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¿Tanto miedo tiene? Era lo que se preguntaba Jungkook al sentir el cuerpo de su esposo temblar. Tuvo la necesidad de acercarse a él y abrazarlo por detrás, tenía las manos heladas cuando Jimin se aferró a su brazo.

—Jimin, no te haré nada —susurró -- .Tranquilo.

—N-No es eso...

—¿Es por la tormenta?

—Si... —confesó—. Detesto el sonido que hace al chocar las ventanas, lo detesto.

Jungkook lo apegó más a su cuerpo, sintiendo un escalofrío que recorría el cuerpo entero de Jimin.

—¿Por qué? —preguntó en voz baja.

—El accidente... Esa noche... E-en la que mis padres murieron... —la voz de Jimin era intranquila, con los nervios a flote—. Hubo una tormenta, como la de hoy... muy fuerte. Papá perdió el control y...

—¿Estabas con tus padres aquella noche?

—En el asiento trasero. Cuando pasó las ventanillas se reventaron y el viento sonaba muy fuerte. La lluvia... Yo... Yo tenía mucho miedo, mucho frío —continuó en voz baja—. Sabía que estaban muertos y yo estaba solo... atrapado...

Un nudo en la garganta se le formó al escuchar el tono de voz de Jimin. Nunca le había contado ese momento, que él estaba ahí.

—Lo siento, cariño.

—No es culpa tuya.

Jimin cogió la mano de Jungkook y la acarició. Ambos se quedaron en silencio por unos minutos.

—Gracias —susurró.

Aunque su cuerpo seguía temblando. Pudo regular su respiración y el latido de su corazón. De alguna manera, Jungkook lo hacía sentir protegido en esos momentos.

—Me gusta esta faceta de ti.

—¿Al verdadero Jungkook?

Jimin asintió.

—Creo... creo que eres más de lo que permites que la gente vea. Más de lo que te permites ver a ti mismo. Con el tiempo voy conociendo al Jungkook verdadero.

—¿Cómo es mi verdadero yo? —preguntó, queriendo saber acerca de lo que pensaba su esposo de él, de lo que sentía.

—Fuerte, competente, cariñoso. Sabe escuchar y tiene mucho talento... Amable.

—Ves cosas que no existen.

—Sí que existen, pero todavía no estás preparado para verlas. Pronto las verás.

Jungkook se quedó en silencio, mirándolo y buscando una palabra para describir a Jimin. ¿Cómo podría decirle? Su esposo tenía un alma bondadosa, él era angelical.

Pronto una fuerte racha de viento azotó las ventanas, haciendo un gran ruido. El cuerpo de Jimin se tensó y tembló más. Jungkook se inclinó hacia él y lo besó. Fue un beso tierno, apenas un roce de sus labios. Los del menor se estremecieron, sumisos, bajo la postrada e indigna boca de Jeon. Lo besó con delicadeza.

Cambió de postura y acunó a su Jimin sobre su pecho.

—Duérmete, cariño. Estás a salvo, nada te hará daño. Te lo prometo.

—Nunca he dormido con alguien así, Jungkook.

—Yo tampoco, Jimin. Eres la primera persona que está conmigo en esta cama.

—Ah...

—Nunca he traído a alguien más aquí. Es como mi santuario, pero ahora estás aquí. Ahora puede ser tuyo, puede ser nuestro. —beso un corto beso en su frente—. Duerme. Yo te protejo, cariño.

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