Capítulo XXX

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Sinceramente no he dormido hoy muy bien. Aunque ayer Derek se mostró igual de cariñoso que siempre, noté en sus ojos que algo no estaba bien.

He decidido que hoy voy a hablar con él. Voy a contarle una parte, o todo, aún no lo he decidido, no sé si estoy preparada para contarle toda la historia.

Él lo hizo pero... «No hay peros Luna, debes hacerlo».

Bueno, la voluntad de hacerlo ya la tengo, sólo necesito decidir qué le cuento y cuándo.

Me ducho deprisa, desayuno y me voy al instituto. Mis hermanos están en una videoconferencia en el estudio así que no les molesto.

Mejor porque, como ellos dicen, soy un libro abierto y no me apetece tener ''esa'' conversación ahora.

Según va pasando el día yo me voy encontrando peor. Derek se muestra igual que siempre, me mira, me sonríe, pero en los intercambios de clase no me busca como antes. Necesito desahogarme con alguien y que me aconseje. Sé lo que debo hacer pero no está de más que alguien me ayude.

Y sé perfectamente a quien acudir.

A la hora de comer veo a Katy por el pasillo en dirección al comedor. La cojo del brazo y la llevo fuera.

— ¡Oye que tengo hambre!

Cojo un sándwich que tengo en la mochila y se lo doy.

— Necesito hablar contigo.

— Habla — dice mientras muerde el sándwich.

Empiezo a caminar de un lado a otro alrededor del banco donde está sentada.

— Luna, me estás asustando, ¿qué pasa?

— Ayer estuve con tu hermano. Iba a ayudarle con el trabajo de Historia pero ya lo tenía terminado así que nos pusimos a ver una peli. Lo que empezó como un juego acabó con él encima mía besándome, y cuando vi que iba a pasar a mayores le frené. — Hago una pausa y la miro. — Puse la excusa de que vuestra madre podía pillarnos.

— Pero no le frenaste por eso, ¿verdad?

— No, claro que no.

— ¿Por qué no hablas con él? Debe saberlo.

— Lo sé, pero no sé cómo hacerlo sin parecer...

— Sin parecer... ¿Qué? No tienes que avergonzarte por ser virgen Luna. Mucha gente del instituto lo es. Además, no hay una ley que obligue a los adolescentes a perder la virginidad a una edad determinada.

— Ya pero... no sé. A lo mejor piensa que soy una antigua por no haber hecho nada con nadie. Él está acostumbrado a ir más rápido. Seguro que anoche tenía ganas y al frenarle le di a entender que no quería y se ha enfadado conmigo.

— Nena, créeme cuando digo que Derek no es esa clase de chico. Pero sí te aconsejo que se lo digas. Tú piensa, si vuelve a pasar y estáis solos en casa, ¿qué le dirás? — No respondo. — Si le vuelves a frenar puede llegar a pensar que no te gusta o que no estás a gusto con él. O peor, que no confías en él. La confianza en una pareja es fundamental.

— Ya lo sé. Está bien. Voy a decirle que después de clase quiero hablar con él.

¡Hola pequeño! Tengo que verte, necesito decirte una cosa. ¿Quedamos después de clase?

Me contesta al momento.

Lo siento pequeña, el partido de esta noche es difícil y voy a quedarme entrenando. Hablamos después del partido.

Voy a llorar. Le enseño el mensaje a Katy y vuelvo a caminar de un lado a otro.

— Puedo traerte yo si quieres.

Me paro y la miro. Mierda, claro, había quedado con Derek en que vendríamos juntos. Otra señal de que no quiere verme.

— Tranquila Luna, hoy estará raro por el partido. De momento les va muy bien pero me ha contado Alan que están teniendo problemas en el vestuario. Dale tiempo, no le agobies ni te agobies tú. Paso a recogerte a las 19.00h y cuando termine el partido habláis, ¿vale?

— Vale — respondo sin muchas ganas. Menos mal que ya queda poco para que termine el día.

Cuando suena el timbre de final de clases, salgo corriendo hacia el aparcamiento a ver si veo a Derek antes de que empiece a entrenar. No hay suerte, me asomo al campo y ya está allí.

Me meto en el coche decepcionada y sintiéndome fatal. Espero que lo que pasó anoche no le afecte a la hora de jugar. Lo están haciendo muy bien y de momento van los primeros en el ranking.


Justin y Alan nos están esperando en la entrada del campo. No hay rastro de Derek.

— Hola cariño — le dice Katy a Alan.

— Hola bombón — le responde él.

