Capítulo I

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


No podía creerlo, después de varios meses excavando encontramos una garra de velociraptor, aquí, en el norte de Asia.

Es un gran hallazgo. Si hemos encontrado una garra, lo más probable es que vayamos encontrando más huesos hasta desenterrar un esqueleto completo, o eso espero.

Quiero seguir excavando, no puedo parar. Debo seguir, necesito seguir, desenterrar es como una droga, necesito más....más....y más.....¿y ese sonido? ¿De dónde viene? Parece una alarma. Oh no, ¿nos están asaltando? ¿O es la excavación que se derrumba? ¿Qué pasa? Pero....¿qué....?

Biiiiiip. Biiiiiip.

Me despierto sobresaltada, maldito despertador. Ya podrían hacerlos con una melodía más suave o que al menos te anime a levantarte. A partir de ahora creo que me pondré mejor la alarma del móvil.

Miro el reloj, son las 06.30h A.M.

Hoy quiero levantarme pronto ya que es mi primer día de instituto, quiero pasarme antes por secretaría para recoger mi horario de clases y dar una vuelta por el recinto.

Decido darme una ducha y arreglarme antes de bajar a desayunar. Adoro a mis hermanos pero por las mañanas prefiero no hablar con nadie, lo asumo, tengo mal despertar.

Cuando salgo de la ducha escojo mi ropa para hoy, hace buen día, es septiembre pero aún no hemos entrado en otoño. Decido ponerme unas mallas negras piratas y una camiseta negra con un dibujo de una flor gris. Cojo mis sandalias grises y me paro frente al espejo.

Lo que más me gusta de mi cuerpo es mi pelo rubio y mis ojos grises. Lo que menos me gusta, mis curvas. Estoy proporcionada pero no estoy tan delgada como las demás chicas, no soy ninguna barbie.

Decido maquillarme un poco, con el delineador me maquillo el párpado inferior del ojo y me echo rímel. También un poco de corrector, he dormido bien pero soy una persona que normalmente tiene ojeras.

Me seco el pelo y me lo aliso un poco, así se ve más brillante.

Cojo mi bolso y bajo al piso de abajo.

 — Buenos días preciosa, ¿qué tal has dormido? — Me pregunta Tom. Adoro a Tom, es mi hermano mayor, siempre he tenido mucha afinidad con él. Es muy guapo, alto, rubio como yo pero de ojos azules oscuro. Soy la única de los hermanos que tiene los ojos grises, los heredé de mi abuelo.

— Buenos días precioso, bien, y tu qué, ¿dormiste bien?

— Sí, lo que me dejó Sam claro, está muy pesado con una nueva formación que va a salir acerca del marketing en internet. Quiere que vayamos – dice, y me pasa un plato con tostadas y una taza con café.

— ¿Vais a volver a iros? — Pregunto. No me gusta que viajen tanto.

— No lo sé. Aún faltan unas semanas así que ya lo iremos viendo. ¿Lista para tu primer día?

— No, la verdad que no, pero bueno. He de ir. Ahora o nunca. — Me río, en el fondo ya me he acostumbrado a cambiar de ciudad, sé que el primer día siempre es el peor, así que ya me lo tomo con humor.

— Anímate, verás como haces amigos enseguida. Eres muy abierta, muy sociable, sé tú misma y todo irá bien.  — Es un buen consejo. Conmigo no funciona, ser yo misma siempre me ha traído problemas. A veces puedo llegar a ser muy contestona y no tengo filtro a la hora de responder.

— Lo sé, eso haré. Gracias por el desayuno por cierto.

— No me las des, prefiero ver que desayunas aquí. Sé que si no sólo cogerás un café de camino a clase. — Me conoce bien. No suelo desayunar salvo si cocina él. Será por el amor que le pone pero sabe todo mejor, hasta unas simples tostadas.

— Uaaaah (bostezo) — entra Sam en la cocina. Es mi hermano mediano. Me impresiona lo alto que es, más incluso que Tom. Él es castaño claro y de ojos marrones. Es un clon de mi padre.

— Buenos días a ti también. — Le contesta Tom.

— Perdonad, he dormido poco esta noche. Mmm has hecho tostadas, que buenas. — Otra cosa no, pero comer es lo que mejor se le da. Al igual que a Tom, ambos comen muchísimo.

— Normal que tengas sueño, después de la noche que le has dado a Tom.... — Le suelto. Normalmente nos llevamos bien, pero chocamos mucho. Si Tom no pusiera paz entre nosotros más de una vez nos habríamos matado.

— ¿Qué..? — Aún está adormilado.

— Nada, me marcho ya a clase. — Cojo mi bolso y las llaves del coche.

Tom me acompaña a la puerta. — Ten cuidado ¿vale? Esta tarde me cuentas, ten buen día preciosa.

Me encanta cuando me llama preciosa así que yo a él le llamo precioso, sé que también le gusta, es nuestra forma de decirnos que nos queremos. —   Tranquilo siempre tengo cuidado. Tú también ten buen día, precioso. No trabajéis mucho. ¡Adiós Sam!

— ¡Adiós Luna, buen día! — Me responde.

Salgo de casa y oigo como mi hermano cierra la puerta. Debo admitir que lo único que me alegra de ir a clase es coger mi coche, lo cuido como mi bebé. Me costó mucho conseguirlo, un Seat Ibiza. Era blanco y decidí llevarlo al taller y pintarlo azul turquesa, me obsesionaba ese color.

Miro mi reloj, son las 7.30h, perfecto. Llegaré al instituto sobre las 08.00h y me dará tiempo a dar una vuelta por allí.

Entro en el coche, lo arranco y me pongo en marcha. Me doy ánimos a mi misma, pienso, primer día ¡allá vamos!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro