xiv. will you write me?

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xiv.
¿me escribirás?








Los últimos días de curso pasaron con sorprendente rapidez para Brigid, a la que solían hacérsele más lentos y pesados de lo normal.

Antes de lo que pensaba, ya se encontraba en el Expreso de Hogwarts, lista para regresar a casa para pasar las vacaciones de verano. Había recibido las notas el día antes y había conseguido calificaciones realmente altas en la mayoría de las asignaturas, más de lo que esperaba en muchas de ellas.

Cedric había aprobado varios TIMOs con buena nota también.

Y aunque le alegraba haber terminado por fin con las clases, las tareas y los exámenes y poder pasar las próximas semanas sin hacer nada, simplemente disfrutando de la tranquilidad de las vacaciones, una preocupación comenzaba a aparecer en ella.

¿Seguiría teniendo amigos después del verano?

Era algo que asustaba más a Brigid de lo que le gustaba admitir.

La respuesta a aquella pregunta llegó pronto, cuando Harry, entrando con Ron, Prim y Hermione en el compartimento que ella sola ocupaba, se sentó a su lado y preguntó:

—Me escribirás, ¿no? —Sonaba seguro, pero él nunca admitiría que le preocupaba aquello—. El verano es largo y supongo que tendrás algún momento para pensar en tu pobre amigo Harry. ¿O estará demasiado ocupada haciendo quién sabe qué, señorita Diggory?

Brigid rio.

—Creo que tendré bastante tiempo para escribir, sí. El verano es largo.

—Y tanto. Pero estoy deseando que lleguen los Mundiales de Quidditch —comentó Ron, suspirando—. Ojalá mi padre consiga entradas.

—Tío Jason está en ello —añadió Harry—. Seguramente se las den, casi todos los del Ministerio terminan consiguiendo... Podremos llevaros a vosotras dos, además, tío Jason me dijo que no le costaría mucho conseguir dos.

—¡Genial! —exclamó Prim, con animación—. Dios, será increíble. Tu padre tendrá también entradas, ¿no, Bree?

—Eso espero —asintió ella.

Los cinco jugaron varias partidas de snap explosivo para pasar el rato, compraron golosinas del carrito —casi todos evitaron el chocolate, pero Brigid no pensaba renunciar a él por unos cuantos dementores—, hablaron de lo que esperaban hacer en vacaciones y recibieron una agradable sorpresa, especialmente para Harry.

—Harry —llamó Brigid, que fue la primera en notarlo, al estar mirando por la ventana—, ¿qué es eso de ahí fuera?

Harry se volvió a mirar. Algo muy pequeño y gris aparecía y desaparecía al otro lado del cristal. Se levantó para ver mejor y distinguió una pequeña lechuza que llevaba una carta demasiado grande para ella. La lechuza era tan pequeña que iba por el aire dando tumbos a causa del viento que levantaba el tren. Harry bajó la ventanilla rápidamente, alargó el brazo y la cogió. Parecía una snitch cubierta de plumas. La introdujo en el vagón con mucho cuidado. La lechuza dejó caer la carta sobre el asiento de Harry y comenzó a zumbar por el compartimento, contenta de haber cumplido su misión. Hedwig dio un picotazo al aire con digna actitud de censura. Crookshanks se incorporó en el asiento, persiguiendo con sus grandes ojos amarillos a la lechuza. Al notarlo, Ron la cogió para protegerla.

Harry recogió la carta. Iba dirigida a él. La abrió y gritó:

—¡Es de Sirius!

—¿Qué? —exclamaron Prim, Ron y Hermione, emocionados—. ¡Léela en voz alta!

Brigid no dijo nada, pero esperó pacientemente a que Harry comenzara a leer la canta de su padrino, tan ansiosa por saber cómo estaba como los demás.

Querido Harry:

Espero que recibas esta carta antes de llegar a casa de Jason. No es que tenga nada contra él, simplemente es que sé que debe estar deseando golpearme, así que prefiero ser prudente.

No voy a negar eso último —comentó Harry, pausando la lectura—. Aunque creo que está más furioso ahora mismo por lo de Remus. ¿Sabéis que amenazó con llevar el caso ante el Wizengamot? Pero Remus se negó.

—¿Le has escrito desde que se fue? —quiso saber Prim.

—Está bien, se va a quedar unos días en casa de tío Jason para pasar los primeros días de verano con nosotros y tía Mary. Tío Jason dijo que ella tiene una gran sorpresa para nosotros, me pregunto qué será... En fin, será mejor que siga leyendo.

Buckbeak y yo estamos escondidos. No te diré dónde por si ésta cae en malas manos. Tengo dudas acerca de la fiabilidad de la lechuza, pero es la mejor que pude hallar, y parecía deseosa de acometer esta misión.

