Capítulo 11

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

   Me puse de pie y avancé hasta la puerta, miré por la rendija y luego la abrí. Era Will, junto a Jaden, Sopphie y Freya. Que lindo volver a verla, tan pronto. Llevaba puesto el vestido azul y no pude evitar sonreír al notarlo. Ella entendió el gesto al instante.

—¡Ewan! —llamó Will —vamos a la playa a surfear y a beber unas cervezas ¿te vienes?

Una fantástica idea, nada quería más. Pero estaba con Poppy. La miré, ella me veía con ojitos temblorosos.

—¿Aceptan niños?

—¡Claro! —dijo Sophie— nosotras no surfeamos, se puede quedar en la arena jugando.

¿Cómo era posible haber caído en un grupo tan bueno? Hoy seguía de suerte.

Cerré la puerta con llave luego de agarrar una toalla y la malla de Poppy por si quería meterse al agua.

—Nos contó Freya que estuvieron de paseo por el centro— dice Will alegre— espero que haya sido de tu agrado, el centro digo. —Entendí perfectamente la indirecta pero no me molestó. Yo me sentía en paz, esa paz que nunca había sentido. Seguro de mí mismo, con ganas de sonreírle al mundo.

—Sí, me encantó, el centro... — lo miré cómplice y él me sonrió. No habíamos pasado desapercibidos para Freya que seguía nuestras miradas sin perder detalle.

—Están hablando de mi ¿verdad?

—No— le dije pasando un brazo por sus hombros, claramente violando su espacio personal— tú tranquila que yo te hago saber si Will habla de tí. —Contrario a lo que pensé, no me rechazó. Me dejó quedarme allí colgado de sus hombros, tan cerca. Ella era alta, pero yo lo era aún más y le sacaba una cabeza de diferencia, por lo tanto apoyarme en ella me era muy cómodo.

Will pasó corriendo desde detrás mío y empujándome gritó:

—¡Una carrera hasta la playa! —no me hice esperar, corrí tras él como perseguido por el diablo, entre risas nos empujábamos Will, Jaden y yo, intentando llegar primeros. Las chicas se habían quedado atrás. Les grité para que se acercaran, pero estaban con Poppy. Poppy, siempre me olvidaba de ella.

Llegamos al agua casi al mismo tiempo y tropezamos entre los tres cayendo al agua. Estaba fría, salada y espumosa. Tragué un poco y Will se rió a más no poder.

—Hombre, ¡tú también estás empapado! —le dije a modo de risa.

—Ya, ¡no me importa! ¡Vamos a surfear! —empezaron a gritar felices y me envalentoné.

—¿Me enseñan?

—¿A surfear?

—No, a calentar un huevo. ¡Claro que a surfear!

—Ya me decía yo, porque no sé calentar un huevo— Jaden rió.

—Puedes venir conmigo— dijo Will— pero tienes que hacer todo lo que yo haga. ¿Entendiste?

—Si, entendido.

—¿Sabes nadar?

—Me defiendo.

—No me das mucha seguridad, pero me basta.

Sonreí satisfecho y caminamos hasta donde las chicas se habían sentado en la arena a cotillear. Tenian una bolsita con papas fritas que Poppy ya estaba degustando y unas cervezas.

—¿Tomamos una antes de dar el gran salto? —me animó Will.

—Vale, como tú digas. —Me dió una botella y brindamos como viejos amigos. El líquido que viajó por mi garganta me revitalizó. Sabía que no era posible, pero así lo sentí, más vivo, más todo. Un poquito más de vida, más adrenalina. Ahora sí estaba más que listo para lanzarme al agua y surfear aunque no tenía ni idea de cómo hacerlo.

Si mi madre estuviera aquí, ya estaría gritando para que no lo hiciera. ¿Pero qué más daba? No estaba aquí y no lo estaría nunca. La vida es una y hay que sentir todas las emociones.

—Tranquilo— me dijo Jaden al verme tomar la botella de una vez —no es una carrera.

—Lo sé— dije recobrando el aliento— me gusta la sensación. —Él me miró raro, pero no le di importancia.

—¿Listos? —cortó Will.

—¡Vamos! —grité a todo pulmón y todos se me quedaron viendo.

—Me encanta este chico— dijo Will entre risas y me dió la tabla de surf para que la llevara.

Entramos en el agua caminando y luego nadamos junto a la tabla. —Tú haz lo que yo hago— me decía Will y yo lo imitaba. Una vez que pasamos la zona de las olas, me indicó que me subiera a la tabla y me sentara, lo cual sonaba muy fácil pero era muy difícil de hacer.

—A ver, no es tan difícil hombre.

—¡Hazlo tú primero entonces!

—No, prefiero que lo hagas tú así te sostengo, si no vas a tirarme luego.

—Está bien, ¿no puedes echarme una mano?

—¡Súbete y ya! —Sonó a amenaza. Hice un último intento y logré subir recostado, con algo más de esfuerzo me senté y luego Will hizo lo mismo. Más alejado estaba Jaden sentado en su tabla, esperando la ola, igual que nosotros.

—Escucha— me dijo Will— cuando yo te diga, tú te pones de pie y haces lo mismo que yo. Lo más probable es que te caigas. Si no lo haces al principio, lo harás al final, yo termino cayendo también. Lo que cuenta es la sensación y la adrenalina del momento. —Me gustó eso, era exactamente lo que buscaba.

—Vale, trataré de mantener el equilibrio.

—Es difícil, yo llevo en esto más de cinco años y aún no lo domino. O será que soy medio bruto— entró a reír y yo lo seguí. —Mira—continuó— ahí viene una, prepárate y vete poniendo de pie— le hice caso. Era complicado ponerse de pie, me sujeté con ambas manos de los bordes de la tabla y traté de mantener el equilibrio balanceandome con los brazos. Will se puso de costado dándole la espalda a la ola que se estaba formando, lo imité y por unos instantes fue espectacular, el agua pasaba por nuestras cabezas a medida que la dejábamos atrás, la adrenalina se atiborraba en mi garganta y yo explotaba en mil luces de colores. Entonces el agua me golpeó, yo resbalé y me hundí en el agua azul. Primero no comprendí lo que había pasado, todo se había sucedido muy rápido. Luego me dí cuenta de que estaba yendo más y más abajo, a la oscuridad. Miré hacia arriba e intenté nadar, no era muy bueno en ello y quise reírme de mi situación pero me estaba quedando sin aire. Lo intenté con pesar y mucho empeño y logré subir a la superficie. Inspiré todo el aire que me había faltado y me reí, me reí de lo que me había pasado y de lo idiota que había sido al ir a surfear sin casi saber nadar. Miré a mi alrededor y divisé la playa. Nadé hasta allí con mucha persistencia y todos corrieron hasta mi preocupados, yo no dejaba de reír.

—¿Estás bien? Te hundiste y no te vi más.

—¿Por qué te estás riendo?

—¿Alguien sabe que le pasa? ¿Está borracho?

—No— dije calmandome y haciéndome lugar entre ellos— no estoy borracho, no me pasa nada. Me río de la suerte que tengo, de la vida. Un poco de todo. Y estoy bien, me caí y nade hasta aquí, nada que reportar.

—Tienes razón—dijo Will— ¡la vida nos da la suerte de vivir cada día! ¡Hay que brindar por eso!

Freya puso una mano en mi hombro.

—Estaba preocupada—me dijo y me miró con esos ojazos turquesas.

—No tienes que preocuparte por mí, siempre estaré por aquí—dije y grité victorioso al discurso de Will.

Nos sentamos todos a tomar otra cerveza festejando la vida y todo lo que ella nos daba. Poppy armaba castillos en la arena y comía papas de a ratos, parecía no enterarse de nada a su alrededor. Le alboroté el pelo y besé su frente, era mi pequeña compañera de travesuras. Deseaba tanto poder compartirle un pedacito de mi felicidad, un poco de mi locura.

—Jaden quiere ser político— dijo Will y no pude sino ahogar una risa.

—¿No tienes que ser abogado antes o algo así? —reía Freya.

—No se rían, creo en un mejor futuro. Ya luego veré cómo lo hago, lo que cuenta es la intención ¿no?

—¡Por las buenas intenciones! —a Will se le daba muy bien eso de brindar.

—¿Y tú? —le dije— ¿qué quieres hacer de tu vida? —lo sorprendí.

—Yo quiero ser esto— dijo señalando a su alrededor— surfear hasta el anochecer, beber hasta el amanecer, disfrutar de las pequeñas cosas, vivir cada detalle. A mi no me van las cosas complicadas.

