16: Bola de pelos

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Yeontan se escapaba casi siempre que podía ver una grandiosa oportunidad, y esta vez la vio más que clara, nadie podía decirle lo contrario, sus dueños parecían muy distraídos, estaban tan concentrados hablando de lo acontecido en la madrugada, que ni siquiera se habían percatado de como el pequeño Pomerania, caminaba despacio y con la lengua de fuera para dirigirse a la salida, había rascado la puerta con una de sus pata delanteras, Yeontan se había sentido mal, ya no había la oportunidad de salir corriendo para ir al aire fresco, o eso pensó.

—¡Ya dejen de hablar! —se escuchó de parte de Namjoon, quien ya estaba lo suficientemente molesto con el asunto de Taehyung—. Esto no se queda atrás, Taehyung —el mencionado rodo los ojos—, pero debemos de calmarnos tan siquiera un poco.

—¿Calmarnos dices? —esta vez hablo Jungkook—. Ese idiota acaba de traer a alguien desconocido, Nam ¡un maldito desconocido! ¿Qué tal si robaba alguna de nuestras pertenencias? —Taehyung gruño ante lo dicho.

—Ella no es una ladrona —menciono en defensa, no permitiría que hablaran mal de ella.

—No la defiendas tanto —hablo Jungkook—, ni siquiera es tu dichosa omega, Taehyung.

—Pero... —y la puerta principal fue abierta, Hoseok y Seokjin habían salido por unas cosas que necesitaban para arreglar los zapatos del segundo, debido a las mordidas que Yeontan había hecho a sus preciosos zapatos hace ya casi dos semanas.

Y fue allí todos notaron la presencia del pequeño perro, escucharon sus ladridos para después ver como una bola de pelo negro salía corriendo como si no hubiera un mañana mientras seguía ladrando.

Hubo un silencio, uno en donde todos los hermanos estaban allí, con la boca entreabierta, mirando en dirección a Yeontan, quien prácticamente se había salido del jardín, gracias a que los dos nuevos presentes no habían sido capaces de cerrar la puerta de la cerca, ahora Yeontan se había ido corriendo, se había escapado.

—¿Por qué no lo detuvieron? —estallo Taehyung haciendo que todos lo mirasen.

—No es nuestra culpa de que tu no mantengas a ese pulgoso atado —reclamo Hoseok.

—No le digas pulgoso —gruño Taehyung.

—¡Ya! —hablo esta vez Jimin—. Tenemos que ir por Yeontan, no quiero que lo atropellen —inflo sus mejillas, odia ver a los animales lastimados—. Vamos.

Sin esperar a sus hermanos, Jimin salió de la casa para tratar de buscarlo, miro del lado izquierdo, pues allí había sido la dirección por la que el perro se había ido, y entonces lo vio, estaba ladrando con insistencia y desespero a una mariposa.

—A veces pienso que Yeontan es tan tonto como Taehyung —dijo Seokjin, quien se colocó a un lado de Jimin para ver al perro.

—¡Te escuche! —Namjoon no evito reírse junto a Hoseok al ver a Taehyung molesto por aquellas palabras de Seokjin.

Taehyung a pesar de sentirse furioso, estaba igual de preocupado que sus hermanos por el perro, y es que Yeontan no quería ser atrapado cuando se trataba de estar corriendo al aire libre lejos de sus dueños, no es como si le molestarán, pero a veces simplemente quería salir a correr por toda la calle y dejar el aburrido césped del patio trasero.

—¡Atrápenlo! —dijo Jungkook para después salir corriendo junto a Hoseok.

