Aún recuerdo cómo comenzó todo.

Después de tantos deberes en la universidad, por fin me había dado un respiro tantos exámenes, proyectos y profesores molestos, diciéndote qué hacer y que están a la expectativa de exprimir hasta la última gota de tus energías haciéndote llegar al límite y que ya no puedas más.

Recuerdo cómo ese día mis amigos me habían convencido de saltarme esa tarde de las clases, ellos se fueron a la feria más yo decidí algo diferente.

Esa misma tarde después de mi pequeño acto de rebeldía tomé mi vieja cámara y fui al parque que estaba a un par de cuadras de la facultad.

Es hoy, y aún sigo agradeciendo al destino, la vida o lo que fuera por haber roto las reglas ese día y haber seguido a mi corazón ya que él me llevó a ti.

En mi memoria aún está presente como si hubiese sido ayer el momento exacto en el que te vi por primera vez, contemplando los cisnes en el estanque a un par de metros de mi.

Y por todos los Dioses te puedo jurar que en ese mismo instante caí rendido a tus pies.

Con tu hermosa sonrisa y pequeñas manitas eras lo tierno y puro personificado y tu cabello rosa similar al más dulce algodón de azúcar se veía tan pero tan bien en ti que parecías un ángel, alguien irreal e inalcanzable.

Sin darte cuenta abriste una parte de mi corazón ese día que no sabía que estaba cerrada, solo tú pudiste hacerlo porque te pertenecía.

Me sigo riendo de mí mismo por la forma en la que tartamudeé cuando te acercaste con ojitos curiosos a mí y me preguntaste si me dedicaba de manera profesional a la fotografía, apuntando con tu dedito mi cámara y como yo no era capaz de responder tu pregunta por estar perdido en tus bellos ojitos miel.

"¿Eres fotógrafo profesional? Si es así deberías fotografiar el estanque ¡es muy bonito!"

Me habías dicho y podría jurar que no existía voz tan delicada y preciosa como la tuya; capaz de calmar en la más fuerte tormenta y sanar cualquier herida del alma y corazón y créeme amor cuando te digo que yo quería decir que no había nada más bonito en el mundo que tú, sin embargo un "no me interesa" había salido de mis labios sin permiso y sin pensar haciendo que te marcharas, sin la oportunidad de conocer tu nombre en aquel entonces.

Te mire partir sintiendo como una parte de mi corazón, la que abriste ese día y que supe que desde el inicio de la creación te pertenecía se marchaba contigo y la otra parte quedaba conmigo latiendo frenéticamente por ti y solo por ti.

Seguí tu consejo y ese día tomé una fotografía de el lugar en el que estuvimos los dos juntos por unos minutos los cuales, puedo asegurar fueron los mejores de mi vida.

No fue del estanque como querías, decidí fotografiar algo más pequeño y simple pero con un significado más grande y hermoso.

El lugar donde estuviste a mi lado, donde pude sentir tu suave aroma y escuchar tu dulce voz.

El lugar que fue testigo de cómo dos corazones desconocidos se convertían en uno.

El lugar en el que me enamoré de ti en una tarde de otoño.

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M.Y.G

YOONGLH