Llegaron las vacaciones de verano y Poppy pasaba mucho tiempo en casa. Nos turnábamos para cuidarla, Freya había empezado un curso de maquillaje por lo que había algunos días que no estaba disponible a la tarde y Will salía mucho con su nueva novia. Yo solía trabajar en Noly's, me era más cómodo, además tomaba un café tranquilo. Ahora ya no iba a poder. Alguien debía de cuidarla.

A veces Will me daba una mano o Freya, ella pasaba bastante tiempo con Poppy, pero también quería su espacio y estaba bien, era mi hermanita no la suya.

—¿Puedo jugar?

—No Poppy, en casa, ahora estoy yo usando la computadora— le decía cuando la llevaba conmigo a Noly's.

Le pedía un batido y se sentaba con Lola a tomarlo.

—Estoy aburrida— decía al rato. Me exasperaba.

—Ya Poppy, necesito trabajar, sino no podré comprar más muñecas como Lola.

Se callaba durante un ratito y volvía a comenzar. Al final terminábamos regresando a casa. Freya nos esperaba, así que la dejé y huí al bar donde sabía que estaba Will con su cita. Me senté cerca, no quería molestarlo, pero quería saber cómo era la chica de la que siempre hablaba pero nunca nos presentaba.

Emily era morocha y llevaba un vestido rojo. Will no se percató de mi presencia, me quedé en silencio y pedí un jugo de naranja.

—Yo vivo en un piso en el centro— dijo Will y yo escupí el jugo de la risa. Él volteó y me vió, su cara de sorpresa fue épica.

—¿Lo conoces? —le preguntó la chica.

—No— contestó— es algún maleducado que escupe la comida— yo no pude evitar reír. Terminé mi jugo y me fui de allí.

Cuando regresé, Freya estaba a punto de irse.

—¿Puedes encargarte de la cena por favor? —me besó de despedida.

—Claro, ¿qué comemos?

—Algo con puré, hace mucho no comemos puré de papas.

—Vale, me fijo qué puede ser.

Agarré de la mano a Poppy y fuimos al mercado a comprar papas y tal vez pollo, ¿pollo? No sabía, tenía que pensarlo bien.

—¿Tú qué quieres?

—Papas fritas.

—No, con el puré de papas, ¿qué quieres?

—¿Nuggets? —Fue una buena idea y solo tenía que comprarlos. Fui a la sección de congelados y agregué el paquete al carrito. Pagué todo y volvimos a casa.

Estaba sacando las cosas de la bolsa cuando aparecieron unos caramelos.

—¿Y esto, Poppy? —no dijo nada —¿tú los tomaste?

Asintió con la cabeza.

—¡Poppy! ¡¿Qué te he dicho siempre?! ¡¿Por qué no me los pediste?!

—Porque no me los hubieras comprado.

—Y no te los volveré a comprar por haberlos robado, qué vergüenza. Mañana iremos al mercado y los devolverás. —No sabía si estaba triste o furiosa— ahora vete a tu cuarto a pensar lo que hiciste ¡Ya!

Hizo un berrinche y se fue.

Saqué las papas de la bolsa y me entretuve pelándolas y cortándolas. Las metí al agua y puse los nuggets al horno. Tardé un buen rato en hacer todo, sobre todo porque tenía serios problemas en usar el pela papas, nunca había entendido realmente cómo usarlo.

Agarré un tarro de helado del freezer y pensé en hacer las paces con la niña.

—¡Poppy! ¡¿Vienes a comer helado?! —no contestó, qué rencorosa había salido— ¡Poppy! ¡Ya, no fue para tanto! ¡¿Vienes?! —no contestó. Me dí la vuelta y ví la puerta de su cuarto abierta, me asomé y no estaba allí. Miré alrededor y la puerta de entrada, estaba entreabierta. ¿Por qué mierda no la había cerrado con llave? Salí corriendo fuera.

—¡Poppy! —la llamé pero no recibí ninguna respuesta—¡Poppy! ¡Poppy! —Estaba sintiendo una horrible opresión en el pecho. Corrí hasta la carretera y la llamé infinidad de veces pero nadie me contestó, fui para un lado y al otro.

Llamé a Will, ya venía en camino.

Corrí hasta la playa, era inmensa, no la vi. Llamé a los gritos: —¡Poppy! ¡Poppy! ¡Poppy! —el viento me devolvió mis propias palabras.

Volví a la casa y llamé a la policía. Tardaron muy poco en llegar.

—Me dice que la niña se escapó— preguntó la oficial.

—Si, en un momento que me descuidé se fue por la puerta abierta.

—¿Por qué estaba abierta la puerta?

—Yo... me olvidé de cerrarla.

—Ajam, ¿ya había pasado esto antes?