Will era un alma libre, y eso me gustaba de él. Vivía la vida al máximo. Yo había estado demasiado tiempo encerrado y me había perdido de tanto.

—¿Y tú? —todas las miradas se posaron en mí.

—Yo... en este momento creo que quiero pasarme las tardes cantando canciones con mi guitarra a la orilla de la playa. —Todos rieron y yo con ellos.

—¿Y tú haces algo de eso?

—No canto, pero puedo tomar clases y la guitarra no se ve tan dificil, ademas si todos están tan borrachos como Will, no lo notarán.

Saqué unas buenas risotadas en todos y un Will vengativo me tiró arena en la cara. Me cubrí, pero tragué un poco de tanto reír.

—Ewan quiere ser escritor— dijo la tierna vocecita de Poppy y todos me miraron.

—¿Así que escritor? —Freya me miraba interesada —¿qué tipo de libros?

—¿Romance? —preguntó Sophie.

—No— aclaré— suspenso, policial ¿han leído alguna vez a Agatha Christie? — las caras de todos me dieron a entender que no. —¿Conocen el juego de mesa "Clue"?

—Que va, lo juego cada navidad— agregó Jaden.

—Es un juego re jodido, mi primo siempre me gana—reía Will.

—Bueno, está basado en una famosa novela de ella.

—Yo sí leí un libro— dijo Freya cortando.

Por eso me gustaba tanto.

—¿Cuál leíste?

—No me acuerdo el nombre.

—¡Porque no lo leíste! —gritó Will.

—¡Cállate! Era en unas vacaciones, en unas playas.

—¿Muerte bajo el sol?

—¡Ese!

—¡Tramposa! —gritaba Jaden riendo.

—No hice trampa, de verdad lo leí.

—Te creo.

—¿Por qué no dijiste que querías ser escritor cuando te preguntamos? —dijo Sophie.

—Porque en este momento no estoy seguro de nada. Antes estaba demasiado seguro de tantas cosas que me volvía loco y ahora solo me limito a vivir el ahora y no pensar en lo que pueda pasar mañana. Quiero experimentar cada momento, saborearlo, exprimirlo al máximo porque mañana, no sé qué pasará. ¿Eso responde a tu pregunta?

—Entonces... —continuó Sophie.

—Digamos que no— dijo Freya poniendo una mano sobre mi hombro— por el momento no, ya más adelante verá.

Giré lentamente mi cabeza y me encontré con esos ojos sonriéndome, tuve el impulso y lo seguí. Besé su frente y continué bebiendo mi cerveza como si nada hubiera pasado. Noté como se sonrojaba, una delicia.

—Bueeeeno, tortolitos— dijo Will levantándose— yo ya me voy porque tengo trabajo temprano.

—¿Trabajas?

—Pues claro. En una tienda de CDs.

—¿Y abren temprano?

—No, pero mañana viene no sé quién importante y qué sé yo. Así que tengo que ir temprano.

—Vale, yo busco empleo, si alguien sabe de algo...

—En Noly's— dijo Jaden— buscan a alguien, deberías darte una vuelta.

—Noly's, iré mañana. ¡Gracias!

—De nada, yo tambien me voy, tengo que ayudar a mi padre a reparar el auto. Sophie, ¿te llevo? —ella se puso de pie.

—¿Te vienes? —le dijo a Freya.

—Ustedes tranquilos, me quedo un ratito más.

Todos pusieron caras cómplices y se alejaron rapidito.

La playa quedó en silencio, solo se escuchaba el crujido de las papas contra los dientes de Poppy.

—Estás loco— me dijo Freya sonriendo con la mirada en el horizonte.

—¿Gracias?

—Pero me gusta la locura.

—Gracias— sonreí aliviado.

—Eres la persona más alegre que conocí en mi vida.

—¿Y eso está mal?

—No, no está nada mal.

Nos recostamos en la arena hasta que cayó el sol y la oscuridad nos cubrió. No nos dijimos más, solo compartimos sonrisas. El momento había sido especial de esa manera. Tomé a Poppy de la mano y la acompañamos hasta su casa, nos despedimos con la mano y regresamos al bungalow.

Era una noche llena de estrellas, llena de posibilidades, de emociones que aún seguían en mí y no se iban. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro