Capítulo LXXXI

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


¡Último día de exámenes!

Me levanto con mucha energía, me doy una ducha y bajo a desayunar.

Derek y Katy están muy emocionados, aunque por cosas distintas, claro.

Derek está muy feliz porque se termina la época de exámenes y tendremos un montón de tiempo libre para estar juntos.

Katy está feliz porque esta tarde vamos de compras y la semana que viene es el baile de Navidad del instituto.

— Mamá, ¿has visto mi botella? — Pregunta Derek abriendo todos los armarios.

— No, aquí en la cocina no está.

— ¿Qué botella? — Le pregunto. — ¿La que llevas siempre en la mochila?

— Sí, juraría que ayer la tenía en la mochila.

— A lo mejor te la has dejado en el instituto.

— No creo, ayer no la saqué en todo el día.

— Bueno, tranquilo, ya aparecerá.

— Vámonos o llegaremos tarde — dice Katy cogiendo sus cosas.

Cogemos nuestras cosas y nos montamos en el coche con Derek.

— ¿Estás preocupado? — Le pregunto al ver su ceño fruncido.

— No, pero esa botella me gustaba. Es una tontería pero es mi botella de la suerte.

— Seguro que aparece, ya lo verás — le tranquilizo poniendo mi mano en su muslo.

— Además, piensa que ahora tienes un amuleto mucho más potente — dice Katy señalándome a mí.

— También es verdad — se ríe Derek. Ese comentario mejora su humor.


El último día de exámenes pasa más rápido de lo que imaginaba. Hasta la semana que viene no tendremos las notas aunque hay algunos profesores que ya nos han dejado caer que han sido mucho mejores de lo que esperaban.

Eso es buena señal y me deja más tranquila.

A la hora de comer, Derek viene muy contento.

— Apareció mi botella — anuncia sentándose con nosotros.

— ¿Dónde estaba? — Le pregunto con curiosidad.

— En mi taquilla del vestuario. No sé cómo ha llegado allí.

— A lo mejor la dejaste allí el día del partido y no la volviste a sacar — apunta Alan.

— Puede ser. No sé, la verdad es que no recuerdo cuándo fue la última vez que la vi. Con tanto estudiar estoy perdiendo la cabeza.

— Lo bueno es que me tendrás a mí para medicarte y que la recuperes — se ríe Katy.

— Oh, no. Entonces la voy a perder del todo — bromea Derek.

Se nota que ya está más contento. Para celebrarlo, pega un buen trago de su botella. Desearía ser la botella ahora mismo.

Para, Luna. No empieces que el día aún no ha terminado. Esta noche podremos celebrarlo.

— Oye, Justin. ¿No hay ninguna novedad? — Le pregunto refiriéndome a Luke.

— Nada, de momento. Se está escondiendo bien el muy cabrón. Pero no te preocupes, las patrullas están día y noche peinando el pueblo. Darán con él.

— Lo sé. En algún momento tendrá que salir.

Me sorprende que las cosas estén tan tranquilas últimamente. Pensé que Luke iba a actuar pronto o sabríamos de él en algún momento porque empezase a dar problemas, pero no ha sido así.

Creo que eso me da más miedo aún. Si no sale es porque algo gordo debe estar planeando.

No es de las personas que se esconden por miedo. Además, su padre seguro que lo tenía todo planeado para arreglarlo y que su hijo saliese libre. Escapándose sólo lo ha empeorado, ahora no tendrá ayuda posible.

— Vamos, queda el último empujón — dice Alan.

Juntos nos levantamos de la mesa y vamos camino a nuestro último examen del año.


— ¡Somos libres! — Grita Katy emocionada.

— ¡Por fin! — Continúo yo. Estoy súper contenta. Los exámenes me han salido genial y estoy segura que voy a aprobar con muy buena nota. Los demás seguro que también porque Alan y Justin han estudiado mucho y no tengo ninguna duda de que tendrán notas muy altas.

— ¿Nos vamos? — Pregunta Katy caminando hacia la salida.

— ¿No vamos a ver antes a los chicos?

— No. Alan me ha mandado un mensaje. Me ha dicho que ya han entrado a la reunión.

— Qué pena — digo un poco triste.

— Mujer, no te pongas triste. Esta noche podrás darle mimitos a mi hermano.

— Calla — digo poniéndome un poco roja.