—No, Poppy no hace estas cosas.

—Pero lo hizo.

—Si, pero ella es una buena niña. No me imagino a donde pudo haber ido.

—Está bien, la buscaremos por la zona. Daremos aviso a la guardia costera para una búsqueda marítima.

—¿Búsqueda marítima? —¿estaban sugiriendo que... ?

—Si, niño. Hay que pensar en todas las posibilidades.

Me metí al bungalow, Will estaba dentro. Junto a un par de policías que hurgaban en las cosas de la pequeña.

Me abrazó y dió aliento.

—Seguro entró a la arboleda y se perdió. Ahora la van a encontrar.

—¿Tú crees?

—Si, ya verás que no hay nada de qué preocuparse.

Ya no estaba tan seguro, no había muchos lugares a donde ir y había habido muy corto tiempo para huir lejos, tenía piernitas cortas, era pequeña. Algo malo le había pasado, no tenía otra explicación. Tal vez alguien la podría haberla raptado, no sabía qué pensar, todas mis ideas eran muy malas.

Empezó a anochecer, salí fuera y muchas luces venían de la playa. Fuí a ver qué pasaba.

Había apostadas unas luces portátiles y unos vehículos que alumbraban la playa. Mucha gente se movilizaba y hablaban por handies. La realidad comenzaba a golpearme, ellos creían que Poppy estaba en el agua.

—Es solo protocolo— me dijo Will por detrás— no les hagas caso.

—¡Ewan! —apareció corriendo Freya —¡Ewan! Vine en cuanto recibí el mensaje ¿la encontraron?

Will negó con la cabeza y ella no dijo más.

Me senté en la arena, expectante a cualquier movimiento, a cualquier señal de que la hubieran encontrado. ¿Y si la encontraban viva? Podía ser ¿no?

Will se sentó a mi lado, esperando junto a mí. Era de madrugada, pero no me importaba, aguantaría lo que fuera necesario. La encontraría.

Algo golpeó contra la arena, traído por las olas y me asusté, creí que era ella. Caminé despacio el largo trecho y dejé de respirar. Era Lola.

La sostuve en brazos y volví a mi lugar. Quería llorar pero no podía, no aún, sabía que esto no había acabado. Mi amigo vió la muñeca y me abrazó. Yo no quería la lástima de nadie, ella podía seguir viva, podría haber solo perdido la muñeca.

—Sé fuerte, amigo, tú puedes. —¿Fuerte? ¿Era acaso una broma? ¿Cómo ser fuerte?

Las luces se centraron a lo lejos y un montón de gente se amontonó. Le dejé la muñeca a Will y corrí hasta ellos, corrí tan fuerte como me dieron los pies sobre la arena. Empujé a algunos haciéndome lugar hasta al círculo para poder ver y allí terminé de morir por completo.

Su cuerpito yacía todo mojado sobre la arena, el pelo todo enmarañado sobre la carita y la piel casi azulada. Caí de rodillas. Loki había roto una parte de mi corazón, ahora Poppy rompió la otra. Ya no quedaba nada más de mi.

La sostuve en brazos, la abracé fuerte y lloré, lo hice tan fuerte que sentía como me desangraba en lágrimas.

—Lo siento— le dije en medio del llanto, había sido mi culpa, no cerré la puerta. No la había cuidado, no supe ser un buen hermano. No hice nada bien, nunca hacía nada bien. Besé su frente —te quiero, estrellita.

Un hombre se acercó para quitarmela pero yo no lo dejé, Will me sostuvo los brazos para que la dejara ir. Luché para soltarme pero no pude retenerla conmigo. Will me hizo levantar y tiró de mí hasta el bungalow.

—-Toma esto— dijo obligándome a tomar una pastilla con agua— te sentirás mejor.

—¿Qué es?

—Eso no importa— y la verdad no me importaba, lo que me importaba estaba en una bolsa negra camino a quién sabe dónde.

La tomé y al rato caí del cansancio en la cama y todo se puso negro.

—¿Quién dice unas palabras? —Yo no dije nada.

—Yo diré— se aventuró Will— pequeñita, me encantó vivir contigo y que fueras parte de esta loca familia. Te echaré mucho de menos.

—¿Ewan? —me miraron—bueno, sigo yo. Poppy, fue muy divertido pasar tiempo contigo, me sentí como la hermana mayor que siempre quise ser. Gracias por eso.

Los dos me veían, esperando.

—No tengo nada que decir, esto es una total pérdida de tiempo —le dejé la urna a Will y me fuí caminando a casa. El sufrimiento que llevaba dentro no sanaría por decir palabras bonitas. Ella se había ido. No escucharía lo que tenía que decir. No, nunca más me escucharía.