xv. you knew?

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xv
( you knew? )

LAS COSAS ENTRE Harry y Skye no habían mejorado en absoluto. Nunca fueron las personas más unidas del mundo, al menos, para el resto del colegio, pero a Skye le gustaba que en algún punto se hicieron amigos —no solo por el hecho de que él mismo se lo había dicho bastante tiempo atrás, cuando ella estaba en la enfermería a causa de una broma de mal gusto—, sin embargo, hasta la persona más despistada de todo la escuela podría notar que algo iba mal entre ellos. 

Tal vez tendría que ver con esa mañana, en la que la peliplateada y su amiga pelirroja tomaron el desayuno en la mesa de Gryffindor y Harry y Skye discutieron por la última tostada con mermelada que había en la mesa. Skye ganó esa vez, ya que Ronald le dijo que Harry que no valía la pena discutir por eso, pero para la mala suerte de Skye, la mermelada era de moras, aún así se tragó la tostada y no le dirigió una palabra más al niño, a pesar de las malas miradas que le lanzaba. O quizás era por la discusión que tuvieron en clase de transformaciones sobre cual de los dos debía tomar el pupitre al lado de la ventana. Esta vez, ganó Harry, puesto que Susan había arrastrado a Skye a otro pupitre, lástima para Harry, pues esa clase, el sol entraba por la ventana de forma insoportable. 

Los murmullos al respecto no habían faltado, nadie parecía ser capaz de entender la creciente rivalidad entre la chica Carstairs y el famoso Harry Potter. Obviamente, fuese lo que fuese que sucediera, pensaba Skye, toda la escuela se pondría a favor de Harry, incluso si ella no había hecho nada malo. Eso la enojaba mucho más de lo que creyó que podría enojarse con respecto a un tema el cual ya creía tratado y superado. Pero es que le resultaba imposible no enojarse cuando todo el mundo mágico —específicamente hablando de aquel que había sido su amigo y le había dado la espalda por rumores que no eran ciertos— la odiaba por quienes habían sido sus antepasados. 

—Parece que vas a explotar —Neville habló con un hilo de voz, mirando a Skye con cierto temor. La peliplateada no podía apartar los ojos del chico azabache sentado en la mesa en Gryffindor, simplemente quería golpearlo—. ¿Quieres un poco de agua? 

Sin añadir nada al respecto, Neville sirvió en una copa de plata un poco de agua y la puso frente a la niña. Lo cierto era que tenía el rostro tan pero tan rojo que tomar algo frío le vendría bien para bajar un poco el enojo que crecía en su pecho. Skye suspiró pesadamente y soltó el tenedor de plata que había estado apretando con muchísima fuerza, de mala gana tomó el agua que su amigo le había servido. No sabía que estaba sedienta hasta que el líquido toco su boca, tomó toda la copa casi de inmediato y la dejó con fuerza sobre la mesa. 

—Gracias, Nev —miró al castaño y le regaló una sonrisa completamente dulce. El chico se la devolvió. 

Skye observó a su alrededor y frunció el ceño cuando notó que solo Neville había llegado a la mesa de Hufflepuff aquella tarde, cuando Susan, Luke, Neville y ella habían acordado el reunirse en el gran comedor a estudiar, puesto que los exámenes estaban a la vuelta de la esquina y todos necesitaban ayuda urgente del niño rubio que parecía saberlo todo. Skye estaba consiente de que Susan probablemente se hubiese tomado un tiempo para ir a la biblioteca y buscar todos los libros que creía que necesitarían para estudiar, pero no parecía haber una respuesta exacta para la ausencia de Luke. Entonces, decidió preguntarle a Neville, si había una persona que podría darle información sobre Luke Carstairs, en todo Hogwarts, aparte de ella, ese sería Neville. 

—Oye, ¿sabes dónde está Luke? —preguntó Skye, de forma distraída. Con un dedo hacia girar la copa de plata sobre su eje y, con la mano libre, sostenía su barbilla de forma despreocupada—. Es un poco extraño que no esté aquí, ¿cierto? Digo, lo necesitamos para estudiar. Aparte, Luke es muy puntual. 

Neville pareció pensárselo un poco, juntó las cejas e hizo un puchero, como si estuviese tratando de esforzar su cerebro lo más que podía, para recordar alguna palabra que pudiese darles un indicio del paradero de Luke. 

—Hum, no estoy seguro —respondió, aún pensando—. Esta mañana se preocupó un montón porque Calígula no estaba en la habitación. Anoche lloró un poco porque Seamus llenó la silla donde suele dormir, Luke cree que la echaron para no escuchar su llanto. 

—¿En serio? —Skye parecía perpleja—. ¿Estaba en la sala común? 

—Esa es la cosa —respondió Neville, mientras alzaba las cejas y voz se tornaba más al lado preocupado—. Creímos que volvería a la habitación luego de las clases, pero no estaba. Creo que Luke dijo algo sobre salir a buscarla por todo el colegio. 

Skye alzó mucho las cejas, completamente preocupada por lo que Neville acababa de comentarle. ¿Cómo había sido posible que Calígula se perdiera? Aquella gata podría ser fácilmente la felicidad de Luke. El niño amaba a Calígula, simplemente no podía creer lo insensible que tenía que ser el tal Seamos como para echar de la habitación a una pobre gatita y dejarla a su suerte en el castillo que era simplemente gigante. 

—¡Por las tangas del mago Merlín! —Skye tomó sus cosas y las metió lo más rápido que pudo en su mochila, asegurándose de no dejar nada—. ¡Tenemos que ir a ayudarle a buscar a Calígula! No creo que le haya pasado nada grave, pero de igual forma, Luke debe estar muy preocupado. 

Tan pronto terminó de hablar, un niño moreno de primer año de Gryffindor entró corriendo al gran comedor, golpeando las puertas con fuerza y haciendo un gran estruendo, llamando la atención de todos los que estaban allí. Skye detuvo sus movimientos en los que afanaba a Neville a recoger sus cosa y se quedó estática observando al niño moreno que había entrado, como la gran mayoría de personas que estudiaban, hacían deberes o tomaban la merienda dentro del gran comedor. 

—¡Unos chicos de tercero le están dando una paliza a Luke Carstairs! —así como apareció, así salió corriendo y, de repente, un tumulto de estudiantes habían salido por la puerta, corriendo tras el niño moreno. 

Neville y Skye se miraron preocupados. La niña tomó el resto de cosas de Neville y sin preocuparse de guardarlas de forma adecuada, simplemente comenzó a caminar de forma frenética y rápida junto con la multitud de estudiantes. Sintió a Neville tomarla de la túnica para no perderla entre tanta gente. Skye trataba de respirar de forma profunda para tratar de calmarse. Sentía que todo le daba vuelta. 

Skye estaba nerviosa, realmente nerviosa. Simplemente no podía creer lo que el niño había gritado, cuando mencionó el nombre de Luke fue como si el mundo se le viniera abajo, por Merlín. Quizá se había equivocado, quizá no era Luke. Skye rogaba con todas sus fuerzas que no fuese Luke, sentía su corazón latir con muchísima fuerza y los brazos le dolían por la fuerza con la que abrazaba los libros de Neville mientras se abría paso entre todos los estudiantes, podía sentir a Neville colgado de su túnica para no perderla. De cierta forma le agradecía a Neville que no la dejase perderse entre la multitud porque no sabía que sería de ella al llegar al lugar donde se suponía que le estaban dando una paliza a Luke. 

Lo que sintió como una eternidad, por fin llegó a su fin en el momento en que llegaron al patio, los estudiantes comenzaban a formar un círculo donde gritaban cosas como «¡Pégale más duro!» o «Pero, haz algo, ¡defiéndete!» Armándose de valor que no sabía de donde iba sacar, se abrió paso entre todas las personas que se encontraban ahí, para poder estar en primera fila. Tan pronto como pudo ver la situación, sintió que el corazón le dio un vuelco. 

Eran 3 chicos de tercer año, eran 3. Altos, fuertes y 3. Sintió que sus ojos se llenaron de lágrimas al ver como uno de ellos sostenía a un pequeño niño que, a pesar de ser bastante alto para su edad, seguía siendo demasiado pequeño como para enfrentarse a 3 chicos de tercer año. Debido a la impresión que le generaba la escena, Skye dejó caer los libros de Neville al suelo, golpeándose un pie, pero no sintió el dolor que aquello debió haber causado, Skye solo sintió miedo. Un miedo helado al ver el cuerpo de Luke caer con fuerza contra el suelo. 

El niño rubio tenía el pelo desordenado, sangre bajaba de su frente y colgaba de su labio, que luego se vio peor cuando escupió una cantidad considerable de sangre junto con un diente. Luke se arrastró por la hierba, recibiendo una patada en el estómago por otro de los chicos. Skye gritó con toda la fuerza que pudo, pero se perdió con el sonido de los demás gritos. Entonces, vio como Luke se estiró hasta alcanzar su varita, giró sobre su eje y habló:

—¡Expulso, hijo de perra! —el chico que lo había estado golpeando salió volando por los aires, cayendo de forma dolorosa sobre su hombro. Escuchó claramente como se quebró el brazo derecho y Skye arrugó el ceño. 

Los otros dos chicos corrieron a ver como estaba el tercero y Skye corrió hacia Luke con rapidez, dejándose caer a su lado. Con mucho cuidado de apartó el pelo rubio de la frente, ensuciándose las manos de sangre caliente y espesa. Casi se pone a llorar cuando el rostro magullado de su primo la miró, se veía tan herido, que Skye no sabía si podría soportarlo. Quería llorar, ¿cómo era posible que algo así ocurriera? ¿Qué había pasado? Skye retuvo las lágrimas, no quería que Luke pensara que le tenía lástima 

—Ca-Calígula —esforzándose más de lo que debía, Luke logró formularle aquella palabra. Con sus ojos azules señaló a la pequeña bolita de pelos tendida en el suelo. También estaba muy herida y Skye ahogó un grito. 

Neville llegó a su lado y ella pudo pararse y agarrar a la gatita en sus brazos. Calígula lloró con el hecho de que Skye la levantase, también tenía zonas cubiertas de sangre y era obvio que tenía una patita rota. De repente, entre toda la multitud aparecieron la profesora Thorne, la profesora McGonagall y el profesor Snape. La mirada severa de la profesora McGonagall cayó sobre Luke primero y luego sobre el trío de chicos de tercer año. La primera en acercarse fue la profesora Thorne, quién se agachó su observó las heridas de Luke, demasiado preocupada. 

—Lo-logré hacer... —Luke comenzó a hablar, pero tuvo que voltearse para poder escupir más sangre— el hechizo. 

—¡¿Pero qué ha sucedido aquí?! —gritó McGonagall. 

Un chico de los chicos que golpearon a Luke, el que estaba calvo, habló primero.

—¡El chico está loco! —con una mano señaló a Luke—. ¡Comenzó a acusarnos de golpear a la gata esa y luego comenzó a atacarnos con hechizos! —de forma teatral señaló al chico que lloriqueaba por su brazo roto—. ¡Le rompió el brazo con un hechizo! 

Skye agarró a Calígula con firmeza y avanzó un par de pasos, para llamar la atención de la multitud. 

—¡Por favor, guárdate as mentiras! —Skye gritó con desdén, mirando con odio al chico. Volvió a caminar hacia la profesora McGonagall. Cuando llegó a su altura, logró mostrarle a Calígula, que estaba demasiado herida—. Aquí puede ver que Calígula está golpeada y lo más probable es que tenga una patita rota. Aparte, puede ver a Luke y a los chicos de tercer año. ¡Luke ni siquiera puede ponerse de pie! —Skye suspiró—. Pregúntele a quien sea de la multitud, todos vimos como golpeaban a Luke. 

—Muy bien, señorita Carstairs, señor Longbottom, ayuden al señor Carstairs a ir a la enfermería —Skye asintió con la cabeza y caminó hacia donde estaba Luke. Una cabellera pelirroja apareció de la nada, corriendo a toda velocidad hacia donde estaba Luke. 

—¡Skye! —Susan apareció, corriendo—. ¡¿Pero que ha pasado?! 

—No lo sé. 

Susan cargó a Calígula, quién lloró con fuerza al realizarse el movimiento de pasarla a los brazos de Susan. Colgó un brazo de Luke sobre su hombro y Neville otro y los tres caminaron hasta la enfermería. Lo cierto era que Skye podría ir con los ojos cerrados si se lo pidiesen, así que no fue problema el ir por el camino correcto, por otro lado, sentía que todo su cuerpo temblaba de forma inhumana, no solo por el esfuerzo físico de cargar a Luke, sino por los nervios de saber que estaba cargando a Luke y llevándolo a enfermería porque lo habían golpeado hasta ese punto. 

Al llegar, la señorita Pomfrey soltó un alarido de asombro al ver el estado en el que se encontraba Luke. Les pidió que, por favor, lo acostaran con mucho cuidado en la camilla y que por favor le quitasen el uniforme y le pusiesen una pijama que les había tendido. Neville le había quitado la túnica y los pantalones a Luke, mientras Skye soltaba la corbata y desabotonaba la camisa blanca. Deseó el no haberlo hecho, pues cuando abrió la camisa solo pudo ver un conjunto de golpes de colores morados, casi negros, repartidos por todo el pecho y el estómago. 

Ese fue el golpe final. Skye comenzó a temblar de forma violenta, no podía seguir viendo aquella escena. Le dolía en el pecho, en el corazón, en el alma. Le generaba nauseas y sentía que vomitaría el almuerzo si no apartaba la vista, pero tampoco era capaz de hacerlo, ver a Luke tendido sobre esa camilla, inconsciente y completamente golpeado le ponía los pelos de punta y no le dejaba apartar los ojos de la escena. Pronto comenzó a llorar con fuerza, no podía creer que su primo estaba en esas circunstancias. 

¿Por qué? ¿Por qué tenían que haberle hecho eso a él? Luke era un niño demasiado precioso, todo su ser irradiaba luz, Skye no podría soportar si algo realmente grave se desarrollaba de esta situación. Ella sabía que Luke iba a salir bien, sabía que la señorita Pomfrey podría curar sus heridas y tenerlo como nuevo en poco tiempo, pero no podía evitar pensar en lo peor. Susan agarró uno de los hombros de Skye, intentando darle un poco de apoyo moral, pero solo logró que la niña comenzase a llorar con mucha más fuerza. Neville siguió con el trabajo de desvestir a luke para ponerle la pijama, mientras Susan seguí sosteniendo a Calígula en sus brazos. 

Entre sus sollozos escuchó como la señorita Pomfrey le pedía a alguien que ayudase a otra persona a ponerse el pijama, así que Skye miró sobre su hombro solo para ver a los tres muchachos. Se quedó completamente helada, mientras uno de ellos cerraba a la cortina y poco después la abría, dejando ver al chico del brazo roto acotado cómodamente. Uno dijo algo que hizo a los otros dos reír y con eso Skye lo tuvo, caminó con paso decidido hacia ellos. 

—Pero si es la soplona Cars... —pero antes de que el chico pudiese terminar de hablar, lo tomó de su brazo inflamado y morado y lo levantó bruscamente, haciéndole soltar un grito, pero antes de que pudiese alertar a la señorita Pomfrey, le tapó la boca con la palma de la mano. 

Los otros dos se quedaron estáticos sin saber que hacer, pues no podían creer que aquella niña con túnicas amarillas pudiese ser capaz de hacerle daño a alguien. Skye levantó más el brazo de forma muy lenta, causando que el chico cerrase los ojos y se hundiese en el colchón de la camilla. 

—Lo diré una vez, así que escúchenme bien —Skye habló en voz baja pero firme, mirándo a los dos chicos frente a ella y moviendo el brazo un poco más, apretando más la mano en la boca del chico, clavándole las uñas en las mejillas con fuerza—. Le dirán a todo el mundo lo que sucedió, como golpearon a Calígula y a Luke, como se atrevan a decir una mentira más...

—¿Qué? ¿Qué harás tu contra nosotros? —espetó uno, al cual le estaba creciendo el cabello, solo un poco. 

Skye levantó el brazo sobre la cabeza del muchacho, causándole lágrimas, antes de seguir hablando. —Le diré a tía Jane todo lo que hicieron —uno de los chicos alzó una ceja, incrédulo, Skye chasqueó la lengua—. La deben conocer, ¿no? Janette Carstairs, la madre de Luke. Ella se encargará de ustedes sin ningún problema. 

El miedo crispó los rostros de los chicos de tercer año y Skye, a pesar de estar satisfecha, no se sintió nada bien. Soltó el brazo del chico y apartó su mano, alejándose de ellos. Suspiró pesadamente y restregó sus ojos, secándose las pocas lágrimas que le quedaban y levantó la vista. Madame Pomfrey revoloteaba por los alrededores de Luke, revisando sus heridas y golpes, pero los ojos marrones de Susan la miraban fijamente mientras sostenía a Calígula. 

De nuevo, Skye sintió miedo. Aunque Susan no miraba a Skye de forma juzgadora, el rastro de preocupación en sus ojos fueron confundidos por la peliplateada, quién creyó que había perdido a su única amiga y se apresuró a alejarse a paso rápido. Nada en aquel día podría salir peor, realmente, nada. Siguió su camino a la puerta de la enfermería, sin molestarse en mirar hacia atrás, la valentía con la que se había acercado a los chicos se había esfumado y de repente se sentía nerviosa y con ganas de llorar otra vez. 

Alcanzó la puerta, abriéndola y saliendo de aquella habitación, con la mirada en los pies. Cerró la puerta de la enfermería y apoyó la espalda. Estaba poniendo todo lo que tenía para no romperse a llorar de nuevo, le gustaría esperar a llegar a su habitación, saltarse el resto de clases de ese día y encerrarse hasta sentirse lo suficientemente bien para enfrentar a Luke en la enfermería. Solo pudo pensar en que, cuando fue el turno de estar postrada en una camilla, Luke se quedó todo el tiempo posible, no durmió allí solo porque no dejaban a los estudiantes merodear por el castillo. Ella ni siquiera era capaz de mirarle a la cara.

Suspiró una, dos, tres veces para tratar de calmarse y cuando estuvo dispuesta a irse, alguien la tomó de la muñeca. Skye giró la cabeza hacia la persona y el aire se le atoró en la garganta. Abrió mucho los ojos llorosos y miró a Harry Potter con asombro y confusión. Con su otra mano, Harry acomodó sus gafas, utilizando los dedos medio e índice. 

—¿Qué...? —las palabras se atoraron en la garganta de la peliplateada y ella tuvo que pasar saliva y parpadear varias veces para ser capaz de responderle—. ¿Qué haces aquí? 

En realidad, había intentado sonar enfadada, pero su voz había salido bastante temblorosa y se notaba mucho que estaba por ponerse a llorar casi de inmediato. Harry la miró a los ojos y le soltó la muñeca de forma muy lenta, como si no quisiese. 

—¿Cómo está Luke? —Harry rascó su nuca, un poco incómodo por no saber que decir, aparte de eso. 

Skye frunció el ceño completamente confundida, sin entender como por qué razón Harry Potter mostraría el más mínimo interés en el estado de salud de Luke. Pero se recompuso casi de inmediato, cruzando sus brazos y parpadeando varias veces para ahuyentar por completo las pocas lágrimas que aún le quedaban escondidas en sus ojos. 

—¿Te importa? —Skye alzó ambas cejas mientras procuraba en mirar mal a Harry. 

—Claro que me preocupa —respondió Harry, casi de inmediato. Un calorcito se apoderó del pecho de Skye, ¿acaso Harry no los odiaba? Pero tan pronto pensó aquello, quiso golpearse en la cara, era obvio que así era—. Luke es mi compañero de cuarto. 

Skye suspiró, bajando la vista a sus zapatos. Harry era tan complicado que hacía que le doliese la cabeza. En un instante los odiaba por quienes eran sus padres, luego peleaba con Skye y ahora estaba ahí, supuestamente preocupado por como estaba Luke. 

—No está bien —respondió Skye—. Pero lo estará, debe estarlo. Madame Pomfrey lo está curando. 

—¿Y tú? 

—¿Yo qué? —preguntó Skye, sin entender, ladeando la cabeza, frunciendo el ceño y los labios. 

Harry sintió una pequeña sonrisita tironear de sus labios, pero se contuvo. 

—¿Cómo estás?

—Harry —inició Skye con tono preocupado—, a mi no me golpearon. Lo sabes, ¿cierto? 

A pesar de que Harry hubiese creído que aquello era sarcasmo, al ver la expresión preocupada de Skye, entendió que ella lo decía en serio. Quiso reír ante lo adorable que era, pero de nuevo, se contuvo, sin embargo, una pequeña sonrisa creció en sus labios. Harry tuvo que apartar la mirada para tratar de ocultarla. Skye, definitivamente no lo notó. 

—Soy consciente de que no te golpearon —contestó Harry—. Pero no significa que estés bien. Digo, si golpeasen a mi hermana yo no estaría bien, estaría hecho una furia. 

Skye suspiró y miró a Harry ahí, parado, con sus ojos azules brillando de aquella forma antes de que pelearan, antes de que dejaran de hablar, incitándole a que le contara todo lo malo que atormentaba su ser, porque él jamás sería capaz de usarlas en su contra, porque todo Harry prometía estar ahí para ella cuando lo necesitase. Y aunque las voces más profundas de su cabeza le gritaba que no era buena idea, Skye decidió volver a confiar en esos ojos del color del cielo. 

—Yo tampoco estoy bien, Harry. Estoy preocupada, nerviosa, no quiero que nada malo le pase a Luke, pero más que eso, estoy enojada. Enojada porque no es justo, Harry, no lo es. ¡Por Merlín! ¿Por qué Luke tiene que sufrir tanto por ser quién es? No está bien. ¡El es como un sol! Es brillante y cálido y es la mejor persona que conozco. Es inteligente, gracioso y amable. ¿Por qué tienen que hacerle tanto daño? —Skye tomó aire para seguir hablando—. Oh, y no mencionemos que, no solo le hacen daño a Luke, también tienen que hacerle daño a Calígula. ¡Esa pobre gatita no le hizo daño a nadie, por amor a las tangas de Merlín! 

—¿A Calígula? —preguntó Harry. 

—Sí, todo fue porque Luke quiso defender a Calígula de aquellos chicos —Skye bufó y desvió la mirada hacia la puerta de la enfermería, quería volver y golpear a todos aquellos idiotas. 

—Porque Calígula estaba perdida —Añadió en voz baja. De repente, Harry se puso pálido y Skye le miró confundida—. Seamus sacó a Calígula del cuarto porque no paraba de llorar...

—Espera —Skye frunció mucho el ceño—. Eso es solo una suposición de Luke, no sabemos qué pasó con exacti... 

Skye se detuvo. Harry se tensó. Skye le miró como si las cosas tuvieran sentido. Harry bajó la mirada mientras su rostro se ponía más blanco que una hoja de papel. Skye retrocedió dos pasos. Harry se mantuvo estático. 

—¿Tu lo sabías? —Skye habló en tono acusador—. ¿Tu sabías que fue Seamus planeaba sacar a Calígula del cuarto? 

—¡No! No, Skye, no. Las cosas no son así —Harry se apresuró a negar con la cabeza, casi de forma frenética—. Yo lo escuché porque me levantó cuando chocó con mi cama, no sabía que ese era su plan. 

—¡Peor! —Skye levantó las manos sobre su cabeza y miró a Harry con muchísimo odio—. Lo sabías porque lo escuchaste. ¡Y no hiciste nada para detenerlo! Eres como todos los demás, ven y escuchan como le harán daño a las personas y, en vez de hacer algo, simplemente se sientan a ver. 

—No hables mucho, Skye —se quejó Harry—. Tampoco es que hayas hecho mucho cuando te paraste en la multitud a ver como golpeaban a tu primo. 

Skye se quedó paralizada. Miró fijamente a Harry a los ojos. Lo sabía, Skye sabía que no debía confiar en Harry, a pesar todo, ella había creído de nuevo en el brillo de sus ojos. Suspiró, tratando de calmarse. Ignorando por completo la presencia de Harry, caminó de vuelta a la enfermería, pero justo antes de abrirla, miró al azabache una última vez. 

—Me vuelves a dirigir la palabra, Potter, y te juro que te vuelo todos los dientes —y entró de vuelta a la enfermería. 

Dentro, los tres del tercer año la miraron de reojo y se tensaron notoriamente. Susan, que todavía cargaba a Calígula, apartó la mirada de la explicación que le daba Madame Pomfrey a ella y a Neville sobre como debían llevar a la gatita a la cabaña de Hagrid y miró a Skye. Sus ojos cafés brillaron con alivio al ver que había vuelto y excusándose, caminó hacia ella. 

—¿Estás bien? —Susan preguntó—. Escuché unos gritos afuera, pero no sabía si debía interrumpir. Por favor, dime que estás bien. 

Y aunque Skye sentía que su corazón había sido roto en pedacitos de nuevo, por creer que ideas fantasiosas sobre como Harry Potter podría quererlos a ella y a Luke sin problemas, ella asintió con la cabeza y se sintió mucho mejor cuando Susan respiró aliviada. Aún Skye hubiese hecho algo terrible, Susan no la había abandonado y eso valía más que cualquier amistad con Potter. 












i mean, harry no deja de cagarla??? nop, nunca

we que capítulo tan triste, luke y calígula mis protegidos. eso me lleva a la siguiente cosa que quería consultar, a ustedes les gustaría que fuese escribiendo la historia de Luke antes o después de terminar el primer acto de Skye? porque ya no falta mucho para terminarlo (creo) entonces no sé qué quieren que haga

anyways, ese cap me costó mucho porque luke es mi niñito dorado y lo amo tanto que no puedo hacerle daño * procede a escribir un capítulo donde le caen a palos * espero que hayan podido disfrutar un poco, menos la parte de luke (todo el cap ahre)

les amo un montón <3 

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