• 004 | 🌟

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Revolvió su cabello y secó con la manga de su suéter su sonrosada nariz, había estado llorando casi a menudo la última semana, la ansiedad llegaba y lloraba hasta quedarse deshidratado, en ocasiones le echaba la culpa al hecho de ser golpeado y molestado por sus compañeros de clase, pero era más... Se trataba de no sentirse suficiente, no sentirse suficiente para nadie.

Se apoyó del marco del ventanal y suspiró, pudiendo apreciar su resoplido frente a sí por el frío de la noche, sus mejillas se sentían empapadas pero congeladas por el viento, no se molestó en secarlas, estaba muy concentrado en los destellos de las estrellas, y sintió, que ellas brillaban con mucha más intensidad de lo usual, como queriendo hacerle entender que él estaba mal, que su forma de pensar lo estaba.

"¿Por qué quiero ser suficiente?" Consultó a la nada, su voz sonaba rota y quebrada, pero para ese momento, lo vio como algo común, y siguió preguntando.

"¿Soy bonito?" Dijo, sonaba incluso tonto si se detenía a analizarlo un instante. "Soy...¿Especial?" Cuestionó esta vez, sabiendo que no obtendría respuestas por más que se esforzara, las estrellas sólo podían escucharlo, no contestarle.

"Uhm...Yo... Quisiera alguna vez saber qué-qué se siente ser especial para alguien, que se preocupe por mí y me pregunte...Uhm... Cómo estoy, qué hago en el día, que me ayude con mi tarea y tal vez, si quiere, podemos salir o jugar en mi xbox...Yo...eh..." Jungkook carraspeó, como si realmente fuese consciente de que había alguien que sí estaba escuchándolo.

"Nunca he tenido un amigo...Nunca he...Salido con nadie,
y-yo...." Murmuró bajito, y Jimin sonrió, reposando sus codos en la nube, con el mentón apoyado en sus palmas antes de decir:

"Eres muy muy bonito y eres especial" El sonido de su sonrisa expandiéndose se apreció en esa simple oración, y Jungkook se cubrió la cara con ambas manos, abriendo sus dedos un poco para girar de derecha a izquierda en busca de ver algo por las rendijas, hasta asomó su cabeza a su habitación para confirmar si había alguien allí, pero no, nada.

Por su parte, Jimin estaba abanicándose con su mano mientras observaba al castaño mirar en todas direcciones, al parecer buscándole. Estaba anonadado, sorprendido, aturdido y todos los sinónimos posibles, ¿Qué acababa de hacer? ¿Y cómo es que él pudo...

"Si esto es una clase de broma o cámara escondida, jaja, muy gracioso. Ya déjame verte, cobarde" Jungkook se cruzó de brazos, tenía el entrecejo fruncido y los labios también, estaba molesto, y aún así, Jimin creyó que se veía lindo.

"No soy un cobarde" Respondió el rubio desde su posición, Jungkook abrió los ojos, estos casi se salieron de su órbita ante la voz dulce y cantarina, pero fingió, disimuló un rostro serio y se hizo el desentendido. Jimin no le creyó.

"Perdón...No quise asustarte" Siguió hablando Jimin, el castaño sintió su piel erizarse, tenía los vellos de punta, podía escuchar el susurro de su voz rozándole el lóbulo de la oreja, pero no podía verle... Era tan... Raro.

"D-descuida, ya pasó" Jungkook hizo una mueca aprensiva, tratando de aligerar el ambiente, aunque ni si quiera sabía con quién hablaba.

"La verdad es que he estado viéndote por... Muchas noches" Confesó, Jungkook se paralizó en su lugar preso del miedo, y Jimin se sintió mal, porque obviamente no era normal que alguien estuviese acosándote todas las noches, y decidió justificarse. "Sonará extraño para ti, pero siempre vengo a esta nube a...Ver tu mundo, y por casualidad, una noche llegué y estabas en ese lugar...Uh, mirando hacia aquí" Jungkook frunció el ceño de nuevo, y después observó el cielo, buscando una pista. No entendía de qué estaba hablando ese chico, él sólo estaba viendo las estrellas.

"Mi...¿Mi mundo? pero, ¿A qué te refieres con que es mi mundo?" Se atrevió a preguntar, Jimin asintió, como si Jungkook pudiera verle.

"Al mundo humano, es tu mundo porque allí vives" Aclaró, como si fuese algo cotidiano insinuarle a una persona que existía más de un mundo. Jungkook parpadeó, tratando de analizar la información que le era dada.

"Y tú... ¿Dónde vives?" Estaba desesperado por una respuesta, Jimin calló, sopesando todo, no sabía si era apropiado revelar su identidad a un "no ángel", pero — por culpa de su insaciable curiosidad y su sed de proteger a un humano, se encontraba dónde estaba, ya no había vuelta atrás.

"Vivo...En el reino de los cielos" Se escuchó decir, Jungkook guardó silencio, quería creerle, de verdad quería, pero necesitaba una prueba.

"¿Con Dios? Y los...¿Muertos que van al cielo?" Jimin rió ante sus dudas, y Jungkook lo escuchó, sus pómulos se tiñeron de un rojo vivo por la rabia contenida, ¿Le estaba tomando el pelo?.

" Con él, y su hijo, sí, pero las almas no vagan por aquí, en realidad" Admitió — y es que era un cien por ciento una verdad— ni si quisiera aquellos que morían iban al templo celestial, sus almas eran liberadas y una vez se deducía si dicho ser había hecho el bien en la mayor parte de su vida, entonces se convertían en estelas de luz doradas y explotaban, las cenizas brillantes se esparcían en el aire y sus espíritus regresaban a sus cuerpos originales para descansar en paz, por eso Jimin sabía que no les volvían a ver.

