28: Los alfas del desastre

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Comer en el restaurante, había sido una buena experiencia para casi todos los hermanos Kim, pero no solamente por la atención recibida, sino que también por el hecho tan simple de poder obtener tan bellas palabras dichas por una persona que ni siquiera ellos creían podía llegar a gustarles, Yoongi sabe lo que tiene que decir y cuando lo tiene que decir, y ese momento, ese efímero momento, fue lo que consiguió que el corazón de los cinco hermanos presentes en el restaurante quedase flechado a la primera.

Después de disfrutar de la comida, y de despedirse de Yoongi —cosa que fue todo un drama, pues Jungkook no quería irse y casi lloraba en pleno restaurante por no querer abandonar a Yoongi—, los hermanos pudieron volver a casa, todavía no llegaban, la caminata se estaba haciendo cada vez más lenta, pero no importaba, no estorbaban a nadie en el camino, y la tarde parecía haber inclusive mejorado más de lo que inclusive ellos esperaban.

Seokjin soltó un largo suspiro por sus labios, mientras que su vista se iba a las copas de los arboles mientras las aves trinaban sus canciones, de algún modo, Seokjin a pesar de que no estaba muy de acuerdo con ese plan tan tonto de su hermano Taehyung, pudo ver que inclusive obtuvieron mejores resultados de los que esperaban, y debía admitir que sentirse satisfecho estaba corto a como ahora se sentía en ese momento, no podía explicarlo con claridad, pero la felicidad en su cuerpo era como la primera vez que había recibido su primer regalo de navidad, y que había sido el correcto, podía inclusive decir que era mucho mejor que eso.

—¿Podemos regresar? —la voz del menor de los hermanos se escuchó—. Creo que ya lo extraño un poco —Jungkook sintió como sus mejillas eran golpeadas por la vergüenza, jamás creyó que podía extrañar a alguien que ya había visto hace unos momentos.

Jimin y Taehyung soltaron suaves risas ante el comentario de su hermano, y Jungkook frunció el ceño mientras se dedicaba a inflar sus mejillas, odia cuando se ríen de él, y más si son los burlones de sus hermanos.

—¡No se burlen! —reclamo.

—Perdón —menciono Taehyung entre risas—, pero, debes considerar que acabas de verlo, hermanito —enfatizo la última palabra—, además, dudo mucho que Yoongi quiera verte a ti de nuevo.

—Como si tu horrible rostro fuera lo que le gusta de ti —menciono Jungkook entre dientes.

—¿Horrible, dices? —Taehyung elevo ambas cejas para después soltar una risa en un resoplido—. Para tu información, tengo cara de un gran cantante, un ídolo mundial, alguien sumamente atractivo que podría tener a cualquier omega a sus pies.

—Ya, no exageres —dijo Hoseok, odiaba cuando Taehyung se ponía en plan; 'soy el hombre más guapo del mundo, y lo sabes.' Rodo los ojos—, ni que tener una cara bonita te funcione.

—¿Por qué lo dices? —pregunto Taehyung—. Te recuerdo, que muchos omegas se me acercan.

—Sí, pero se van cuando saben que eres un mentiroso —canturreo Hoseok haciendo que Taehyung dejase de sonreír en el proceso—, admítelo, por ese detalle ya ni siquiera te hablan.

—Sí, es cierto —menciono Jimin—, ya hasta perdí la cuenta de cuantos omegas te han dejado cuando saben que todo lo que sale por tus labios son mentiras.

Taehyung soltó un resoplido y cruzo sus brazos sobre su pecho.

—Bueno, no importa —menciono mientras apretaba sus labios—, de todas formas, no tengo que mentir más.

—¿Por qué? —pregunto Jimin.

—Porque Yoongi ya me conoce más.

—Es cierto —menciono Seokjin—, a todos nos conoce un poco más, no mucho, pero nos conoce, inclusive más como sus vecinos molestos.

—¿Somos molestos? —pregunto Jungkook haciendo que los demás lo mirasen—. ¿Qué?

—No te hagas el inocente, Kim Jungkook —menciono Hoseok—. Todo el vecindario sabe que no somos los hermanos más ejemplares del lugar.

Era un hecho que todos sabían, inclusive los hermanos, desde que llegaron, muchos decían que todo el vecindario se puso patas arriba, y es que no había pasado ni una sola semana cuando hicieron sus primeras travesuras, inclusive muchos pasaban de boca en boca todo lo que habían hecho a algunos vecinos en específico, a veces eran accidentes. Hubo una vez que Taehyung y Seokjin habían salido a comprar algunas cosas a la farmacia, cuando regresaron se encontraron con un camión de bomberos para apagar un árbol que se estaba incendiando a cuatro casas de la suya, había sido resultado de unos petardos que habían estado lanzando Namjoon y Jungkook, todo fue un caos, y más cuando los vecinos de inmediato los acusaron a ellos como los causantes del incendio, hubo un castigo enorme de parte de sus padres, en el que lamentablemente todos salieron pagando las consecuencias de los otros dos.

