T.R.E.I.N.T.A.I.C.U.A.T.R.O

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La hora poco a poco se acerca y todos comienzan a prepararse en la oscuridad del callejón, So Yeon espera ansiosa a que Jin y TaeHyung terminen para ir junto a ellos a la azotea que han hablado y señalado cuando Jimin volvió de la central con la información y un profundo dolor en su corazón.

  —Falta poco chicos, V, Omma id con So Yeon a la azotea, no dejéis que se separe de vosotros.—el castaño termina de ajustar la daga oculta en su manga, la máscara de gato que lleva puesta no le hace ninguna justicia en este momento, más que un adorable gatito parece un león a punto de atacar a su presa.

Ambos nombrados asienten y caminan junto a la chica hasta las escaleras de incendio, Jimin mira a los demás que aún esperan sus órdenes. 

J-Hope, ¿tienes los explosivos listos?— el peli-naranja asiente, terminando de ajustar la fuerza de éstos, sólo tiene una oportunidad y la explosión debe estar controlada.—RM, lo demás es cosa nuestra, ¿estás listo?

—Si es por JungKook, nací listo para morir si es necesario.— Jimin sonríe con algo de dolor, sólo espera que eso no pase, que nadie muera.

—Yo sacaré a JungKook, tú ve a por YoonGi, no creo que sea buena idea dejarle aquí sin una sola herida.

—De acuerdo.— Jimin pulsó un pequeño pinganillo en su oreja, igual que todos los demás, esta es la única forma que tendrían de comunicarse entre ellos mientras estén dentro, por suerte pudo darle uno a YoonGi antes de salir pero a JungKook...

—Es la hora Gukie-ah. — J-Hope sonríe.—Buena suerte chicos, os esperamos aquí, avisen si necesitan ayuda.— ambos asienten, colocándose en posición.

El de careta de zorro lanza la bomba, que explota a tan solo unos milímetros de la pared, el de careta de oso y gato comienzan a correr, tienen tan solo unos segundos para entrar y acabar con los que más puedan antes de que reaccionen y tomen medidas.

Entran por el agujero que se ha creado en la pared, sus armas aparecen rápido en sus manos y el sonido de disparos no tarda en aparecer como una tétrica y agobiante melodía.

Los demás les esperan fuera, alerta a todo a su alrededor, sienten un fuerte nudo en sus estómagos por el miedo a que ninguno salga de allí.

  Los disparos vuelan y Jimin ya se ha visto en la obligación de recargar su arma dos veces, observa a RM, escondido tras una mesa a unos metros de él, le ve algo agobiado.

RM ¿qué pasa? —  por desgracia todos oyen las palabras y Jin se asusta demasiado, es imposible que a Nam le haya pasado algo si han entrado a penas hace unos minutos.

No me quedan balas Gukie-ah.— todos intentan retomar sus respiraciones y pulsos, excepto Jimin, que mira sus dos últimos cargadores.

  —Píllalo y apunta antes de disparar joder.— Jimin lanza el cargador, que cae a unos centímetros de Nam Joon, que lo coge.

Jimin comienza a desesperarse, necesita salir rápido de allí, si no lo hacen llegarán aún más policías y, entonces, si será imposible escapar.

Con una seña hacia el peli-morado ambos salen de detrás de las mesas y disparan al grupo de seis o siete policías, por suerte salen ilesos y comienzan a correr por los pasillos, Jimin se queda sin balas cuando se cruza con el mismo policía que le pidió el nombre antes. Gasta sus últimas balas en mandarle de viaje al infierno.

Por suerte recuerda cómo llegar hasta la celda, pero, por desgracia cuando llega ve la puerta ser custodiada por cinco policías, entre ellos YoonGi.

  —RM, tengo a Suga delante de mí.— ve al peli-azul mover su cara con disimulo, hasta que logra verle, es una putada que no pueda hablarles, que no pueda decirles que es una trampa y que JungKook está oculto en una de las celdas del otro pasillo.

Sin embargo lo intenta, señala con su mano en dirección al pasillo que cruza, aunque Jimin no entiende a qué se refiere.

Suga, estoy justo en tu espalda. No pueden verme aún. 

No está aquí.— susurra, aunque uno de sus compañeros le escucha, éste se gira y le apunta con su pistola.       

  —Gukie-ah, mira en el otro pasillo, yo me encargo de esto.  — la voz de Nam le alivia y, lo último que ve antes de correr hacia el pasillo junto a él es a al peli-morado y a YoonGi golpear sin descanso a sus compañeros.

Jimin corre todo lo rápido que puede, aunque la incertidumbre le ahoga, el pasillo está demasiado vacío, no hay ni un solo policía en el camino, eso no puede ser buena señal.

  Gukie-ah, RM acaban de llegar dos coches a la central, daos prisa, intentaremos acabar con ellos.— la voz de Jin es algo preocupante, igual que la noticia, definitivamente no tienen mucho tiempo más, a máximo cinco o diez minutos.

Cuando por fin llega a la otra sección de celdas encuentra a dos policías esperando en la entrada, ambos están armados y él lo único que tiene son dos dagas escondidas, está jodido, pero eso no significa que va a rendirse. 

No.

Con las dos dagas en sus manos corre hacia los dos policías y, sin darles la oportunidad de reaccionar corta sus gargantas con ambas dagas, los cuerpos caen al suelo, y Jimin se llena de sangre, mira hacia el final, hay cuatro policías más protegiendo una puerta, él debe estar ahí, coge la pistola de uno de los policías del suelo y apunta al más cercano que, con un disparo certero cae al suelo, los otros tres tampoco tardan demasiado en caer y por fin ve la puerta libre de seguridad, intenta abrirla pero se ve obligado a romper la cerradura.

Los disparos se escuchan a distancia pero eso no impide que los latidos de su corazón se aceleren cuando, al abrir la puerta, se encuentra un hombre de más de dos metros de alto, que fácilmente podría optar a ser un armario, cubriendo a JungKook tras su espalda.

—Mira por donde, el lindo minino ha venido a por el conejo.— Jimin gruñe y le apunta con el arma, pero el otro hombre da un paso hacia delante.—Ahora tenemos a dos de siete vándalos.—  la pistola desaparece de sus manos en un golpe rápido, haciendo que caiga al suelo con un sonido sordo.

Jimin no tarda en recibir el primer golpe, directo a su estómago, que le deja sin aire por unos segundos, sin embargo no se repone lo suficientemente rápido y continúa recibiendo golpe tras golpe en su pequeño cuerpo.

-Mierda,- piensa, mientras siente un pequeño hilillo de sangre escapar de su boca.-si sigo así me matarán.- no puede aceptar eso, porque entonces JungKook también lo hará.

Con sus brazos intenta cubrirse del siguiente golpe y, cuando consigue pararlo lanza el primero, directo al estómago del hombre, pero éste ni se inmuta, el mayor le empuja contra la pared y, Jimin, acaba haciéndose daño en la espalda al intentar  no golpear su cabeza contra la fuerte pared, cae al suelo, sin aire, está dolorido y siente cómo el hombre se acerca a él, sus manos sujetan su máscara y poco a poco comienza a levantarla.

-¡Las dagas!- su cerebro por fin reacciona y, con cuidado de que el más grande no le vea, hace que ambas dagas desciendan de sus mangas y acaben en sus manos.

Su máscara ya está lo suficientemente levantada como para poder ver los labios del castaño, pero el hombre no se encuentra con lo que quiere, no ve sus labios temblar ni escucha las súplicas por su vida, se encuentra con una sonrisa ladina y unas palabras que le dejan sordo.

—No soy tan fácil, mamón.— ambas dagas se clavan en sus costillas, perforando, posiblemente, los pulmones del mayor, que le suelta sin cuidado para cubrir sus heridas, completamente adolorido.

Jimin está cabreado consigo mismo, no puede hacer las cosas bien, en absoluto, no es capaz de mantener a sus seres queridos a salvo, no puede protegerles como es debido y encuentra la forma de desahogarse en el enorme cuerpo del policía.

Clava sus dagas una y otra vez sobre el cuerpo del contrario, incluso si éste ya ha perdido la vida, sus propias lágrimas desbordan y escapan por su mandíbula hasta esconderse en la camisa manchada de sangre, la mirada de JungKook es de completa sorpresa, es cierto que sabe del manejo que tiene Jimin con las armas, pero nunca pensó en verle de esta forma, como si Jimin fuese él en las noches que salía de caza.

—V-vámonos Gukie-ah.— sólo esa voz es capaz de devolverle a la tierra y a las advertencias de los demás por el pinganillo, sólo faltan por salir JungKook y él.

Le parece extraño que sólo esté atado de su mano izquierda, pero cuando ve la mano del peli-negro moverse sobre la cerradura y el click de la cerradura al abrirse cae en cuanta, él a aprovechado para robarle las llaves al "armario" mientras ambos peleban.

JungKook se levanta, aunque con mucho esfuerzo, teme ser una carga para Jimin y poder causarle algo peor que una simple herida pero, cuando intenta decirle que no es necesario que le lleve, que está bien quedarse aquí no puede hacerlo.

  —Te amo JKiller y me niego a dejarte morir. — todo el dolor y la presión en el corazón que ha sentido hasta ahora desaparecen al escuchar esas palabras, que le llenan de una energía diferente.

  —Si salimos de aquí...— JungKook se ve obligado a apoyarse en Jimin mientras intentan correr hacia la salida, que por suerte, está siendo protegida por todos.—quiero que sepas que eres mío.

—Pídeme eso después JKiller, en la cama.— es lo único que se le ocurre, realmente no está acostumbrado a tener una relación estable con nadie.

El mayor no responde, tal vez eso es lo mejor, o al menos eso cree el castaño, que, sujetando aún a JungKook, por fin ve la salida.     

Todos al coche. Ya. todos asienten a las palabras de Jimin, aunque YoonGi y Nam Joon permanecen en el agujero de la pared esperándoles.




(-0-0-0- * -0-0-0-)




Todos llegan a la casa de Nam Joon, la más alejada del sector seis, no sin antes haber dejado a So Yeon en su casa con la promesa de una llamada y una visita temprana.

Todos se deshacen de sus máscaras, pero cuando Jimin se deshace de ella siente las miradas preocupadas de todos sobre él, es cierto que ha recibido varios golpes, pero han sido todos en el cuerpo, asique no entiende por qué le miran de esa manera.

Sin embargo todos los demás ven sus ojos, rodeados de gotas de sangre de distintos tamaños, que están seguros de que no es su sangre, su ropa también está manchada y empapada es el único lleno de sangre que no es la suya, incluso sus hebras castañas están de color rojizo por la sangre.

  —Iré a ducharme...—  se siente algo sucio, aunque no incómodo. Ve a Nam asentir y camina hacia el baño, el cual le señala el peli-rosa, Jin.

Cuando desaparece en el baño todos miran a JungKook, que se pone una camiseta de Nam.

—¿Por qué está lleno de sangre?— Jin rehace su pregunta.—es decir, ¿por qué tiene tanta sangre encima?

—Él... se volvió un poco loco cuando... me encontró.— JungKook se rasca la nuca, está complacido de haber visto esa faceta de Jimin y, si no hubiese sido por la situación el peli-negro puede jurar que se habría empalmado en ese momento.—Uno de los comandantes, Wang, — YoonGi asiente, conociendo al prepotente hombre.—comenzó a golpearle y... hombre, ese tío era un puto armario, Jimin le clavó unas dagas en las costillas y luego... comenzó a apuñalarle... sin más. — para este punto ninguno debería estar sorprendido, todos lo saben, pero hay algo en ellos que aún les impide ver a Jimin como el hombre al que acaba de describir JungKook.

  —Es cierto.— Jimin sale de la ducha, completamente limpio. Sólo han pasado cinco o diez minutos desde que ha entrado en la ducha, pero es rápido duchándose y, que hablen de él como si no estuviese le jode un poco.—Me cabreé y comencé a desahogarme con ese armario andante.— se encoje de hombros.

  —Bueno...—  TaeHyung necesita cambiar de tema, Jimin es demasiado adorable como para imaginarle haciendo algo así, siendo capaz, incluso si él mismo lo acepta.—¿qué haremos ahora?, ya todos saben que JungKook es JKiller.   





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