Noah

Me encuentro encerrado en un garaje, camino en círculos y me sobresalto cuando se abre la puerta. Lía entra corriendo y me abraza rápidamente.

—¡¿Estás bien?! —grita preocupada y asiento.

Miro sus muñecas con gasas y vendas, entonces también me alarmo por su bienestar.

—Te lastimó...

—Dejen los melodramas ustedes dos —expresa el culpable y nos giramos a verlo, este sonríe de lado —vamos a jugar ¿O no? —levanta una ceja.

—¿A qué quieres jugar? No entiendo... —exclamo nervioso.

—A la psicológica —se ríe.

—¡¿De qué estás hablando demente?! —grita Lía.

Tyrone se mantiene calmado y se cruza de brazos, continuando con su sonrisa.

—Es la oportunidad perfecta para que mis padres se olviden del pasado y tú vas a ayudarme —le indica a mi hermana —sino él sufrirá las consecuencias —me señala a mí —¿Me entendieron? —luego nos mira a ambos.

Recuerdo lo que me contó Heinz sobre lo ocurrido entre Tyrone y su hermano, así que empiezo a asociar las cosas.

Tyrone dejó a Bruno por culpa de sus padres, eso es obvio. Algo le hicieron para que cambiará de opinión y por eso sus ideas deben ser tan retorcidas ¡¿Cómo convencer a un loco?! Voy a morir...

—¡¿Y qué quieres que haga?! —exclama Lía desconcertada —¡¿Quién te crees que eres para decirnos que hacer?! Cuando tus padres se enteren, será para peor —intenta razonar con él.

El morocho camina hasta ella enojado y la agarra del brazo con fuerza.

—Nadie se va a enterar, si nadie abre la boca o ya verás lo que ocurrirá —amenaza —ahora vamos que tengo que fingir un noviazgo —la empuja hasta la puerta y la hace salir. Antes de irse me mira y se muerde el labio inferior, para luego pronunciar en un tono bajo —ahora regreso, Noah.

Eso me dió un escalofrío, ¿Dónde hay un escondite cuando lo necesito? No quiero morir... Debí haberme ido a la montaña cuando pude.