*Cayden*

Decidir que Maxine supiera sobre mí cerca de ella, había sido una decisión que me costó tiempo tomar, pero al ver que ella comenzaba a cambiar de rutina, me hizo correr el riesgo. No estaba seguro de a dónde me llevaría pero, estaba satisfecho con saber que ella era consciente que yo estaba cerca de ella.

Logré enterarme que nuevamente saldría con el grupo de amigos con quienes la había encontrado la otra noche en el bar, ese en el que supo que estuve. Realmente ese día sólo estaba buscando un poco de diversión, entonces la vi, así que traté de mantenerme oculto, pero ella, siempre tan especial, observando cada cosa que a su alrededor hay, logró verme. Inmediatamente había abandonado el lugar, para no incomodarle.

Esta vez, sería diferente, sería con el objetivo de que ella supiera que estaba ahí.

Sentada en la mesa, donde otras dos mujeres y tres hombres le hacían compañía, siempre seria, indiferente a lo que sus acompañantes estaban conversando, no puedo decir que sean sus amigos, he estado observándolos y por alguna razón, siento que no debe fiarse de ellos. Claro, no es que deba fiarse de mí, pero hay algo que he aprendido estando de este lado, y es que muchas veces no puedes confiar de aquellos que son tus amigos o, quizás sólo sea otra cosa la que me trae tan paranoico con respecto a ellos.

Se había quedado sola con dos chicos y una chica, seguí la vista de la joven, quien veía a un hombre del otro lado, sin embargo, este estaba nervioso y aunque también la veía a ella, había algo más que lo ponía un poco tenso. Un rato más tarde, Maxine estaba bailando con uno de los sujetos que estaban ahí, él le susurraba cosas al oído y Maxine a pesar de reír levemente entre momentos, se notaba incómoda, minutos después se dirigían a la mesa.

Ahí entré en acción, cuando las luces habían disminuido su brillo, pedí a uno de los chicos que estaban en la barra que llevara una bebida a la señorita de piel morena y rizos sueltos, que mintiera sobre que él había escrito la nota, claro que esperaba algo a cambio, así que dejé en sus manos unas cuantas libras en sus manos. Su reacción fue inesperada, se puso de pie y comenzó a observar en sus alrededores, pero claramente la luz le impedía hacerlo con detenimiento.

Me moví de la posición en la que estaba, unos minutos más tarde una mujer se vio interrumpida en su paso por mí, cuando bajé la vista, era ella, Maxine.

-Perdóname —dije—

-L-lo siento, fue mi culpa. —ella se veía tan alterada y confundida—

-Tranquila, sólo cuídate mucho —en un susurró dejé salir su nombre— Maxine.

-E-espera —gritó—

Algunas personas se atravesaron entre nosotros, lo cual me hizo ganar tiempo para poder dejarla atrás. Había salido de aquel lugar y no iba a regresar, pero cuando ya me encontraba algo alejado escuché su voz, parecía molesta y desesperada.

-¡Sal de ahí Laurent! ¡Sé que no te has ido!

Ya sabía que estaba cerca de ella, creo que no puedo hacer nada, me ha vista, nuestras miradas se han cruzado y algunas pocas palabras se han intercambiado. Por el momento, sólo debía pensar en la siguiente jugada.

Acercarme a Maxine de esa forma no había sido el plan inicial, en realidad, quería que supiera de mí, que notara mi presencia en su vida, luego de todo este tiempo, pero todo era tan difícil. Antes de iniciar con mi plan para acercarme a ella estuve involucrado en varios negocios sucios, como era de esperarse, mi trabajo no se había quedado atrás y Brendan se encargaba de ayudarme a salir ileso y sin relación ante mis negocios. Sin embargo, ser el líder de una organización criminal traía ciertas ventajas, podía enterarme de cualquier cosa, perteneciera o no a mi gente.

Fue en ese momento, cuando Brendan entregó a mí algunos documentos, al parecer Maxine estaba en investigación y claro, se sabe que no era por parte de la policía o cualquier agente de ese bando, sino de nuestro lado. Entonces, mis planes cambiaron, desde aquella mañana en ese café, Durand despertó en mí algo que ni yo mismo había sido capaz de descifrar, luego que dejó de visitar la prisión donde yo me encontraba por otros casos, ya no supe de ella, al salir me dediqué a buscarla, no podía olvidar esa mirada café, profunda y que podría penetrar los lugares más recónditos de cualquier alma que se expusiera ante ella.

Brendan sabía lo que me pasaba, así que cuando escuchó sobre la investigación, inmediatamente empezó a mover su trasero y conseguir todo lo necesario, él aseguraba que me encontraba bajo algún hechizo por aquella morena de cabello rizado, yo no estaba seguro, nunca había sentido atraído hacia ese tipo de mujeres, pero su personalidad, tan seca, distante e intrigante, me llamaba como una abeja a la miel y vaya que era un riesgo, un ex convicto, líder de una organización criminal, parecía interesado en una detective audaz y muy buena en su trabajo. Imposible, seguro.

Había pedido a mi gente que buscara datos sobre la investigación a Maxine, habíamos encontrado muchas cosas, pero nada de quién la estaba organizando, hasta cierto punto me causaba intriga y desesperación, la misma que le estaba provocando a ella cuando estaba tan cerca de mí o de lo que yo le hacía llegar. Entonces, mientras yo trataba de encontrar rastro de esa investigación, realizaba otras acciones para mantenerla ocupada y que no se metiera en situaciones que la podrían exponer, aunque no entendía por qué la estaban buscando.

Aquella noche caminé directo al apartamento que había rentado, necesitaba pensar diferentes cosas, que ella me viera no estaba en la lista de lo que debía pasar, sin embargo ocurrió y, aunque no esperaba que ella tomara esa reacción, en realidad nunca estaba listo para la reacción que ella podía tomar, pero su mirada, perdida, confundida cuando alzó su rostro para poder observar a la persona con la que se había cruzado, no había ningún rastro de profundidad u oscuridad que ella regalaba con su mirada, tampoco existía y algo que no podía describir cruzó sus ojos café, esos que con la poca luz, había admirado muy poco. Luego, la desesperación en su voz cuando me pedía que me apareciera frente a ella, seguro estaba que el momento tendría que llegar, pero no podía ser en un bar o a las afueras del mismo.

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