— Dais un poco de asco  — dice Justin riendo mientras me abraza.

Katy le saca la lengua en respuesta y se aleja con Alan.

— ¿Dónde está Derek?

— Allí. — Señala con el dedo y le veo. Está en el campo recogiendo sus cosas, va a entrar al vestuario.

Salgo corriendo en su dirección y estoy apunto de saltar al campo cuando el entrenador me detiene. Me dice que no puedo bajar, el partido está apunto de empezar.

— Ven, luego hablas con él. Ahora relájate y disfruta del partido.

Sé que no lo voy a hacer, estoy demasiado preocupada y nerviosa para eso.

Al final sí me lo paso bien. Veo que Derek, Justin y Alan están ignorando a Luke, como si no estuviera en el campo y están jugando muchísimo mejor. Hacen un partido de 10 y ganan con mucha ventaja al equipo contrario.

Al pitar el final del partido, veo a Derek irse corriendo al vestuario. Sé que no puedo acceder desde el campo, así que voy a probar suerte desde el interior del edificio.

— Ahora vengo.

— Suerte nena.

Salgo corriendo y entro al instituto. Llego al pasillo de los vestuarios y no hay nadie. Entro y me quedo en medio de ambas puertas, tanto el de chicos como el de chicas está cerrado.

Salgo y espero fuera. Aprovecho el tiempo y ordeno en mi cabeza mis ideas.

— Vaya vaya, mira a quién tenemos aquí. — No puedo creerlo, ¿en serio? ¿Nunca tiene suficiente?

— Así que tú eres Luna — es Karen quien habla ahora.

— Menudo desperdicio. Sí que le has dejado tocado para que se conforme con eso — escupe Jessica.

¿Eso?

— Ya bueno, es normal. Cuando alguien tan sexy, rica y y elegante como yo te deja, te sumes en tal depresión que tienes que buscar a alguien para...

No la dejo terminar — ¿Qué tú le has dejado?

— Claro, ¿cómo si no iba a estar contigo? — Se ríen las tres. Menudas arpías son.

— Veo que a tus queridas amigas no les has contado la verdad. ¿Tanta vergüenza te da que te hayan rechazado?

— No inventes cosas, a mí nadie me rechaza.

— ¿A no? Oí la conversación que tuvisteis por teléfono. — Me mira con los ojos muy abiertos. — Sí, esa en la que te dijo que no le apetecía estar contigo y hasta te llamó tonta.

Veo que su cara empieza a desencajarse. — Es mentira, eso nunca pasó.

— ¿También es mentira que no quiso celebrar contigo vuestro aniversario y te dejó plantada en El Grill?

Ante mi pregunta, Karen y Jessica empiezan a cuchichear.

«Así que los rumores eran ciertos.»

«Unos chicos del equipo estaban en El Grill esa noche y dicen que Derek la despreció.»

«A mí me contó el camarero que discutieron y la dejó delante de todo el mundo para irse con Luna.»

Mary mira a sus amigas y después a mí. Está empezando a ponerse roja de furia y sé que va a saltar, pero ha empezado ella y no iba a quedarme callada.

— Entonces no me ha dejado, tú me lo has robado. ¡Eres una puta!

Se abalanza sobre mí, me empuja y me doy de espaldas contra las taquillas. Duele, pero me da igual, ahora mismo me puede más la ira que el dolor. Voy a contraatacar cuando veo que empieza a salir gente de los vestuarios. Ella no se frena y va a volver a atacar cuando una voz grave la frena en seco.

— Como la toques un sólo pelo te juro que te arrepentirás el resto de tu vida.

¡Es Derek!

La empuja, se pone a mi lado y pasa su brazo por mis hombros de manera protectora.

— Quiero aclarar una cosa. Mary y yo nunca fuimos pareja. Sólo era un rollo casual, tal y como ella describía. No voy a decir lo que pienso de ti porque te faltaría el respeto, y si una cosa me han enseñado mis padres es educación, no como a ti. Pero sí te voy a decir que eres una mentirosa, manipuladora y una aprovechada. No quiero saber nada más de ti, me he cansado y ya no te aguanto. Luna sí es mi novia y si nos disculpáis voy a celebrar la victoria con mi chica.

Me abraza más fuerte y entre vítores, aplausos y risas hacia Mary, nos vamos caminando.

— Seguro que esto trae consecuencias. — Le digo con un hilo de voz.

— No te preocupes por eso, ¿estás bien?

— Sí.

Me da un beso en la cabeza y salimos del instituto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro