La etapa del instituto es la más dura de la vida de las personas, o al menos eso creemos cuando somos adolescentes.

Es un tiempo en el que se define nuestra personalidad y nuestros rasgos más básicos. Si eres popular, ya sea animadora, deportista, delegado, presidente del alumnado, será un camino de rosas. Por el contrario si eres ''normal'', tus años de instituto serán un infierno.

Si acabas de entrar y tu etapa comienza ahora enseguida te catalogan, o haces amistades rápido y tienes suerte de que te inviten a una fiesta tendrás al menos una mínima posibilidad de ser popular, si por el contrario prefieres estudiar y sacar buenas notas, créeme, estás perdida.

Quizá sea más fácil para aquellos adolescentes que tienen hermanos mayores en el instituto o que ya no están pero sus legados les preceden.

Cuando eres nueva no sólo en el instituto, sino también en la ciudad, la cosa ya se complica mucho más. Ya no sólo serás la rara, serás la nueva, la extraña, la que todo el mundo mira con curiosidad y con recelo.

Yo lo tengo claro, no voy a cambiar por nada ni por nadie, si encajo, bien, sino, pues también. ¿Será un camino difícil? Sí. ¿Me importa? No.

Me llamo Luna Miller y mi vida comienza ahora.