Jungkook salto la cerca pequeña, mientras que Hoseok salía por la entrada de esta misma, y ambos chicos corrían a toda velocidad para así poder alcanzar al perro que seguía muy distraído por aquel insecto volador que ni siquiera le prestaba atención, estaba a punto de querer saltar para así alcanzar esa mariposa, cuando escucho unos pasos, giro su cabeza encontrándose a dos de esos alfas revoltosos que no parecían nada contentos, y fue allí cuando volvió a correr, pero en dirección opuesta. El problema era que ambos chicos, observaron como el perro los pasaba, a pesar de que Hoseok quiso cerrarle el paso, Yeontan lo había hecho perder el equilibrio —debido a que Hoseok no quería pisarle sus pequeñas patas—, y lo termino haciéndolo caer al suelo, Jungkook en cambio, logro darse la vuelta y lanzarse hacia el perro, pero sus dedos apenas y habían rozado el pelaje del mismo, Yeontan sí que era rápido, así que Jungkook había terminado en el suelo.

—Par de inútiles —menciono Seokjin, mientras se daba una palmada en la frente al ver lo que sucedió, Yeontan paso corriendo de nuevo frente a la casa, ladrando y volviéndose a detener para comenzar a olfatear un poco más en la casa vecina, Seokjin al ver aquello, vio una nueva oportunidad para que se acercasen y atraparan al perro—, rápido, traigan esas galletas que tanto le gustan.

—¿Hablas de esas galletas que huelen a coco? —Seokjin dio un asentimiento como respuesta a la pregunta de Jimin—. ¿No se suponía que le hacían daño?

—No, lo que pasa es que son de Namjoon, y se niega a darle esas galletas al perro —el mencionado rodo los ojos.

—Iré por ellas —dijo Namjoon, quien entraba de nuevo a la casa para poder agarras algunas de esas galletas, no tardo demasiado en salir, entrego las galletas a Seokjin, y Seokjin termino entregándole un par a Jimin y a Taehyung.

—Vayan por Yeontan —mando Seokjin.

Jimin y Taehyung se miraron para después encogerse de hombros, no quedaba de otra, ambos chicos caminaron a paso rápido para ir hacia Yeontan.

El perro estaba encontrando nuevos aromas, y eran unos agradables y otros que definitivamente no le gustaban, pero era muy grato poder estar afuera, claro hasta que un aroma muy conocido para Yeontan llego a sus nariz, miro detrás, allí estaban Jimin y Taehyung, pero el segundo pareció irse, mientras que Jimin, aquel humano que de vez en cuando le daba algo de tocino, se había colocado de cuclillas a una distancia prudente y había extendido una galleta, el aroma era el que tanto había anhelado por años —y estaba exagerando—, pero Yeontan en verdad amaba esas crujientes, y deliciosas galletas, no pudo evitar sacar la lengua al verla.

—Vamos, Yeontan, es toda tuya, pequeño —dijo Jimin en voz baja, el pequeño perro se acercó lentamente hacia el humano.

En cuanto Yeontan estaba más cerca, olfateo la galleta, y cuando vio la oportunidad, la arrebato con su hocico y salió corriendo dejando a Jimin allí, pero Yeontan no contaba con que Taehyung estuviera detrás.

—¡Te tengo! —pero Yeontan fue mucho más listo, antes de que siquiera los brazos de Taehyung lo tomaran, logro correr, Taehyung ni siquiera había podido tomar ni un solo pelo de Yeontan, quien salió corriendo mientras disfrutaba de la galleta—. Maldición.

—Esto fue inútil —dijo Jimin.

Seokjin no lo podía creer, tendría que usar otro método, y tenía uno, sin decir nada, se dirigió dentro de la casa, había algo que Yeontan amaba tanto como las galletas de coco, y eso era morder y destruir sus zapatos, sabe que los va a terminar arruinando, pero Yeontan en verdad disfruta mucho hacer aquello, así que arriesgaría lo que quedaba de sus zapatos para atraer a Yeontan.

—Espero que esto sirva —en cuanto tuvo en sus manos el par de zapatos, salió corriendo para ir junto a sus hermanos.