"¿Puedes probarlo? ¿Probar que estás allí?" Preguntó Jungkook, y Jimin quiso rodar los ojos por la poca fe del muchacho, y recordó, que una vez el mismísimo hijo del Padre, les contó en una cena entre ángeles, que los hombres no solían tener fe en algo que no pudieran ver, así que sin más, asintió para sí mismo antes de abrir una pequeña brecha en el cielo con el dedo índice.

Jimin rasguñó los pedazos azules, abriéndolos hasta tener una forma circular uniforme, y Jungkook casi se desmayó cuando observó fijamente una estela de luz verse desde un círculo mediano —justo al lado de una estrella que días atrás había denominado su favorita— desde dentro del hoyo cilíndrico se podía apreciar un ambiente completamente diferente a lo que estaba acostumbrado a ver, la punta de una nube blanca sobresalía por el agujero, el cielo desde dentro era nublado y opaco, pudo ver una mano de piel rosada asomarse y saludarle, después se asomó un rostro... Y pasó saliva, nervioso, sintiéndose mal por verse tan desarreglado con su pijama que consistía en un simple pantalón a rayas negras con fondo azul, su franela de manga corta negra y su suéter del mismo color, oh, estaba muriendo de vergüenza.

Alzó su mano derecha para saludar al chico rubio que lo observaba con una sonrisa, y pese a su mala vista, intentó detallarlo tanto como pudo incluso si sólo fueron dos minutos. Tenía el cabello más rubio que había visto en su vida, de un amarillo tan cálido que se asemejaba a los pétalos de un girasol, su rostro se veía terso y imaginó que sería suave al toque, pero firme, sus mejillas eran prominentes, bañadas por un sonrojo natural al igual que su pequeña nariz, y sus ojos...Wow, sus ojos eran de un azul eléctrico descomunal y se volvían pequeñas rendijas cuando sonreía, sus cejas eran finas pero enmarcaban su rostro dándole un toque delicado, y sus labios, oh...Eran rosados, y abultados, formando un beso cada vez que se juntaban.

Jimin se despidió con la mano, sonriendo, siendo correspondido por Jungkook al mismo tiempo y volvió a ocultarse como al principio, colocó la brecha de cielo que había quitado, introduciendo el pedazo cilíndrico extraído como si fuese una pieza de rompecabezas, y el castaño arqueó sus cejas cuando observó el cielo igual que siempre, como si nada hubiese ocurrido.

"¿Entonces? ¿Me crees?" Jimin recostó su cabeza en su brazo, admirando el brillo en los ojos del contrario desde muy lejos. Jungkook asintió, esbozando una sonrisa, bajando la capucha de su suéter con una mano para revolver los castaños cabellos con la otra.

"Sí, te creo, por supuesto que lo hago" Sonrió, y el rubio imitó su gesto, viendo al chico encogerse de hombros y bajar la mirada de pronto.

"¿Sucede algo?" Se escuchó el tinte de preocupación en su tono de voz, y Jungkook volvió a sonreír, negando.

"Es que, yo...Uhm, quería preguntarte...Uhm, algo" Siseó en un hilo de voz, y Jimin lo encontró tierno, ya que el castaño no se atrevía a alzar la mirada del barandal del que se sostenía.

"¿Sí?" Lo animó, Jungkook se sintió un poco, sólo un poco más nervioso.

"Me-¿me dices tu n-nombre?" Susurró, el rubio sonrió por el titubeo en su voz.

"Soy Jimin"

"Ho-hola Jimin" ¿Por qué de repente tartamudeaba tanto? Él no era así.

"Hola" Rió, y el castaño apreció el sonido de la risa melodiosa. "¿Y el tuyo?"

"Me llamo, uhm, Jungkook"

"Es un nombre muy hermoso, hola Jungkook" El mencionado bajó la mirada, ocultando su rojez por el halago que había recibido.

"Gracias" Aún tenía la mirada gacha, por lo que su agradecimiento no hubiese sido entendible de no ser por el movimiento de sus labios.

"No me lo agradezcas" Se sintió sonrojar aún más por la modestia del contrario.

"Y...¿Jimin?" Llamó.

"¿Mmmh?"

"¿Vendrás todas las noches a hablar conmigo?" Jimin soltó una risa, asintiendo aunque Jungkook no pudiera verle.

"Pues haré lo que pueda, Jungkook" El adverso agitó la cabeza, ahora... Se sentía dispuesto a esperar la llegada de Jimin de ser preciso.

"¿Jimin?"

"¿Sí, Jungkook?"

"Muchas...Uhm, gracias" Jimin lo miró sorprendido, no sabiendo porqué le agradecía.

"Oh...yo..."

"Sé que, el que me escucharas no fue intencional pero, me alegra poder contarle a alguien lo que me hacía sentir mal, eso era lo que yo...Uh... Buscaba, en realidad" Jimin seguía sorprendido, pero cambió su expresión a una comprensiva y sonrió.

"Siempre estaré aquí, en la quinta estrella a la izquierda, si me necesitas, Jungkook"

"Gracias, Jimin"

Cuando dieron las cuatro treinta de la mañana, Jungkook se despidió, y por primera vez después de tantos meses, durmió tranquilo, viajó a el mundo de los sueños donde se encontró al Jimin que conoció y se sentaron en el pasto verde de algún parque a conversar, tal vez por meses o años, así lo sintió él, y al despertar la mañana siguiente decidió que haría su sueño realidad, que quería conocer al Jimin real.

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