Tercera persona.

Aquella pareja era la más feliz del lugar y nadie tenía duda de ello.

Ambos, un Omega y un Alfa, siempre iban por la ciudad de la mano, siempre diciéndose cuanto se amaban.

Llegaron un día al lugar e hicieron su vida ahí, como la pareja que se amaba tanto.

Pronto ambos consiguieron trabajo, algo pequeño, pero así comenzaron a hacer amigos.

Y el tiempo pasó... Y tres años se fueron en un parpadeo.

-mi amor- sonríe Haru (Aomine) entrando a la florería para abrazar al chico de cabello negro, antes rubio, por la espalda.

-Harucchi...- ríe el chico para girarse entre sus brazos- ¿qué haces aquí? - pregunta abrazándose a su cuello.

-vine a ver a mis amores- sonríe besando sus labios- sentí que me necesitabas- susurra llenándole de mimos, mientras Kyo (Kise) ríe por las muestras de cariño.

-bueno, nuestro bebe es bastante inquieto y siempre quiere estar con su padre...- susurra con una gran sonrisa- será un gran niño...- murmura abrazado a su alfa.

-lo será...- susurra Aomine para levantarle entre sus brazos- y nosotros seremos muy felices...- susurra con cariño mientras ambos se mantienen abrazados, sin la necesidad de decir algo más... sin nada más que solo su amor.

Años atrás, ambos vivieron el miedo, el terror de separarse de quien más amaban. Kise, quien debió seguir a ese hombre desconocido, confiar en él, seguirle para fingir su muerte mientras Aomine seguía en aquel hospital. Aomine, por otro lado, tuvo que confiar en el hombre que le había arrebatado el amor de su vida... confió... y logro encontrarse con el rubio que había dominado su corazón desde el primer minuto.

Los primeros años, vivieron en el miedo, apenas saliendo a trabajar y regresando cuanto antes para poder sentir la seguridad de que su amado estaba a salvo.

Miedo, pánico y terror, es el resumen de los primeros 3 años en que ellos comenzaron a vivir ahí.

Pero, ahora, a cinco años, ambos no podían ser mas felices.

- ¿y nuestra princesa? - pregunta Kise, mientras Aomine dejaba pequeños besos en su vientre- ¿lloro mucho? -Aomine se levanta para besar sus labios.

-no tanto...- habla mientras acaricia su vientre- poco a poco se acostumbra a la niñera- sonríe besando los labios de Kise.

-eso es bueno...- susurra abrazándose a su cuello- aunque quizás... tenga una solución a nuestros problemas...- sonríe besando sus labios- el señor de la esquina, venderá su negocio... la cafetería ¿recuerdas? -habla sin soltar al chico- estaba pensando... -susurra mirándole- si tu dejas tu trabajo y yo vendo este lugar... podríamos trabajar ahí...

Aomine le mira con una sonrisa y besa sus labios.

-claro que sí, mi amor, estaré feliz de estar a tu lado cada día, aun mas, poder trabajar a tu lado- susurra con cariño mientras siente pequeñas pataditas en el vientre del chico.

-el también esta feliz- susurra con cariño mientras le mira emocionado.

-muy feliz...- sonríe Aomine mientras se mantiene cerca del chico.

Junto a su pequeña de un año, Mika, la feliz familia comenzó su nuevo proyecto, y aquello fue mucho mejor de lo que hubiesen esperado.

La feliz pareja era bastante conocida en el vecindario, por su gran amor que siempre profesaban, además de su obvia belleza.

Apenas dos meses después, recibieron a Yuuta, su segundo hijo, un pequeño alfa como su hermana, de rubios cabellos y ojos azules, además de piel oscura, ambos estaban más que felices por el pequeño niño, por ello, le cuidaban junto a su hija y la felicidad de aquel hogar solo aumentaba.

Pasaron exactamente diez años antes de que, una mañana, Aomine encontrará a Kise escribiendo una carta.

-sabes, mi amor...- susurra Kise mientras era abrazado por Aomine- ahora siento que no podría ser más feliz- susurra besando las manos de su esposo.

-me creerías si digo que hace poco pensaba exactamente lo mismo...- sonríe besando su frente- ¿Qué podría hacer un simple Alfa como yo, para hacer más feliz a un hermoso y perfecto omega como tú? -pregunta levantándole entre sus brazos.

-hm... ¿Mimos?- pregunta besando sus labios mientras rodea su cuello- aunque debo enviar una carta... así que saldré y regreso en unos minutos...- sonríe intentando bajarse.

-no- sonríe Aomine caminando con él en sus brazos- es momento de mimos antes de que lleguen los niños- sonríe dejando besos en sus labios.

-sólo unos minutos...- susurra lo sé rendido mientras se deja hacer por Aomine.

-Bien, unos minutos es mas que suficiente- sonríe dejando pequeños besos en sus labios mientras acaricia su espalda- te amo tanto, mi amor, mi todo...- sonríe uniendo sus frentes- mi omega.

-mi alfa... mi alfa bobo y pegajoso- habla riendo mientras le besa, a lo que Aomine hace una mueca pero no replica nada. 

Se quedan en aquella posición hasta que sus hijos de 10 y 11 años llegan de la escuela, y la casa se llena de conversaciones, en especial de los pequeños. 

Esa tarde, mientras Kise sale de compras con la pequeña Mika, envía una carta a alguien especial, a su mejor y casi único amigo. 

Con eso listo, regresa a su hogar, al lugar que apenas se ha acostumbrado, a pesar de todos los años, porque en ese lugar, no es Kise, y no esta casado con Aomine, no, en aquel lugar ellos son otras personas que fingen y fingirán ser esas personas por el bien de sus bebés y su amor. 

Pero serán felices, estarán juntos, hasta el final de los días, e incluso, en otra vida. 

Porque cuando una pareja está destinada a estar juntos, lo estará por siempre.

-papá ¿qué sientes por mamá?- pregunta su hijo mientras ambos lavaban sus manos para ir a comer. 

-lo amo, me gusta mucho- sonríe al responder. 

Su hijo corre a la mesa mientras el se queda mirando a Kise unos segundos.

"Si, me gusta él..."

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Y este es el fin, he tenido problemas para subirlo, bastantes, espero les guste y no quedara confuso. 

Tengo un extra que es de Kagakuro. Además, pronto subire el primer capitulo de otra historia (si, no aprendo y sigo escribiendo mas)

Espero les gustara, muchas, muchas, muchas gracias por su apoyo y paciencia!

Saludos y nos leemos en otra historia!