part nine! the finale

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° :. ° . ✩ [ parte nueve! ] ミ

"falling like snow on the beach, weird but fucking beautiful"

La fiesta luego de la ceremonia fue probablemente el día más divertido de la vida de Celia. Los Eternos le hacían muy buena compañía, y Ajak le iluminaba el día igual que el sol naciente.

Tener a 10 personas durmiendo en su casa era algo que probablemente debieron planear mejor, igual que la decisión de dejarlos a cargo del lugar durante su luna de miel.

— Debes alimentarlas y luego recoger los huevos mientras están fuera del gallinero.—explicaba Ajak, mientras Kingo la veía confundido y horrorizado, Gilgamesh tomaba nota y Thena jugaba con los animales.— Riega en la mañana y por la tarde el huerto. Debes revisar si hay maleza creciendo.

Celia cargaba las maletas en su auto, mientras escuchaba las indicaciones de su esposa, enternecida por el cuidado que le proveía a cada ser vivo que le rodeaba. Se negaba a vender a sus animales, ni vivos ni muertos. No importaba si alguna planta estaba por morir, ella hacía todo por revitalizarla.

Tal vez esperaba hacer lo mismo con la humana.

— Saquen a Bob a cabalgar al menos una vez al día. —continuó indicando, mientras a sus espaldas el grupo de Eternos discutía sobre quien se haría cargo de esa tarea.— Dejé su alimento racionado en el cobertizo. Y no olviden cepillarle el cabello.

— ¿Le cepillo los dientes también? —respondió con sarcasmo el actor.

— Luego de cada comida. —aseguró con una sonrisa socarrona la morena.

— Estaremos bien, Ajak. —intentó calmarla Gilgamesh, aunque sus anotaciones se hubieran vuelto un desastre.

— Si lo haces tú sola, podríamos encargarnos nosotros. —presumió Kingo.

— Los amo a todos. —se acercó la morena a abrazarlos a ambos, y atrajo a Thena al abrazo.— Gracias.

Celia se recostó al auto para observarla con una sonrisa, en cuanto Ajak la vio, dio un salto al recordar algo.

— T, ¿podrías cortar las lágrimas de sol y ponerlas en el auto? Voy a necesitarlas. —pidió, y la rubia sin rechistar se acercó a la sección del huerto con flores doradas.

Thena sabía la razón tras aquella petición, y también sabía como era temerle a la muerte inminente.

— Yo te ayudaré, Thena. —se ofreció Celia una vez Ajak entró a la casa.

— ¿Esto realmente te ha curado? —cuestionó la rubia, luego de unos minutos en silencio.

— Bueno, sigo aquí. —la castaña se encogió de hombros, pero la mirada intensa de la eterna lograba intimidarla un poco.— Y si no es producto de la planta mágica, entonces es gracias a ella.

— Realmente no quiere perderte.

— Odiaría dejarla sola, ya pasé por eso. —hizo una mueca. Thena solo asintió y siguió sacando las flores, imperturbable. Así que Celia se aclaró la garganta.— Thena, prométeme que cuando yo ya no esté, seguirán al pendiente de ella. —cuando la rubia subió la mirada, encontró un par de ojos cristalizados.— Ha pasado por mucho sola.

— Te lo prometo, Celia. —aseguró, apretando su mano ligeramente, antes de seguir en su tarea.

Pero en la eternidad, era difícil que una promesa durara lo suficiente.

🔹️ 🌟 🔹️

— ¿Ahora me dirás a dónde vamos? —interrogó la humana, girando ligeramente a ver a Ajak por segundos en el asiento del copiloto.

— Te guiaré con el mapa, pero no te diré que lugar es.

Celia rodó los ojos. No le agradaban las sorpresas. Nunca había tenido una apropiada luna de miel. Podía decirse que estaba un poco nerviosa.

Ajak estaba muy ensimismada en el mapa que estaba descifrando, esperando que lo estuviera leyendo de forma correcta, así que mientras tanto la conductora encendió la radio para llenar el silencio, antes que lo hicieran sus pensamientos.

