizás Noah pueda ponerse las orejitas —opina mi gemelo y le saca el cuchillo al pelirrojo —¡Y yo puedo quedarme con el cuchillo! —expresa animado.

—¡Que no! —dice Emma y se lo saca otra vez —¡Deja a la muerte en paz! —me río cuando lo reprendo y me acerco a sentarme en el suelo con ellos —o sea que te sumas —mueve las cejas —el mundo necesita más gente como tú.

—Eso lo dijo mi papá —lo corrige Bruno en un tono adorable, como si fuera un pequeño niño.

—Sí, es que no se me ocurría que decir —ríe y vuelve a mirarme —la fiesta es tan grande, que el director nos escucho, así que en realidad eres unos de los primeros en enterarte ¡Nos prestarán el gimnasio!

—No sé ni cómo lo convenció —Bruno se pone el dedo en su boca.

—¡El poder de la persuasión! —expresa animado.

—No me cabe duda que tienes el don de la palabra —opino y él se ríe.

—El don de la ensalada debo tener —bromea y ahora los tres nos reímos.

—Bueno, ya que estás aquí, ¡Voy a elegir tu disfraz! —opina Bruno y mete las manos juntos con la cabeza tirando cosas del baúl —¡Aquí está! —levanta un traje.

—¿Qué es eso? —expreso mirándolo raro.

—¡Es un disfraz de príncipe! —dice animado y me lo tira la ropa en la cara —¡Pruébatelo!

—¿Es necesario? —bufo.

—¡A Noah le encantará! —junta sus manos estando alegre.

—Bueno, si lo ves de ese de ese modo... —me quedo quieto —eh... después —expreso nervioso.

—Ah —se queja, hace puchero y luego me aclara —pero si Emma si se probó el de policía.

—¿Me lo pongo otra vez? —dice el pelirrojo y apoya el gorro de oficial en su cabeza.

—Demasiado hermoso para mis sensibles ojos —opina Bruno poniéndose la mano en los cachetes y el pelirrojo sólo se ríe.

Yo creo que estoy interrumpiendo algo aquí, pero bueno, ya estoy en el lugar, no me puedo ir ¿o sí?

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