Capítulo 29

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Will


Llegué lo más rápido que pude. Cuando recibí la llamada estaba saliendo con Jenny, una amiga que podía ser algo más. La dejé plantada y corrí hasta aquí.

Al primero que ví fue a Jack, luego a Freya, Poppy y los chicos. No podía ser que fuera el último.

—¿Qué pasó? —le pregunté a Jack.

—Sobredosis ¿tú sabías que consumía? —me sentí cómplice, tal vez debería haberlo reportado.

—Sí, lo sabía. Desde hace un tiempo.

—¿Por qué no dijiste nada?

—No lo sé, éramos amigos, era como una confidencia. Trataba de cuidarlo como podía. También bebía como jarro sin fondo, pero no hacía caso de las advertencias.

Me sentí fatal, en parte era mi culpa que esto hubiera sucedido. Yo podría haberlo evitado.

—¿Cómo pasó? —pregunté.

—Lo hizo cuando pensó que no había nadie.

Qué listo eres Ewan, te creíste que no me iba a dar cuenta.

—Lo hizo adrede.

—¿De qué hablas? —pregunta Freya.

—Hace rato que hablaba de que quería morir. Esto lo pensó. Quería morir.

—¿Por qué? —pregunta Jack y estaba claro que no tenía idea de lo que pasaba con su sobrino.

—Hace mucho tiempo que Ewan está perdido, ya no responde a nada. No me extraña que esto hubiera pasado. ¿Cómo está?

—Está en coma— dijo Jack tristemente.

—La ambulancia no llegaba y Jack lo llevó en brazos por la carretera, alcanzó a la ambulancia a medio camino— dijo Freya— si no hubieran tardado tanto, tal vez ahora estaría mejor.

—Nos dijeron que el tiempo era clave —dijo Jaden.

—A estas horas podría tener el cerebro frito— agregó Sophie.

Ewan, ¿qué hiciste? Quisiste olvidar, lo quisiste demasiado ¿y ahora qué?

—¿Alguno lo vió? ¿Puedo pasar a verlo?

—Yo lo vi —dijo Jack— parece que estuviera dormido, no tiene tubos y esas cosas, solo el monitor y lo básico. Pregunta en recepción si te permiten.

—Gracias— me di la vuelta y busqué la recepción. La encontré más rápido de lo que esperaba. Atendía una viejita muy simpática que me dejó pasar luego de unas cuantas sonrisas.

Caminé por el pasillo buscando la habitación B13. Cuando la encontré me dió miedo entrar. Me dije a mi mismo que era una tontería, pero aún así abrí la puerta con cuidado. Y allí estaba él. Recostado en esa camilla como si durmiera plácidamente. Muchas veces se había quedado en casa, sabía cómo se veía durmiendo y esta vez no era diferente. Me senté en la camilla y toqué su mano, tenía un aparatito en su dedo, así que mucho no la moví.

—Te olvidaste, amigo— dije bajito— te olvidaste de tu tatuaje: "Awake and unafraid". Yo te quiero, ¿sabes? —me cayó una lágrima— no puedes morirte ¿qué haría yo sin tí? Eres mi compañero de locuras— le zarandeé el brazo— vamos, despierta.

Pero no despertó.

—Como te mueras, ya verás— amenacé. Le di un beso en la frente y me fui. No podía verlo así. No sabía si me escuchaba, esperaba que sí.

—Jack— le dije fuera—¿dónde quedó el celular de él?

—Está en la casa, siempre lo dejaba al lado de las llaves. ¿Por qué?

—¿Puedo buscarlo? Necesito un número. —Lo dudó pero luego asintió y me dió las llaves de la casa.

—Luego lo devuelves que él lo va a necesitar— sus palabras sonaron tan esperanzadoras como tristes.

Fuí a su casa y busqué el celular, necesitaba un número en particular. Loki.

Lo copié en mi teléfono y llamé. Sonó una, dos y luego atendió.

—Hola— dijo del otro lado —¿quién habla?

—Hola, no me cortes por favor. Soy Will, el amigo de Ewan.

—Voy a cortar.

—No, por favor, espera, que es importante. —Supliqué.

—¿Qué podría ser tan importante?

—Ewan está en coma.

Se oyó un silencio largo y pensé que se había cortado.

—¿Hola? —volví a preguntar.

—Si, estoy aquí. ¿Qué pasó? —su voz sonaba débil.

—Tuvo una sobredosis.

—Así que él...

