Capítulo X

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Nota mental, no volver a beber nunca más en una fiesta. Me despierta la vibración de mi móvil, la cabeza me palpita, creo que me va a estallar.

— Diga.

— Vaya, cuánto amor. — Es Katy.

— Perdona, creo que mi cerebro ha petado, el alcohol de la fiesta era una mierda. Estaba muy bueno, pero me ha sentado peor que el garrafón.

— Normal, si es que te has bebido más de media botella tú sola — me recrimina.

— ¿Y qué esperabas? Para jugar a ese absurdo juego necesitaba beber. Ya te advierto no pienso volver a jugar. — Digo mientras me levanto, me da miedo mirarme al espejo así que directamente me lavo la cara y me peino un poco. Cuando me miro estoy medio decente. — Tú pareces estar como una rosa.

— Qué va, anoche vomité dos veces cuando volví a casa. Menos mal que mi madre no se ha enterado. Vomitar silenciosamente es difícil — me dice riendo.

— Ya pero sabes que te puede más el miedo de ser descubierta borracha — le digo riendo.

— También. Oye, hace poco han estrenado una nueva película de Jurassic Park. ¿Te apetece que vayamos esta tarde a verla? Así conoces el cine del pueblo. — Noto algo raro en su voz.

— Claro, ya sabes que todo lo que tenga que ver con dinosaurios me encanta. ¿Vamos solas? — Creo que ya sé lo que quiere.

— Bueno... había pensado en avisar a... los chicos.

— ¿Qué chicos? — Espero que no sea todo el grupo.

— Pues mi hermano quiere venir – vaya por dios — y yo podría llamar a Alan y tú a Justin. — Ya sabía yo .

— ¿Te gusta mucho Alan, verdad?

— Sí... ¿Se nota mucho? — Sé que se ha puesto roja, la voy conociendo bien.

— La verdad es que... sí. Anoche casi tiene que arrancarte su camiseta para que se la devolvieras, y eso del streaptease integral.... os pasasteis — No puedo evitar reírme, está como una colegiala en celo. — ¿Sabes? Me parece buen plan, llama a Alan y yo aviso a Justin, pero advierte a tu hermano que no traiga a Mary, si ella va yo me quedo en casa y voy sola otro día, no quiero que me amargue la película.

— Hecho, en la puerta del cine a las 20h — dice y cuelga.

Miro el reloj y son las 12.00h. Decido levantarme y bajar a tomar un café.

Cuando bajo las escaleras oigo el sonido de la televisión. Entro en la cocina, me hago un café, cojo un bollo de chocolate y voy al salón.

Es Sam, me dice que Tom está en el estudio en una videoconferencia. Si todo sale bien, pronto organizarán un viaje con otro grupo de empresas y colaborarán para expandirse, conseguirán socios nuevos.

Me encanta su pasión por su trabajo, ambos han trabajado muy duro para levantar la empresa y hacerse un nombre, poco a poco están entrando en el ''mundillo'' y cada vez tienen más clientes. Estoy muy orgullosa de ellos.

Estoy perdida en mis pensamientos cuando Sam me pregunta qué tal fue la fiesta.

— Bien, no tan mal como yo me esperaba. Me lo pasé bien.

— Sí, parece que tú y el ron os lleváis muy bien.

— ¿En serio huelo tanto? — Cojo la camiseta y la huelo pero sólo capto olor a detergente y suavizante.

— No, ahora no, pero anoche cuando entraste traías un conjunto de olores curioso.

— Lo siento, no tenía pensado beber pero... — Me interrumpe.

— Luna, ya sabes que no tienes que darnos explicaciones, te hemos dado libertad porque te conocemos, sabemos cómo eres. Era una fiesta es normal que quisieras beber, siempre y cuando no te pases, ni caigas en coma etílico ni vomites toda la casa, vamos bien.

Me encanta que mis hermanos confíen tanto en mí. Me recuerdan a mi padre, él era igual, pacífico, confiado, era un hombre muy bueno. Era pequeña cuando pasó todo pero esos aspectos de él los recuerdo como si fuera ayer. Mis hermanos han seguido su ejemplo.

