Mis ojos se abrieron de golpe. Mi respiración y mi corazón estaban agitados a causa del sueño. Todo se había sentido tan real. Unos golpes en la puerta interrumpieron mis pensamientos. Debía de ser temprano, pero los rayos del sol habían empezado a colarse por la ventana. Iluminaban una habitación muy diferente a la que estaba acostumbrada a ver todas las mañanas desde que tenía memoria y cuyas paredes eran blancas y estaban vacías.

Cuando abrí la puerta me encontré a Rina con su habitual traje negro. Sus ojos verdes se clavaron en los míos.

—Morgan os espera en la Sala del Consejo. Será mejor que te des prisa, no le gusta que la hagan esperar.

Dicho eso, se dio la vuelta y se fue por el mismo lugar por el que había venido. La seguí con la mirada hasta que dobló la esquina del pasillo. La noté especialmente distante esa mañana. ¿Le habría sucedido algo?

Cerré la puerta y volví al interior de mi habitación. Me dirigí al armario y lo abrí. La ropa era muy similar y en cierto modo, coincidía con aquel lugar. Escogí un vestido negro de manga corta y con cuellos blancos. Me puse las botas, me cepillé el pelo y miré mis ojos en el espejo. Eran de un verde brillante, casi eléctrico. Aparté la mirada y salí de mi habitación para dirigirme a la Sala del Consejo. Mi corazón volvió a acelerarse al pensar en qué tendría que decirnos esa mujer.

Morgan.

***

Cuando llegué a aquel lugar enorme sólo faltaba Gwen. Moira me sonrió y movió la mano para que fuera adonde estaba ella.

—No estés nerviosa. Sólo va a hablar de esta noche y de las siete pruebas.

Justo en ese momento, Gwen entró por la puerta y ésta se cerró de golpe tras ella. Cuando ocupó su lugar en el círculo, Morgan se materializó en el centro del círculo. Llevaba un traje negro aterciopelado y sus labios seguían pintados de un rojo intenso. Su pelo rubio estaba recogido en un moño y cuando mis ojos se encontraron con los suyos, sonrió.

—Hoy será el comienzo de un nuevo y brillante futuro para una de vosotras que pasará a convertirse en mi sucesora. ¿No estáis ansiosas?

—Sí, pero estoy segura de que más de una de nosotras debería de estar fuera de esta competición—murmuró Phoebe.

—Quedar descalificada no es tan sencillo—respondió cruzándose de brazos—.Nos hemos reunido hoy para hablar de la prueba de esta noche y de las siete pruebas a las que os someteréis para poder llegar a ocupar mi puesto. Las siete pruebas son siete actos de magia avanzada. Estos identifican quién es la bruja suprema y le otorgan la magia más fuerte y una perfecta salud. Debéis realizar las siete pruebas y ser capaces de ejecutar cada poder uno tras otro, con el objetivo de dominar los siete—nos miraba con detenimiento—.Al completar la última prueba, sólo una irradiará energía pura como señal de su ascenso a la supremacía.

—¿Y qué pasaría si alguna de nosotras no es capaz de realizar alguna de las pruebas? —preguntó Ruby con apenas un hilo de voz.

—La bruja que no sea la heredera de la supremacía lo hace bajo su propio riesgo, ya que puede morir en el intento o debilitarse. Sólo hay una suprema por generación.

—¿Significa eso que si alguna de nosotras no es capaz de superar una prueba podría...?

—¿Morir?—contestó—.Por supuesto. Esto no es un juego—afirmó—.Y ahora, si me dejáis terminar, me gustaría hablar de las siete pruebas, pues la primera tendrá lugar dentro de cuatro días. Comenzareis con "telequinesis", la habilidad de darle movilidad a la materia con la mente. La segunda prueba será "concilium", el control mental. Este don otorga la capacidad de imponer la propia voluntad sobre otra persona.

El silencio se cernía sobre nosotras y en mi estómago comenzó a instalarse una sensación desagradable.

—Vuestra tercera prueba—continuó—será "adivinación", la habilidad para predecir y obtener conocimiento directo o indirecto sobre un objeto, persona, lugar o evento. La cuarta prueba será "transmutación", el poder de moverse instantáneamente de un lugar a otro. Es lo que conocéis como teletransportación. La quinta prueba será "piroquinesis", la capacidad de crear y controlar el fuego—sus ojos se posaron en mí, haciendo que esa sensación en mi interior creciese—. Vuestra sexta prueba será "vitalum vitalis", el don de manipular y usar la fuerza vital para varios propósitos y la última será "descensum".

—En la última tendremos que...—comenzó Cora, pero Morgan la interrumpió.

—Viajar astralmente a vuestro infierno personal. Entrar es fácil, pero salir no tanto. Una vez dominado permite entrar y salir astralmente del inframundo y del plano etéreo y al completar las siete maravillas, la magia de la nueva Bruja Suprema crecerá superando la habilidad de las demás—dicho eso, se cruzó de brazos y nos sonrió—.Pero no os preocupéis, todavía quedan cuatro días para la primera prueba. Ahora centrémonos en el tema que nos interesa. Hoy, siete brujas y siete brujos pasarán juntos la noche de luna llena conocida como la Noche de Brujas. Debéis encontrar una estrella de cinco puntas y llevarla de vuelta al cofre que se encuentra en el lugar de partida, en el centro del bosque. Los primeros en lograrlo obtendrán una recompensa—extendió los brazos a ambos lados—.¿Estáis listas para conocer a vuestra pareja?

Antes de que le diésemos una respuesta, siete chicos entraron por la puerta y mi mirada se cruzó con unos ojos que ya conocían.

—Estos son los siete mejores brujos que posee la academia—los ojos de Phoebe iban de un chico a otro—.Adam, Asher, Caleb, Cody, Jackson, Eric y Kai—el chico de ojos azules asintió y miró a Morgan—chasqueó los dedos y a su lado apareció aquel oráculo del que Gwen me había hablado—. Todo lo que suceda a partir de ahora será cosa del destino.

Morgan empezó a mover las manos sobre la bola y yo cerré los ojos.

—Gwen y Cody. Cleo y Jackson. Moira y Caleb. Ruby y Eric. Cora y Adam. Phoebe y...

—No hace falta que lo digas—una sonrisa surgió en el rostro de Phoebe—.Estoy deseando volver a estar a solas contigo Kai...

—Asher—Phoebe abrió la boca, sorprendida—Nina y Kai.