2. Mozart y bicicletas.

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La ópera resonaba por toda la estancia, llenando el ambiente de euforia y frenesí, los intérpretes recitaban sus versos y la inmaculada música de Mozart impregnaba las paredes con su vibrante sinfonía. Una vela de incienso a medio consumir perfumaba aquella habitación llenándola de un exquisito aroma. "la flauta mágica" inundaba de romance y lírica la psiquis de Daniel, sumergiéndolo en un exquisito y trémulo sueño.

Para Daniel no existía mayor goce que aquel. Disfrutar de la paz mañanera, que le brindaba aquella música de los cielos y la clara composición de un prodigio. Su calma se vio perturbada por el constante golpeteo de la puerta, adivinó con gran éxito el creador de tan molesto ruido. Su hermano gemelo Ismael, golpeaba con tal crudeza la madera que sin lugar a dudas terminaría por romperla. Con miedo a que ocurriera aquel escenario Daniel abrió de un tirón la puerta para interceptar a su fastidioso hermano.

-¿Qué deseas Meme? -pregunto con cierta molestia.

-¿Enserio Dany? ¡Sabes que odio ese apodo, búscame otro!

-¿Por qué? -Inquirió divertido- Te queda genial.

-Es muy tonto.

-Sí claro, Meme, deja tus chillidos y dime que quieres.

-Cierto, mamá dice que se te hace tarde, Mozart.

-Ya salgo.

-Otra cosa, te vas solo para el cole.

-¿Con quién te vas?

-Ya sabes, mi pandilla vino por mí, así que adiós.

Ismael se alejó por el pasillo dejando a Daniel completamente solo, esté silenció la música y serró la habitación tras de él. Le esperaba un día muy ocupado. Entro en la cocina, preparo algo de comer y se marchó, despidiéndose antes de su madre.

Antes él y su gemelo compartían todo. Iban para todos lados juntos, pero las cosas cambiaron desde que su hermano se cree líder de una pandilla, más bien, eran un montón de niños jugando a ser malos. Daniel lo encontraba tonto, por esa razón prefería estar solo y recorrer la ruta al instituto en bicicleta.

Llegó pocos minutos después al campus. Era una escuela hermosa donde se impartían primaria y secundaria. El área de los más pequeños tenía un parque con columpios, toboganes, etc. Mientras el área de los adolescentes estaba repleta de bancos y mesas donde podían conversar, dispuestos de una forma en el flujo de personas no era agobiante. Tenía dos canchas de básquet a cielo abierto y una gran explanada que servía para juegos improvisados de futbol, voleibol y beisbol.

El error más común de los forasteros era pensar que el pueblo era pequeño, pero con el auge turístico y el crecimiento económico mucho habían migrado hacia aquel paraíso. Por esa razón la feria escolar de ese día tenía una gran cantidad de alumnos corriendo por los pasillos como caballos desbocados. Esta era una feria estudiantil celebrada todos los años para dar inicio al mes de la patria y era organizada por los chicos de grados superiores y el directivo de la escuela. A Daniel le fascinaba la feria, hasta que ingresó a los grados superiores el año anterior y le toco vender golosinas en el área preescolar. Fue una total pesadilla, este año por suerte le tocaría el puesto de comida en la cancha de básquet. Eso era mucho más seguro.

El muchacho recorrió los pasillos con parsimonia adentrándose en la sala que el consejo estudiantil usaba para sus reuniones. Allí la presidenta y sus demás compañeros le esperaban molestos: "tal vez mucho tiempo de Mozart" pensó.

-¿Se puede saber por qué tardaste tanto? -gruño dicha presidenta.

-Disculpen chicos, de veras no quise atrasarme.

-Si te vas a comportar como el irresponsable de tu hermano te voy avisando que no firmaré tus créditos.

-Eso no sucederá.

-Bien, ya que todos nos encontramos aquí que inicie la sesión.

En pocos minutos los jóvenes habían organizado sus trabajos y determinado todas las tareas. Daniel había terminado encargado del área de refrescos en el puesto de comidas, en las primeras horas todo estuvo tranquilo. Unos clientes aquí otros por allá. Pero todo se complicó cuando dieron inicio al partido de básquet y los clientes se amontonaron para comprar refrescos y comida chatarra. A las nueve de la mañana el hielo se había terminado y todos esperaban sus pedidos.

-¿Qué hacemos? -le pregunto su compañero a Dany.

-Buscaré a Fabiola ella sabrá cómo resolver esto.

Daniel se dispuso a buscar a su jefa y la encontró regañando a los encargados de la decoración por haber olvidado una escalera en medio del pasillo, cuando esta divisó al castaño se mostró fastidiada.

-¿Ahora qué quieres?

-Necesitamos más hielo.

-¿A caso después de mí nadie piensa en esta escuela? -increpo molesta.

-Sé que estas hostigada pero tenemos que resolverlo.

Ella suspiro liberando la tensión y le entrego un carnet, diciendo: -Toma esto y dinero de las ventas, iras a la tienda y traerás todo el hielo posible. Podrás salir con el carnet. ¡Ve ahora!

Con la presión de los clientes y de Fabiola, Daniel decidió correr a gran velocidad en la bicicleta; lo que no esperaba era que, una chica flacucha y menuda se atravesara en la trayectoria. Penosamente por más que frenó choco con esta muchacha, saliendo el disparado hacia delante y ella siendo golpeada por aquel fierro viejo llamado bicicleta.

Así fue como Daniel y Micaela terminaron tendidos en el suelo.

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