— Esta tarde voy a ir al cine con Katy y unos amigos, no sé si vendré a cenar.

— Tranquila, ve y pásalo bien. Sabes Luna, me encanta ver que has hecho amigos, te veo feliz, distinta y espero que sigas siempre así.

Le entiendo, tiene razón, nunca me había sentido así de bien. Conocer a Katy y a Justin me ha dado vida, antes sólo iba de casa a clase y de clase a casa, apenas tenía amigos, no me daba tiempo a conocer a nadie. El trabajo de mis hermanos es exigente y para querer mejorar tienen que esforzarse mucho. Por eso en parte confían tanto en mí, me han aleccionado bien. Pero ahora me siento más sociable, me cuesta menos confiar en la gente, y me viene bien. El año que viene, si consigo una beca, iré a la universidad, y no quiero llegar allí siendo la rara a la que le cuesta abrirse y hacer amigos. Al menos en este pueblo hay de todo, tanto bueno como malo, me servirá de aprendizaje.

— Venga, sube a darte una ducha mientras caliento la comida.

Me doy una buena ducha, el agua caliente relaja mis músculos y para cuando he acabado me siento más activa, ya me duele menos la cabeza y tengo hambre. Antes de bajar a comer le mando un mensaje a Justin.


¡Hola hola! Vamos esta tarde Katy, Derek, Alan y yo al cine a ver la nueva de Jurassic Park, ¿te apuntas?

¡Por supuesto! ¿A qué hora quedamos?

A las 20h en la puerta del cine.

Perfecto. Allí nos vemos.


Genial, así al menos no soy sujetavelas de Katy ni tengo por qué hablar con Derek. ¿A qué vino lo de anoche? No le entiendo. ¿Le dolió mi rechazo? ¿Por qué? ¿Acaso tenía alguna apuesta con el capullo de Luke? Ya le oigo en mi cabeza ''venga tío, te reto a liarte con Luna en la fiesta delante de todos, seguro que cae rendida a tus pies''.

Los dos son unos capullos.

Bajo al olor de la comida, Sam ha comprado pollo asado y huele delicioso.

Tom también está, me cuenta que la videoconferencia ha ido bien y seguramente en unos días salgan de viaje. Van con otra agencia a conocer a unos inversores interesados, si todo sale bien tendrán socios nuevos y podrán expandir su empresa.

Está emocionado, no me ha dicho nada pero creo que está trabajando tan duro porque cuando yo me vaya a la universidad no habrá nada que les obligue a quedarse en un mismo sitio mucho tiempo. Adoran ir de un lado a otro y si encima pueden abrir más sucursales en otras ciudades gracias a los nuevos socios e inversores seguramente se hagan de oro.

Cuando terminamos de comer, recogemos y decido ir a echarme una siesta. Por si acaso me pongo la alarma del móvil.

Estamos en la fiesta de Luke, no me puedo creer que haya rechazado besar a Derek aunque se lo tiene merecido. Estoy en el baño cuando alguien llama a la puerta. Ya he terminado así que abro y me encuentro con Derek, me empuja hacia dentro, cierra la puerta, echa el pestillo y se vuelve hacia mí. Sus ojos brillan con lujuria y tienen un efecto en mí que no puedo controlar. Simplemente con mirarme ya me tiemblan las piernas. Se acerca hacia mí lentamente y yo voy caminando hacia atrás hasta que ya no puedo más. Sólo nos separan unos centímetros y me acorrala contra el lavabo. De repente pasa una mano por mi espalda, la otra por detrás de mi cabeza, me acerca y me besa. Es un beso profundo, duro, salvaje y yo siento que las piernas me flojean. Con sus grandes manos me agarra el culo y lo aprieta. Cada vez siento más y más calor en zonas donde nunca había sentido nada.

Siento que voy a caerme cuando con sus fuertes brazos me coge y me sienta en el lavabo, me abre las piernas y se mete entre ellas. Me quita la camiseta y continúa besándome. Siento mis bragas muy mojadas y ya cuando le veo quitarse su camiseta siento que voy a estallar, está buenísimo, como si le hubiera esculpido Dios. Me desabrocha el botón del vaquero y le oigo decir mi nombre, una y otra y otra vez...

— Luna, despierta — siento que me zarandean y abro los ojos — madre mía, o estás sorda o estabas en un sueño muy interesante. Tu alarma lleva sonando un buen rato.

Miro el reloj y son las 18.30h, uf pensé que era más tarde. — Gracias Sam, creo que estaba tan cansada que no me he enterado de que sonaba.

Sam sale de la habitación riéndose. No puedo creerme lo que acabo de soñar. ¿Lo peor de todo? Realmente siento las bragas mojadas. Madre mía... Decido darme otra ducha y cambiarme de ropa interior. Escojo un vaquero corto, una camiseta gris y unas deportivas. Cuando me miro frente al espejo y me aliso el pelo me siento nerviosa, nerviosa por verle. Katy me dijo que iba a venir al cine. Anoche estaba eufórica por haber rechazado al bombón del instituto pero, ¿ahora?

Ahora tengo un nudo en el estómago. ¿Por qué he tenido que tener ese sueño?

Cuando termino de maquillarme veo que son las 19.30h, es hora ya de salir hacia el cine.

Encuentro sitio en la plaza del pueblo, al lado del coche de Katy. Salgo del coche y cuando voy a encaminarme hacia el cine veo a Katy y Alan sentados en un banco, al lado de la fuente. No quiero que me vean o romperé el momento, están muy juntos y parece que van a besarse.

Sus labios están apunto de juntarse cuando alguien grita detrás de mí.

— ¡Hola Luna! — Es Justin, cuando vuelvo a mirar hacia el banco veo que se han levantado y vienen hacia nosotros. Hago como si no les hubiera visto y hablo con Justin. — Oye, ¿esos son Katy y Alan?

— Síp.

— ¿Y estaban sentados ahí, solos?

— Síp. — No sé qué más decir, a parte de ''qué poco tacto tienes, amigo''.

Se queda de piedra, pero hace como si no pasara nada cuando llegan a nosotros. Nos saludan y ellos dos caminan por delante de nosotras, imagino que estarán hablando del mismo tema.

— ¿Has besado a Alan? — Quiero saber si me ha visto espiándoles.

— No, casi, pero no. Oímos a Justin, nos separamos y ya te vimos a ti también y bueno, al final no pasó nada.

— ¿Y Derek?

— Pues... le dije que había quedado contigo primero, que iba a ir a tu casa así que...

— Tranquila, yo te cubro. Imagino que Alan también lo sabrá, ¿no?

— Sí claro, además no es tan tonto como para llegar y decirle ''oye Derek que sepas que he quedado a solas con tu hermana''.

— Por su bien espero que no lo haga.

Estamos riendo cuando llegamos a la puerta del cine, Derek está allí esperando y yo siento como si mis piernas se volvieran de gelatina.

— Vaya, venís todos juntos y yo aquí esperando. Me siento marginado — dice en broma.

— Ya bueno, creo que todos hemos ido a aparcar al mismo sitio — le digo.

— Tenéis sitio aquí, en la puerta — señala la fila vacía que hay en la puerta del cine.

— Ya bueno... No sé moverme aún muy bien por el pueblo, voy a sitios conocidos.

— Bueno, ¿entramos? — Dice Alan.

— Sí, vamos — Le contesto.

Vamos a taquilla, pedimos las entradas y nos ponemos en la cola para coger palomitas.

Katy y yo cogemos un menú grande de palomitas para compartir. Sé que quiere cogerlo con Alan pero creo que aún no se atreve y menos aún con su hermano delante.

Justin se coge un perrito caliente y Alan y Derek sólo cogen bebida.

Entramos en la sala y buscamos nuestros asientos, están en la última fila.

No hay mucha gente y lo agradezco.

El primero en sentarse es Justin, seguido de Alan y Katy que se ponen juntos, yo me siento al lado de Katy para compartir las palomitas y a mi derecha, para mi sorpresa, se sienta Derek.

— Vaya, ¿no hay más asientos libres en el cine? Al lado de Justin tienes uno.

— Lo sé, pero quiero sentarme aquí.

— ¿En serio?

— Sí, así os robo palomitas — dice y se ríe.

