La señora Kim suspiró pesadamente. Sus manos jugaban nerviosas entre ellas rozando los anillos y pulseras que poseía. Sorbió la nariz y se levantó del comedor para ir a la habitación de Sunoo, quién estaba haciendo tarea y escuchando música en su teléfono.

SunWoo ya no era un niño, podía entender todo fácilmente y eso le volvía las cosas más complicadas a la mujer. Había estado practicando desde días antes, planeaba aplazar el tema un poco más pero el doctor realmente le pidió que fuera lo más pronto posible.

Una presión de instaló en su pecho momentáneamente, se detuvo en el barandal de las escaleras y suspiró. ¿Cómo lidiar con una enfermedad?

Retomó sus pasos y, al llegar a la habitación de el chico, pudo divisar desde la puerta al pelinegro escuchando una canción de esas bandas de rock que solía escuchar recientemente. Cantaba animado mientras escribía cosas en su libreta.

Sin dudar mucho, se introdujo a la habitación notando la mirada de el menor.

— Hola, mami.

A pesar de que la adolescencia golpeaba a Sunoo tanto física como mentalmente, él siempre era dulce y respetuoso con ella, siempre le decía cuánto la quería. Con el tiempo ella creyó que pasaría como con algunos otros chicos que generaban resentimiento a sus padres, pero con SunWoo nunca sucedió y agradecía el hecho de criarlo de la mejor y más sana forma que fue posible.

— Hola, cariño — dijo algo incómoda, dio una mirada a la cama y se fue a sentar llamando al chico —. Ven aquí, siéntate con mamá.

Las palabras del doctor se repetían en su mente una y otra vez atormentándola.

SunWoo dejó su lápiz y fue junto a su mamá, que estaba más rara de lo normal. Ella siempre tenía una sonrisa en rostro, de hecho personas ajenas recalcaban lo mucho que de parecían en ese aspecto. Sin embargo era distinto esta vez.

Cuando se sentó a la derecha de la mujer, esta inmediatamente comenzó a acariciar su cabello negro.

— Bebé, tú... Recuerdas que vamos con el doctor cada vez que te sientes mal, ¿no es así? Vamos muy seguido a decir verdad.

Sunoo asintió, era muy propenso a enfermarse, sentirse mal; su tos era muy intensa, su cuerpo dolía, no participaba en educación física ya que su aire se iba muy rápido y se cansaba de sobremanera, además de otras cosas.

— Sí, solemos ir, ¿qué pasa, mamá?

La señora Kim de nuevo sintió que le faltaba el aire, pero se mantuvo constante y sin mostrar algo fuera de lo normal. Tomó las manos del chico.

— Bueno, la última vez que fuimos, la semana pasada el doctor me pidió hablar a solas — SunWoo asintió —... Porque en tus últimos estudios, así como en tus síntomas, hay indicios de una enfermedad ya muy avanzada en ti, como en esas películas que pasan los sábados en la televisión...

Sunoo se quedó quieto unos segundos sin saber bien a qué se refería su madre, hasta que sus ojos se abrieron y a la vez, humedecieron.

"Hemos confirmando que su hijo, señora Kim, presenta un cáncer de pulmón. Es poco probable que un chico de su edad lo tenga, pero al parecer la condición es desde nacimiento y apenas se le fue diagnosticado, así que debemos empezar con tratamientos.
Lo sentimos mucho."