Creo que los dementores siguen buscándome, pero no podrán encontrarme. Estoy pensando en dejarme ver por algún muggle a mucha distancia de Hogwarts, para que relajen la vigilancia en el castillo.

Hay algo que no llegué a contarte durante nuestro breve encuentro: fui yo quien te envió la Saeta de Fuego, igual que la serpiente de Altair y el medallón de Vega.

—¡Ja! —exclamó Hermione, triunfante—. ¿Lo veis? ¡Os dije que era de él!

—Sí, pero él no la había gafado, ¿verdad? —observó Ron—. ¡Ay!

La pequeña lechuza, que daba grititos de alegría en su mano, le había picado en un dedo de manera al parecer afectuosa.

Aslan llevó el envío a la oficina de correos. Utilicé tu nombre, pero les dije que cogieran el oro de la cámara de Gringotts número 711, la mía. Por favor, considéralo como el regalo que mereces que te haga tu padrino por cumplir trece años.

Vaya, eso explica por qué Vega recibió una notificación de Gringotts —comentó Harry.

—¿En serio le avisaron? —se sorprendió Prim.

—Sí, es la titular de la bóveda... Pero Nova, Susan y yo quemamos la carta. Creímos que no necesitaba un problema más. No se lo digáis, ¿vale?

También me gustaría disculparme por el susto que creo que os di a Vega, Altair y a ti aquella noche del año pasado cuando abandonaste la casa de Jason. Sólo quería veros antes de comenzar mi viaje hacia el norte. Pero creo que te alarmaste al verme.

¿Alarmarnos? —repitió Harry, divertido—. Nova quería adoptarlo, incluso intentó llevárselo a casa.

Los otros cuatro rieron.

Te envío en la carta algo que espero que te haga disfrutar más el próximo curso en Hogwarts.

Si alguna vez me necesitas, comunícamelo. Tu lechuza me encontrará. Aunque me quedo más tranquilo sabiendo que, incluso sin mí allí, tú y mis chicas seguiréis juntos, y contáis con la ayuda de Remus, Jason y Mary. No sabes lo feliz que me hace eso.

Volveré a escribirte pronto.
Sirius

Harry se quedó unos segundos con la carta en la mano, en silencio. Una sonrisa apareció en su rostro, antes de volver a mirar en el sobre y sacar un trozo de pergamino de él.

Lo leyó rápidamente y se lo pasó a Brigid, que era quien más cerca tenía. Ésta, curiosa, leyó:

Yo, Sirius Black, padrino de Harry Potter, autorizo por la presente a mi ahijado a visitar Hogsmeade los fines de semana.

—Ya no tendrás que traerme cosas de Honeydukes, Bree. Esto le bastará a Dumbledore —dijo Harry contento. Volvió a mirar la carta de Sirius—. ¡Un momento! ¡Hay una posdata...!

He pensado que a tu amigo Ron tal vez le guste esta lechuza, ya que por mi culpa se ha quedado sin rata.

Ron abrió los ojos de par en par. La pequeña lechuza seguía gimiendo de emoción.

—¿Quedármela? —preguntó dubitativo. La miró muy de cerca durante un momento, y luego, para sorpresa de los otros cuatro, se la acercó a Crookshanks para que la olfatease.

—¿Qué te parece? —preguntó Ron al gato—. ¿Es una lechuza de verdad?

Crookshanks ronroneó.

—Es suficiente —dijo Ron contento—. Me la quedo.

—¿Qué haréis al final con Crookshanks? —preguntó Prim, curiosa—. O Aslan, como prefiráis llamarle.

—Harry se lo queda —comunicó Hermione, pillando por sorpresa a Brigid—. No me parece justo que se quede conmigo sabiendo de dónde viene... Además, creo que se lleva mejor con él que conmigo.

Crookshanks corroboró esas palabras saltando sobre el regazo de Harry, que rio y le acarició la cabeza. El gato ronroneó.

—Sabes que puedes quedártelo si quieres, Hermione —recordó el chico.

—Creo que estará mejor contigo —respondió ella, sonriendo.

Harry leyó y releyó la carta de Sirius durante todo el trayecto hasta la estación de King's Cross. Todavía la apretaba en la mano cuando él, Brigid, Prim, Ron y Hermione atravesaron la barrera del andén nueve y tres cuartos.

Harry localizó enseguida a tío Jason. Estaba de pie, a buena distancia de los padres de Brigid, junto a tío Remus y tía Mary. Susan y Nova ya estaban con ellos.

—¡Te llamaré por los Mundiales! —gritó Ron a Harry, al despedirse de ellos.

Brigid miró a Harry, dudando. Él se echó a reír y la abrazó con fuerza.

