En el salón de clases, cualquiera pensaría que un alumno y un profesor se quedarían para repasar contenidos y responder dudas. Pero Sun-Oh llegó a hacer algo que jamás se vió.

  Colmar la paciencia de paciente Señor Yang.

—No.

—¿Qué?

—Dije que no.

—¡Profesor Yang!

—¡Es suficiente! ¡He dicho que no!

—Es mí desición, quiero hacerlo.

—No, no está en mis manos ni en las manos de ningún directivo. ¡Ni siquiera en el Ministerio de Educación Coreana aceptarían tal cosa!

—¿Y si apruebo todos los exámenes recuperatorios?

—Mira, Sun-Oh. Hay una injusticia en esta secundaria. Si bajas tus notas, puedes bajar más de dos niveles de clases, pero si las subes, subes de a poco. Con suerte si apruebas todos tus recuperatorios y los exámenes siguientes a ese, en una racha victoriosa, subirás a la siguiente clase, es imposible que subas a la clase 2.

—Nada es imposible.

—No puedo contigo. —suspiró cansado el profesor de matemáticas. Miró hacia el techo buscando las palabras adecuadas para explicarle a su alumno. —Consigue un profesor o profesora particular, que te explique lo que ya no podemos repasar en clase. Te conviene pedirle a un alumno de la clase 1, son los que tienen más fijados esos contenidos. Si apruebas todos, veré si podemos hacer una excepción y puedes unirte a la clase 3. Sólo si subes exageradamente tus notas. —recalcó lo último, intentando que el chico perdiera las ilusiones al momento, pero se equivocó gravemente.

—Tengo a la profesora ideal. —dijo contento. —Comience anotando mí nombre en la lista de asistencia de la clase 3, no perderé.

—Pobre de tu profesora, entonces. —rió el profesor con burla. El alumno miró ofendido mientras tocaba su corazón, claramente, actuando. El profesor Yang empujó amistosamente a Sun-Oh para ambos salir del salón. —Tengo grandes expectativas, Sun-Oh. Realmente pienso que eres un chico brillante que aún no sabe sacar su potencial. Te deseo éxitos.

—Así se habla, profesor. El éxito es para ganadores, la suerte para perdedores.

—¡Ya!

  Sun-Oh era muy carismático cuando se lo proponía. Con muy pocas personas sacaba ese lado gracioso y amable, el resto del instituto lo reconocía aún por ser el nuevo ingresar directamente en la Clase 6, y eso era lo mejor para él, sabía que su seudónimo era mucho mejor que llamarlo como "el modelito" como lo hacían en su anterior secundaria.

   "Debo dejar de pensar en eso. Pasado pisado, presente de frente".

  Caminó con entusiasmo hasta la clase 1, buscando con la mirada a algún compañero o compañera con cara amigable que pueda ayudarle. Miró todas las caras hasta encontrarse con unos cuantos rostros conocidos anteriormente por haber cruzado palabra. Se acercó a cada uno de ellos.

—Hola, chicos. —saludó alegre. Chocó los puños con ellos en modo amigable. —¿Qué estaban haciendo? Cuéntenme.

—¡Sun-Oh! No te apareces hace tanto. —comentó uno. Se sentó sobre su propio pupitre y jugó con sus piernas. Acercó con el brazo su silla para que su amigo se sentada en ella. —No te vemos hace mucho por la escuela, pensamos que ya te habías cambiado a otro instituto.

—Los que no se aparecen son ustedes. Es receso, y siguen en el salón, con mayor razón no me ven, o yo no los veo a ustedes, en todo caso. —Explicó. Golpeó con poca fuerza el hombro de su amigo. —La vida de un estudiante de la Clase 6 ha sido muy dura, Hyung.

—Sí, clarísimo. Me lo imagino. No pasan del teorema de Thales, están fritos. —se burló Ha-neul, la chica que los acompañaba, de río un poco por la expresión confusa de Sun-Oh y siguió escribiendo en su libreta.