— Ah, con que esas tenemos, pues buena suerte — le respondo riendo — no es tan fácil quitarnos comida a tu hermana y a mí.

— Ya veo ya — lo dice con media sonrisa en su preciosa cara, pero a mí no me sienta muy bien. Tengo complejo con mi cuerpo y me ha sonado a que su comentario iba por ese lado.

— ¿De verdad? ¿Y por qué lo dices? — Le pregunto, más borde de lo que me hubiera gustado sonar.

— Porque Katy tiene agarrado tan fuerte el cubo de palomitas que al final las va a tirar todas.

Su risa es sincera y encima tiene razón, Katy está tan nerviosa que está estrujando el cubo de palomitas. Cuando le miro y le devuelvo la sonrisa me dice algo que no esperaba oír nunca de su boca.

— Anoche estabas muy guapa — le miro perpleja y se apaga la luz. Va a comenzar la película.

Cuando llevamos ya unos minutos de película, me da el impulso de coger el cubo y ofrecérselo a Derek. Le pregunto a Katy y me dice que sí.

Le toco el hombro a Derek, me mira y al ver las palomitas sonríe. Coge un puñado y me guiña un ojo.

Le devuelvo la sonrisa.

Continuamos viendo la película y, a pesar de que me está gustando, hay ratos que me cuesta seguir la trama, tenerle al lado me pone nerviosa.

La película termina, tiramos a la basura los restos de comida y bebida y proponen ir al Grill a cenar, les apetece una hamburguesa. Yo me apunto, me apetece mucho seguir con ellos y, sinceramente, también me apetece seguir con Derek.

Aparcamos en la puerta de El Grill, entramos y nos sentamos en una mesa al fondo.

Me decepciono un poco cuando Derek se sienta en el banco de enfrente, junto a Justin y Alan. Katy y yo estamos juntas.

Pedimos las hamburguesas y nos las traen enseguida.

Pasamos una buena velada, los chicos hablan del partido que tienen dentro de poco y Katy y yo de moda, grupos de música y sí, también cuchicheamos de chicos.

De vez en cuando noto que Derek me mira de reojo, hago como que no le veo pero me pone bastante nerviosa. Adoro su sonrisa y los hoyuelos que se le forman en las mejillas cuando se ríe.

Hemos pasado un buen rato pero ya es hora de volver a casa. Hemos tenido suerte y hemos podido aparcar en la misma calle así que nos despedimos y nos montamos en nuestros coches.

Katy sale antes que yo y me pita cuando pasa por mi lado, le saludo con la mano, detrás de ella va Derek con su coche, él no me saluda pero sí me mira fijamente.

Cuando aparco en la entrada de mi casa veo luz en el interior.

Entro y cierro con llave. Tom sale a recibirme y me pregunta qué tal la velada.

Le digo que fue bien, nos lo hemos pasado bien y hemos cenado fuera. La película estuvo increíble.

Le cuento lo majos que son todos y que les he cogido mucho cariño, creo que sonrío demasiado cuando hablo de ellos porque me pregunta quién es el chico.

— Venga, suéltalo, sé que adoras a Katy y a Justin pero, ¿quién es el afortunado?

— No sé de qué estás hablando, sólo son mis amigos.

— Preciosa, a mí no me engañas. — Y me pone esa mirada. La mirada de sé lo que piensas, eres transparente y veo lo que ocurre en tu interior. ¿Habré hablado en sueños y por eso lo sabe? No, fue Sam quien me despertó, pero a lo mejor Tom pudo oírme, o Sam se lo ha contado.

Empiezo a ponerme nerviosa y lo único que se me ocurre es sonreír y desearle buenas noches.

— No no, no te me escapas, ¡cuéntame venga! — Me grita riendo mientras subo las escaleras.

— ¡Eres un cotilla! ¡Hasta mañana precioso mío!

— Dulces sueños preciosa.

Cierro la puerta de mi habitación y me río. Maldito Tom, para él si soy transparente pero no voy a darle más vueltas.

Sé que entre Derek y yo nunca va a pasar nada pero aún así me acuesto deseando continuar el sueño donde lo dejé.

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