If you're lost you can look and you will find me, —cantó la voz de Cindy Lauper.—  time after time, —cuando Celia la reconoció, coreó la canción y la morena se giró a admirarla.— if you fall, I will catch you, I'll be waiting, —al ver que la estaba observando, le extendió su mano como un micrófono invisible, para que cantara con ella.— time after time. If you're lost —Ajak se unió a la canción, feliz por ver feliz a su esposa.— you can look and you will find me, time after time.

Te adoro. —declaró la Eterna, tomando la mano de la castaña para plantarle un beso y luego volver a dejarla en la palanca de cambios.

No hicieron falta más que tres canciones para que llegaran al lugar que Ajak buscaba, el pequeño aeropuerto de Dakota.

— Mi regalo de bodas, es que iremos a donde quieras. —explicó, buscando sus manos para tomarlas.— Ya he visto gran parte del mundo, ahora quiero mostrártelo, y hacer nuevos recuerdos en esos lugares que para mí fueron solitarios.

Y esa fue una de las pocas veces en años que Ajak logró ver emoción en la expresión de Celia, la misma que la humana veía muy seguido en la morena debido a su constante fascinación con su mundo. Ahora era su turno de verlo.

— ¿Sabes adónde quiero ir? —inició Celia, la morena negó.— A algún lugar soleado, he pasado toda mi vida en el húmedo Hawkins. Quiero una playa, viento, arena, ¡beber agua de un coco!

— He estado viendo Las Bahamas como una opción. —admitió, rebuscando un folleto entre varios que guardaba con su mapa.

— Si tiene todo lo que mencioné, y a ti, acepto.

— Es un trato, —afirmó, colocando una manó en la mejilla de la humana.— y tenemos que conseguirte mucho bloqueador solar, amor.

— Ya tengo algunas arrugas, —mencionó la humana con algo de vergüenza, colocando su mano sobre la de Ajak que seguía en su rostro.— ¿las sientes?

— Se ven adorables cuando sonríes.

— Cariño, tú siempre vas a verte así, y yo cada día seré más vieja. —admitió, y una sonrisa tierna se formó en el rostro de la eterna.

— Ce, en nuestros votos prometimos amarnos incondicionalmente, y lo haré por la eternidad. —aseguró.— Además, no olvido mi promesa de siempre decirte la verdad para nunca tener que decirte adiós. Hoy es momento de que te cuente mi último secreto.

Cuando dijo esas últimas palabras, su corazón estaba por salirse de su pecho. No tenía tanto miedo de hablar con Celia desde que casi la perdía por sus secretos, no quería que aquello ocurriera de nuevo, pero debía dar un salto de fe, por amor.

— Estoy sintiendo un deja vu que no me agrada. —admitió Celia, vociferando lo que Ajak sentía.

— Me gustaría tener las habilidades de Sprite para formar bellas ilusiones con esta historia. Pero ni siquiera ella lo sabe. —sus ojos conectaron en ese momento, y pudo ver un poco de miedo en la mirada de la humana.— Es un secreto mío y solo mío, que ahora será nuestro, como todo lo demás.

— Siempre ha sido difícil, pero es nuestro. —concordó Celia con la voz temblorosa. Se recostó al hombro de la morena, respiró profundo y luego dijo:— Te escucho.

— Los Celestiales nos crearon con la misión de proteger al mundo de los Desviantes. —Celia asintió, sabía eso.— Pero no conoces cual era la misión de los Desviantes en primer lugar... Ellos debían ayudar a la humanidad a evolucionar, una vez tuvieran suficiente inteligencia, habría suficiente energía.

— ¿Energía para qué?

— Para que un nuevo Celestial nazca. Pero el surgimiento de un Celestial en este planeta, implica su destrucción.

A la castaña se le detuvo la respiración y las palabras se enredaron en su lengua.

— ¿Destrucción? —replicó, enfatizando cada sílaba, esperando que le dijera que había escuchado mal.

— La tierra dejará de existir, Ce. —admitió con pesar, y le dolió ver al instante las lágrimas llenando los ojos de su esposa.— Es un evento que he intentado retrasar cuanto he podido desde hace al menos un siglo, cuando vi que los humanos valían la pena ser salvados, pero también es la misión que me dio Arishem cuando llegué a este planeta. 

— ¿Así que ese era el único objetivo que siempre has tenido? —cuestionó, dolida. Respondiendo su propia pregunta antes que Ajak.— Para eso eres eterna, vivirás para ver el fin del mundo.

— Ese era mi objetivo. Pero los humanos me cambiaron, tú me cambiaste. —Y Celia lo aceptó, era imposible que hubiera maldad en ella.— Por eso, tú eres la heroína aquí, la que me salvó de tomar una terrible decisión. Y ahora me dedicaré por la eternidad a resguardarlos de Arishem y los Celestiales.

Celia lloró un poco en silencio. Ajak la abrazó. Estaban bien, pero el mundo no, y eso no dejaba de dar vueltas en la mente de la humana.

— ¿Sabías que Will amaba los cómics del Capitan América? —inició Celia una vez su llanto disminuyó.— Para él no era más que una historia en dibujos, pero yo sabía que todo había ocurrido de verdad. Las peleas, la sangre, las muertes, su muerte. Eso lo volvió un héroe. —ambas asintieron de acuerdo con esa frase, y luego Celia tomó a Ajak por el rostro.— Tú eres un héroe para mi, no tienes que probarselo a nadie, no tienes que sacrificarte para que sea cierto, sé que harás lo correcto, junto a mí.

Y al final, no pudo contener el llanto. Había aceptado irse primero que Ajak, no al revés. Habían jurado estar juntas, a veces se permitía fantasear y olvidar que siempre había un precio. Solo que vivir sin Ajak no era uno que aceptara.

— No voy a dejarte, Ce. —prometió una vez más.— Nunca.

Ajak ya no tenía secretos, sólo promesas.

Celia ya no estaba sola, ella la había encontrado.

Ya no vivían en una eterna noche, habían encontrado la luz del día en la mirada de la otra.

La eternidad no tuvo sentido hasta que la compartió con una humana, luchó por tenerla a su lado y puso su bienestar sobre el propio, seguía siendo la única manera en la que sabía amar. Así como a Celia le gustaba tanto tener la razón, y estuvo en lo cierto al saber que se iría pronto.

Celia murió por un paro respiratorio, aunque Ajak hubiera intentado atrasarlo de manera inhumana, su cabello siguió emblanqueciendo, su rostro siguió acumulando arrugas, y sin importar cuanto la admirara y resaltara su belleza, seguía habiendo una simple verdad biológica detrás. La humana la dejó en una noche a inicios de los 2000s, sin un lago, sin más intentos, pero con la seguridad de que aunque no pudo curar sus pulmones, sí lo hizo con su corazón, como deseó desde que la conoció.

Como una promesa silenciosa, la Eterna la buscó en cada pequeño detalle, en cada flor, en cada copo de nieve, en cada dimensión, y en cada risa de un extraño. Hasta que su propia muerte las volvió a juntar en el 2023, cuando nadie estuvo para Ajak, y su pasado vino a confrontarla finalmente.

En todos los universos, los Eternos contarían la leyenda de su amor, destinado a ser de una forma u otra, escrito en las estrellas. Un ejemplo de superación, un mito para quienes se amaban en secreto, una luz para sus variantes por todo el multiverso.

No importa cuantas veces se sintieran perdidas, la otra siempre la encontraría.

. . .

No puedo explicar como esto pasó de ser un one shot, a 4 capítulos, a una historia con dos partes y nueve capítulos. Solo sé que todo se debe al amor que representan Celia y Ajak, el amor que me dieron en tiempos difíciles cuando me ayudaba escribir sobre ellas y su amor que podía con todo.

Ha pasado exactamente un año desde que vieron la luz, un año que cumple mi sis también capitanareferencias, la razón principal de la existencia de este fanfic. Sin su amor por Salma y Winona, esto no existiría. 9 capítulos, 9 días en que lloramos por ellas, 9 millones de veces que voy a decir que te amo, sis.

Gracias a todos por llegar aquí. Por amar a Ajak aunque Marvel no lo hiciera. Por amar a Celia aunque ella misma no lo hiciera. Por amar mis escritos y seguir a pesar de las tardanzas.

La historia de ambas no acaba, quedan un par de sorpresas extra en borradores, pero no puedo prometer que tan pronto llegarán, solo no saquen este libro de su biblioteca 💙

Los adora, A

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