—¿Me habló en coreano? —preguntó el mencionado en murmuró acercándose hacia uno de sus amigos.

—Ya, ahora es enserio. ¿Qué necesitas? Para que vengas a nuestro salón, ha de ser algo urgente. —supuso.

—Me conoce tan bien. —abrazó la cintura de Hye-Yeong mientras hacía un puchero. —Esperaba que alguno  esté disponible este mes y el siguiente. Necesito un tutor.

—Sabes que no podemos. Tenemos los clubes de natación después de clases, y con Ha-neul tenemos reuniones con los demás Delegados y con la presidenta del centro de estudiantes. Es imposible hacernos un espacio.

—Lo sabía. Lo tengo bastante presente su vida súper productiva para nada agotadora. —aclaró. —Es por eso que quería preguntarles sobre una de sus compañeras. Choi Lee Hye, me la he encontrado en los pasillos pero no pude hablar con ella. Si saben si es una persona accesible...

   Los chicos de la Clase 1 se miraron al instante que escucharon el nombre de su compañera. Obviamente que la conocían, era la única chica del salón sin grupo de estudio y que aprobaba todo casi sin esfuerzo alguno, o es lo que ellos siempre supusieron hasta el momento.

  Esa chica era envidiada secretamente por Hye-Yeong, era la alumna preferida de varios profesores, aunque la mayoría de ellos lo negaba. Jamás pudo igualar su nivel de inteligencia y de concentración. Intentó varios métodos de estudio, pero no existía el método de Lee Hye para saber cómo hacía ella para memorizar todo lo que veía y escuchaba de los maestros. Definitivamente, Lee Hye era envidiada por Hye-Yeong.

—Es bastante extraña, no habla con nadie del salón. Pero creo que aceptaría ser tu tutora, pobre de ella. ¡Auch! —sintió el golpe de su amigo. Se frotó el brazo para aliviar el dolor. —Es la verdad, ni explicándote tres veces entiendes.

—El estudio es algo que me cuesta, pero siempre digo que el inútil no es el alumno sino el maestro. —se defendió. Se levantó de la silla y se alejó un poco de la chica del banco a su lado, ya sabiendo lo que de venía.

—Fui tu tutora a principios del año. —recordó Ha-neul. Miró enojada al susodicho, sin ocultar sentimiento. —Soy mayor que tú, irrespetuoso.

—Y reprobé como tres exámenes con usted, noona. Algo debe estar mal con usted.

—Consolaré a Lee Hye cuando le pidas que te explique la misma cosa por quinta vez.

—¡Seguro lo hará con gusto!

—Seguro después armará su testamento como lo hice yo. —afirmó nuevamente la chica. Sun-Oh le sacó la lengua y dió como finalizada la pelea. Ha-neul rió un poco por la inmadurez de su compañero. No le costaba creer que ella fuera la mayor en el trío, y la más serena en el salón de la Clase 1, pero si estaba enojada no se quedaría callada. 

—¿Saben dónde está ella en los recesos? —preguntó volviéndose a acercar, pero esta vez, decidió permanecer de pie. —No la veo en el patio, ni el la tienda.

—En la biblioteca, bobo. Ella se la pasa leyendo los libros que tiene información sobre temas de su universidad, o eso es lo que escuche que ha... Ese maldito bastardo no deja que termine de hablar. —Hye-Yeong se quejó cuando vió partir a su amigo salir corriendo del salón dejándolo hablar prácticamente con el aire.

Welcome!

  Ha pasado tiempo. Estuve con muchos quehaceres y no me pude abrir espacio para alargar más este capítulo. Espero les sirva y pueda satisfacer su curiosidad sobre la conversación de Sun-Oh y su profesor.

  Lea recuerdo que tengo otra historia actualmente en curso llamado “Under the Bed”, es de suspenso/misterio, creo que podría gustarles.

¡Nos estamos leyendo!

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