XI

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Soobin se encontraba sentado en el sofá mientras su vista no se movía de la persona que se paseaba por su cocina, sentía sus ojos hinchados y la nariz congestionada de haber llorado entre los brazos de aquel rubio pero también era algo que necesitaba, aferrarse a él para darse cuenta de que de verdad estaba ahí, de que Yeonjun había vuelto a él.

El rubio fué hasta el sofá con dos tazas de té en sus manos, su mirada denotaba mucha preocupación por su menor, se sentó dejando un pequeño espacio entre ambos y se dedicó a observar cuánto había crecido desde la última vez que lo había visto hacía seis años. Cómo supuso, Soobin siguió creciendo en altura, por lo que pudo notar era más alto que él, su carita seguía parecida a la del pequeño que dejó años atrás y estaba embarazado, Yeonjun había quedado en shock al sentir el bulto que impedía abrazar completamente a Soobin, miles de pensamientos pasaron por su mente queriendo descartar todos y cada uno, estaba arrepentido de haberse ido y haberlo dejado sólo, incluso de pedirle a su mamá que se mudará con él.

Yeonjun agarró una de las manos acariciando los nudillos, su mirada iba de la carita llorosa a Soobin a su pancita, el menor notó su paseo y trasladó su propia mirada a su barriguita empezando a acariciarla.

—No es lo que piensas —habló Soobin, Yeonjun sintió que volvía a respirar mientras esperaba que continuará —Quise formar mi propia familia, sólo, me realicé una inseminación.

El rubio sentía que le volvía el alma al cuerpo, la explicación era corta pero suficiente, sin embargo su arrepentimiento no se iba. Se acercó más a Soobin y con su mirada pidió permiso para tocar su barriga a lo que el pelinegro asintió, con delicadeza posó su mano en la pancita, con mucho nerviosismo empezó a moverla, poco a poco.

—¿Puedes contarme más? —preguntó con tacto el rubio —¿Puedes contarme todo lo que me he perdido en estos años?

Soobin asintió lentamente y con un suspiro empezó su relato, no supo si fué una hora u horas, sólo que se desahogó al igual o inclusive más de lo que lo hizo con Seokjin, habló sobre sus sacrificios en el trabajo y su ascenso, sobre su estabilidad física y económica, sus deseos de ser padre pero que no eran correspondidos, sobre la idea de la inseminación y sus consultas con el doctor Lee, cuándo se llevó a cabo el procedimiento y su éxito en Soobin, incluso habló sobre cómo llegó a conocer a Kyung, dando pie a explicar todo respecto a él y cómo su corazón sufrió nuevamente por amor, obvio que sin el "nuevamente" entre palabras. Yeonjun escuchó todo atentamente y sin opinar, pero por dentro tenía una serie de sentimientos que iban desde la tristeza a la rabia por todo lo que había pasado Soobin, cuándo el pelinegro le habló sobre Seokjin sintió alegría de que alguien hubiera extendido su mano al menor y rápidamente colocó en su lista negra, que iba inaugurando, a Kyung, iba a hacer lo posible por mantener al hombre alejado de Soobin y su bebé, termino de arrimar a Soobin a su cuerpo para abrazarlo, su mano en ningún momento abandonó el vientre de Soobin.

—¿Es niña o niño? —preguntó escondiendo la cabeza de Soobin en su cuello, el menor se acomodó con gusto.

—Niña.

—Una princesa... —susurró Yeonjun pero Soobin escuchó con claridad.

Los ojos de Soobin se volvieron a llenar de lágrimas, ya no sabía porque eran, quizás eran las hormonas del embarazo o porque estaba feliz por el regreso de Yeonjun quizás por cuánto, pero sólo necesitaba aferrarse a él para sentirse seguro, siempre lo supo, pero se había desviado, ahora por fin se sentía en casa. Estuvieron un rato así en el sofá, Yeonjun consolaba a Soobin con tiernas caricias en sus cabellos y vientre.

—Hyung... —habló Soobin luego de haberse calmado —¿Vas a dormir aquí?

—Soobin...

—Por favor —suplicó el pelinegro, no le importaba, necesitaba la compañía de Yeonjun, el único que había sido capaz de brindarle paz.

—No tengo ropa aquí —susurró, y es que sólo planeaba saludar a Soobin, saber un poco de él y ver si había podido superarlo, pero se dió cuenta que a pesar de la distancia, la falta de comunicación y los años sus sentimientos se volvieron intensos.

—Yo te prestó ropa—habló chiquito Soobin —Pero no me dejes —dijo en un murmullo.

A Yeonjun se le encogió el corazón en ese instante, apretó más a Soobin entre sus brazos, accedió a quedarse con él la noche así que ambos se levantaron del mueble  para buscar las prendas, Soobin buscó entre la ropa que usaba antes de quedar embarazado y le paso una camisa gris junto con unos joggers del mismo color y lo guío al baño para que se cambiará, mientras tanto el pelinegro lo esperaba en el sofá.

Cuándo el rubio terminó de cambiarse fué a encontrarse con Soobin en el sofá, se tomaron sus té alegando que ya los dos habían comido y no era necesario preparar la cena.

—¿Puedes dormir conmigo? —interrumpió Soobin cualquier hilo de pensamientos.

—No creó...

—Por favor, hyung.

Para cualquier la propuesta hubiera sido osada, pero Yeonjun lo tomó cómo un acto de confianza, Soobin todavía confíaba en él y eso le sacudió el corazón, con un asentamiento ofreció su mano para que lo guiará, el pelinegro tenía que descansar, se veía agotado de todo el trajín del día más el llanto. Soobin agarró su mano y lo guío a su cuarto, acomodó sus frazadas para acostarse primero y hacerle un espacio al rubio quién no dudo en acostarse en el espacio libre de la cama, ambos se acostaron de lado, arropó a ambos con las frazadas y su mirada chocó con la de Soobin, los dos mantenían un silencio cómodo que no tenían planes de romper, sus ojos hacían de comunicación suficiente, Soobin podía jurar que los ojos del rubio le cantaban una nana ya que sus ojitos se cerraban a pesar de que él no los quería cerrar por si todo era un sueño, al final el sueño lo abatió y su último pensamiento fué que Yeonjun no se fuera de su lado, ni al día siguiente ni nunca.

El rubio observó cómo el pelinegro se quedaba dormido y su respiración se acompasaba para empezar a ser pausada, estuvo un rato en la cama para no perturbar al recién dormido, sus ojos inspeccionando nuevamente el rostro de Soobin pero ahora se notaba más tranquilo dormido, en realidad no había cambiado nada, sólo que era unos centímetros más alto de lo que recordaba. Cuándo los minutos pasaron y se dió cuenta que no podía pegar un ojo decidió salir de la cama con total sigilo para no despertar a Soobin, fué rumbo a la cocina descalzo para tomar un vaso de agua.

Una vez en la cocina se quedo ensimismado en un punto cualquier de está mientras sostenía su vaso con agua, cuándo le habían ofrecido irse hacia seis años a estudiar en el extranjero tuvo sus dudas, precisamente por dejar sólo a Soobin, a su adorado Soobin, en aquel momento entendía sus sentimientos por él pero no consideraba los tiempos propicios, el pelinegro sólo tenía quince, sin embargo cuándo esté le presento el apartamento dónde pensaba mudarse sólo su corazón se sintió romper a tal magnitud que el rubio aceptó irse al extranjero a intentar repararlo, ya que su pequeño le estaba enseñando que podía hacer y necesitaba hacer todo por su cuenta, ya no necesitaba de Yeonjun. Mentiría si dijera que el primer año había sido fácil, le había dolido que Soobin no quisiera comunicarse con él sino que utilizaba a su mamá cómo paloma mensajera, pero lo respetó y era algo que Yeonjun necesitaba también, a medida que pasaban los meses en el extranjero se dió cuenta que sus sentimientos por Soobin eran muy fuertes y la mayoría del tiempo tenía que telefonear a su mamá porque sólo quería comprar el primer boleto de avión para devolverse, necesitaba otro abrazo del pelinegro, fueron años de lucha pero que supo mantener gracias a que su mamá siempre le contaba lo que ella hablaba con Soobin, era un pequeño bálsamo.

Hasta que su mamá le dió la impactante noticia de que Soobin estaba saliendo con alguien no supo a que grado su corazón seguía doliendo por Soobin, no podía calcularlo, en el teléfono con su mamá se mostró bien y tranquilo, Soobin estaba en todo su derecho a estar con alguien más que no fuera él, pero cuándo terminó la llamada con su mamá todo se derrumbó para Yeonjun, lloró desconsoladamente toda la madrugada, sentía la soledad calar sus huesos y hacerlo estremecer, una que otra vez se decía "estúpido" por haber aceptado estudiar en el extranjero cuándo su hogar, su mamá y el chico que amaba estaba en Corea, era muy duro. Los meses pasaban y estaba próximo a graduarse por fin, antes estaba loco por irse pero después de la noticia que le había dado su mamá ya no quería volver, no creía que su corazón soportará la imagen de Soobin con alguien más, así que cuándo le ofrecieron trabajó antes de su graduación firmó sin chistar, también había invitado a su mamá a vivir con él porque no quería estar más sólo, pareja no necesitaba ni quería, todavía no.

Luego de la graduación, empezar a trabajar y conseguirle también un trabajo a su mamá sentía que todo iba un poco mejor, exceptuando que ahora no tenía manera de comunicarse con Soobin, pero sentía que lo necesitaba así, tal vez lo suyo no estaba destinado a ser y ya, no quería buscar más explicaciones. Los años pasaron y su mamá inclusive consiguió enamorarse nuevamente, Yeonjun se encontraba feliz por ella y más aún al darse cuenta que el hombre tenía buenas intenciones con ella, las campanas de boda no tardaron en sonar, ese mismo día la mamá de Yeonjun le confesó lo preocupada que se encontraba por Soobin ya que al haberse ido lo dejaba sólo, al principio el rubio no entendió hasta que le tuvo que explicar su mamá que la pareja que Yeonjun sospechaba seguían juntos habían terminado antes de que ella se mudará con el rubio, ese día no pegó un ojo y simplemente compró el boleto, avisó a la empresa en la que trabaja que iba a tomar sus respectivas vacaciones y alistó todo, necesitaba ver a Soobin.

Así era que se encontraba en está situación, un  Soobin embarazado y más roto de lo que se encontraba él, se había dado cuenta de lo tonto que había sido al dejarlo. Su mirada se posó en las bolsas de compras en la mesa, caminó hasta ellas y las abrió encontrando ropita de bebé, sus manos agarraron una prendita y la alzó a su vista, era tan pequeña y rosadita, Yeonjun sintió sus ojos picar y alzó su mirada al techo para impedir que sus lágrimas salieran, una vez que sintió que todo pasaba siguió revisando las bolsas por mera curiosidad, había más ropa y medias, había de diferentes tallas por lo que pudo notar, pero todas seguían siendo tallas muy pequeñas, sus ojos se sentían aguados por sólo pensar en la nueva vida que Soobin traería al mundo, volvió a acomodar todo en su sitio y consideró que ya era hora de dormir así que caminó hacía el cuarto.

Cuándo ingresó al cuarto su mirada captó la figura de Soobin hecha un ovillo y con su ceño fruncido, se acercó en silencio y se fijó que sus manos sostenían su vientre, sus propias manos se movieron a acariciar la pancita, su sorpresa fué grata al notar las pataditas de la bebé, se colocó a la altura de está y empezó a tararear una melodía que sentía iba apaciguando a la bebé.

—Tranquila bebé, tú y Soobin no estarán más solos.

Con esas últimas palabras dejó de sentir las patadas de la niña y se acomodó con una pequeña sonrisa en la cama para descansar, observó por última vez el semblante de Soobin y se notaba más tranquilo, su mano se quedó de manera protectora en el vientre del pelinegro y su último pensamiento fué la resolución de no volver a dejar a Soobin más nunca, lo ayudaría a criar a su hija cómo si fuera suya de ser necesario, pero no lo iba a dejar sólo.


Holiii, tal  vez ame las actualizaciones de madrugada xd.
No podía, tenía éstos capítulos escritos desde hacía una semana y quería escribir uno más pero no pude, llevan esperando mucho. Espero les gusten.
Volvió Yeonjun 😭❤️ ¿Saben que significa? Momentos lindos para Seolmin y Soobin 🥺❤️
Espero traerles el próximo capítulo la semana que viene ❤️
Mil gracias por seguir leyendo, te aprecio mucho ❤️🥺

Ate: Hyejoon con mucho amor para ti ❤️



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