Capítulo LXXX

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La tarde de ayer me cargó las pilas y tengo suficiente energía para afrontar la semana. Tenemos exámenes todos los días, Historia, Literatura, Gimnasia, Idiomas, Matemáticas...

Pero me da igual, me siento capaz de todo y sé que voy a aprobar.

Derek y Katy están un poco nerviosos pero sé que van bien preparados. Hemos estudiado juntos y estoy segura de que lo van a hacer muy bien.

El primer examen es el de Matemáticas, es la asignatura que peor llevo pero me propongo concentrarme desde antes de entrar en clase, no quiero que nada me distraiga. El profesor reparte los exámenes y según lo coloca encima de mi mesa, agacho la cabeza y no miro a ningún lado.

Respiro hondo y no miro el examen completo, sino que empiezo por el primer paso. Pongo mi nombre, la fecha y empiezo por el primer problema.

Cuando llego al último y lo consigo resolver me siento muy orgullosa de mí misma. Creo que me ha salido bien pero no sabremos las notas hasta la semana que viene.

El martes tenemos examen de Historia y Literatura.

Me sorprendo mucho cuando nos entregan los exámenes. El de Historia tiene muchas preguntas sobre los trabajos que hemos hecho. Tiene sentido, porque los trabajos han sido sobre algunos temas de este trimestre. Miro a Derek y tiene una sonrisa enorme en su preciosa cara. Hemos hecho juntos algunos de los trabajos y otros los ha hecho él solo así que está más que preparado para sacar un 10 en ésta asignatura.

La mitad del examen de Literatura trata sobre el libro que hemos leído, El Gran Gatsby. Ya lo avisó la profesora, era obligatoria su lectura y quien hiciera un buen trabajo tendría asegurado el aprobado. Ahora que veo el examen lo entiendo. La otra mitad trata de otros autores que también hemos estudiado.

— Menos mal que tengo una profesora particular que me ha metido mucha caña — dice Derek cuando salimos del último examen del día.

— Qué suerte tienen algunos — refunfuña Katy.

— Sabes que has bordado los exámenes — le digo rodeando sus hombros con mi brazo. — Además, el trabajo de Literatura lo hiciste una tarde cuando estaba contigo en casa.

— Cierto.

— Y estos días he estudiado con los dos.

— Y nos has ayudado — sentencia.

— Entonces no tienes por qué estar celosa, hermanita — la pincha Derek.

No puedo evitar reírme. Estos dos se llevan de maravilla y hay muy buen ambiente.

— Vamos, repasemos el examen de mañana.

Estamos encerrados en la habitación cuando oímos el timbre.

— ¿Quién será? — Pregunto con curiosidad.

— Vamos a ver.

— No te distraigas, Katy — la regaña Derek.

Tiene razón. Como se distraiga luego la costará volverse a concentrar. Aunque admito que tengo curiosidad por saber quién ha venido.

Katy abre la puerta de la habitación y enseguida oímos las voces en la entrada.

— Es Ellie — anuncia Katy.

— Me gustaría bajar a tomar un café con ella. Me dio muy buena impresión la otra noche.

— Ya, a mí también — dice Katy. — Pero no podemos, en otra ocasión será. ¿Sabes? He estado pensando y a lo mejor les pido ayuda a mi madre y a Ellie.

Derek y yo la miramos con curiosidad.

— Quiero dedicarme al ámbito de la enfermedad mental. Quiero ser psiquiatra... Pero, ¿y si empiezo la carrera y no me gusta?

— Nena, no es momento de pensar eso ahora. Céntrate en aprobar los exámenes y cuando sea la feria de universidades el año que viene ya verás lo que quieres hacer. A lo mejor hay una carrera que te gusta mucho más y aún no sabes cuál es.

— Ya, ya lo sé. Pero es que esa área me llama mucho la atención. Había pensado en pedirles que me ayuden a entrar al programa de voluntariado, pero del área de psiquiatría.

— Es muy buena idea, Katy — dice Derek asombrado. — Tienes toda la razón. Mamá puede ayudarte a entrar, en el hospital la aprecian mucho y seguro que puede echarte una mano. Tienes que aprovechar esta oportunidad.

— Creo que lo voy a hacer. Me he informado y la mayoría de programas son en verano. Podría apuntarme cuando acaben las clases.

— O podrías pedirle a tu madre que te ayude a entrar antes. Cuando acabemos los exámenes tendremos vacaciones. Puedes empezar e ir uno o dos días a la semana y así vas comprobando si te gusta. Más que nada porque si esperas a hacerlo en verano se te puede pasar el plazo para pedir universidad.

— Es verdad. Cuando acabemos las clases se lo diré a mamá — dice muy contenta.

Creo que es lo mejor que puede hacer. Debe aprovechar la oportunidad que le ha dado la vida.

El jueves tenemos examen de Gimnasia. Es un examen teórico sobre las reglas y puntuaciones de cada deporte. Es sencillo y lo terminamos enseguida.

Cuando entrego mi examen la profesora me pide que me quede un momento. Miro a Derek y con la mirada le digo que está bien, que espere fuera.