—Desde que pasó lo que pasó, él ha estado abusando de muchas sustancias. Esta vez intentó suicidarse.

—¿Me estás echando la culpa?

—No, te estoy contando lo que pasó. Él no puede superarte. Prefirió morirse antes que seguir pensando en tí.

—¿Y qué quieres que haga? —su voz temblaba—él fue quien se equivocó.

—¿Qué hizo? —se volvió a hacer otro silencio.

—Se besó con Freya en la fiesta de tu casa.

—¿Qué? Seguro que ella lo besó a él, estaba muy celosa y él estaba completamente colado por tí. Ahora en serio, ¿lo castigaste tanto por eso?

—Si, no era poca cosa.

—Se lo podrías haber dicho ¿cuántos años tienes?

—No lo sé, es lo que me pareció.

—Lo arruinaste, sin presión, pero lo arruinaste por una estupidez.

—Ya está hecho, ahora no importa.

—Puedes arreglarlo.

—No puedo, ahora estoy en pareja y soy feliz.

—Eso no te lo crees ni tú. Solo tienes miedo a enfrentarte a la realidad.

—Eso lo decido yo, por lo pronto mantenme al tanto de como va, ¿si?

—Te avisaré.

No podía creer lo que había oído. Tanto sufrimiento y pesar por esa tontería. De todas maneras no se lo podía decir porque él querría llamarla y el suplicio volvería a empezar. Sin embargo sabía que a ella aún le importaba, el tono de voz, los silencios y quería estar informada. A ella le había pasado lo mismo que a él, pero lo había llevado mejor.

Regresé al hospital. La situación estaba mucho peor, había tenido dos paros cardíacos y tanto Jaden como Sophie, rezaban. Poppy ni siquiera entendía. Freya se cruzaba de manos y Jack parecía implacable.

No vi opción posible. Salí corriendo y subí al auto. Conduje por horas, hasta el hartazgo. Solo había mandado un mensaje y había sido suficiente.

W:

Se muere, voy por ti.

S:

Te espero en la gasolinera.

Me costó encontrar la dichosa gasolinera, pero di con ella al fin. Subió rápidamente y no me dijo nada. Se veía exactamente como la recordaba. Tenía la mirada preocupada y los brazos cruzados. Se veían sus sentimientos a flor de piel, tristeza por sobre todo. Sus ojos rogaban por llorar pero ella no les permitía.

—¿De verdad crees que... ? —preguntó despacito.

—Está muy mal, no saben si pasará esta noche. —Ella miró por la ventana aunque estaba oscuro—espero que lleguemos a tiempo.

—Eres un buen amigo.

—Soy el peor, yo sabía lo que hacía y no hice nada.

—No te castigues, hiciste lo que pudiste. —Sonrió tristemente.

El viaje de regreso fue largo y llegamos de madrugada, cruzaba los dedos que aún estuviera a tiempo. Ingresamos por la otra entrada, no quería que los demás la vieran. Esto era algo privado. Me acerqué a recepción y me informaron que podíamos pasar, pero que si sufría algún cambio deberíamos abandonar la habitación. Buscamos la habitación B13 y ahí seguía él, dormido. Loki entró primero. Estaba perpleja, lo miraba con ojos a punto de llorar. Se tapó la boca con la mano y yo me acerqué a abrazarla. Se largó a llorar a más no poder. No era lo mismo que yo se lo contara a verlo allí.

Se secó la cara con las manos y se acercó a él. Agarró su mano y la acarició. Me fui del cuarto para darle privacidad. Esperé del otro lado y miré por el vidrio de la puerta. Vi cómo le hablaba y acariciaba su pelo. Se acercó y lo besó. Entonces empezaron a sonar las alarmas de los monitores y se acercaron médicos y enfermeros. Loki tuvo que salir y se quedó fuera conmigo. Se puso a llorar pegada a mi, la abracé tratando de contenerla. Esperamos un buen rato ahí fuera, preparándonos para la mala noticia. Entonces empezaron a salir los médicos del cuarto. Intenté detener a alguno pero no me hicieron caso. Luego salió una enfermera que se veía muy simpática y le pregunté.

—Si, hijo— me dijo— que se ha despertado. Recién le estaban haciendo las revisiones.

Me quedé perplejo. Miré a Loki, ella se tapaba la boca con las manos y cerraba los ojos.

—¿Qué le dijiste? —le dije.

—Eso es entre él y yo— sonrió emocionada.

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