— Vamos nena, ¡una tarde de compras nos espera! — Pasa su brazo por mis hombros y salimos del edificio.

Me parece raro que Derek no me haya mandado a mí ningún mensaje para avisarme.

Decido mandarle yo uno.

Pequeño, suerte con la reunión. Ojalá acabe pronto y podamos estar juntos estar tarde. Te quiero

Guardo el móvil y nos montamos en el coche con Olivia.

— ¿Qué tal los exámenes? — Nos pregunta mientras vamos a recoger a Ana.

— ¡Muy bien! Estoy segura de que hemos aprobado — responde Katy por las dos.

— Me alegro mucho chicas. Vamos a ir a la tienda de Lola, ayer pasé por allí y tiene un montón de vestidos.

— ¡Vale! Allí nos compramos los disfraces de Halloween — dice Katy, — me gusta esa tienda.

— A mí también — termino yo. Tengo muy buenos recuerdos de esa tarde.

Recogemos a Ana y vamos a la tienda de Lola.

Olivia tenía razón. Hay muchísimos vestidos, de todos los colores y formas. Largos, cortos, con tirantes, sin tirantes, lisos, con detalles...

Katy y Anna se vuelven locas y tengo que reconocer que yo también.

Nos perdemos por los pasillos de la tienda y Katy enseguida viene con un vestido largo azul eléctrico con detalles en negro.

Le muestro mi pulgar hacia arriba, es un vestido precioso.

Un poco más tarde veo a Anna ir hacia el probador con un vestido morado con detalles en blanco.

También es muy bonito.

Continúo mirando con detalle cada vestido hasta que lo veo, es un vestido largo, dorado con un poco de brillantina.

Miro la talla y enseguida lo cojo y me voy corriendo al probador.

Me queda perfecto, resalta mis curvas y, al tener escote en pico, también resalta mi pecho.

Me veo genial y salgo contenta del probador.

Olivia está con Katy y Anna, ambas llevan puestos sus vestidos y están muy sonrientes.

— Creo que ya lo tenemos todo decidido, ¿no? Estáis preciosas, chicas — digo acercándome a ellas con una sonrisa.

— Estáis todas bellísimas. Luna, qué vestido más bonito. Tenéis muy buen gusto — dice Olivia con lágrimas en los ojos.

— Mamá... — Le advierte Katy. — Sólo es el baile de Navidad, ya podrás llorar cuando sea el baile de graduación.

— Vale, vale. Pero reconoce que parecéis princesas de cuento. No os vais a librar de la foto.

— Ay, no — se ríe Katy.

— Lo tenemos difícil para escapar — le digo riendo, — Derek, tú y yo vivimos bajo su techo.

Olivia aplaude emocionada. — Ahora sólo queda encontrar unos zapatos y los bolsos.

— De eso ya me he encargado yo — dice Lola. Nos entrega una caja de zapatos a cada una y unos bolsos a juego con cada vestido.

Abrimos las cajas y hay unos zapatos preciosos. Los de Katy son negros, los de Anna morados con la suela blanca y los míos dorados. Nos ponemos el conjunto completo y sonreímos.

— ¡Nos los llevamos! — Anuncio yo para sorpresa de todas.


— ¿Os apetece que vayamos a merendar? — Pregunta Olivia cuando salimos de la tienda.

— ¡Vale! — Respondemos todas.

Vamos a una cafetería que hay cerca de la tienda y nos sentamos a pedir un café.

— El cumpleaños de Derek está a la vuelta de la esquina y había pensado regalarle unas entradas para el concierto de Imagine Dragons — anuncio sacando el móvil. — He visto que ya se pueden comprar y quería hacerlo ahora, antes de que se agoten.

— Cariño seguro que son muy caras... — Empieza Olivia, pero la corto.

— Me da igual. Olivia, Derek se portó genial en mi cumpleaños y sabes que se gastó mucho dinero. Realmente el precio de los regalos me da igual, es el detalle que tuvo. La cena que organizó, la cita, todo el fin de semana en sí fue perfecto y quiero devolverle el detalle.

— Siempre habla de ese grupo, le encanta y quería ir al concierto. Su gira pasa el año que viene por Seattle — dice Katy.

— De acuerdo, si estás convencida, hazlo. Le van a encantar, muchas gracias cielo.

Estoy decidida, tanto que compro las entradas en ese mismo momento.

Dejamos a Anna en su casa y cuando volvemos a la nuestra aún no sé nada de Derek. No me ha contestado al mensaje que le envié, deben estar muy liados.


Estoy con Katy en el salón cuando recibe una llamada de Alan. Miro mi móvil y no tengo ninguna notificación nueva. Me parece raro y le envío otro mensaje.

¡Hola, amor! ¿Qué tal la reunión?

Diez minutos más tarde no me ha contestado y decido llamarle, pero no me contesta.

Esto me parece muy raro y estoy empezando a preocuparme.

Sé que Katy está hablando con Alan y no quiero interrumpirla pero necesito saber por qué no me contesta.

Entro en su habitación sin llamar. Katy se preocupa al ver mi cara.

— Espera un momento cielo — le dice a Alan, — ¿qué pasa?

— Derek no me responde a los mensajes ni a las llamadas. ¿Le puedes preguntar a Alan dónde está?

— Claro. Alan, ¿sabes dónde ha ido Derek después de la reunión? No contesta a Luna y está un poco preocupada. — Su cara cambia por completo. — ¿Por qué no me lo habéis dicho? Sabíais que nosotras nos íbamos de compras.

— ¿Qué pasa? — Pregunto muy nerviosa.

— Derek no ha estado con ellos.

— ¡¿Qué?!

Saco mi móvil y llamo a Justin.

— ¡Hola! — Responde muy alegre.

— Hola. Justin perdona que te moleste, ¿has visto a Derek?

— No. Pensé que estaba contigo.

— No. Nosotras nos hemos ido de compras. Pensé que estaba con vosotros en la reunión.

— No ha venido — dice alarmado.

Lo primero que se me pasa por la cabeza es que Luke le ha encontrado. De alguna forma ha dado con él, le ha secuestrado, le ha herido o incluso algo peor. Estoy empezando a hiperventilar, necesito encontrarlo ya.

— Voy para allá — dice Justin y cuelga.

— Alan va a venir — anuncia Katy.

— Justin también — digo con la voz entrecortada.

— Vamos a salir a buscarle. Es mejor que de momento no le digamos nada a mi madre. Dios, ¿dónde puede estar? ¿Y si...?

Katy ha pensado lo mismo que yo y me mira con lágrimas en los ojos. Yo ahuyento las mías y la cojo por los hombros.

— No vamos a adelantar acontecimientos, vamos a salir a buscarle. Voy a decirle a tu madre que vamos a pasar el rato en casa de Justin, que vienen a buscarnos y Derek ya está allí.

— Vale — responde con un hilo de voz.

Estoy rota por dentro, no saber qué pasa me está matando. Pero antes que mi novio es su hermano y debo ser fuerte por ella.

Alan llama al timbre y salimos las dos corriendo hacia su coche.

Juntos patrullamos el pueblo.

Sus cosas no están en el instituto, recorremos todo el pueblo, buscando en todos los callejones y parques, pero no le vemos.

Yo no paro de llamarle y sigue sin contestarme.

Un rato más tarde el alivio invade mi cuerpo. Su coche está aparcado en la plaza. Me resulta muy raro que no me conteste las llamadas ni los mensajes. ¿Ha estado aquí todo el tiempo?

Si le hubiese pasado algo, habrían escondido mejor su coche, ¿no?

Miro por las ventanillas y no veo nada raro. Tampoco hay signos de violencia ni han intentado forzar las puertas, tampoco están rotas las ventanillas, lo que quiere decir que su coche no lo han robado.

— No entiendo nada, ¿qué puede haber pasado? — Alan y Justin me miran y tragan saliva. Eso me pone alerta pero lo que más me preocupa es la cara de Katy. Está mirando fijamente dentro del Grill.

Voy hacia allí, los chicos intentan detenerme pero no pueden. Me pongo al lado de Katy y toda la sangre abandona mi cuerpo.

Cojo mi móvil y llamo a Derek por última vez.

Él está sonriendo, no se molesta en coger su móvil que vibra encima de la mesa.

Otra persona se encarga de eso, coge el móvil, mira la pantalla y al ver quién es, se lo enseña, se ríe y Derek se ríe con ella.

Pone el móvil boca abajo en la mesa y le acaricia la cara a mi chico.

— Esa es... — digo con un hilo de voz.

— Sí — dice Katy llorando, — es Mary.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro