3O: Omega deprimido

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—¡Yoongi llego! —esa había sido la exclamación que Jungkook había soltado en cuanto vio al omega pasar la reja del jardín.

Los demás presentes al escuchar el entusiasmo en la voz de su hermano, no pudieron evitar sentirse de la misma forma, aunque para ellos la llegada de Yoongi a casa fuera el suceso más emocionante de todos, para el omega era muy distinto, Yoongi inclusive se imaginaba a él mismo con una nube gris encima suyo, sus animos se habían ido casi por completo, ahora no solamente tendría que esperar pocos días, ¡si no que eran más!

¿Acaso su madre lo odia?

—¡Omega! —la concentración de Yoongi se fue por completo cuando escucho la puerta abrirse con prisa y después de aquel grito eufórico, Yoongi levanto la mirada, encontrándose con la radiante sonrisa del menor de los Kim—. Yoongi, ¡bienvenido!

El omega sonrió levemente ante el comportamiento de Jungkook, no entendía porque ese entusiasmo.

—Jungkook, no hostigues al pobre de Yoongi —dijo Seokjin mientras salía con los brazos cruzados y frunciendo el ceño, sin dejar de mirar a su hermano menor—, fue suficiente por el día de hoy.

—Aquí los únicos que en verdad molestan a Yoongi son Taehyung y Jimin —menciono Jungkook entre dientes.

—¿Disculpa? —Taehyung elevo una ceja—. Al menos no me he metido a su habitación solamente para molestarlo y sin su consentimiento.

—Si van a empezar con sus peleas —hablo esta vez Hoseok, miro a Yoongi quien no parecía nada feliz por lo que estaba pasando.

El omega no decía nada, sólo se dedicaba a mirar al suelo, no quería saber nada, y mucho menos de los hermanos Kim, ya tenía suficiente de ellos, habían pasado pocos días, y ya se sentía sumamente estresado, sabe que debe ayudarles con sus omegas, y eso no es un problema, pero Yoongi ya no quiere tener que estar con los hermanos Kim para que estos mismos se peleen frente a él, se hagan bromas, o digan comentarios sumamente inapropiados, era como tener que vivir con adolescentes de doce y trece años, y ni siquiera ninguno de ellos tenía esa edad.

—¿Estás bien, Yoongi? —aquella pregunta había sido hecha por Hoseok, quien había notado los animos tan bajos que tenía el omega.

Yoongi dejo de mirar al suelo por breves momentos para dedicarse a mirar por unos instantes a aquel alfa, dio un pequeño asentimiento en respuesta.

—No es nada, estoy bien —contesto Yoongi, aunque su voz decía algo muy distinto.

A las fosas nasales de Jimin llego un aroma suave, muy suave, pero a pesar de que aquel aroma era dulce, podía sentir ese leve toque de amargor y tristeza, no pudo evitar mirar al portador de dicho aroma, Yoongi, era él.

—Yoongi —hablo Jimin—, ¿estás seguro de que estás bien?

El omega parpadeo un par de veces, mordió su lengua levemente en el interior de su boca, debía de relajarse, y debía de concentrarse en no dejar ver sus verdaderas emociones ahora mismo, esos alfas son demasiado perceptivos para su gusto, debía manejar la situación, y por el momento, escaparse un poco de su realidad.

—Estoy bien —dijo sin más, soltó un suspiro—, sólo me siento un poco cansado, es todo.

Yoongi no quería saber nada de nada, y no necesitaba darles más explicaciones a los hermanos Kim, lo único que necesita ahora es dormir, sí, necesitaba eso, más que nada en el mundo, tal vez así se pueda salir de esa pesadilla que parece eterna, y quizás su madre le vuelva a llamar para decirle que al día siguiente ella regresaría.

—Les he traído algunas golosinas ­—menciono el omega para después elevar la bolsa de plástico que traía en su mano—, Jungkook —el alfa al escuchar su nombre no pudo evitar acercarse al omega—, esto es para ti.

—¡Sí! Chocolates con almendras, ¡gracias, omega! —Yoongi decidió ignorar el hecho de que ahora Jungkook no le dijera por su nombre, pero no tenía problema con eso por el momento.

—Kim Hoseok —el mencionado elevo ambas cejas al escuchar su nombre, no esperaba que Yoongi trajera algo para él—, espero te guste.

Hoseok camino los pocos pasos que le quedaban para acercarse al omega, mientras que Yoongi buscaba dentro de la bolsa de plástico lo que le iba entregar a Hoseok, y en cuanto el alfa estuvo por fin frente a él, Yoongi saco la mano de dentro de la bolsa para entregarle a Hoseok el dulce que había escogido para él.

—¿Chocolate? —Yoongi ladeo la cabeza al escuchar la pregunta.

—Sí, pensé que te gustaría.

—Sí, me gusta, no me malinterpretes, pero —Hoseok todavía se sentía levemente avergonzado, más por lo sucedido en el primer día de estadía de Yoongi—, p-pensé que no me traerías algo, y más por lo que paso...

—No importa, el pasado es pasado —dijo Yoongi para después dedicarle una leve sonrisa—, aunque créeme que si lo vuelves a intentar no dudaré en golpearte más fuerte que la última vez.

—¡Entendido! —dijo Hoseok, demonios, casi sentía que se le cerraba la garganta, aunque ni siquiera Hoseok había pensado en intentar de nuevo una de sus hazañas tan estúpidas como esas, sabe las consecuencias que le traería—. Gracias por el dulce, YoonYoon.

Yoongi dio un asentimiento ante el agradecimiento y luego dirigió su mirada hacia el alfa mayor.

—JinJin —aquel apodo había hecho que Seokjin sintiera sus mejillas arder en el proceso, pero de inmediato frunció el ceño y evito sacar un gruñido ante sus hermanos molestos que de inmediato intentaron contener la risa ante el apodo que su madre siempre usaba con él.

—¡Ríanse con ganas, mocosos! Así podre vengarme después —amenazo Seokjin.

—No, gracias —dijo Taehyung—, mejor ve por tu dulce, JinJin —recalco el apodo de su hermano haciendo que Jungkook y Jimin soltaran una risa sin pena alguna.

—Mocosos, si no fueran mis hermanos menores yo...

—¿Seokjin? —el mencionado miro hacia el omega que le extendía un pequeño pastel de chocolate, haciendo que el alfa se olvidase de sus fastidiosos hermanos menores que siempre se burlaban del apodo que su madre le había puesto—. Espero que te guste.

El alfa mayor amaba muchas cosas, pero en especial los postres, y más si estos tenían chocolate incluido, sus ojos brillaron al ver el postre que Yoongi le había traído y no pudo evitar acercarse de inmediato para poder tomar aquel delicioso pastelito de chocolate.

—Min Yoongi, te amaré de por vida desde ahora —menciono Seokjin en cuanto el pastelito estuvo en sus manos—, gracias, omega.

Yoongi sonrió en respuesta y luego miro a los dos alfas que faltaban.

—Taehyung —llamo al primero y luego vio a Jimin—, Jimin.

Jimin de inmediato camino en dirección al omega, mientras que Taehyung de igual forma se acercó, empujando a Jimin en el proceso para que se apartara de su camino.

—Me hablo a mi primero, tonto —dijo Taehyung.

—¡Nos hablo a los dos, pedazo de estúpido! —reclamo Jimin.

Yoongi soltó un suspiro, parece ser que entre esos hermanos las peleas y las discusiones no tienen un final nunca, pero bueno, podía soportarlo, aunque no cree que pueda hacerlo por otras dos semanas más.

—Ya —canturreo Yoongi haciendo que los dos se detuvieran, Yoongi extendió a cada uno sus respectivas golosinas.

—¡Amo los caramelos! —menciono Jimin en cuanto recibió el regalo que Yoongi le daba—, gracias, lindo omega.

—¡Galletas! —los ojos de Taehyung brillaron al recibir su regalo—. Yoongi, acabas de comprar a tu alfa, no me despegaré de ti, nunca.

Yoongi soltó una suave risa al escuchar aquellos comentarios.

—Bueno, disfruten de sus golosinas, yo iré a dormir.

Sin decir nada más, Yoongi se aparto de los hermanos caminando despacio hasta poder llegar a la entrada de la casa y desaparecer dentro de esta misma, los hermanos se quedaron afuera de la casa, en silencio, con los regalos en sus manos y percibiendo ese aroma a tristeza en el ambiente. Todos lo habían notado de inmediato, algo no estaba bien con Yoongi, pero al parecer el omega no tenía ni siquiera la suficiente confianza como para decirles lo que acontecía por su mente.

El silencio no era incomodo para ellos, pero estaban preocupados, algo había pasado, Yoongi no se sentía bien y eso era lo que los mantenía con la preocupación en todo su ser, pero también no sabían lo que había ocurrido, y no estaban seguros de sí Yoongi tendría la confianza necesaria como para decirles la verdad, o quizás, ellos sean la causa de su tristeza.

—Él esta triste —Jimin había sido quien había interrumpido el silencio—, ¿creen que sea nuestra culpa?

—No lo sé, Jimin —menciono Seokjin para después soltar un suspiro—, tal vez esté molesto por lo del restaurante.

—¿Y sí es por algo más? —pregunto Hoseok—. Puede que inclusive esté deprimido por algo más.

—Quiero abrazarlo —menciono Jungkook—, quizás así él dejará de sentir tristeza.

—Tal vez solamente necesita estar solo —comento Taehyung.

Aunque todos ellos sentían la gran necesidad de ir tras de él para poder brindarle un abrazo.

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