Lía

Abro los ojos, creo que termine perdiendo la conciencia, pero quedo aturdida dándome cuenta que ya no estoy en el garaje. Reconozco enseguida la habitación de Tyrone y me levanto rápidamente de su cama.

Corro a la puerta y tironeo intentando abrirla, pero parece que está con llave. En eso, me doy cuenta que tengo una venda en mi muñeca derecha, la cual es la que más se lastimó y una pequeña gasa en la izquierda. Entonces recuerdo las palabras de Dan.

"El idiota no es tan malo como crees"

—No es posible... —niego con la cabeza y me sobresalto cuando la puerta se abre. Visualizo los ojos grises de Tyrone y retrocedo, me pongo en posición de combate —no sé qué tramas ¡Pero te golpearé! —lo amenazo y él sonríe de lado.

—Vengo a contarte las buenas noticias, pronto vamos a jugar.

—¿Qué quieres decir con eso? —muevo los ojos —no me gusta nada...

Toca mi labio con su dedo.

—Que ya encontré a tu otro yo.

Presiono el puño.

—¡¿Qué le hiciste a Noah?! —me alejo y le grito.

Frunce el ceño.

—Cállate y escuchame con atención —me agarra con fuerza el brazo —necesito una cosa de ti y sino la haces bien, tu hermano pagará las consecuencias —amenaza —¿Entendiste?

Trago saliva.

—¿Y qué quieres de mí?

Sonríe.

—Ahora nos estamos entendiendo, acompañame.

—¡¿A dónde?! —tironeo cuando me jala el brazo.

—A ver a tu hermano ¿Dónde más? —rueda los ojos mientras me hace caminar —que lenta eres...

No lo comprendo ¿Acaso es bipolar? Me encantaría preguntarle a Gregor, sólo porque Dan me metió cosas raras en la cabeza. Creo que estoy pensando demasiado...