Aomine era el típico chico que salía con cuanta omega o beta se le cruzará por el camino.

Sin embargo, sólo se fijaba en las mujeres, de grandes curvas, cintura pequeña y buenas caderas.

El moreno nunca miraba a los hombres, por muy omega que este fuera, porque aún recordaba a su padre salir de su casa abrazando a aquel chico, aún recuerda el llanto de su madre al enterarse del amante de su padre, aún recuerda la sonrisa burlona de su padre al abrazar al chico junto a él.

Por eso no mira a los hombres... Por eso él se prometió nunca caer bajo las sucias manos de un omega varón.

Pero eso no significa que no saliera a divertirse con las omegas y betas que se le acercaban.

Sólo era sexo para él y las chicas tenían eso en claro.

Su vida estaba bien cómo iba.

Al menos eso pensaba hasta ahora.

Esa mañana, Momoi Satsuki, su mejor amiga desde que tenía memoria, pasó a buscarle para ir a clases.

El moreno no era de madrugar, lo odiaba, pero aún le quedaban dos años de aquella tortura.

-Dai-Chan, al fin sales, apenas llegaremos- la chica hizo un puchero, aunque fue ignorada por Aomine.

Durante todo el camino, Momoi no dejó de hablar de muchas cosas, pero Aomine no le prestaba atención o sólo respondía con monosílabos.

A dos calles de llegar una chica de cabello castaño se acercó al moreno y dejó un pequeño beso en sus labios al saludar y luego se fue.

Minutos después, una chica de cabello rojo también saludo al moreno con un beso en los labios y un abrazo, Momoi le miraba un poco molesta por ella, no por celos, sino porque estaba preocupada por su amigo de la infancia.

-Dai-chan, no deberías hacer eso- dijo cuándo una tercera chica fue la que beso al moreno.

-no es como si perdiera algo- hablo Aomine sin importarle que Momoi se molestara un poco.

Y realmente a Aomine no le importaba, dormía con cuanta omega se le pusiera en frente y esta cumpliera con sus gustos. Además, solo salía con aquellas chicas que entendían que no podían ser las únicas.

Ese día, al entrar al salón vio a los alfas un poco inquietos, aunque no le prestó atención, se acercó a su lugar frente a Kagami mientras este aun dormía sobre la mesa.

-Oi, Bakagami, ¿sabes por qué tanto escándalo?- dijo luego de golpear la cabeza del pelirrojo.

-¿hm? No estoy seguro, pero les escuche decir algo de una omega- hablo levantando un poco la cabeza.

Aomine no respondió nada, se quedó mirando al vacío mientras pensaba en aquella nueva omega que llegaría, esperaba que fuese guapa.

Kagami comenzó a hablar con Kuroko, hace mucho que el alfa estaba de baboso por el pero no era capaz de decirle algo. Simplemente le miraba y alejaba a todo aquel que se le acercara al pequeño chico, aunque con la poca presencia de este no era muy difícil.

El profesor entro al aula y todos fueron a sus asientos, Aomine apenas prestaba atención al mismo sermón de todas las mañanas hasta que una frase llamo su atención.

-bien, por último, hoy se nos une una nueva compañera y espero que todos la traten con respeto- una chica alta, rubia y de buenas curvas entro, logrando que Aomine le prestara atención de inmediato- por favor, preséntese.

-Hola, bueno, mi nombre es Kise Ryoko, vengo de Kaijo, me gusta el básquet y espero llevarme bien con todos ustedes- la chica sonrió y más de alguno suspiro al ver su sonrisa, cosa que a Aomine no le gustó mucho.

-bien, Kise-san, su asiento será a un lado de Kuroko-kun- el profesor le indico su lugar y la chica paso entre los asientos para llegar.

Cuando paso a un lado de Aomine, este noto que sus piernas eran excesivamente blancas, a su parecer, además de que la chica emitía un delicioso aroma, sin dudarlo, miro con ganas de asesinar a todos los alfas del lugar que comenzaban a mirar lo suyo.

Porque una de las cosas que Aomine odiaba era compartir a sus omegas con algún otro idiota.

La clase continúo sin muchos problemas, dejando de lado que Kise no dejaba de recibir algunos papeles con números de teléfonos o citándole a algún lugar apartado.

El timbre del receso sonó y espantando al resto de los alfas que tenían las mismas intenciones que él, Aomine camino hasta la rubia.

-hey, Kise, vamos a un lugar más apartado- Aomine pensó que la chica, al igual que el resto de las chicas a las que le hablaba, le haría caso luego de verle unos segundos.

-no gracias- el moreno miro a la rubia un poco desconcertado, al igual que el resto de los chicos que estaban cerca- Kurokocchi, me podrías enseñar donde puedo comprar un refresco, por favor, ¿sí?- el peli celeste asintió y ambos comenzaron a caminar en aquella dirección.

Aomine les vio irse mientras la rubia sonreía y hablaba con el pequeño. Los susurros no se hicieron esperar por parte del resto del salón, los alfas estaban felices por el rechazo que tuvo el moreno, ya que, les dejaba aunque fuese una mínima oportunidad.

Al regresar la rubia, Aomine nuevamente le hablo para decirle que fuesen a un lugar más privado, a lo que esta respondió con un simple "no, gracias"

Algunos chicos se acercaron a la rubia, esta les sonreía y respondía cortésmente, Aomine solo sentía la rabia aumentar en su ser.

Al receso del almuerzo, algunos alfas se acercaron nuevamente a la chica con la intención de invitarle a almorzar, pero esta negó y camino junto a Kuroko, quien era seguido por Kagami. Aomine vio su oportunidad y decidió seguirles.

-oh, ¡que hermoso paisaje!- Kuroko le había llevado a la azotea del lugar

-me alegra que le guste- hablo el pequeño mientras se sentaba y Kagami lo imitaba.

-por cierto, no creo que me haya presentado, un gusto, Kise Ryoko- la chica saludo a Kagami que dejo de mirar a Kuroko unos segundos.

-Kagami Taiga, un gusto- la rubia noto de inmediato la relación que había entre los chicos frente a ella, pero su vista cambio de objetivo de inmediato al sentir unos fuertes brazos rodear su cuerpo

-yo soy Aomine Daiki, y tú serás mi omega.

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primer capitulo, espero les guste, y bueno para aclarar Kise no es mujer, solo por si en la descripcion no quedo claro ;D

mas adelante pondre una guia basica de Omegaverse, ya que, hsta el moemnto de todo lo que he leido ninguna me convence mucho, asi que