Capítulo XXXVI

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La profesora Robins cumple su palabra. En la siguiente clase de gimnasia estamos todos en círculo en medio del gimnasio.

— Hoy haremos algo nuevo — dice la profesora alzando la voz. — Vamos a ver qué tal se os dan los deportes de equipo. Vamos a jugar al baloncesto, pero no os hagáis ilusiones, los equipos los haré yo. Cómo sois muchos, os dividiré en varios equipos para que todos podáis jugar.

Mis compañeros se quejan, ya habían empezado a agruparse.

— Primer equipo: Luna, Katy, Justin, Alan y Derek. 

¡Qué bien! 

— Segundo equipo: Luke, Mary, Karen, Tony y Lucio.

Ellos no están tan contentos. 

— Profesora, ¿no podemos cambiar de equipo?

— Lo siento Tony. 

— Pero... — Empieza Lucio a replicar.

— No hay peros. A partir de ahora se practicarán varios deportes y los equipos irán cambiando. Los de hoy son estos y no admito discusiones — continúa diciendo los nombres de su lista para hacer los equipos restantes.

Oigo hablar a Tony y Lucio. No les conozco en persona pero sí les he visto antes, son del equipo de Derek.

— Joder tío, yo no quiero ir con Luke.

— Yo tampoco Tony, pero es lo que hay. 

— Siento decirte que no voy a participar, prefiero perder antes que ayudar a Luke a ganar, y menos si en el equipo contrario está Derek.

— Yo también prefiero mil veces que gane él. 

Sí que hay problemas de vestuario, los demás equipos respiran aliviados, han tenido suerte, pero Tony y Lucio están muy enfadados. Luke se acerca para repartir las posiciones del equipo pero no le prestan atención. 

— ¿Por qué no juegas tú en todas las posiciones? Ya que lucirte se te da tan bien, a ver si eres capaz de ganar el partido tú solo, como fardabas antes.

— Vaya corte — dice Alan riendo.

— Se lo tiene merecido — dice Justin orgulloso. El karma le está llegando y yo estoy feliz por ello.

La profesora termina de colocar las canastas portátiles, reparte los balones, toca el silbato y empieza el partido. Katy coge la pelota pero se nota que no tiene demasiada idea, cosa que Mary aprovecha para reírse de ella. Katy se enfada, sé que va a perder el balón.

— ¡Pásamela! — le grito. 

Pero no le da tiempo, Luke va corriendo y se la quita. Vamos todos detrás de él, va directo a nuestra canasta, salta y va a encestar pero Alan le bloquea y evita el primer tanto del partido. La pelota queda suelta y la coge Mary. Se pavonea por la pista botando la pelota, torpemente he de decir. Miro a Derek y le guiño un ojo, ésta es mía.

— Vaya vaya, ¿vas a ser tú quién tenga la mala suerte de quedar en ridículo? 

— ¡Qué bien te describes Mary! Debes saber una cosa, no sólo me gustan los libros, también me gustan los deportes, y éste, se me da de vicio. 

Abre la boca para contestar pero no le doy tiempo, doy un paso rápido y le robo la pelota. Ella se queda pataleando e insultando y oigo las risas de Tony y Lucio. Nos vamos pasando el balón de unos a otros, esquivando a Luke, y llegamos a la zona de triple. Derek me lanza el balón y me deja que haga los honores. Salto, lanzo y ¡canasta! Los demás se acercan, me chocan las manos y Tony y Lucio aplauden. Miro de reojo como Luke les fulmina con la mirada y refunfuña. El resto del partido se lo pasa intentando hacernos faltas pero nosotros las esquivamos con elegancia y agilidad. Mary también intenta hacer faltas pero le sale mal, intenta hacerle una zancadilla a Derek pero se acaba tropezando ella con sus propios pies y cae de boca al suelo. Intento no reírme pero ha sido tan gracioso que no puedo evitarlo. 

Karen lo único que hizo hasta el momento fue quitarse del medio cuando íbamos hacia su canasta y reírse de la caída de Mary.

 Se acerca el final del partido, sólo queda una jugada y Alan me pasa el balón.

— ¡Tú empezaste y tú debes terminar! 

Cojo el balón, doy tres pasos y salto, no llego a colgarme del aro pero encesto el balón. La profesora toca el silbato. ¡Final del partido y de la clase!

— Me ha sorprendido srta Miller. Juega bastante bien.

— Muchas gracias profesora.

Hace amago de una sonrisa y se va a recoger los balones y las canastas portátiles. Se ve que no es una mujer que sonría a menudo.

— A nosotros también nos has sorprendido Luna, no sabíamos que jugases tan bien.

— Muchas gracias Tony.

— A nosotros nos gusta mucho el baloncesto y de vez en cuando quedamos en las canchas para echar unos partidos, puedes venir cuando quieras — dice Lucio sonriendo.

— ¡Claro! Será un placer.

Estoy feliz, por primera vez me siento integrada.

— Pequeña, tienes un don. Guapa, inteligente, astuta, buena jugadora y capaz de meterse en el bolsillo a los dos huesos duros de roer del equipo.

— ¿Tony y Lucio son dos huesos duros? — Pregunto sorprendida. No me han parecido eso para nada, al contrario, me han parecido muy simpáticos.

— Sí, ellos no hablan con cualquiera, sólo aceptan en su grupo a buenos jugadores. Por eso nunca han tragado a Luke.

— Y por eso tú te llevas bien con ellos.

— ¡Exacto! — Se ríe y todos juntos salimos del gimnasio.

En el vestuario, las chicas están contentas, dicen que se lo han pasado muy bien y que ojalá sean así todas las clases. Por mi parte también estoy contenta, me lo he pasado genial, hemos dejado en ridículo a Luke y sin palabras al trío calavera. Karen no hizo nada durante el partido porque no tenía ni idea de jugar y tampoco mostró interés en aprender y Mary está muy enfadada. Jessica no habla tampoco. No sé qué tal habrá ido su partido pero no me interesa.

En cuanto salimos del vestuario, Katy y yo nos reímos a carcajadas y chocamos nuestras manos. ¡Somos las putas amas!

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