—Nos veremos en los Mundiales, y no es una pregunta —dijo, con seriedad. Brigid sonrió—. Si por cualquier cosa tu padre no puede conseguir entradas, avísame. Iremos juntos. También podemos conseguirle una a tu hermano, ahora que él y Vega son novios o algo así, ¿vale? Pero vamos a ir y será increíble.

Brigid rio.

—¿Tengo posibilidad de elegir? —preguntó, en broma.

Nop —rio Harry.

—En ese caso, me alegra estar de acuerdo contigo —comentó Brigid.

Harry sonrió.

—Cuídate, Bree, y no te olvides de escribir.

—No lo haré —prometió ella—. Cuídate tú también, Harry. Nos veremos en los Mundiales, o puede que antes, con suerte.

Harry hizo una ridícula reverencia hacia ella, antes de correr con su familia. Brigid se quedó atrás, riendo, para luego marcharse con sus padres y su hermano.

A la primera persona que abrazó fue a tía Mary. ¿Hacía cuánto que no la veía? Fue al hacerlo cuando notó algo importante.

—Oh, por Merlín —exclamó—. Dime que no es un primo nuevo. Bastante tengo con Nova.

—De hecho... —Mary sonrió—. No es uno, son dos.

—Esperemos que no sean como los que vinieron por delante —comentó tío Jason, bromista.

Harry miró a Nova y Susan, para asegurarse de que no le estaba engañando. Las dos parecían sorprendidas, aunque no tanto como él.

—¿Alguna idea para nombres? Porque yo tengo varias —comentó Harry—. ¿Cómo está Reg, por cierto?

Reginald Cattermole, pareja de Mary desde hacía ya varios años, había estado viviendo con ella en Estados Unidos hasta unos meses atrás, cuando regresaron a Inglaterra sin motivo aparente. Harry ya sabía por qué: Mary estaba embarazada.

Aquello resultaba algo emocionante, incluso después de haber sobrevivido a un centenar de dementores.

—Había pensado en Maisie y Ellie... También tengo decididos los segundos nombres, aunque se admiten sugerencias —añadió, viendo que Nova se preparaba para discutir.

—Esta sí es una buena sorpresa —comentó Harry, sonriendo—. ¡Espérate a ver las caras de Vega y Jess!

—Y la de mi padre —añadió Nova, en voz más baja—. Por Merlín, será increíble. ¿Creéis que podremos verle este verano?

—Espero que sí, Nova —dijo Remus, sonriendo un poco—. Pero no sabemos aún.

—Susan y Jess no le conocen, creo que solo por eso ya deberíamos verle —opinó Nova.

Jason sonrió.

—Ya veremos, Nova, ya veremos. Ahí vienen Jessie y Vega. ¿Preparados para darles una buena sorpresa?

Y con las exclamaciones de alegría de las dos mayores, Harry dio oficialmente inicio al verano.

El comienzo de las vacaciones no podía haber sido mejor: tía Mary de vuelta, la noticia de las dos primas que venían en camino y otra sorpresa que tío Jason les tenía reservada. ¡Irían a los Mundiales!

Harry y Nova casi se pusieron a dar saltos de alegría alrededor de la estación.

Felicity apareció para gritar de alegría en su oído, junto a Nova, y empezar a decir nombres que podría sugerirle a Mary para las pequeñas.

Mientras se dirigían a la salida de la estación, Harry vio a Brigid con sus padres y su hermano, varios metros por delante. Amos palmeaba la espalda de Cedric alegremente, mientras Brigid caminaba junto a su madre.

Harry no pudo evitar recordar el boggart de la chica.

Ella se giró y le vio. Una sonrisa apareció en los rostros de ambos. Harry sacudió la mano en su dirección y ella le respondió.

Aquel curso le había traído todo tipo de experiencias a Harry. Pero, si estaba seguro de algo, era de que Brigid Diggory había sido la mejor de todas ellas.

Con la promesa de escribirse y verse pronto, Harry sacudió una vez más la mano en su dirección, antes de verla salir de la estación y perderla de vista.

—¿A quién saludabas? —preguntó tía Mary, curiosa.

Harry sonrió.

—A Brigid Diggory; una amiga.

Aunque aquella palabra significaba mucho más de lo que Harry aún sabía.







FIN DEL PRIMER ACTO




















POR FIN ACABÓ EL PRIMER ACTO YEI

no saben lo que me costó JSJSJSJS pero estoy súper emocionada

anyways, gracias por los que siguieron a bree y harry hasta aquí, aún tienen mucho más que contar y su historia no ha hecho más que empezar gg

pronto subiré el apartado del segundo acto, prepárense porque cuarto se viene con todo :)

ale.

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