Emmanuel

Sigo sin poder comunicarme con Adelaine, todo estaba bien y de la nada ¡Puf! Desapareció. Y tengo un mal presentimiento que me persigue desde hace rato. Tal vez no sea nada, pero me pone inquieto y yo no soy así. Por estas cosas no me gusta involucrarme sentimentalmente, me sacan de onda. En realidad sólo cuando no veo a esa persona especial.

Dejo de jugar con el lápiz que está en posición horizontal sobre mi nariz y oigo el timbre del segundo recreo. Giro la vista visualizando a Bruno y Noah fuera del aula, me levanto acercándome hasta ellos, sonriente.

—Hey, he visto un par de enanitos —me río.

—¡¿Te burlas de mi altura?! —grita el morocho enfadándose y agitando el tenedor.

Me toco la cabeza y miro hacia el techo.

—No, me burlo de la mía, soy un gigante —miro hacia abajo y levanto dos dedos en un gesto sonriente —¡Team Enanitos!

—Me gustan los pitufos —sonríe el rubio.

—¡No vinimos para hablar de películas! —se queja Bruno.

Noah hace puchero y sube sus manos mordiéndose las uñas.

—Deja de estar tan enojado, me das miedo.

—Yo puedo estar muy enojado todo lo que quiera, nadie me manda —chasquea los dedos como una diva y me río.

—Vale, ¿Qué ocurre? —pregunto tranquilo.

—Linzy trama algo y como estoy aburrido lo voy a descubrir —declara con altanería.

—De acuerdo, pero no te metas en problemas. A todo esto, ¿Qué tengo que ver yo? —exclamo confundido.

—Alguien tiene que hablar con Tyrone para poder entrar a su casa —responde Noah nervioso.

—Lo raro es que no se lo pidieron a Lía —río.

—No la encuentro —exclama el hermano triste.

—Entiendo, no se preocupen, yo iré —les guiño el ojo y ambos gritan un "yey" que provoca que me ría otra vez.

De paso averiguare qué está haciendo Adelaine. Haré dos cosas a la vez ¡Genial! Yo feliz.