Capítulo XXXVII

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Para mi sorpresa, la semana continúa sin ningún incidente. 

Ya es viernes y Mary está demasiado tranquila. ¿Estará planeando algo? La verdad es que me da igual, voy a disfrutar de esta ''tregua'' que me ha concedido el universo. 

Estamos en clase de Historia y el profesor ya tiene las notas de los trabajos que entregamos el lunes.

 — Estoy muy orgulloso de algunos de vosotros, habéis subido muchísimo vuestra nota y se nota que os estáis esforzando — dice el profesor mientras reparte los trabajos.

Derek me enseña su trabajo, ha sacado otro 10 y yo le sonrío con los pulgares hacia arriba. Estoy muy orgullosa de él. Al principio no lo parecía, pero es más inteligente de lo que él se cree. Me alegro de haberle ayudado a sacar su verdadero potencial. Espero que el profesor no cancele nuestras clases, me encanta ser su profe. Aunque, si las cancela, daría igual, aunque no consiguiera créditos extra seguiría siendo su profe sólo por el placer de pasar más tiempo con él. 

Pasa por mi lado y me entrega mi trabajo, yo también tengo un 10, se lo enseño a Derek y él me lanza un beso y me guiña un ojo. No se puede ser más tierno y con esa sonrisa que tiene... Para Luna, que estás en clase.

— Usted podría esforzarse mucho más, pero como veo que no le da la gana... Se queda con un 6. Tenga cuidado Sr Monroe, como sus notas sigan bajando no le dejarán jugar en el equipo. 

Luke refunfuña. El Sr Marin tiene razón, podría esforzarse mucho más pero es un vago y no quiere.

— Me da igual, estoy en el equipo sólo porque el entrenador me suplicó que entrara. No necesito estudiar ni que un ojeador me conceda una beca — dice con superioridad — puedo ir a la universidad que quiera, mis padres pagarán lo que el rector pida y entraré.

Así que eso es lo que piensa, ¿eh?

— Te voy a contar un secreto — le digo susurrando a Luke — eso que dicen, que pagando entras en cualquier universidad, es mentira. A las universidades, más que el dinero, les interesa la reputación. — Veo como poco a poco le va cambiando la cara. — Piénsalo, si no sacas buenas notas, ni juegas bien, ¿Quién va a querer en su institución a un despojo como tú?

Vale, sé que me he pasado, pero me ha hecho muchas putadas y es hora de que poco a poco vaya devolviéndoselas. Lo he dicho bajito, casi susurrando, pero hay compañeros que me han oído y ahora se están riendo de él. Entre ellos, Derek y Justin, veo en sus caras el disfrute del corte que le acabo de pegar.

— Oye, te has olvidado de corregir mi trabajo.

— Lo primero, ''oye'' no es forma de dirigirse a alguien. Segundo, soy su profesor y le hablo con respeto, espero lo mismo de usted, Srta Montgomery.

La clase entera la mira y se ríe por lo bajo. Veo como Mary aprieta la mandíbula y cambia la frase.

— Disculpe, señor profesor, pero se ha olvidado de corregir mi trabajo.

— No, no me he olvidado. Su nota es un 0. La próxima vez tenga la decencia de no imprimir su trabajo directamente de Wikipedia. 

Estiro el cuello para poder mirar su trabajo y efectivamente, en el encabezado de su trabajo pone WIKIPEDIA en letras bien grandes. No ha puesto portada, ni si quiera se ha molestado en quitar las urls que aparecen. 

— ¡Voy a quejarme a dirección!

— Haga usted lo que quiera.

Ante esa contestación, la clase entera estalla en carcajadas y Mary sale enfadada y pisando fuerte del aula. Hoy está siendo un día demasiado bueno, hasta el profesor se ha reído de su reacción de niña pequeña. Luke no es el único que está teniendo su merecido. ¡Demos la bienvenida al karma!

Al final de la clase, el profesor Marin nos pide a Derek y a mí que nos quedemos un momento.

— Quería felicitarles, están haciendo un trabajo excelente. Usted Sr Jones se está esforzando al máximo y usted Srta Miller está haciendo un trabajo fantástico como profesora.

— Muchas gracias señor, pero esta vez el mérito entero es de Derek. Ha hecho el trabajo entero él solo.

— Pero con las bases que Luna me ha enseñado — apunta Derek.

— No seas modesto — y es lo que pienso. Lo ha hecho entero él solito, se merece que le feliciten.

— Tú tampoco — me contesta.

— Igualmente, felicidades a los dos. Espero que se sigan esforzando así el resto del curso.

— No lo dude, profesor. Con una maestra así, cualquiera no se esfuerza — dice sonriendo.

Me voy a poner roja en 3... 2... 1...

El profesor Marin también sonríe y nos dice que ya podemos irnos. Derek me coge de la mano y salimos del aula.

— No deberías alabarme tanto y menos darme la mano delante del profesor. Ahora soy tu maestra, va a pensar que estoy ejerciendo abuso de poder.

— Abusa todo lo que quieras pequeña, yo me dejo hacer — y pone esa sonrisa que sólo él sabe poner.

Ahora me derrito en 3... 2... 1... ¡Adoro ser profesora!

Por la noche estamos todos sentados en El Grill tomando algo y compartiendo unas patatas.

— Mis padres no estarán este fin de semana, podemos arreglarnos allí para la fiesta. Podéis dormir allí también si queréis. 

Es verdad, ya es Halloween y mañana es la fiesta en casa de Luke.

— ¡Claro, por mí no hay problema! — Dice Katy, está emocionada por ir a la fiesta. — He estado estudiando el maquillaje y voy a dar mucho miedo. Ya puedes hacerlo bien Luna.

— ¿Yo?

— Sí, tú.

— Ya puedo estudiarlo bien — me río. — Bueno yo te pinto toda la cara de blanco y te pongo dos círculos de colorete rojo en los pómulos, y ya.

— No serás capaz...

Estallo en carcajadas y los demás me acompañan. Katy le da un codazo a Alan pero él se sigue riendo. Me gusta hacerla de rabiar de vez en cuando.

— ¡Pues claro que no! Lo haré lo mejor que pueda nena, como siempre.

— Así me gusta — contesta ella conforme.

— Oye Justin, ¿Anna va a venir? — pregunta Derek. 

Le aprieto el muslo y le miro. Él me sonríe y me guiña un ojo. ¡Qué cotilla!

— Pues... había pensado invitarla. ¿Os parece bien?

— ¡Sí! — gritamos Katy y yo a la vez. — Puede arreglarse con nosotras, la ayudaremos — le digo muy contenta.

Los chicos asienten, también les parece bien.

— Muchas gracias a todos.

Estamos ya terminando cuando vemos entrar juntos a Mary y a Luke. Se sientan en la misma mesa pero no juntos, sino uno enfrente del otro.

— Por lo que veo se han quedado solos — dice Alan.

— No me dan ninguna pena, son asquerosos — apunta Katy.

— Sí, lo son, no sé por qué no están juntos, son tal para cual — digo mirándoles.

Todos asienten. Es la verdad, Dios creó dos demonios y por desgracia se equivocó a la hora de ubicarles. Les dejó caer en el mismo pueblo.

Pagamos la cuenta y nos vamos.

— ¿Nos vemos mañana a las 18h en mi casa?

— ¡Sí! — contestamos todos.

Derek me da un beso en los labios y otro en la frente. 

— Paso a recogerte mañana a las 17.30h.

— Vale — me pongo de puntillas y le doy otro beso. Adoro sus labios, son tan suaves.

Me da otro beso en la frente y nos vamos cada uno en nuestro coche.

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