Capítulo XIV

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La semana había pasado demasiado pronto, varias pistas se aclararon y parecíamos estar cerca de encontrar al secuestrador, pero las señales eran borrosas, por así decirlo, no estaba segura, esta tarde debía encontrarme con Murphy y Williams, para unir todas las pistas recaudadas y asimilar cosas o descartarlas. Todo esto se vio interrumpido cuando por el radio que Henry me había proporcionado avisó sobre un caso de secuestro, el cual había ocurrido unos minutos antes de avisar.

Inmediatamente tomé mi chaqueta y cerré mi oficina, justo cuando estaba por salir del edificio, ahí estaba él, con un ramo de flores, arreglando su cabello, cuando levantó su mirada, una sonrisa salió directo a mí y con paso apresurado se acercó.

-Hola Maxine —Se aproximó a manera de poner dejar un beso en mi mejilla, pero lo evité— ¿sucede algo? —Se alejó

-Hola Cormac, perdona, es que voy directo a encontrarme con unos oficiales.

-Traje estas para ti —Extendió las flores para mí—

-Lo agradezco, en verdad —Las tomé—, sólo que ahora no puedo quedarme y gracias —Comencé a caminar hacia la salida.

-¿Te llevó? —dijo alcanzándome—

-No es necesario —me paré en seco frente al escritorio del guardia— Ruperth, cuida de ellas, yo regresaré. —era jueves, así que si no tardaba tanto con Murphy regresaría—

-Maxine —dijo Cormac al verme salir y me tomó del brazo—, lo digo en serio.

-No te preocupes.

-Te he traído flores y se las dejas a un desconocido, al menos acepta a que te lleve —dijo serio y soltando mi brazo—

-Bien —Caminé rápido tras él—

Le di la dirección hacia donde nos dirigíamos y, como era de esperarse, las calles estaba acordonadas por la cinta amarilla que dejaba ver que ocurrió algún crimen o algo similar. Estaba por bajarme cuando nuevamente tomó mi brazo

-¿Qué sucede? —le lancé una mirada de irritación—

-¿No dirás nada?

-Pensaba bajar y darte las gracias, así como despedirme.

-¿Sólo?

-A ver, Cormac, estoy trabajando, no tengo tiempo para esto, perdona. Gracias por el detalle y traerme —me bajé del auto—

Comencé a caminar pero no escuché que el auto se fuera, y unos pasos más tarde, él se encontraba caminando a mi lado.

-¿Qué haces aquí?

-Te estoy acompañando, por si lo no has notado, señorita intelectual.

-Vete, no es necesario —Rodeé los ojos—

-Qué descortés eres —soltó sin más—

-No es ser descortés, ni maleducada o lo que quieras creer Cormac —dije parando en seco y tomándolo del brazo para que no avanzara— si quieres una cita, un visita o algo por el estilo, debes saber cuándo y cómo. Pero este —moví mis brazos mostrando todo el lugar— no es el momento, estoy ocupada, ¿recuerdas que trabajo? Sino, ahora lo sabes y vete, porque de igual forma el oficial de allá —dije señalando al joven que estaba permitiendo el ingreso a los demás oficiales y miembros de los equipos especiales— no te dejará entrar. Nos vemos luego.

-Hasta luego Maxine —dijo y la decepción se adueñó de su rostro—

-Habla con Jareth —dije alejándome— él te dirá cuándo me encuentras libre.

Le mostré mi identificación al oficial y me dejó pasar. Mientras me dirigía a donde estaba Murphy, el rostro de Cormac vino a mi mente, creo que ese era mi problema y el porqué de no involucrarme con nadie, en ningún tipo de relación. No era capaz de ver con ojos de amor o sentir cierto grado de empatía hacia esa persona, por eso rompí el corazón de aquel viejo amor, que unos años atrás había sido parte de mi vida. Pero, había algo que en algún momento me hizo sentir confundida, alguna vez, llegué a sentirlo por alguien que de alguna manera atraía mi atención, sólo que era algo que no podría permitirme.

Salí de mis pensamientos y recuerdos de algunas imágenes que se proyectaron en mi mente, cuando observé la cara de Murphy. Estaba serio, más de lo normal, entonces lo vi, el cuerpo de una mujer, ¿cómo no vimos eso? Estaba demasiado lastimada, su cuerpo estaba en su mayoría cubierto de sangre.

-No hace mucho tiempo que falleció —dijo el forense— pero tendremos que llevarla a la morgue. —Estaba muerta—

-Durand, ¿qué me dices de esto? —añadió Murphy—

-No sabía que había otra desaparecida, comandante.

-Nosotros tampoco, nadie la reportó.

-¿Tiene su identificación?

-Sí, pero por eso preguntaba si no sabías algo de la víctima —su semblante serio era cada vez más pesado—

-¿Qué quieres decir? —dije con duda—

-Maxine, en su identificación hay una carta dirigida a ti, bueno en realidad dos. —ahora entendía porque estaba tan serio—

-¿Qué? Muéstrame —uno de los oficiales me dio unos guantes como los del forense—

-La hemos leído y parece que la víctima te conocía y la otra, por lo que pudimos notar, no la dejó la misma persona. —me extendió ambos papeles—

-¿Quién es la víctima?

-Emily, Emily Cook. —Sentí cómo el asombro se adueñaba de mi ser, no podía ser posible, había estado con ella unos días atrás, justo cuando acordamos que ella declararía lo ocurrido la noche antes de llegar al refugio— ¿La conocías?

-Sí, —dije bajo— estábamos trabajando en un problema.

-Lo sé, lee la nota. —Colocó su mano sobre mi hombro—

"Hola detective Durand, quiero agradecerle por toda la ayuda y apoyo que me ha brindado, he decido hablar, gracias a su última visita al refugio pude tomar ese valor, pero no hablaré en ninguna comisaría o algo similar. Me ha llegado una carta, con la ubicación en la que puedo encontrar a los idiotas que me destruyeron la vida, ahora es momento de enfrentarlos. Le dejo esta carta, porque regresaré con o sin vida."

-¿Qué dice la otra?

-La otra va dirigida para los detectives que están llevando los secuestros, la hemos llevado a revisión. Pero he de advertir que tengas cuidado Durand, Williams no pudo venir, pero ya se le ha advertido. Por cierto —me retiró de aquella escena—, me he enterado de los pequeños atentados que están pasando. ¿Quieres hablarlo? ¿no dirías nada?

-No creí que fuera necesario, supongo que es algo que personal.

-¿Y lo personal incluye a Williams?

-No sabía que él estaba incluido en eso, hasta que llegó a mi oficina culpándome.

-¿Y entonces? Sé que tienes conclusiones Durand.

-¿Por qué lo dices?

-Porque te conozco, a parte, tu instinto no te haría una mala jugada. ¿Crees que esta persona está relacionada a los secuestros?

-Podría ser, pero todo es confuso.

-¿Por qué? —dijo con asombro— ¿tú confundida? No lo creo.

-Claro que puedo estar confundida. De acuerdo a lo que creía, podía decir que tengo a un sospechoso sobre los presentes que se han hecho a Williams y a mí, pero no concuerda con las descripciones que han dado las testigos de la persona del secuestro. Sabemos que quien dirige los secuestros, es la misma, pero no estoy segura que concuerde con el sospechoso.

-¿Hombre?

-Sí, pero su descripción no es para nada similar.

-¿Por qué dices?

-Porque la persona a la que me refiero, no tiene las facciones que las testigos han descrito. Y sé, que podrían ser asociados, pero no he encontrado algo que les pueda relacionar.

-Durand, ¿hay algo que te relacione con Williams?

-No, ¿a qué su interrogante?

-Bueno, si alguien anda detrás de ustedes dos, tiene que haber algo que les relacione.

-No, a Williams lo conocí poco después de instalarme en mi oficina, cuando me enteré que habían estado divulgando mentiras sobre mí.

-Vaya, eso no habla muy bien de Williams.

-Sí, bueno, no ha sido lo único malo que he escuchado sobre él —ni tampoco visto, pensé—

-¿A qué te —fue interrumpido por unos gritos de horror— ¡Vayan a ver qué está pasando! —ordenó a algunos agentes—

En ese momento se escucharon algunos disparos al aire, corrimos con Murphy hasta el lugar del que provenían los disparos, por su radio este indicó que rodearan el área, porque teníamos entendido que el sonido llegaba cierto tiempo después de haber soltado el gatillo. Al llegar vimos que había dos mujeres, de edad promedio.

Un hilo de sangre corría por la cera, su cabello se veía mojado, al aproximarnos, vimos cómo en ella ya no había ningún resto de vida, mientras de que la otra mujer, aún lograba moverse, de sus ojos rodaban lágrimas, entre quejas logró decir: Nosotras no hicimos nada ayúdenme por favor. Uno de los oficiales ya había solicitado ayuda médica, pero era poco probable que pudiera soportar el tiempo que tardarían en llegar.

-Durand, esto se nos está saliendo de las manos. ¡Rodeen el área! —gritó a los oficiales— ven.

-Tres víctimas. —dije siguiéndolo—

-En menos de cinco horas, cercanas.

-Nos están observando.

-Haz tu traba —fue interrumpido al momento en que se escuchó otra descarga—

-¿Qué mierdas? ¡Cúbranse! —grité, entonces lo vi Henry Murphy caía lentamente frente a mí— ¡Qué diablos Murphy!

-M-Maxine —dijo mientras terminaba de caer en el asfalto— resuelve esto —soltó en un hilo de voz—

-Henry —las lágrimas estaban por salir de mis ojos, pero no me lo podía permitir— ¡Un ambulancia! —tomé el radio— ¡han herido al comandante! ¡necesitamos asistencia médica! —le habían dejado ir tres tiros a sus espaldas, la hemorragia era exagerada, sabía que era imposible que lo lograra— ¡Cubran el área! ¡nos están atacando! —dije luego de escuchar otra descarga—

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