— Luna, las notas no salen hasta la semana que viene pero quería decirte que mi asignatura la tienes aprobada, al menos la parte práctica. No tenía ninguna esperanza en ti pero me has sorprendido. El último examen lo perdiste por culpa de tu lesión pero no lo he tenido en cuenta. Si apruebas el examen de hoy, tendrás aprobado este trimestre.

— Muchas gracias, profesora — le digo asombrada. No esperaba que me dijera eso, al contrario. Creía que me iba a hacer repetir el examen que me perdí.

— Gracias a ti. Cambiaste mi forma de ver la asignatura y gracias a eso tus compañeros han subido mucho su nota. Y ya no les veo venir con cara de miedo o de aburrimiento — dice riendo.

— Me alegro de haber ayudado.

Nos damos la mano y salgo del aula.

Los chicos no están en el pasillo, imagino que se habrán ido a coger la comida y un mensaje me lo confirma.

Pequeña, hemos ido a coger la comida. Te cojo la tuya también.

Vale, gracias amor. Voy al baño y enseguida te veo.

Estoy lavándome las manos cuando Mary entra en el baño y se coloca a mi lado.

Veo su mirada en el espejo, no me quita ojo y me está poniendo nerviosa.

— ¿Cómo estás? — Pregunta Mary al fin. Me mira de arriba a abajo y se detiene en mi pierna.

— Bien, ¿y tú? — Pregunto por educación.

— Bien.

— Vale.

Cojo papel y me seco las manos. Mary sigue ahí, mirándome.

— ¿Quieres algo más? — Pregunto un poco borde.

— No — responde en un susurro.

— Pues buen día.

Salgo del baño y noto su mirada clavada en mi nuca.

Localizo enseguida a mis amigos y me siento con ellos en la mesa. Les cuento lo sucedido y todos se sorprenden, menos Derek, él se enfada.

— Como la vea acercarse a ti de nuevo...

— No me ha hecho nada, al contrario, parecía que quería decirme algo pero no se atrevía. Y eso que estábamos solas.

— Da igual. No quiero que se acerque a ti. Ya te lo dije el otro día.

— Ya, pero no puedes entrar al baño de chicas, Derek. Y tampoco vas a hacer guardia en la puerta para evitar que entre.

Se queda pensativo y se lleva la mano al cuello. — Ya lo sé, es sólo que no me da buena sensación.

— Mary nunca ha dado buenas sensaciones — sentencia Katy.

— ¿Y si dejamos de hablar de ella? — Propone Justin. — Mañana es el último día de exámenes y no quiero que ella lo fastidie todo.

— Es verdad, sólo queda un día y seremos libres — dice Alan feliz.

— ¡Y vamos de compras! Que no se te olvide — dice Katy demasiado sonriente.

Es verdad, las compras. — Voy a mandarle un mensaje a Anna, ¿a qué hora crees que quedaremos?

— Dila que pasamos a recogerla sobre las 17h.

— Vale.

¡Hola nena! ¿Te sigue apeteciendo ir mañana de compras?

¡Claro que sí!

¡Genial! Pasamos a recogerte a las 17h

Perfecto

Por la noche, Olivia nos cuenta mientras cenamos que Ellie vino ayer de visita.

— Me dijo que Nochebuena y Navidad la pasará fuera, se va de viaje. Pero Nochevieja va a pasarla sola en casa y... ¿Os importa que pase esa noche con nosotros? — Pregunta Olivia un poco insegura.

Nos miramos entre nosotros y asentimos.

— Claro que puede venir, cariño — responde Ted. — Nadie merece pasar sola esa noche.

— Además, a todos nos cae bien — le dice Derek sonriendo, lo que provoca que Olivia también sonría.

— Ahora que sacas el tema de Ellie — empieza Katy nerviosa, — ayer hablé con Derek y Luna y les dije que no estoy segura de que quiera estudiar Psiquiatría.

— Bueno hija, tampoco tienes por qué decidirlo ahora, aún queda mucho curso y a lo mejor en la feria de universidades descubres otra carrera que te gusta más.

Sonrío, es lo mismo que le dije yo.

— Lo sé, pero había pensado... ¿Y si Ellie y tú preguntáis en el hospital sobre el programa de voluntariado de Psiquiatría? Si conseguís que me acepten o que pueda ir un día a la semana, me aseguraría de que es lo que quiero hacer. Y si al final no me gusta pues no habré esperado al último momento para saberlo.

— Claro, yo me informo. No creo que haya problema, nos llevamos muy bien con los enfermeros y los médicos de esa área. Ellie y yo muchas veces estamos con los pacientes y les hacemos compañía.

— ¿En serio? — Pregunto un poco asombrada. — ¿Con todos los pacientes?

— Sí. Los pacientes que hay en el hospital no son peligrosos. Son pacientes que están en evaluación o ingresados por algún desajuste de medicación. Los pacientes más peligrosos o problemáticos están en los psiquiátricos.

— Es tan interesante — dice Katy divagando.

— Ven conmigo al hospital cuando termines las clases — propone Olivia. — Es mejor que te conozcan directamente a ti y les preguntes lo que quieras saber.

— ¡Vale!

El resto de la cena hablamos sobre cómo nos están saliendo los exámenes y, como no, sobre la tarde de compras de mañana. Pensé que con Olivia sería distinto pero se me olvidaba que ella también es una fanática de la moda.

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