Yeontan seguía libre mientras que era perseguido por Hoseok y Taehyung, quienes no habían podido atraparlo, Jungkook se había unido después, mientras que Jimin se reía de esos tres al ver que no podían atrapar al perro. Namjoon dio un largo suspiro, sus intentos eran muy inútiles, a decir verdad.

—Ten —Namjoon miro a su lado, encontrándose con Seokjin quien le entregaba un zapato.

—¿Estos son los zapatos que te dio papá en navidad?

—Sí, pero Yeontan los vio muy comestibles, así que los mordió por un buen rato, iba a repararlos, pero —miro hacia el perro que había de nuevo hecho caer a Hoseok al suelo, Jimin moría de la risa al ver aquella escena—, tendré que usarlos, espero funcione.

Y entonces ambos hermanos avanzaron para ir hacia esa bola de pelos negros que ni siquiera les prestaba atención, cuando Yeontan paso cerca de la casa de nuevo, Seokjin le silbó tres notas, haciéndolo prestar atención, el pequeño animal miro ladeando su cabeza al notar lo que esos dos llevaban en sus manos, pero de inmediato ladro, no le gusta ver esos zapatos, Yeontan ama mordisquearlos porque definitivamente esos zapatos son malos, gruño molesto al ver que ambos se acercaban hacia él con esos zapatos.

—Hey, hey, no me gruñas, pequeño —Seokjin acerco su mano para poder tomar a Yeontan por el collar, pero este se abalanzo hacia él para morderlo, Seokjin no evito gritar ante la sorpresa, causando que los demás se rieran de él por aquel grito tan chillón que había soltado.

Namjoon por su parte trato también de acercarse, pero Yeontan de nueva cuenta había salido corriendo.

Los hermanos ya estaban cansados de corretear a ese perro, definitivamente esto sería cuento de nunca acabar, o eso creyeron, entonces fue cuando vieron que, a lo lejos, y por donde estaba corriendo Yeontan, se encontraba tanto la madre de los hermanos, como Yoongi.

Ambos estaban conversando sobre lo que sería de la comida del día de hoy, estaban distraídos, pero no fue mucho, Yoongi miro al frente, y se encontró con esos alfas revoltosos que parecían estar exhaustos, sabe que se les había escapado el perro, pero bueno, nada que un alfa no pudiera controlar, o eso creía. Fue entonces que unos ladridos llamaron su atención, se detuvo de golpe al ver a Yeontan que le ladraba y movía su cola de un lado a otro.

—¿Qué? ¿Qué pasa? —pregunto al perro, Yeontan volvió a ladrar y acercarse, se paró de sus patas traseras para colocar las delanteras en sus piernas, la señora Kim soltó una suave risa al ver al perro.

—Quiere que lo cargues —Yoongi levanto las cejas al ver aquello, y sin dudarlo, y acomodando mejor las bolsas de las compras en sus brazos, se agacho para tomar al perro y así cargarlo, Yeontan ladro un par de veces más antes de lamer la mejilla de Yoongi haciéndolo reír.

Los hermanos Kim, quienes estaban a lo lejos presenciando toda la escena, no lo podían creer, Yeontan había sido atrapado por Yoongi, y ni siquiera tuvo que esforzarse, todos sus intentos habían sido completamente inútiles, hasta parecía que Yeontan había estado planeando esto por varios días.

—Esto debe ser una broma —dijo Jungkook, que todavía permanecía en el suelo mirando como ese animal les había hecho sufrir y a Yoongi simplemente le exige que lo cargue.

—Yoongi le agrada —menciono Namjoon.

—A mí también me agrada —comento Jimin, a lo que Seokjin rodo los ojos—, ¿creen que sea una señal?

—No, no lo creo —hablo Hoseok soltando un suspiro, mientras que la señora Kim caminaba junto a Yoongi, el omega no dejaba de darle caricias al pequeño perro quien disfrutaba de la compañía de Yoongi.

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