También estuvo el incidente con el pay de fresas de la señora Jung, y todo había sido gracias a Yeontan y en parte también de las manos de Jimin, quien había sacado al perro a pasear porque Taehyung estaba castigado, mientras paseaban, Jimin pudo ver el pay de fresa que se encontraba en una mesa en el jardín, Jimin pensó que podía ir a probarlo, pero Yeontan se le adelanto y bastante, el pequeño perro se había soltado de su correa —la cual ni siquiera Jimin había asegurado bien antes de salir—, y no dudo en ir a ver de qué se trataba el aroma dulzón, Yeontan termino por tirar la mesa, y el pay, que fue casi salvado por Jimin, excepto que se cayó encima de su espalda cuando intento atraparlo, él había caído en el césped, mientras que el pay voló un poco hasta caer en su espalda, la señora Jung no dudo en salir al escuchar el ruido en el jardín, por supuesto no le agrado ver a uno de los hijos de los Kim en su jardín, con su pay recién horneado aplastado en su espalda y con el perro lamiendo los restos de la tela de camisa de su dueño.

Esos y más incidentes les habían dado el apodo de los hermanos más molestos del vecindario, los hermanos del desastre, los hermanos problemáticos, o los chicos Kim desastre, todos decían que quizás a esos alfas los perseguía la desgracia.

—Bueno, somos algo desastrosos —comento Jungkook—, pero no creo que sea para tanto.

—Díselo al señor Choi —dijo Taehyung—, todavía no me perdona por haber roto por accidente su cerca del jardín delantero.

—Si tan sólo no hubieras llevado ese estúpido tuvo de metal para intentar matar lagartijas —menciono Hoseok—, tal vez tampoco hubiéramos tenido problemas con los Jeon por haber roto sus ventanas.

—Eso no hubiera pasado, si tan sólo tú, hubieses dicho que no eras bueno en el tenis —dijo Jimin—, mis ahorros se fueron casi todos en esas tontas ventanas.

—Ya te pagué, idiota —dijo Hoseok—, ¿acaso no lo recuerdas?

—¡Sí! Pero tardaste más de lo debido —reclamo Jimin.

—¡Ya dejen de recordar eso! —exclamo Seokjin para después soltar un bufido—. Seamos o no los hermanos del desastre, ya no importa.

Jungkook dio un asentimiento ante las palabras de su hermano mayor.

—Seokjin, tiene razón —dijo Jungkook apoyando a su hermano—, podemos ser desastrosos y todo eso, pero tenemos un buen corazón, Yoongi lo dijo.

—Últimamente te la pasas mencionando mucho al omega —dijo Taehyung—. ¿Te gusta?

—Creo que eso te queda más que claro, ¿o tu cabeza de aire no te deja pensar con claridad? —Taehyung gruño bajo al escuchar el insulto de parte de su hermano menor.

—Eres un... —Seokjin miro mal a Taehyung—... sólo por esta vez te perdono, pero si vuelvo a escuchar eso de cabeza de aire, créeme que no pararé de decirte dientes de conejo por una semana.

—Hazlo y verás cómo te va, cabeza de aire —a veces Taehyung no podía creer que tener un hermano menor sería peor que uno mayor.

—¿Podrían dejar esto para otra ocasión? —pregunto Seokjin entre dientes, estaba harto de sus pequeñas peleas—. Además, Jungkook tiene razón.

—¿Tiene razón de que Taehyung tiene cabeza de aire? —pregunto Jimin, haciendo que el mencionado le mirara con su ceño totalmente fruncido.

—No, no —dijo Seokjin de inmediato—, me refiero a que Jungkook tiene razón en decir que Yoongi no piensa que solamente nos tratemos de alfas problemáticos —una verdad que ninguno de los presentes podía negar—, Yoongi... él nos conoce un poco más, es nuestro vecino de enfrente, y a pesar de que inclusive él ha visto la mayor parte de nuestros desastres en el vecindario, puedo ver que él nos tiene inclusive confianza, nos está ayudando a conseguir un omega, nos da consejos y ha estado todo este tiempo conviviendo con nosotros, no han pasado muchos días pero, él es un omega muy dulce...

—Sí, estoy de acuerdo contigo —dijo Jimin—, puede que no nos comportemos como los alfas más educados y buenos en casa, pero inclusive a él parece no importarle mucho ese hecho, nos escucha y está allí con nosotros, me encanta que lo haga y que no se aparte, como los demás lo hacen cuando nos conocen.

—Es cierto —dijo Hoseok—, su casa está frente a la nuestra, si él quisiera alejarse como los demás, ya se hubiera ido desde que entro a nuestra casa, pero ni siquiera le preocupa, se queda con nosotros, inclusive nos compra golosinas, a pesar de que inclusive Seokjin es mayor que él —soltó una suave risa—, ¿creen que Yoongi sea el omega indicado del que él tanto nos habla?

Hubo una pausa.

Una pausa que causo muchas dudas en todos los presentes.

Una pausa que inclusive logro sacar a todos ellos de otros pensamientos y que detuvieran su andar a casa.

¿Podría ser que Yoongi sea ese omega que anhelan?

Les gusta Yoongi, ellos lo saben, sus corazones lo saben, sus lobos lo saben, pero el problema aquí era, ¿alguno de ellos sería capaz de gustarle al omega?

Dicen que los hermanos pueden pensar igual, y ellos pudieron sentir en la mirada del otro, que estaban pensando en la misma pregunta.

Quizás podría haber una enorme posibilidad de que alguno de ellos pueda.

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