🥀Diesiciete🥀

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Realidad Alterna...

Sentía su cabeza dar vueltas sin parar, el calor en su cuerpo lo sofocaba y el sudor en su piel lo sentía caer en la suaves sábanas de la cama en la que estaba acostado.

Se sentó rápidamente provocándose mareo, la cabeza le punzaba y en sus oídos están presente un pequeño zumbido que lo aturdía.

—¿En dónde estoy? —se preguntó a él mismo viendo la habitación extraña.

Jimin se levantó de la cama viéndose solamente en ropa interior, buscó por todos lados su ropa pero no la encontró, al fondo de la habitación vio unas enormes puertas, caminó hacia el enorme guardarropas viendo cientos de trajes y algunas prendas deportivas, cerró sus puertas y se dirigió al baño dándose una rápida ducha. Agarró del guardarropa las prendas deportivas y se vistió quedando descalzo, caminó por el pasillo sintiendo el cosquilleo de la alfombra en sus pies.

Su cabello revuelto aún goteaba agua, resbalaba por su rostro mojando los hombros de la sudadera, reconoció el olor en las prendas recordando todo lo del día anterior.

Su cuerpo aún se sentía caliente por su celo, pero no tanto como antes, quizás el alfa le había dado supresores para inhibir su celo. Estaba perdido, aquella casa era más grande que la suya y se sintió como un tonto por estar en esa situación. A lo lejos escuchó el golpe de una puerta al cerrarse con fuerza y como pasos se dirigían a él a sus espaldas. Se volteó y pudo ver fijamente a los ojos gatunos del alfa.

—B-buenos días —saludó el omega sintiendose pequeño a su lado.

Yoongi lo observaba sin emoción alguna en su rostro; sin embargo por dentro se preguntaba cómo es que el pelirosa se podía ver tan sexy con su ropa puesta, el buso le cubría sus pies de lo largo que le quedaba, las mangas cubrían sus manos y la sudadera le llegaba hasta los muslos. Era la combinación perfecta entre sexy y tierno.

—¿Te sientes mejor?

—Un poco. Te agradezco por lo de ayer —sus manos sudaban, daba gracias alas mangas que las cubrían —. Y también por cuidarme.

—¿Crees que yo te cuide?

—¿Si?

—No, toma tus cosas y vete. Tienes el teléfono para llamar a quien quieras —el alfa pasó por su lado sin importarle.

—Y-yo no me sé ningún número —mintió, y no supo el motivo, solamente quería estar más tiempo con el alfa.

—¿Sabes la dirección de tu casa?—preguntó de espaldas al omega.

—Si, es en el residencial Seocho-gu la residencia JeonPark.

El alfa se quedó sin respirar por unos segundos al escuchar el nombre del lugar, palideció por completo al retroceder el tiempo en su mente y recordar el rostro del omega, aquella vez que lo vio desmayado por la bombas de humo que él había tirado para atacar a su familia ¿cómo es que había olvidado su rostro? Talvez porque estaba más joven y su complexión era distinta, solo era un adolescente.

—¿Con quienes vives?

—Con toda mi familia ¿porqué la pregunta?

Yoongi tragó en seco sintiendo su garganta arder, la culpa era algo que para él existía, pero ver a Jimin y sentirlo cerca era como su karma se estaba encargando de hacerle pagar sus cuentas pendientes con la vida.

—Tienes que irte ya.

—Y-yoongi —la mención de su nombre en los labios del menor lo hizo sentir expuesto —, ¿Porqué me tratas así?

—No preguntes cosas de las cuales no querrás oír sus respuestas.

El menor se atrevió a encarar de frente al alfa poniéndose frente a él sosteniendo su mirada.

—¿Porqué me salvaste? ¿Porqué de pronto me alejas?

¿Cómo? ¿Con qué cara le iba a decir que él era el responsable de la muerte de su gente? ¿Cómo explicarle que era un asesino a sueldo contratado por Kim Taehyung? ¿Cómo decirle que desde aquella noche que se encontraron en aquél bar no logró sacarlo de su mente, pero que jamás iban a poder estar juntos?

—Ya vete Park Jimin, tú fuiste nada más una noche para mí. No te quiero cerca de mí.

Se alejó dejando a Jimin con el corazón roto, nunca pensó que las cosas iban a terminar de esa forma, que el único alfa que le había gustado lo estuviera tratando de esa manera ¿Pero qué más se podría esperar? Si él nada más se acostaba con cada alfa que llegaba al club donde frecuentaba. Lágrimas cayeron por sus mejillas, en mucho tiempo se permitió llorar y la razón no era tanto por las palabras del alfa.

Recordó en un instante rápido el día de la muerte de sus padres, era tan sólo un adolescente. Toda su patética vida de alcohol y sexo la debía a la falta de sus padres, los extrañaba, y deseaba enormemente que estuvieran vivos.

Ese era el motivo por el cuál no se mantenía en su casa, le recordaban a cada segundo a sus padres y eso le dolía demasiado.

Limpió sus lágrimas y caminó hacia el lugar por donde se había dirigido el alfa, llegó a una pequeña sala y logró ver un teléfono en una de las mesas, lo tomó y marcó el teléfono de su tío, era el único número que sabía de memoria.

¿Hola?

Tio necesito que vengan por mí.

—¡Jimin! Hijo ¿en dónde estás?

Estaré en el punto. Espero allá.

Hijo ¿Te hicieron daño? Dime la palabra clave si es que alguien te está obligando a hacer esta llamada.

Nadie me está obligando tío. Espero la camioneta, allá te explico.

Cortó la llamada sintiendo una presencia a sus espaldas, la tristeza ya no embargaba su interior, ahora en él solo había espacio para la furia y el orgullo que siempre cargaba y que no debió bajar la guardia con el alfa.

—¿No que no te sabías ningún número?

—Eso a ti no te importa —respondió Jimin frío.

—Te llevaré a tu casa.

—No tienes porqué —dijo encarando al alfa —. Te agradezco todo, de aquí en más no es tu problema lo que me pase, adiós.

Caminó hacia la puerta de entrada pero al intentar abrir la puerta estaba bloqueada.

—No pensé que fueras tan desagradecido omega —declaró con un toque de gracia.

—Ya te agradecí. Ahora abre la puerta porfavor.

—Deberias tratar mejor al que te salvó de ser abusado.

—Bien dijiste Min, yo solamente fui una noche para ti, nada especial. Me he acostado con infinidad de alfas dentro de ese club ¿Crees que en realidad me salvaste? Para mí no había diferencia —se acercó más a el alfa que lo veía molesto —. Y si tanto te arrepientes de "salvarme" según tú, me hubieras dejado allá.

No dijo más, no trató de retrasar su ida está vez, simplemente dió la vuelta y se fue luego de que Yoongi quitara el seguro de la puerta. Estaba lloviendo, pero no le interesaba en lo absoluto. Caminó debajo de la lluvia escuchando como el alfa lo llamaba, pero no volteaba, no lo haría.

Llegó al lugar de encuentro, una bodega abandonada que pertenecía a la familia, un auto negro lo esperaba, ya lo conocía, no era la primera vez que el hombre corpulento que era el chofer del auto lo recogía. Abrió la puerta trasera y se adentro sin decir nada mojando todo el asiento.

—Jimin —escuchó la voz de su tío a un costado

—Hola tío

—¿Y esa ropa, de donde la sacaste?

—Un tipo me la dio, me salvó de Kim y me llevó a su hogar, el teléfono que usé para llamarte era el de su casa.

—¿Un tipo? Ese tipo era un Alfa. Por el olor que traes, lo puedo sentir a kilómetros.

El camino fue silencioso para Jimin que no iba prestando atención a nada de lo que su tío iba diciendo, toda su atención había pasado al olor de la ropa, efectivamente, el olor de Yoongi estaba impregnado en ella, hubiera quedado dormido si no fuera por el pequeño empujón que le dió su tío.

—¿Qué? ¿Llegamos?

—¿Llegamos? —arremedo el viejo —. Hoy en día estos niños no le tienen respeto a sus mayores ¿Siquiera me venías escuchando?

—Tio, no he comido en Dios sabe cuánto tiempo que estuve encerrado allá, tengo sueño también, por Dios. Si no fuera por ese alfa estuviera siendo violado por otros cinco alfas ¿Y tú te preocupas por si te vengo prestando atención?

Todo lo soltó de golpe ganándose una mirada de pesar del viejo alfa, no dijo más pero su tío lo tomó por los hombros y lo acostó en sus piernas acariciando sus cabellos.

—Ay Jimin ¿Qué estoy haciendo? Le prometí a tus padres que te iba a cuidar y mírame, soy un pésimo cabeza de familia.

—No lo eres —contradijo el omega —. Si es por qué crees que no me estás cuidando no es así, tampoco tienes la culpa de lo que le pasó a ShinHye.

—Tienes razón, pero aún así estoy haciendo algo mal, no los estoy cuidando.

Finalmente Jimin no pudo resistir más, quedó dormido inmediatamente acostado en las piernas de su tío, el olor de él lo tranquilizaba ya que era muy parecido al de su difunto padre.

Llegaron a Atilia y el alfa se bajó del auto con su sobrino en brazos, cargándolo como un bebé.

—Jefe ¿Quiere que lo ayude? —preguntó el chofer.

—Bang, no estoy tan viejo, pero gracias así está bien. Dile a los escoltas que tripliquen y si es posible pongan cinco veces más seguridad, no quiero a los mismos, quiero que busques mejores hombres.

—Asi será señor.

El viejo Jeon caminó hasta la puerta en donde se le dió paso, subió por las escaleras hasta llegar a las puertas de la que era la habitación del padre de Jimin, el hermano del señor Jeon vivía ahí antes de mudarse con su esposa a la casa que le heredó al omega.

Dejó su cuerpo sobre las sábanas, lo cubrió con cautela y salió luego de cerciorarse que estaban fuera de peligro viendo hacia la ventana en donde pudo ver a sus hombres. 

Jungkook caminaba de un lado a otro por la cocina extrañamente nervioso, no sabía por qué, simplemente no podía dejar de moverse, Tae por otro lado estaba sentado desayunando mientras veía al alfa dar vueltas.

—Jungkook ya sientate, me mareas.

—Lo siento, no puedo, tengo un presentimiento extraño

—¿Extraño cómo?

—Es como si... Jimin —dijo de pronto lo último.

—El estará bien, regresará sano y salvo.

—No, Jimin está en casa.

El enigma comenzó a caminar y Tae lo siguió hasta llegar a Atilia, conforme se acercó Tae también pudo sentir el olor de Jimin, pero ambos se vieron extrañados al sentir el aroma de un desconocido mezclado con el del omega, ambos quisieron subir las escaleras topándose con el padre de Jungkook que inmediatamente los vio los detuvo a ambos.

—Si, si, si. Jimin está aquí, pero porfavor dejen que descanse un poco.

—¡¿Porqué tiene el aroma de otro alfa encima?! —preguntó el omega. El alfa se impresionó al saber que el omega podían sentir de lejos un aroma desconocido.

—¿Porqué no me avisaste que irías a rescatarlo? ¡Te pusiste en riesgo! —reclamó Jungkook.

—¡Cálmense los dos! No lo fui a rescatar yo, ni nadie, lo salvó un alfa que al parecer estaba dentro de donde lo tenían cautivo. Él me llamó desde la casa del alfa y está utilizando su ropa.

—¿Quién lo salvó? ¿Qué quiere? Porqué no vas a creer que lo hizo sin esperar nada a cambio —dijo el azabache.

—No lo sé, él no me dijo quién era, hasta pareció evitar el tema.

—¿Puedo ir a verlo? —Tae rompió su propio silencio.

—Si, pero está dormido.

—No se preocupe, seré silencioso.

Padre e hijo se quedaron solos y el omega se dirigió con rapidez hasta el segundo piso, no sabía en qué habitación estaba, pero se guío por el aroma del omega y entró al cuarto lo más sigiloso posible. Sabía que Jimin tenía el sueño ligeramente pesado, asique se acercó a la cama viendo sus cabellos rosados asomarse entre la sábana. Gateó en la cama hasta llegar a su lado y se dejó caer a su costado apartando un poco la sábana cubriéndose él también quedando muy cerca de su rostro.

Jimin se removió buscando el calor de Tae hasta quedar cerca de su pecho, Tae sonrió con ternura y lo abrazó hasta que él también calló en un sueño profundo mientras abrazaba a su amigo.

Horas más tardes Jimin fue el primero en despertar, se vio entre los brazos de Tae; sin embargo no hizo el mínimo intento de apartarse, al contrario, se acurrucó aún más buscando sentir más del olor del omega, le recordaba al de su madre.

Rato después Tae despertó removiendose entre las sabanas y sintiendo a Jimin aferrarse a su cuerpo.

—Hueles bien

—Te extrañé mucho Mimi ¿Te hicieron daño?

—Yo también te extrañé. Casi me hicieron daño, pero un alfa me salvó, por él estoy aquí —a pesar de que Yoongi lo lastimó con sus palabras, él jamás negaría que gracias a él estaba sano y salvo.

—Me alegra escuchar eso ¿Quién es el alfa que te salvó? —Jimin se ruborizó pero logró disimularlo escondiendose en la sábana.

—No lo vas a creer... es el mismo que me encontré en el club.

Tae pareció pensarlo un poco, logró recordar al alfa que traía suspirando al omega aquél día que regresó a su casa, la primera vez que llegó a Atilia

—¡¿Enserio?!

—¡Si! Pero... no sé su nombre —mintió con fingida tristeza.

Jimin quería protegerlo, sabiendo que su familia sabía el nombre de Yoongi lo tendrían en la mira, incluso el mismo se preguntaba que hacía él ahí en la casa de Taehyung, no se quedaría de brazos cruzados, obviamente iba a investigar al alfa y a saber porqué se encontraba ahí y que relación tenía con Kim Taehyung.

—¿No te dijo su nombre?

—No, no me centré en eso Taetae, solo llamé a mi tío cuando desperté y ya.

Tae asintió comprendiendo. De repente el omega recordó un grandísimo detalle. Seokjin. Sabía que él era infiltrado, que probablemente el omega había ayudado con el secuestro de su amigo, pero no podía simplemente ir y decirle a la familia que él era técnicamente su hermanastro, la cosa no pintaba tan fácil en aquella situación.

—Chicos, arriba. Saldremos con papá.

Ambos omegas levantaron su cabeza y se dejaron caer nuevamente muy bien coordinados. Jungkook suspiró cansado con gracia sabiendo que tendría que lidiar con dos omegas que se comportaban muy infantilmente.

—Bien, con que esa tenemos.

Jeon jaló las sábanas y ambos omegas se aferraron aún más el uno al otro enrollando sus piernas y brazos entre si.

—Parecen niños, levantense —ambos omegas negaron.

No tuvo de otra, el mayor tomó el pie de Tae con una mano y con la otra el de Jimin y al mismo tiempo los jaló a ambos, haciéndolos reír un poco al caer al suelo.

—Ya vayan a arreglarse. Y Jimin quema esa ropa o que sé yo, apesta a alfa.

—El que tú no lo seas no es problema del mundo. —dijo Jimin.

—No lo soy, y te aseguro que si lo fuera igual trataría de no estorbar con mi olor.

—Es biología menso.

—Igual soy enigma y aprendí a controlarlo, si no créeme que ambos y muchas personas a kilómetros estarían muertas.

—¿Te han dicho que estorbas?

Tae escuchaba todo con gracia en sus ojos, ver a los primos pelear le daba gracia y le divertía mucho. Jungkook se alejó y caminó hacia la puerta del cuarto.

—Tienen veinte minutos —dijo ante de irse.

—No quiero ir —dijo Jimin con un mojin en sus labios.

—Ay Mimi, tenemos que ir, vamos.

Ambos se alistaron rápidamente, caminaron hacia la casa del pelirosa y volvieron ya listos.

—¿Sabes adónde vamos?

—No, ni idea, pero al parecer ya nos esperan —dijo Tae apuntando a una dirección.

En dos camioneta los esperaban el señor Jeon y Jungkook, ambos de pie y claramente impacientes, tal para cuál.

—¿Porqué tardaron tanto?

—Dijeron que nos arregláramos, eso hicimos, ni siquiera sabemos adónde vamos —respondió Jimin.

—Suban a la camioneta, tú y Tae vayan en aquella, yo iré con Jimin.

Ambos asintieron y se fueron, Jungkook abrió la puerta para cederle el paso a su omega y luego entró él.

La camioneta era espaciosa, habían dos asientos, uno enfrente del otro, estilo limusina, y una pequeña ventana que daba a la cabina del conductor, en el techo Tae pudo observar una ventana y los vidrios totalmente polarizados.

Sintió como las fuertes manos de Jungkook lo jalaron y acomodaron sus piernas al lado de su cintura quedando frente a él

—¿Q-qué haces? ¿van a descubrirnos?

Jeon sonrió tomando de la nuca cuello al omega y jalándolo hasta que los labios del él tocaron los suyos. El ambiente empezó a cargarse de las feromonas excitadas de ambos, los labios expertos del enigma saboreaban cada centímetro de la boca y cuello del menor, y sin darse cuenta cómo, Jungkook se encontraba encima de él entre sus piernas y su camisa alzada dejando libre su torso.

Entre jadeos, gemidos y el sudor de ambos rieron al verse como dos chiquillos adolescentes. Jungkook por un lado ya sabía que su talón de Aquiles era el hermoso omega frente a él, y Tae no podía sentirse de otra forma, él también declaraba que ese enigma era su verdadero destinado, el amor de su vida, se sintió feliz, completo.

Pero...

¿Porqué Tae sentía que aquello no iba a durar mucho tiempo?




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